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29 noviembre 2008
Hojaldre
Una vez más, la Real Academia demuestra que, en materia de bebercio y comercio, le falta un hervor. Así, al definir el hojaldre, sentencia:

hojaldre.

(De hojalde).

1. amb. Masa de harina muy sobada con manteca que, al cocerse en el horno, forma muchas hojas delgadas superpuestas. U. m. en m.

2. amb. Dulce hecho con esta masa.

quitar la ~ al pastel.

1. loc. verb. coloq. Descubrir un enredo o trampa.


Tres aspectos, como tres morillas, interesan de esta entrada. El primero (Axa) es que la masa de harina debe de estar muy sobada, que vale por muy trabajada. El segundo (Fátima) es que la Academia sólo acepta el hojaldre como base para dulces, cuestión ésta que refutaré con la presente entrada. Y el tercero (Mairén) es el hermosísimo empleo del femenino (la hojaldre) que tan antiguo, casi arcaico, suena.

La principal dificultad del hojaldre resultaba, antaño, el trabajo que lleva prepararlo, sobarlo. Así lo siguen haciendo los profesionales de la repostería y, por ello, es posible clasificar las pastelerías con el criterio de la calidad de sus hojaldres. Simple y eficaz pivote que mucho nos dice de las bondades (o no) del pastelero. Sin embargo, hogaño existen excelentes hojaldres listos para usar y que pueden ustedes encontrar en cualquier establecimiento del ramo. La marca más recomendable, de las que uno conoce, es Buitoni que, además, comercializa hojaldres redondos y no sólo rectangulares. De todas formas, los que produce La Cocinera tampoco son mancos.

Hoy les dejaré noticia de dos recetillas, dos, tan sencillas como recomendables, cuya base es el hojaldre. Una salada y otra dulce. La primera cárnica y frutal la segunda. Para todos los gustos, oiga. En ambas es fundamental que la base del hojaldre sea fina, incluso muy fina, y que, antes de depositar sobre ella los ingredientes, la agujereemos con un tenedor a los efectos de impedir su desmesurado crecimiento en el horno.

Toma tres morcillas (de cebolla, preferiblemente, aunque las de piñones no van nada mal), quítales la piel y rehoga un poquito la molla en una sartén sin casi aceite. Apártalas del fuego y deja que se enfríen. En un bol, pon tres huevos (yema y clara) y cien mililitros de nata. Mézclalo bien todo con la morcilla, salpimienta y deposita el mejunje sobre el hojaldre. Habrás, previamente, puesto éste en la fuente para horno, formando un a modo de piscina de bordes elevados. Extiende bien sobre él la morcilla preparada y ponlo al horno a 180º durante unos 25 minutos. Al final, emplea el grill para que se dore un poquito por arriba.

La otra receta, para la que emplearás preferiblemente una masa redonda (aunque la foto que ofrezco corresponde a un día en que no la teníamos en casa y nos salió cuadrada, claro), es una especie de tarta de manzana simplísima y muy eficaz para desayunos y meriendas. Ideal, vamos. Corta una manzana ácida en medias lunas finitas y colócalas artísticamente sobre el hojaldre. Que queden como formando una enorme flor de girasol. Basta con que vayas haciendo una espiral desde el extremo hacia el centro. Licúa un par de cucharadas de mantequilla en el microondas y pinta con éllas la superficie de la manzana. Espolvorea azúcar. Llévalo al horno (a la misma temperatura que el anterior plato) durante treinta minutos. Al acabar, extiende sobre el pastel una ración de mermelada de albaricoque tan generosa como sea tu condición de glotón. Consume la tarta pronto. Al día siguiente de haberla hecho, tiende a secarse un poco y no resulta tan agradable. Ya verás qué cosa.

(Escrito por Protactínio)

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28 noviembre 2008
Expoinstant

Acude a la parte sevillana de Youniverse, en el marco incomparable (protactíneamente) del Monasterio de la Cartuja. Se trata de otra de esas muestras-intersección cuyo recorrido demanda, en su mayor trecho, la implicación del espectador. De modular imágenes con la voz a explotar pompas virtuales con la propia sombra; de iluminar una pared con el móvil a ‘insertar’ un bailarín en un vídeo. Una sección dedicada a la arquitectura introduce cierta variación: es el espacio teórico. Proyectos de edificios o de ciudad con propósitos funcionales pero absolutamente irrealizables. La utopía pragmática. En esta zona de la exposición, el espectador se ve obligado por ver primera a leer los textos que acompañan a cada instalación. En el resto de la muestra no es necesario: el participante no tiene que entender la obra, sino que interactúa con ella.

Este modelo expositor invita a reflexionar sobre los derroteros del arte moderno, donde la premisa del concepto, a menudo interpretada como absoluta y vacua tomadura de pelo, se difumina en beneficio de una escala homologada con la conversión de los museos en centros temáticos. Democratizado el arte, no hay límites ni cortapisas para disfrutar del contenido. El espectador es libre de zambullirse en la exposición sin la antigua condición del conocimiento previo, la tenencia de nociones sobre el arte. Esto ya era válido para las exposiciones modernas (ya se anticuó el adjetivo, ¿acaso se creyeron el fin del trayecto?) que desplegaban un vaso de agua en una breve repisa. Ahora, en cambio, el sujeto no pasa de largo llevándose un “y qué?” como conclusión, sino que hace presente su intersección con la obra. De hecho, al volver a casa podrá ver en la red la creación que pergeñó con una espada Jedi. Uno ignora cómo casa esta tendencia con el valiente empeño de Kurt Weill en derribar la barrera entre arte culto y arte popular. Por otro lado, la tecnología es una mutación permanente y, revisionismos al margen, la invención de hoy convierte en obsoleta la de ayer. La perdurabilidad, por tanto, está descartada. Tampoco parece ser un objetivo. No obstante, el itinerario aún reserva alguna sala para obras pictóricas. Espejados a ambos lados de un pasillo, dos grandes lienzos de Curro González reflejan un vertedero de iconos poderosos del siglo XX (prehistoria) y una aglutinación de anónimos que parecen mirar, inexpresivos, ése cuadro de enfrente.

Al final de la exposición, cuya contemplación lleva casi tres horas, los niños no están cansados. Más bien al contrario, comentan entusiasmados que hablarán en el colegio sobre los “juegos” que descubrieron. Y el padre dedicará el resto del descanso dominical a una partida de videojuego. Del tacto a lo táctil.

(Escrito por Sickofitall)

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27 noviembre 2008
Imaginación y libertad
¿Qué respondería usted a una hipotética y trasnochada encuesta sobre el realismo socialista? Algo de esa displicente huida que está pensando hizo Picabia al hurtar el bulto con la elegancia de un poema. Cierto que eran tiempos más duros y maniqueos, 1953, aunque no más dogmáticos, en los que la escapatoria cultural en la Francia del mundo libre era difícil. El título de la encuesta, encargada por la revista Preuves para su suplemento sobre “Problemas del arte contemporáneo”, se las traía; era tan largo, férreo y sin matices como un tren de posguerra: “El espíritu de la pintura contemporánea. Encuesta sobre el Realismo socialista”. Y la pregunta final, como una condena sin redención posible, rezaba: “En conclusión, ¿acepta o rechaza usted el Realismo socialista?” Con mayúscula, puesto que de altares iba la inquisición. Como ahora, sólo que entonces no eran móviles. La respuesta fue:

- ¿Cree usted que un hombre pueda
aprender a tener hambre y sed?
- Dónde se acaba el arte,
dónde comienza la vida,
soy el poeta de mi vida,
alquimistas
astrólogos
brujos
hambre y sed
de mi propia vida
para fortificarme
¿cree usted que me interesa
que el hombre pueda aprender
lo que saben los demás?
Un poema debe ser lo que
todavía no existe,
lo que no tiene valor
como la naturaleza
que no tiene valor por sí misma.

En esos tiempos previos a la revuelta de la imaginación al poder, Picabia reivindica la imaginación como liberación del yo y del mundo, al contrario como Sartre entendía la misma. Para éste suponía una doble anulación de ambos: “La imaginación es la mediación inconsistente que enlaza a Narciso consigo mismo.” Hasta aquí todo tan aparentemente maniqueo, despejando enemigos feos, como el tiempo y actores que se retratan. Pero hace falta una parada con escasa fonda para contemplar un panorama sorprendente. Porque no le faltaban dotes adivinatorias al serio de Sartre: su diagnóstico se cumple cuando la imaginación es su propio fin, no una mediación consistente entre realidades sucesivas que ella misma crea. Cuando es su propio fin, es también su final. Lo de un fin en sí mismo, vacuo y banal por naturaleza, sucede ahora mismo en parte del arte. O en la economía, con las vergüenzas que ha puesto en evidencia la crisis financiera, llevando la circulación fiduciaria al extremo de desmerecer su nombre, su crédito y confianza originales. El camino que va de los productos tan derivados que se emancipan y matan a su “subyacente” a las titulaciones sucesivas de un mismo activo cuyo valor aparcan en el olvido, es una explosión de imaginación. Esa explosión suprime la libertad porque hace imposible la garantía, que es el reconocimiento público del valor de la prenda en danza, y la confianza, un contrato sólo posible entre iguales.

De eso iba la respuesta de PIcabia: contestaba libertad a una pregunta que, pretendiendo apropiarse de ella, la negaba. Que un hombre no tiene por qué aprender a tener hambre y sed, es una declaración de libertad. Significa que no tiene por qué adoptar la privación como costumbre impuesta, como conciencia objeto de mercadeo, porque se lo diga el Realismo de Mercado. Mercado que, como el Realismo socialista de la encuesta disciplinante, se lleva mal con la libertad. Cierto que en el límite, que cuando es imperfecto se amanceba con ella, pero a él nos hemos acercado.

Francis Picabia, Machine tournez vite (1916-18)

(Escrito por Bartleby)

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26 noviembre 2008
El Erlenmeyer de don Benigno

Benigno Lago Lavín meaba siempre en un matraz Erlenmeyer de 500 mililitros. Al menos cuando las ganas le apretaban en su casa o en el laboratorio. Con el tiempo, había aprendido la perfecta correlación existente entre la necesitad y el volumen miccionado. Así, había meadas prescindibles –aunque placenteras– cuyo volumen rondaba la primera marca del matraz: doscientos centímetros cúbicos. Cuando la necesidad era más perentoria, se trataba de una meada de trescientos. Y las grandes ganas, venían a corresponder a unos cuatrocientos mililitros. Era matemático. El asunto, digo, porque don Benigno Lago Lavín era químico. Químico inorgánico, precisamente. Formado en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Santiago. Odiaba tres cosas en este mundo: los chulos, las calientapollas y la tuna, aunque no sé si por ese orden exactamente.

-¿Y por qué mea usted en el Erlenmeyer, don Benigno?
- Porque es muy práctico. Ni una gota en el suelo del váter, joven. Ni una. No vea usted las que yo tenía con mi señora. Porque, como no estoy circunciso y el pellejo comenzó a crecerme mucho sobre los cuarenta, pues lo ponía todo hecho un asco. ¡Hasta los pantalones! Ahora, meto el aparato por la boca del Erlenmeyer, y arreglado. Se acabó el problema. ¡Y encima, ahorras agua! Porque basta con que tires a la taza la correspondiente a los tres lavados del Erlenmeyer. Con unos doscientos cincuenta mililitros cada vez. Total: tres cuartos de litro. ¿Cuándo ha visto usted, joven, una cisterna que gaste sólo, sólo tres cuartos de litro?

Don Benigno usaba un Erlenmeyer de boca ancha, aunque no le gustaba contarlo no fueran a pensar que era un presuntuoso. El químico detestaba a los presuntuosos, aunque no tanto como a los chulos, las calientapollas y los tunos, especies a las que odiaba africanamente.

Al explicar el oxígeno, don Benigno se explayaba en lo que él denominaba los “fundamentos moleculares del cóctel Molotov”. No es que fuese un terrorista, claro; ni un maestro de terroristas. Por otra parte, en aquellos años de bedeles-caballeros mutilados y Catedráticos de oposición patriótica, de poco le habría aprovechado. Pero él lo hacía porque le gustaba la química del asunto.

-La descomposición del clorato potásico, produce oxígeno molecular. Puro oxígeno, señores, puro oxígeno. Capaz de hacer combustir a lo que se ponga en su camino. Oxo-combustión, se llama. O, más simplemente, combustión. Por ejemplo, si lo que las moléculas de oxígeno hallan a su paso son moléculas de iso-octano, pues enorme reacción calorígena. ¡Explosión, señores, explosión! Y, por cierto, tal es el fundamento molecular del cóctel Molotov. Cuando el ácido sulfúrico, que está en el fondo de la botella, alcanza el clorato potásico que impregna la venda del cuello, genera el calor suficiente como para descomponer el perclorato. ¡¿Y cómo genera ese calor, señor Castells?! ¿Cómo lo genera? Pues oxidando la celulosa de la venda, hombre, oxidando la celulosa. Total, que el perclorato se descompone, genera oxígeno y éste oxida combustivamente la gasolina. Vean, vean…

Y entonces abría la vieja maleta que, de manera horizontal, llevaba de vez en cuando a clase, y extraía de élla una cápsula de porcelana, un algodón y tres frasquitos bien cerrados. Ponía en el fondo de la cápsula unos granos de KClO3, empapaba el algodón con gasolina, lo depositaba sobre el clorato y añadía, con sumo cuidado, dos gotas de ácido sulfúrico. ¡Y una llama azul intenso brotaba sobre la mesa del aula!

-Si algún día se encuentran en el laboratorio y no tienen fuego, ya saben lo que han de hacer para encender el Bunsen… o un pitillito, y se prendía un Ideales de papel amarillo que, previamente, había estado preparando con sus manos y pasado por su lengua para humedecer la goma y pegar el papel. Eran otros tiempos, claro. Hoy es impensable fumar en clase y tener profesores tan geniales como don Benigno Lago Lavín, el que odiaba a los chulos, las calientapollas y la tuna.

(Escrito por Protactínio)

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25 noviembre 2008
"Serendipia" legal
Fue en 1995. Unos de mis primeros asuntos penales. Luego abandoné esa jurisdicción, salvo, naturalmente, asuntos de cuello blanco. Mi cliente había sido detenido por una pareja de municipales en Bravo Murillo, muy cerca de una comisaría de la Policía Nacional (la leyenda urbana dice que es allí donde un funcionario de justicia llamó para pedir un comisario para una quiebra) y de los juzgados de Plaza de Castilla. Así que el trayecto entre el calabozo y la mazmorra fue corto. El tipo era menguado de talla, pero su aspecto casaba bien con el entorno: sordo del lado izquierdo, cicatriz kilométrica desde la frente al mentón, en forma de media luna, ojo izquierdo averiado. Complexión fuerte: cuando me dio la mano, agradecido por los cigarrillos que le llevamos, tuve que hacer un verdadero esfuerzo por mantenerme impasible.

-¿Cuándo me sacáis de aquí?
-Calma, hombre, hay que preparar tu declaración, localizar a tus familiares y hablar con tu amigo de Murcia. El de Instrucción 98 es un juez minucioso, pero deja hacer a los abogados y eso luego te beneficiará. Por cierto, ¿el de Murcia se encarga de la provisión?
-Sí, sí, él le envía el dinero a mi mujer.
-Vale.

El Calamar III, o el II, ya no me acuerdo. Junto a los juzgados, cruzando la acera. Una rubia oxigenada, exuberante, entrada en carnes y diez años mayor de los que pretendía aparentar. No me agradaba, pero su cara me era familiar. A su lado un tipo vulgar, rechoncho, con una cartera de mano abultada. Lo normal merodeando por allí a esas hora de la madrugada. A la rubia nos la presentaron como la mujer del detenido, su acompañante un policía amigo. Ya.

-No entiendo cómo le han detenido, si no hacía nada malo.
-Claro, nada malo. Pero el municipal tuvo que descerrajar un tiro al maletero para abrirlo y ver el contenido.
-Pero es que es coleccionista y nos estamos mudando.
-Ud. no estaba allí.
-De esas cosa se ocupa mi marido.
-Esas cosas son una MG-42, tres subfusiles, 2 pistolas, munición para la batalla del Marne, siete puños americanos y machetes y cuchillos en cantidades industriales.
-Es aficionado a las armas. Ha sido militar y su padre también lo fue.

Se decretó su ingreso en prisión. Provisional. En Carabanchel. Pero la cosas no iba mal. Se le procesaba por tenencia de armas y me extrañó, porque el juez no era malo y estaba claro que era un delito de depósito de arma de guerra. La cosa cambiaba mucho. Salir o quedarse. Además habían aparecido unas requisitorias sobre unas estafas en Lérida a cuenta de importación irregular de carne en mal estado y el cierre fraudulento de varias empresas. Estaba claro que era un matón, un testaferro. Además, el compañero (es un decir) de Málaga que me había pasado el caso defendía a jefecillos de las redes de narcotraficantes del sur.

En 15 días teníamos al sujeto en la calle. Un éxito, a pesar de las evidencia contra el tipo. Usamos de todas las añagazas al uso para conmover al juez, protestando por la sinrazón de la sospecha de huida. Nada tenía que ocultar y estaría a disposición. Faltaría más. Un coleccionista simplemente, que no tuvo la precaución de inutilizar las armas. Imagino la náusea del instructor al firmar el auto. La que tuve yo al final, pero no ese día. Bárbaro, le sacábamos y pronto cobraríamos una sustanciosa provisión. Valía la pena soportar el relato de las hazañas del preso hasta que salimos de Carabanchel: paracaidista en Sidi Ifni en 1957, instructor-artificiero de chicanos en Vietnam, en la guerra de zapa de minas, instructor en Ecuador en la última batalla fronteriza contra el Perú, guardaespaldas, casado con una cutre stripper de habitual aparición en la filmografía de Pajares-Ozores-Esteso (de eso me sonaba, confiesen los de mi quinta que todos han visto alguna). Lo tengo por cierto, aunque lo dudé entonces, por más que los detalles que me dieron sobre el padre militar coincidían con lo que yo sabía del Grupo de Ejércitos C en el frente de Leningrado. Aseguraba que después de la Legión Azul se había quedado por allí y que acabó en el regimiento Westland de la División SS Wiking defendiendo a la civilización occidental y blablabla. Un tipo de amplias miras el padre y de tal palo tal astilla, y todo sea por la minuta, carajo.

-¿El dinero?
-Quedamos en Plaza de España, en el Vips y allí os pagamos la provisión.
-Mejor ahora.
-Es que nos falta una parte que ha enviado hoy mismo el abogado Azam, su compañero. La lleva nuestro amigo Tuto. (El policía, que sí lo era.)
-En media hora.

No aparecieron. Le volvimos a ver en una declaración, más que nada por reclamar la minuta: coño, que le habíamos sacado de la cárcel con una fianza de risa. Nada de nada. Y cuando aparecimos por su casa ("a ver si se ablanda la de las tetas enormes"), una más que seria advertencia nos hizo desistir y llevar el apunte a deudas de dudoso cobro.

Un par de años después me topé con uno de los municipales que le habían detenido. Se acordaba de mí y le pregunté si sabía del caso. Me miró extrañado. "¿Tú no? salió porque era testigo protegido y nosotros metimos la pata, no se le podía tocar. Bronca monumental desde Interior y, cómo no, desde la Audiencia Nacional". Los GAL, decía. Vaya Ud. a saber.

(Escrito por Phil Blakeway)

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24 noviembre 2008
Variaciones
«El tiempo pasa;
nos vamos poniendo menos»
(Andrés Calamaro).

El tiempo pasa.
La onda se desfasa,
el cielo nos rebasa
y hacemos tabla rasa.
(El duende
sigue en casa.)

El tiempo pesa.
El óxido nos besa.
Debajo de la mesa,
la sogatira cesa.
Cerremos esta empresa.
(El alma
sigue ilesa.)

El tiempo pisa.
Dios nunca viene a misa.
Un gato en la cornisa.
¡Va todo tan deprisa!
(Tan sólo el grillo
avisa.)

El tiempo posa.
Llega a cierta cualquier cosa.
Crecen letras en la losa.
La oscuridad es golosa.
Miedo. Tu rostro
rebosa.


George Segal, Chance Meeting (1989)

(Escrito por Al59)

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23 noviembre 2008
¿Falso?
Elmyr d’Hory (1906 – 1976) fue un pintor húngaro que se hizo famoso (y rico), falsificando cuadros. Durante su intrincada vida, que dio para un documental del mismo Orson Welles (“F for Fake”), falsificó cerca de un millar de obras de artistas como Picasso, Modigliani, Matisse, Renoir, Toulouse-Lautrec, Gauguin y Chagall. En los años 50 y 60 sus cuadros colgaron en galerías y museos de arte moderno de todo el mundo, especialmente Estados Unidos. La fama que tiene Hory ha supuesto que, actualmente, se hagan exposiciones de sus falsos cuadros, muy valorados. La gente que ahora va a estas exposiciones pregunta: “¿Es un Hory auténtico?”. La respuesta es fácil: “No es un auténtico Cezanne, pero sí un verdadero Hory”.


Un Hory auténtico


La otra cara de la misma moneda es Anthony Auerbach, un joven artista británico que, empezó a pintar principios de los noventa, y cuya pintura, curiosamente, era muy similar a la de Frank Auerbach, pintor ya consagrado y que desde hacía décadas vendía sus cuadros por cifras millonarias. La alerta la dio la revista The Arts Newspaper ante la primera exposición individual de Anthony. Al igual que el viejo Auerbach, el joven Auerbach dibujaba con carboncillo, trazaba líneas caóticas, pintaba sobre collages de papeles, etc. Según la crítica, el joven Auerbach lo hacía deliberadamente, con la pretensión de que lo confundieran con el viejo.


Un verdadero Auerbach

No parece que Anthony tuviera problemas con la justicia cuando firmaba sus cuadros con su apellido. Elmyr d’Hory tampoco los tuvo cuando empezó a firmar con el suyo.


(Escrito por Desierto Polaco)

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22 noviembre 2008
Arroz con pollo

En el pleistoceno medio, cuando yo era mocito, el arroz con pollo era comida rumbosa y especial. En mi casa, se solía comer los jueves y era plato fijo. Al igual que el pollo asado de los domingos y el potaje de bacalao los viernes. Todos y cada uno de los viernes del año porque, para mis padres, lo de reducir la abstinencia al tiempo cuaresmal debía ser cosa de blandos de corazón o, incluso, de conversos. Sin embargo, aquel arroz con pollo tenía dos flagrantes defectos: demasiado arroz y demasiado colorante alimentario. El segundo es hijo de la época; el primero, de los equilibrios que había que realizar para dar de comer a siete tragaldabas. Auténtica tecnología de los alimentos, se lo aseguro.

El pollo para el arroz debería ser, siempre, de campo. Pollo comemierda, vamos. De los de trabajadas carnes; andarines y expertos en gusanitos y lombricillas. Con la grasa de su piel casi anaranjada después de mucho tiempo comiendo hierba verde, fuente inmejorable de carotenos, y unos muslos casi provocadores. Pero dónde están los pollos de antaño… Hoy, salvo que seas de pueblo y tengas tu corral con unas gallinas, es manifiestamente difícil hacerse con un animal así. Y, si encuentras donde comprarlo, caro. No obstante, y dado que tenemos que trabajar en condiciones no ideales, prepararemos la receta con pollo, digamos, convencional. Nos interesa todo el pollo excepto la pechuga, que reservaremos para cocinarla, por ejemplo, a la Villeroy. La pechuga guisada tiende a quedar seca y, por otra parte, no es la pieza del pollo que aporte más sabor al caldo. Sí los huesos sobre los que se asienta, que podremos emplear sin problema alguno, cuidando de retirarlos antes de servir ya que no son especialmente estéticos. En Mercadona, venden un pollo despechugado y troceado que resulta particularmente apto para nuestro menester. Vale: se parece al pollo de campo lo mismo que el moderno James Bond, abstemio y monógamo, al de Sean Connery. Pero se deja comer.

Sala el pollo y dóralo en buen aceite. Los trozos no deben ser grandes; por ejemplo, los muslos quedan óptimos partidos por la mitad. Así sueltan mejor su sabor y se hacen más profundamente. Aparta el áureo ave y, en el mismo aceite, sofríe un diente de ajo bien picado, medio pimiento verde troceado menudo y media cebolla en juliana. Cuando esté hecho, añade medio bote de tomate Hida (disponible igualmente en Mercadona y totalmente recomendable) y déjalo hacerse a fuego lento. Mete entonces el pollo que has reservado, dale una vuelta y añade algo más de un litro de agua. Tiene que cubrir bien el pollo y sobrar. Entonces, cuece todo unos diez minutos y déjalo estar hasta el día siguiente. Podrías, desde luego, seguir la receta en este punto, sin solución de continuidad. Pero dejando el pollo durante la noche, quedará mucho más sabroso y tierno. Antes de comer, o acto seguido si andas con prisas, pon un puñadito de arroz por persona (las cantidades escritas hasta ahora valen bien para cuatro) y cuécelo a fuego mediano hasta que te parezca tierno y comestible. Ya está.

Y les dejo, que tengo que preparar steak tártaro para seis. Mi Director de Departamento y mi Decano (así como sus respectivas) tienen la culpa. Pásenlo bien y, si me lo permiten, tomen el arroz con el mismo vino que tomaremos esta noche: un Sauvignon Blanc, de Mont-Reaga. Me agradecerán la conseja.

(Escrito por Protactínio)

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21 noviembre 2008
Curry Halal

Esta noche la lamparilla está llena de mantequilla putificada, y el pábilo chisporrotea intentando llamar la atención. He colgado una guirnalda de flores azafranadas y he puesto en el reproductor un CD de música clásica hindú para sitar. La luz envolvente, la música cálida y el olor de las especias ha debido adormecerme, porque no me doy cuenta de que mi interlocutora ha abierto la conexión, y alguna extraña alucinación me hace ver que su imagen sale del monitor y oscila ante mí como una tridimensional y nebulosa figurilla, acabando ambos flotando en un espacio vacío y adimensional sin referencias de distancia, tamaño o tiempo.

-Aceptaré sin discutir que todas las mujeres sois recipiente y vaso sagrado de Shakti, la fuerza generadora, y hasta puede que ponga unas varillas de incienso ante la pantalla (en cuanto localice donde está). Pero quizás, antes que la hermosa Ratri, tu avatar debería ser la cabeza de la dulcísima y veneradísima vaca Surabhi, de la cual honramos cinco productos (leche, mantequilla, suero de leche, orina y estiércol) y renunciamos al sexto (su carne).

-Ten cuidado, una Devi puede transformarse en otra en rápido trance. No creo que fueras tan insolente si la negra Kali, la que frecuenta las piras funerarias y los cuerpos corrompidos, dirigiera sobre ti su mirada, por mucho que los modernos bienpensantes juren que en realidad es una madre amante que arrulla a los nenes, y sus adoradores hombres de paz y conciliación.

-No discutiré contigo, puesto que no me place hablar con un avatar que lleve un cinturón de cráneos humanos y el pecho untado en sangre fresca, y menos en esta situación. Así que dime, ¡oh diosa de la noche!, que es lo que ves en el país de millones de dioses cuando las lámparas de las casas se encienden, y háblame de los hijos del profeta. El 13% de la población india es musulmana (unos 150 millones), auque el porcentaje es muy variable dependiendo de los estados. Constituye la minoría religiosa más numerosa, por delante de cristianos y sijs…

-… y a pesar de ello su peso en la sociedad es mucho menor de lo esperable. La gran mayoría de ellos vive en la pobreza, sin esperanza de progreso y promoción, atrapados en ghettos urbanos con el detalle localista de eunucos patéticos vendiendo un sexo marchito y una bendición para los recién nacidos., trabajando (si lo hacen) generalmente como pequeños artesanos con talleres o puestos en calles que son albañales putrefactos, y que engañan al hambre bebiendo vaso tras vaso de té, o si no carroñeando en los basureros. Como ha mostrado el Sachar Report de 2006 (un exhaustiva investigación de las condiciones socioeconómicas de los musulmanes), la situación ha dejado atrapados en el fondo del cubo a gran parte de los musulmanes incluso en la reciente fase de desarrollo económico exuberante del país. Este mismo informe ofrece abundantes soluciones y propuestas, desde la vigilancia de los libros de texto para asegurar que no se alienta la intolerancia religiosa hasta la organización de la enseñanza básica en las madrasas para que puedan respaldar certificados de escolaridad y reducir el desempleo. Claro que llevar a la práctica las medidas necesarias es otro tema, pues por muy decidido que se sienta el gobierno se encuentra enfrente a la mayoría hinduista (en cuyo seno se agita el totalitarismo mas flamante y radical), y aquí entra el problema de los votos, los equilibrios de fuerza incluso dentro del propio Partido del Congreso, la corrupción rampante (tan extendida y omnipresente a todos los niveles como una chapati), y mil factores mas que convierten la política interna india en algo bastante similar a la sala de psicóticos de un hospital mental sin reparto de medicación.

-Ya, pero sin embargo no todos los musulmanes están fabricando pan de oro con el martillito en su banquito, algunos son pudientes e incluso famosos…

-Como todo en esta vida las cosas son complicadas, y los musulmanes indios son muy heterogéneos. Para empezar existen tres “castas” o mas bien categorías: los ashraf (descendientes de mercaderes árabes), los ajlaf (indios originales que se convirtieron para escapar del sistema de castas), y los arzal (los más pobres, originalmente conversos de la casta de los Intocables). Del primer grupo han salido los musulmanes que actualmente pertenecen a la clase media y alta en la sociedad india, incluyendo su presidente actual y alguna estrella masculina de Bollywood. Además, los musulmanes pueden ser (muy) liberales o (muy) ortodoxos, teocráticos o sufíes o sunníes o bhakties… Pero en el fondo la religión solo es la justificación de las disputas, por lo que enfrentamientos aparentemente religiosos (y ojo que de esto también hay bastante en el conflicto) en realidad encubren batallas de intereses económicos. El primero el que implica eliminar la competencia, y que se mostró claramente tras la creación de Pakistán (asunto organizado y dirigido por una pequeña elite, y en la cual el resto de musulmanes se tuvo que tragar el sapo por mucho que no les gustara), que ofreció a la clase media hinduista (sobre todo en el Norte) un mercado donde expandirse sin competencia una vez que se largaron por piernas los musulmanes de clase media y alta que estaban ocupando el nicho social. Los que se quedaron o eran demasiado pobres o retrocedieron en sus competencias, incluyendo una progresiva caída en sus ingresos.

-Ah, esa es otra, creo que los musulmanes indios que se quedaron son clasificados de “culpables, crispadores y destructores de la integridad de la Madre India” por parte de los hinduistas. Les acusan de separatistas y se exigen medidas para su expulsión de la comunidad o su sometimiento total en una nueva clase de Intocables. Cualquier medida que implique agrupación, asociación o simple reunión, por inocente que sea, es tachada de ser la semilla de otro Pakistán.

-Algún autor afirma que la responsabilidad de esta situación está tanto en el fanatismo hinduista (que bebe a largos tragos del fascismo y el nazismo, aunque en Europa estemos mirando para otro lado) como en la incapacidad de los líderes de la comunidad musulmana de controlar a los mas revoltosos y violentos, las demostraciones provocadoras por parte de algunos sectores islamistas y la falta de unidad entre la propia comunidad, partida entre los musulmanes mas liberales (que han apoyado sin ambages las medidas mas laicizantes y progresistas de los sucesivos gobiernos indios, y trabajado por una colaboración entre comunidades) y los mas tradicionalistas, que les acusan de heréticos y traidores, y se aferran a ideas y normas medievales simplemente porque son “suyas”, como una manera de mantener su identidad. “Low profile, low profile”, insisten los admonitories, “una minoría no puede permitirse ser demasiado visible en un entorno hostil”. Caramba, es que el low profile que exigen los rigoristas incluye la extinción física tal cual. Los hinduistas extremistas se plantean seriamente acciones dirigidas a la exterminación de las minorías, que incluyen a los musulmanes, los cristianos, los sijs…muertos o conversos, preferiblemente lo primero, y que vayan dejando el terreno para los suyos. Estos días precisamente se ha hecho pública la noticia de las recompensas que se ofrecen por asesinar cristianos, y no son los únicos objetivos.

Ya no es un problema solo de religión sino de casta y etnia, porque entre los propios hinduistas se arrean con ganas, y que se lo digan a los bengalíes o a los Dalti, o a los campesinos, siempre expuestos a los arbitrios de los poderosos y aporreados por una policía que funciona como un ejército privado para el mandamás de turno y sus ansias expoliadoras. Y aun así la religión es parte del puzzle: cuestiones críticas son el consumo de carne de vaca por parte de los musulmanes (problema solucionado por alguna cadena de hamburgueserías utilizando búfalo de agua, que no es problemático y es consumido por ambos grupos), el rechazo de las castas (pues vaya mosqueos se llevan con el temita los de la casta bhraman…), la mejor situación económica en algunos aspectos de la mujer musulmana según la sharia sunní y sufí (lo que indica lo mal que está la hinduista: Comparada con una mujer hindú, las mujeres musulmanas disfrutan de mas derechos, y no necesitan que el estado se los ratifique, pueden heredar de sus padres, disponer de su propio dinero como deseen, conservar lo que les ha sido regalado o ganado durante el matrimonio tras un divorcio, e incluso recibir una compensación económica tras el mismo.), el rechazo al sati o suicidio de viudas (práctica que está siendo reivindicada por los grupos integristas hinduistas), discusiones acerca de si el templo era una mezquita y antes un templo y antes una mezquita, y aquí nació Rama porque yo lo digo y te planto una estatua en donde me sale del turbante… Para los criados en el entorno hindú (con sus castas inamovibles, su indiferencia por los demás y sus fronteras interpersonales) el Islam ofrece hermandad y ayuda mutua. Desde la perspectiva hinduista, el Islam es ofensivamente igualitario y democrático, y preconiza la ayuda mutua en el grupo, incluso fuera de el, algo inconcebible para un hinduista.

-Pero la situación no es la misma en toda la India…

-No, desde luego. El Norte, gobernado por los conquistadores musulmanes durante ocho siglos (durante los cuales se han sacudido de lo lindo por retener el poder hinduistas y musulmanes), ha sufrido tanta violencia que los posos de amargas memorias y cíclicas venganzas siguen contaminando todo. En este Norte de batalla constante soterrada se localiza el Cow Belt, el bastión de la ortodoxia hinduista, en lucha constante a todos los niveles con el fundamentalismo islamista (tanto monta, monta tanto). En el Sur, donde los musulmanes penetraron en su mayoría como mercaderes sin interés por detentar el poder político, no se crearon los precedentes necesarios, e incluso ahora los conflictos son raros o inexistentes a pesar de que la proporción en la población sea similar en algunas zonas y que aun se produce cierta competencia por la actividad económica, encontrándose una clase media capaz de mantener negocios, optar a los pocos puestos de privilegio, ingresar en la administración…

-Tendremos que hablar con más calma de la ultraderecha hinduista, pero no podemos ni mucho menos decir que los musulmanes han permanecido quietecitos en su rincón. Dejando aparte lo que sancocharon los sultanes y sus ministros cuando se sentaban en los tronos, en el momento actual hay grupos que ejercen una actividad violenta evidente…

-Sí, y voy a hacer aquí una división: existen grupos islamistas terroristas (de los que hablaré más adelante) y grupos mafiosos constituidos por musulmanes. Originados en las bolsas de pobreza de las ciudades, los niños se acostumbran desde que abren los ojos a la violencia diaria y doméstica, a los ajustes de cuentas en la calle, a los muertos con signos de torturas arrojados a los patios, a las persecuciones que entran y salen de las casas de la vecindad pistola en mano, a los criminales que disfrutan del respeto de sus vecinos (en parte por miedo, en parte por fascinación, en parte por ver lo que les cae) y gastan a manos llenas, mientras que al tiempo se proclaman fieles y cumplidores creyentes. Su “creencia”, claro, es bastante chusca, pero ellos presumen de piadosos (porque llevan un pañuelito verde) y protectores de los pobres. Por el día ametrallan a sus víctimas y por la noche rezan sus oraciones sobre la alfombra, igual que los gangsters y los mafiosos mataban (matan) durante la semana y el domingo acudían (acuden), muy serios, a las iglesias católicas, comulgando con grandes lagrimones y dejando el sobre en la cestilla de las limosnas con gesto grandilocuente. Los que hayan visto “Gangs of New York”, con Day-Lewis repartiendo machetazos en las peleas y filetes de carne entre los pobres sin cambiarse la chistera, pueden hacerse una idea de cómo funciona el sistema. Esos elementos se convierten en héroes y modelos de los niños, que crecen viendo a esos tipos organizando a las desarticuladas barriadas, aparentando ser los "guerreros defensores de los oprimidos" como modernos condottieros ejerciendo el derecho de pernada adquirido por la fuerza bruta. Los asesinatos y las palizas, los saqueos, las violaciones, son hechos habituales que a nadie (ni al gobierno ni a la policía...) le interesa resolver. Así que apenas pueden corretear los chavales se ofrecen como ayudantes de los sicarios o recaderos. Total, es eso o morirse de hambre entre la basura y los arroyos de orines…

(Continuará…)

Bibliografía

Council on foreingn relations. India’s Muslim Population. Author: Carin Zissis

Muslim Perceptions of Other Religions. A Historical Survey. Edited by Jacques Waardenburg. Oxford University Press, 1999

Encyclopedia of Hinduism. Constance A. Jones and James D. Ryan. Facts On File, Inc., 2007

India. V.S. Naipaul. Random House Mondaroni. Barcelona, 1998, 4a ed.

(Escrito por Mandarin Goose)

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20 noviembre 2008
Maneras de morir (I)
Hace poco más de un mes, Tsevanrabtan me advertía en su blog de los peligros de la atropina disuelta en gin&tonic. Al químico Paul Agutter, la jugada le salió doblemente mal: en lugar de acabar con su mujer, él acabó en la cárcel. Casualidades de la vida. Y, sin embargo, se reconcilió con la sociedad y se jubiló siendo lecturer en filosofía y ética en la Universidad de Manchester. Bonito final para una terrible historia.

Pero no sólo los químicos sabemos algo de venenos; también la clase médica chanela el sermo vulgaris y es capaz de matar sin dejar demasiadas huellas. O no siempre.

La hioscina (o escopolamina) es un alcaloide que se extrae de la mandrágora (Mandragora officinarum). Otras plantas como la dulcamara, el beleño o el estramonio son igualmente capaces de sintetizarla, aunque su riqueza en el veneno es menor. Con un extracto de mandrágora, vendido por Lewis&Burrows Ltd., farmacéuticos de New Oxford Street, en Londres, fue asesinada Belle Elmore. El envenenador: su marido, el doctor Hawley Harvey Crippen. La causa: los amoríos extramaritales de éste con una joven llamada Ethel le Neve. La pobre Belle murió de aparentes causas naturales y el viudo trató de huir a América con su amante disfrazada de joven varón. Se hacían pasar por padre e hijo, pero levantaron las sospechas del capitán del barco que telegrafió a Inglaterra y dejó a la pareja en Canadá, en manos de la justicia imperial. El 23 de noviembre de 1910, Crippen fue colgado por el verdugo John Ellis, que ejercía el noble oficio de peluquero cuando no tenía nadie a quien despachar en nombre de Su Majestad Británica. Eran las nueve de la mañana.

El también doctor en medicina Harold Frederick Shipman, Fred para sus amigos, era un respetado médico generalista. Nadie, por extraño que pueda parecer, supo jamás de sus actividades como drogadicto, ladrón, falsificador y asesino en serie especializado en la tercera edad. No se sabe a cuántas personas apioló, pero puede que la última, una venerable anciana de Hyde, Manchester, llamada Joan Melia, fuera su víctima número doscientos. ¿El tóxico? Diamorfina, el derivado diacetilado de la morfina más conocido como heroína. El doctor Shipman lograba, a veces, de sus futuras víctimas generosas donaciones en forma de herencia. Al poco tiempo de pasar por el notario, la viejecita fallecía plácidamente. ¿Qué forense iba a buscar caballo en los tejidos de quien parecía haber muerto de viejo? Shipman, haciendo un último favor a la humanidad, se suicidó en la cárcel el 12 de enero de 2004. Nadie lo sintió.

La enfermera Kristen Gilbert, del Hospital de Veteranos en Leeds, Massachussets, creyó haber descubierto el crimen perfecto el 21 de julio de 1995. Ese día inyectó una potente dosis de adrenalina a Stanley Jagodowski, un veterano de 66 años obeso y diabético al que acababan de amputar una pierna gangrenada. Sus colegas médicos confirmaron que Stanley había muerto víctima de un infarto agudo de miocardio, nada extraño, por otra parte, en su situación. Kristen cogió gusto a la jeringuilla y comenzó a despenar a enfermos incómodos. Henry Hudon, Kenny Cutting y Ed Skwira fueron algunos de ellos. Con otros lo intentó sin éxito. Por ejemplo, Thomas Callahan, un esquizofrénico que se bebía una botella diaria de whisky y se fumaba dos paquetes de Lucky sin filtro. Ambos factores ayudan, sin duda, a entender cómo pudo superar las 215 pulsaciones y la tensión de 22/12 a las que le llevó la inyección de Miss Gilbert. Una mala salud de hierro la del veterano Callahan.

(Escrito por Protactínio)

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19 noviembre 2008
Pelea de gallos (y II)
Resumen de lo publicado: Cinco personajes sin ningún destino.
Resumen de lo sucedido: Nada.

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El segundo personaje es el dueño del otro gallo en liza. Obsesionado por mimetizarse con su animal, viste un ajado chaleco pata de gallo con pechera jaspeada y pantalones de tubo con apresto de mugre amarilla. Consigue un cómico efecto de ferocidad con sendas fundas de acero roído que calza en sus colmillos superiores, a las que el óxido del tiempo les da un aire de pobreza estancada. Completa su estampa de astracán con el pelo cortado al cepillo en una cresta roja, habitualmente tan lacia como su futuro, las sienes rapadas con mataduras de navaja mellada y patillas en pico pintadas, las cuales apuntan la misma tendencia a desaparecer que su dueño cuando pierde y suda. De su cuello cuelga una increíble marioneta destartalada, rescatada de los despojos de algún teatrillo negro de gitanos, cuyas articulaciones rotas la hacen moverse de forma atormentada al compás del triste ritmo de su dueño.

Tuvo que abandonar su anterior oficio de cirujano plástico cuando le arruinó la cara y un ojo a la reina de las fiestas patronales, un adefesio de pago paternal que era su mejor cliente en su obsesión por casarse. La chapuza fue fruto de su espíritu místico de trabajo minucioso, pues mientras afilaba los instrumentos con una parsimonia digna de amante el ácido para rebajar los granos fue haciendo su efecto sobre el rostro de la aspirante a bella, amordazada a petición propia en probable cumplimiento de un deseo sexual. Ella no llegó nunca a ramos de bendecir y él la consolaba con un amor callado, tan sórdido y ocasional como absorbente para los dos. A raíz de la persecución que sufrió rige su vida por tres principios: uno moral, despojar a sus actos de toda pretensión épica, ambición profesional y avaricia; otro lógico, el anonimato constante, entregándose al azar de cualquier causa imprevisible y marginal, y el tercero, estético, procurarse un aspecto de trapo robado que llame la atención de los rivales.

De esa guisa y siguiendo una vieja querencia por el orden público, sobrevive prestando dudosos servicios como confidente de la policía municipal y distrae la necesidad con otros expedientes de miseria, entre los que destaca la venta de objetos litúrgicos robados y el atraco ocasional a beatas inoportunas. En estos lucrativos menesteres lo introdujo su ahora amigo, entrenador y masajista del gallo, un sacristán bujarrón al que conoció ganándole una pila bautismal en una noche de apuestas desesperadas. De mal cuajo le exigió disponer de la prenda al amanecer, so pena de cortarle una oreja con un bisturí de recuerdo que escondía en la bota, para lo que el monaguillo fanfarrón tuvo que recurrir al marmolista del cementerio vecino, el cual exigió en pago por el trabajo nocturno de segado la lápida de un obispo segundón que pavimenta con roña de abandono una capilla lateral consagrada como trastero.

... El retraso que la sucesiva presentación de personajes y relato de breves historias produce cada día en el inicio de la esperada pelea de gallos le causa tal desazón al dueño de la mercería que cada amanecer se despierta bañado en una angustia helada y ya cómplice, pero aliviado por el fin de la pesadilla. Aunque, con terco empeño, se promete convocar de nuevo la lucha cada noche, con la pasión y el morbo del buen aficionado a las ilusiones y la mala fortuna del jugador sin carácter. Incapaz de desprenderse de esa costra, los personajes e historias que inventa con vieja puntualidad le están sustituyendo y son ya las huellas dactilares de una ambición cuyo metódico fracaso parece haber expulsado toda forma de acción de su vida.

(Escrito por Bartleby)

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18 noviembre 2008
Nada nos contenta

(Por Errabundo)

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17 noviembre 2008
Hubo un tiempo
Releía yo días atrás una recopilación nostálgica de artículos de y sobre la revista Star, barcelonesa, publicada en los años setenta, santo y seña del mundo subterráneo que iba gestándose al margen de los políticos oficiales. Decían, y será verdad cuando tanto lo repiten o será simplemente que somos piadosos con el pasado, que Barcelona era mucho más interesante y excitante entonces que ahora. Y lo decía gente como Ignacio Julià, Oriol Llopis, Juan José Fernández o algunos otros más, algunos conocidos, otros más bien ignorados.

Entre los personajes que pululaban por esa Barcelona de finales de los años sesenta y setenta se encontraba Pau Malvido, seudónimo de Pau Maragall Mira (de los pocos hermanos que no fueron hermanísimos), y según parece obligado por la familia a cambiar el apellido no fuera a ser que cierta gente se enterara de lo que su hijo escribía en Star, o la militancia en organizaciones ilegales de tinte anarquista.

Fue un hippie de primera hora. Desde muy pronto se sintió interesado por la contracultura que bullía en Estados Unidos y en Europa (las ondas del 68 parisino que se iban expandiendo y debilitando). Fue de los primero en escribir, con conocimiento de causa, acerca de la grifa, la marihuana o el LSD. Y de escribir sin una pizca de remordimiento ni de proselitismo. El título general de sus colaboraciones en la revista, Nosotros los malditos, da también una buena idea de la ironía que lo alumbraba. Ciertamente era así, eran malditos, pero malditos de verdad, de los que habían decidido vivir a la intemperie, sin cobijos ni redes protectoras. Luego vinieron otros, y él lo cuenta, otros que ya se habían establecido y habían esperado para saber en qué quedaba todo eso del hippismo y la contracultura. “Gente ya de veinticinco años o más que recuperaba su tiempo perdido (perdido en cuanto a rollo pero ganado en cuanto a plata) (…) y así, mientras antiguos y jóvenes se fundían en una masa de freaks anónimos dispuestos a mucho pero con pocas posibilidades por el momento, unos nuevos hippies, mayores, más ricos, cuidadosos de su salud y de su estética, salían a flote.”

Sus escritos son testimonio de un tiempo que ahora nos pretenden reescribir. Cuando Franco sentencia a muerte a Salvador Puig Antich, Malvido dice: “la izquierda apenas se movilizó. En la Universidad Autónoma, los marginales proyectaron un acto de protesta por la ejecución de Puig Antich. El PSUC boicoteó el acto y tildó a sus organizadores de provocadores.”

No es un personaje ejemplar, aunque en su radicalidad y en su honestidad sí que lo sea. Vienen bien gente como él, o como Eduardo Haro Ibars, pues nos contaron entonces cómo eran las cosas. Y ese es el mejor antídoto contra la desmemoria que nos envuelve hoy trajeada con las telas de las buenas intenciones y la justicia eterna y universal.

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Notas a pie de sábana:

(Escrito por Garven)

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16 noviembre 2008
Cosas que no te dije en Whashington
En no pocas ocasiones los problemas se abordan desde sesudos análisis con variables, ecuaciones, lógicas, mantras y palabras que cuanto menos compresibles sean, mejor. Pero como decía el personaje de Hannibal Lecter hay que ir a la sencillez, a la naturaleza de las cosas para encontrar la solución de los enigmas. Una de las grandes perversiones de nuestra época es la humanización de lo inhumano; hay cosas que hablan, piensan, deciden y son culpables, cuando en verdad nos encontramos frente a entidades inanimadas. Cuando me dicen en un litigio “esto le va a hacer daño a la empresa” suelo preguntar “¿Le va a pegar una patada a una pared?”. Los que hablan, piensan, deciden y tienen el estigma de la culpa son las personas. Todo en la vida social es la suma de millones de decisiones que toman los humanos y la economía, como un subtipo de actividad social, es el resultado de la misma suma. Aquí es dónde los análisis de las causas de la crisis fallan. El factor moral en la acción humana es sistemáticamente preterido, cuando no negado. Es más fácil imputar la responsabilidad a quien no se puede defender que al que se revuelve; y para muchos la verdad les puede ofender tanto que se ponen a la defensiva, colgando el muerto nuevamente a quien no puede decir ni mu. Pero ya se sabe, la verdad incomoda, pero no peca. Igual que los jugadores norteamericanos de la NBA han perdido el fundamento del baloncesto y se han centrado más en ser artistas circenses, las personas hemos olvidado los principios esenciales de la moral elemental y nos empecinamos en representar lo que no somos. Como es católica mi moral elemental, la encuentro en los siete pecados capitales, y ¡Mira por dónde! Estos me ofrecen una explicación más plausible que condenar a conceptos discutidos y discutibles como habrán hecho en Washington.

Lujuria: La deshumanización del otro, ante todo si se le quiere poseer. La obsesión por lo sexual en todos los ámbitos de la vida; haciéndolo en no pocas ocasiones el objeto de políticas, cuando no faros vitales. Siendo un poco socarrón lo de la jodienda sigue sin tener enmienda; los Strauss-Kanh, los Clinton y Wolfowitz por arriba, y cualquiera que conozcan por abajo, serán la demostración.

Gula: La gran obsesión, la comida, la glotonería, la lujuria por el alimento. El colesterol como índice bursátil del bienestar. Decía un paisano, prefiero que me pongan los cuernos a tener disparado el ácido úrico, porque con los cuernos puedo comer de todo. Cualquiera que sepa manejar dos sartenes se ha vuelto un semidiós y la comida una fijación enfermiza.

Avaricia:
La traición, el robo, la necesidad de acumular riqueza, aunque sea a base de píldoras, sacrificando la vida moral por la terrenal, como indicaba Tomas de Aquino. El autismo social, el ande yo caliente, el no me pasará a mí, emiten factura.


Pereza: La indolencia ha permitido que otros muchos pecados se instalen. Y además ha facilitado que se consoliden. La pereza permite olvidar nuestras obligaciones morales, o es la coartada perfecta para incumplirlas.

Ira: El fanatismo en la defensa de los intereses y de las ideas. Muchas veces la pereza desemboca en ira, como una forma de búsqueda de justicia desbocada. Mis problemas se solucionarán a base de violencia, por las malas o por las malas.

Envidia: Deseamos lo del vecino, codiciamos lo que vemos. La envidia es el alimento espiritual de la avaricia ¿Por qué no tener un 4X4? ¿Y un piso al lado de la infanta? ¿Y ropa cara? ¿Y vivir sin dar palo al agua como la Jet Set?

Soberbia: El protopecado. El querer ser más que los demás. Fuente y origen de los restantes. Yo soy lo más de lo más. Pontifico y quien no quiera seguirme, lo arrojo a los infiernos.


No hacen falta inyecciones de dinero, ni psicoanalistas de la confianza, ni chivos expiatorios dónde descarguemos la culpa de la situación. Seamos castos, moderados, generosos, diligentes, pacientes, caritativos y, sobre todo, humildes, y más pronto que tarde, volveremos a la buena senda.



(Escrito por Cateto de Pacifistán)

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15 noviembre 2008
Gachas manchegas


La almorta, guija, yero, a(l)rvejón, chícharo, tito, pito o muela (Lathyrus Sativus, L.), que con tal variedad de nombres es lícito y aún hasta académico llamarla, es una leguminosa rústica, con escasos requerimientos hídricos y muy bien adaptada a suelos fuertemente calizos. Su planta, de escaso porte, se adorna con unas hermosísimas flores que van del blanco azulado al violeta. La vaina es pequeña, con dos o tres semillas, y, en lugar de semejarse a la del guisante, la judía verde o el haba, presenta un corte triangular con una cara plana que une lo que podrían ser dos labios semiabiertos, expectantes, deseosos, casi carnales. La almorta molida produce una harina amarillenta, muy rica en proteína, apta para el consumo humano y que, antaño, fue una importantísima fuente alimentaria entre las gentes que poblaban las Tierras Raras. Dicha harina, al no ser panificable, debe ser ingerida en forma de papilla, puré o rústica bechamel. Y, de tal forma, surgen las gachas, plato manchego por antonomasia, digestible paradigma de la pobreza y tangible virtud hija de la proteica necesidad.

Los ingredientes esenciales del plato, el Reino y la Justicia, son, a saber: el mesao, formado por torreznos y chorizo crudo, los ajos, el pimentón y la harina; la sal y el agua vienen, como todo lo demás según San Mateo, por añadidura. En una perola amplia, pon una ligera cantidad de aceite y fríe el tocino hasta que los torreznos adquieran un moreno natural y suelten una parte de sí mismos, la que les es consustancial e íntima por contener sus aromas; retíralos y, entonces, sofríe ligeramente el chorizo crudo cortado en irregulares pedazos. Sácalo igualmente del aceite y añade los ajos simplemente despojados de sus rojos, cardenalicios mantos exteriores y, a fuego lento, dóralos para, una vez confitados, sacarlos también de su oleoso infierno. Con la perola aún caliente pero lejos del fuego, añade una cucharada de café de pimentón; distribúyelo bien sin que se queme, añade la sal y, entonces, dispón dos generosas cucharadas soperas con monte de harina de almortas. Evita que se haga una bola, desliendo suavemente la pasta en el ya rojo aceite con la espumadera. Vuelve, ahora, la perola al fuego y añade un vaso de agua por cada cucharada de harina. Sin dejar de realizar precisos movimientos circulares y paralelos al culo del recipiente, observarás cómo el guiso va tomando cuerpo, cómo la harina comienza a fraguarse adquiriendo más y más consistencia para transmutar su original estado sopero y lechoso en una fase condensada que dejará, casi, de fluir a través de los orificios de la espumadera. Si has trabajado primorosamente, observarás lleno de orgullo que las gachas comienzan a follar: pequeñas burbujas de agua vaporizada romperán la tensión superficial del viscoso fluido, provocando a modo de mínimos volcancillos evanescentes. En ese momento, añade los ajos, los torreznos y el chorizo fritos previamente y cúbrelos bien con las gachas. Dale al tojunto un último calentón, y a la mesa. Sólo necesitarás de buen pan y mejor vino (un tinto del año o, si eres persona de posibles, un alegre media crianza responderán perfectamente al requerimiento) para entender, en tu boca y de primera mano, cómo puede ennoblecerse el pobre aliño culinario hijo de la caliza, la pobreza y la bondad.

(Escrito por Protactínio)

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14 noviembre 2008
Beatos, cerdos y vascos
20 minutos es, como saben, la versión digital de un periódico gratuito. No conozco su versión celulósica (no se reparte en mi pueblo), pero la digital suele ser una mina -o yacimiento, que se dice ahora para todo- de pequeñas, casi insustanciales noticias que dan, sin embargo, mucho de sí. En el número de ayer, por ejemplo, localicé tres perlas que tienen bastante de español ya que resaltan, en mi opinión, nuestro carácter de impenitentes buscadores del pliego de firmas, de individualistas congénitos sólo capaces de asociarse como afectados.

La primera de estas noticias nos informa de un grupo de ex-creyentes, autodenominados “Asociación de Víctimas de las Apariciones”, que han decidido querellarse contra la vidente de El Escorial, Amparo Cuevas, porque, al parecer y según ellos, ha recaudado unos buenos fondos a base de donaciones, limosnas y otros etcéteras, abusando de la buena fe de algunos creyentes (y creyentas, claro). El juez, sin embargo, ha rechazado considerar la querella; al fin y al cabo, las entregas de dinero se realizaron de forma voluntaria y en el marco (esto de en el marco es muy, muy importante) de una comunidad religiosa. Supongo que la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana estará muy agradecida al juez. ¿Se imaginan la cola de querellas por estafa que podría haberse formado?

De particular interés es el caso de Quinín. Yo conocí a cierto Quinín (diminutivo de Joaquín), uno de los últimos marinos en los barcos de la sal que hacían la ruta Torrevieja-Alicante. Pero su homónimo es un hermoso cerdo (probablemente de raza Large White) al que, dentro de poco, llegará su simbólico San Martín, ya que el real se celebró el pasado día 11 y Quinín, quizá por falta de peso o por cuestiones climáticas, lo ha superado momentáneamente. El cerdo está, como quien dice, en el corredor de la muerte aunque, afortunadamente, sin ir ni encadenado ni vestido de naranja. Su propietario, Antonio Caramés, de Dumbría, en La Coruña, lo ha cuidado primorosamente durante casi un año precisamente para hacer, luego, la matanza. Pero en lugar de mantenerlo prisionero en la zahúrda, ha decidido llevarlo por el pueblo, pasearlo, socializarlo, en fin. Y Quinín se ha ganado el aprecio, casi el cariño de sus conciudadanos dumbreses. Y aquí viene el problema: una asociación (Anima Naturalis), cuyo nombre desvela sus casi religiosos afanes, pretende impedir al señor Caramés hacer su tradicional matanza. Él dice que muy bien, que si le dan 12.000 leuros, se olvida de Quinín y se compra los chorizos, salchichones, jamones y lomos que éste hubiese dado de sí. Y, además, se lleva una propina por los cuidados. Claro. Aquí no hay caso judicial, pero sí cuenta corriente donde ingresar fondos pro-Quinín. Apúntense, si quieren, pero ¿qué hacer luego con el cerdo?

Y una última primicia, de la que me enteré por el 20 minutos aunque ahora la veo recogida por todos los medios audiovisuales y diarios, es el asunto de la selección vasca de fútbol. Los alegres muchachotes que, en calzoncillos largos, patean –con escaso sentido, la verdad– a una pelota vestidos con sus colores nacionales (rojo, blanco y verde), dicen que ya está bien de ser la selección del bosque de vascoparlantes (en vernácula sabiniana, Euzkadi) y que ahora quieren ser la selección del pueblo que habla vasco (Euskal Herria). Y han mandado una carta, firmada por casi todos ellos, donde amenazan a la Federación correspondiente con no jugar el entrañable match de Navidades que, este año, les iba a enfrentar con la selección (¡agárrense!) de Irán, si no les autorizan a hacerlo con el nombre que ellos prefieren. Cuán raro es un país donde ni hasta su nombre está claro, si me permiten las digresión melancólica. Realmente, al PNV le crecen los enanos. No es bastante con que EA (ea, ea, ea, Ibarretxe se cabrea) rompa su pacto electoral y quiera acudir a las elecciones de la manita de los batasunos (lo cual daría, claro está, a estos la posibilidad de ir), sino que, además, los muchachos del Athletic, siempre tan de la casa, quieran emplear, como denominación de origen, el término Euskal Herria, propio de izquierdistas abertzales y chicos de la gasolina (el jesuita dixit). Los señores del PNV parecen ignorar la historia. La ignoran, de hecho, salvo que sea para reinventarla. ¿Cuántas veces ha pasado eso? Te apoyas, crees que tácticamente, en los peores y, a la final, son los peores los que acaban ganando porque, como son más listos que tú, lo que para ti era una táctica, para ellos constituía una estrategia. Y tú, sin saberlo. ¡Qué poco leen a San Pablo estos meapilas del PNV! “Los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz”, dejó escrito el de Éfeso.

(Escrito por Protactínio)

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13 noviembre 2008
Sectas
En mi trabajo como investigador de sectas destructivas he llegado muchas veces a creer que ya había llegado a conocer, aunque fuere en líneas generales, su forma de proceder, qué tipo de adeptos buscan y cómo los manipulan, qué fines persiguen. Sin embargo en cada caso que tuve que tratar me he quedado sorprendido porque siempre aparecían rasgos absolutamente nuevos y hasta contradictorios con los esquemas que me había elaborado previamente al tratar de entenderlas. Los que estudiamos el tema apenas podemos elaborar esquemas generales y conformarnos con entender que una secta es destructiva cuando participa de algunos rasgos, pero pueden aparecer otros hasta contradictorios con las definiciones generales.

Para entendernos: se considera que una secta es destructiva cuando aparenta tratar temas culturales, políticos, religiosos, comerciales y hasta el tratamiento de enfermedades o problemas sociales usando técnicas de persuasión coercitiva y tienen una ideología conservadora y confrontativa. Cuentan con líderes estructurados en forma piramidal a los que no es posible cuestionar internamente en modo alguno. Suelen usar además situaciones de desorientación social como desastres naturales, de guerra o terrorismo para reafirmar el fin generalmente apocalíptico del mundo y su falsedad, muchas veces también con fin lucrativo. Aíslan al adepto de su familia de origen y de la sociedad en general.

Doy un ejemplo de secta que tiene aspectos contradictorios del esquema básico: las sectas tratan de conseguir adeptos adinerados. Sin embargo tuve que enfrentarme en una ocasión con una secta, REMAR, que los recluta entre los mendigos, alcohólicos, drogadictos y delincuentes. Justamente tal vez el éxito de una secta está basado en haber encontrado un novedoso “nicho ecológico” en el cual consiguen medrar exitosamente.

Hoy les quiero contar de una de las sectas que determinó en mí una serie de sorpresas y descubrimientos cada vez más asombrosos, como de muñecas rusas al revés, donde cada vez que se abre una en su interior se encuentra una más grande. Como en tantos otros casos el culpable de inicio fue un español, un electricista vasco, Joaquín Trincado, que emigró hacia la Argentina a principios del siglo pasado.


Fue el creador y propietario de EMECU, siglas de “Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal”, escuela de la cual, lógicamente, era el “catedrático” máximo y que fundó el 20 de setiembre de 1911, fecha clave porque a partir de allí comenzó dentro de la secta un nuevo cómputo del tiempo y una “Nueva Era”. Debido a su trabajo como electricista Trincado enfocó parte de su doctrina religiosa al magnetismo, con toda la carga misteriosa que tenía por entonces ese fenómeno. Decía así Trincado: "La electricidad es fuerza omnipotente y madre de todo lo creado" y "El magnetismo es el resultado del movimiento universal".


Joaquín Trincado también predijo una futura comunidad universal donde todas las cosas serían poseídas en común, el odio causado por las religiones desaparecería y existiría una sola raza de humanos (la raza hispana) con un solo idioma (el español) en hermandad universal y basada en un confuso espiritismo mezclado con la Kabala y el Zoroastrismo. La religión inventada por Trincado tenía los consabidos llamados al amor pero, como en casi todas las sectas, ese amor se transformaba en odio y destrucción de quienes consideraba sus oponentes. Como en la mayoría de los casos esta secta predica el próximo fin del mundo debido a la maldad del hombre y a las guerras, pero con un componente inquietante: A fin de acelerar la llegada del Reino de Dios había que provocar las guerras. En sus libros mostraba una enorme agresividad y escribió: "preservaremos a la humanidad destruyendo todas las religiones". Propugnaba un tipo especial de comunismo, tal como dice la filial venezolana de la secta: “La EMECU propende a la comunización de todos los seres; a los comunistas Emecuistas nuestra escuela los denomina "Comuneros" y al sistema que pregona le llama "Comuna de Amor y Ley", estatus que se aproxima en ciertas cosas al Comunismo Rojo o Marxista-Leninista.”

Para el que no esté de acuerdo con la propuesta se dice en la secta: “Si esto es lo que asusta a algún hombre, haga por salirse de la familia humana”. Los integrantes de la nueva religión son muy “progres” y se consideran a sí mismos como: “progresados, trabajadores, virtuosos, sabios de la creación, fraternales” en cambio sus oponentes son “retrógrados, libertinos, vagos, viciosos e inmorales”. Asimismo “están obligados gobiernos y autoridades a prestarle la ayuda y respeto” a la secta en “su lucha, con principios, contra la causa religión sea la que fuere que crea los efectos que desequilibran los pueblos, porque anestesian las conciencias y crean los odios personales que llevan a los hombres hasta el crimen de lesa patria y lesa humanidad”. Porque esta secta considera que todas las demás religiones son falsas y deben ser combatidas activamente.

En uno de los textos de la secta dice, destacando el carácter sagrado de España: “Hace 4.700 años nacieron y vivieron en las provincias de Granada y Almería España dos personas; “CERES Y JUNO O JUN” estas dos personas encontraron el Trigo, en África, en la parte que llamamos morería”. Aclaro que la sintaxis transcripta pertenece al texto original. En el libro “Cinco Amores”, escrito por el fundador de la secta, se recuerda que la propiedad es un robo y que las cárceles y los ejércitos fueron creados para defender la propiedad privada.

Trincado propone asimismo un nuevo sistema moral: acepta el adulterio y propone que se castigue al hombre que obtiene los favores de una mujer con promesas de pago que luego no cumple, pero justifica al hombre que viola a una mujer que se haya negado a tener relaciones “por motivos triviales, como ser: el temor a las consecuencias, al qué dirán, u otros motivos baladíes”. Además Trincado considera que las mujeres que se niegan a hacer el amor con un hombre lo hacen porque se masturban, por lo que “no es punible el force, porque, no se corrompe a la corrompida”.

Ofrece también una solución a este mundo inmerso en guerras continuas. En la pág. 61 del libro reclama que “el pueblo” debe buscar “los cartuchos que no lo dejaron quemar y los hará explotar, y entonces, sólo podrá aparecer la Ley: se reconstruirá, porque podrá ser la Paz desde que a la guerra la habrá muerto la guerra”. Trincado alabó los peores aspectos de la revolución rusa diciendo: “¿Qué han tenido que matar por no ser muerto? La defensa es justa y no hay Dios que la castigue”. En la p. 208 insiste: “al ver el dilema que se les presentaba de morir o matar, con conciencia de hombres empuñaron las armas y matan a los que los mataban. Esto también es quitar estorbos y está en la Ley de justicia. ¿Quién en sana razón dirá que es injusto?” Vemos que Trincado reduce la esencia humana a “estorbos”. ¿Qué se hace con los estorbos?

En la pág. 208 agrega: “He ahí la causa de que los ejércitos llamados rojos, Bolshevikis, Maximalistas, Comunistas, Sindicalistas o de cualquier color y título que les quieran dar, se vean obligados a destruir y matar, por la obligación y el derecho de vivir”.

Dice en la p. 128 de los soviets que “no pueden ser malos, por la sencilla razón de que son antirreligiosos”. Sin embargo también plantea la necesidad de depurar las filas comunistas y enviar a una isla desierta a los que no quieran someterse a la disciplina. (p. 214) En la pág. 215 aplaude que “Trotzky y Lenine” hayan aplastado el levantamiento de los rusos blancos comandados por Wrangel.

En la página 129 del libro considera que María, madre de Jesús, era adúltera. Luego veremos una de las consecuencias de esta afirmación.

En la página 187 Trincado explica porqué el idioma español será el idioma universal una vez impuesto un nuevo mundo mediante la guerra popular que termine con todas las guerras: ¡la superioridad del español se manifiesta en el hecho de que se pronuncia tal como se escribe! Y deja bien en claro: “Yo, que si no fuera Español, quisiera ser Español”. Trincado considera demostrada la superioridad de la raza hispánica debido a que es “puramente Adámica”, ya que el idioma vasco es idéntico al sánscrito. Al pasar les cuento que en la misma página profetiza que el mundo nunca podrá alimentar a más de dos mil millones de seres humanos, con lo que se incorpora a tantos otros falsos profetas habidos en la historia.

Dice Trincado que la raza española “llegó a una gran perfección en el tipo y cuyas mujeres son bellezas, todo bondad y cariño, sin malicia”.

En la pág. 186 dice: “se nos viene encima un pleito con todas las otras razas, es decir, entre la raza Hispana o Adámica y las mestizas de Adámicas o primitivas”.

En la pág. 189 dice: “las razas primitivas, menos mezclada con la Adámica, ya no pueden extenderse, sino es a costa de los Países donde la Adámica predomina, y esto no podría ser, sin vencer a la ley Suprema” y en la pág. 190: “La ley de higiene lo exige y la raza Adámica, fuerte, experta y sabia, dictará las medidas profilácticas”, augurando los campos de concentración y exterminio de las razas inferiores.

En la pág. 192 Trincado sostiene que el País Vasco es la cuna del españolismo, que los vascos son la raza Adámica pura y que el griego y sus letras son hijos del vascuence. Luego en la pág. 197 explica cómo la raza Adámica tuvo que imponerse en las Indias sobre los sacerdotes que estupraban vírgenes y luego las canibalizaban. Pero los adámicos ya han sembrado allí la semilla de la raza y ahora nacen blancos “que es el color de la nueva y fuerte raza” porque el amor “no reconoce fronteras” (pág. 198) y cuando un hombre, guiado por la “Etica-Comunista” en medio del “mayor libertinaje, liviandades y crímenes, ejecuta un solo acto de amor, es lo bastante para su regeneración, que empezará enseguida”.

Dice en la pág. 200: “Es duro para el obrero convertirse en dictador, puesto que aborrece la dictadura, pero las circunstancias son omnipotentes y obligan al hombre de paz a hacer la guerra, para matar a la guerra, para luego no tener ya que temer la interrupción de la paz, puesto que la guerra habrá sido enterrada”.

Joaquín Trincado es considerado actualmente en la secta como uno de los grandes personajes de la humanidad, junto con Aristóteles, Albert Einstein y José Luis Rodríguez Zapatero, lo que me parece algo exagerado en relación al último, en especial.

Y aquí viene la gran muñeca rusa que encontré al investigar esta secta: El más famoso adepto que tuvo fue Augusto César Sandino, el revolucionario nicaragüense.


La izquierda en general, que lo tiene como uno de sus grandes íconos, oculta que gran parte de lo que hizo Sandino estaba inspirado en las enseñanzas de EMECU. Debido a que el idioma sagrado era el español debía luchar contra quienes hablaran inglés. Para incrementar su ascendiente sobre sus seguidores Sandino decía ser la reencarnación de Cristo Jesús, que su esposa era la Virgen María y que sus generales eran la reencarnación de los doce apóstoles.

Me he preguntado muchas veces si los asesinatos, violaciones y destrucción que provocaron los seguidores de Sandino en Nicaragua estaban inspirados en los libros de Joaquín Trincado, que consideraba que una mujer puede ser violada si se niega por motivos “baladíes”, o que se puede eliminar a los que “estorban” o que pertenecen a razas inferiores. He aquí una bandera usada por los sandinistas:

Bandera usada por los sandinistas

Me ha estremecido comprobar que la ideología nacional socialista estaba tan extendida en la década del veinte del siglo pasado y que no era patrimonio exclusivo de algunos alemanes como a veces se quiere reducir así como la cercanía ideológica que tenían por entonces algunos bolcheviques con el incipiente nazismo.

Los Hermanos Enecón, Pedro y José Sánchez, asesinados el mismo día por los Sandinistas en Nueva Segovia

Y aquí les quiero contar la razón por la cual me vi obligado a investigar esta secta. Desde la ciudad de Mendoza me habló la Dra. Ana Rosa Grass, una destacada abogada de esa ciudad, sabedora de mi especialización en sectas. Le interesaba ayudar a una mujer a la cual su esposo, por motivos sectarios, le impedía todo contacto con sus hijos.

En ese caso comprobé que algunos adeptos luego de salir de una secta siguen creyendo en todos sus dogmas, por bizarros y extraños que nos parezcan a los demás. La mujer estaba convencida de ser la reencarnación de la virgen María. Quien le impedía ver a sus hijos era su esposo, líder de la secta en la Argentina, y que cree ser la reencarnación de Jesucristo. Ocurre que la mujer se había desilusionado de su esposo al comprobar que defraudaba a los adeptos en una granja comunitaria explotada en conjunto, bajo un régimen cooperativo. Ocurre que Joaquín Trincado había fundado en Argentina varias “comunidades”, como las de “los Libertadores”, “Los Franciscos” y “Colonia Jaime”. Esta última aún existe en la provincia de Santiago del Estero:

Los integrantes de la Colonia Jaime conforman una gran familia que comparte sus vivencias en el micromundo que preservan de los “avances” de la modernidad.

También se puede ver un sitio web de la secta que funciona en esa “colonia”, donde cuentan que dos veces por semana se dedican a estudiar los textos del fundador, de ideología nazi tan manifiesta.

Hoy, justamente, se ha firmado un convenio entre el Ministerio de Educación de la Provincia de Santiago del Estero y la secta a fin de promover la visita de alumnos de los colegios primarios a esa “cooperativa”. ¿Sabrá el Ministerio de Educación qué tipo de enseñanza se imparte allí?

Se notan, sin embargo, tensiones internas. Dice así uno de los adeptos de la secta: “La juventud hoy protesta a los mayores, sin aún haber aportado nada, ni para el país, ni para el mundo” y “Otros no se han recibido de hijos y ya son padres”. Es posible que los jóvenes justamente no estén de acuerdo con las enseñanzas retrógrados y perversas de Joaquín Trincado.

En el caso ocurrido en la provincia de Mendoza la mujer que creía ser la reencarnación de la “virgen María”, además de desilusionarse de su esposo se había enamorado de un compañero de trabajo, que era a su vez la reencarnación del Ché Guevara. Que el Ché Guevara se reencarnara en un integrante de la secta es todo un símbolo de la confusión ideológica que allí reina. De todas maneras este hombre “encarnaba” perfectamente el ideario religioso y político de la secta, tal como pude comprobar cuando hablé con él. Ante mi pregunta me negó que el Ché fuese ateo. Ya que me lo decía el mismo Ché Guevara tuve que creerlo.

Sin embargo él estaba sufriendo el hecho de que su compañera, la mujer que creía ser “la virgen María”, cuando intentaba visitar a sus hijos su ex esposo la insultaba tratándola de “prostituta” y había conseguido que los chicos se sumaran a las injurias. Lo que había ocurrido, si bien había conmovido emotivamente a toda la secta, no había cuestionado sus dogmas porque, como dije más arriba, Joaquín Trincado consideraba que la virgen María había sido “adúltera” al haber tenido un hijo cuyo padre no era su esposo, San José. Asimismo él consideraba que Jesucristo era un simple hombre.

Tuve entrevistas con todos ellos. Me parecieron personas inteligentes, lúcidas. Confirmé lo que ya tantas veces había constatado. Tenemos tendencia a considerar que quienes adhieren a creencias tan extrañas adolecen de alguna deficiencia intelectiva. He escuchado decir: ¡Alguien que se cree algo así es un tarado mental! Por el contrario siempre he comprobado que los adeptos de una secta son personas con un nivel intelectual superior al común. Y tienen inquietudes y aspiraciones solidarias que no son habituales en cualquiera. Las razones por las cuales una persona puede terminar formando parte de una secta destructiva debe buscarse en las causas emotivas y no en las intelectuales. Actualmente tengo muy en claro que los líderes y fundadores de sectas son psicópatas, verdaderos enfermos mentales, pero los adeptos son personas normales en el aspecto psiquiátrico, pero con componentes neuróticos, como todos los seres humanos. Por esa razón se ha dicho que todas las personas son susceptibles en algún momento de su vida de ser captados por una secta, cuando se sufre alguna pérdida importante, alguna decepción, un fracaso, un temor. Porque no hay que preguntarse dónde encontrar las sectas. Son ellas las que nos están acechando.

Seguramente los españoles se creen falsamente a salvo. Vean esto:

¡ESPAÑA!... YA ES TU HORA!

Ahora, habremos de empezar a abrir cátedras en España. En la pagana España. En la perseguida España por la religión Católica, por espiritista, pues, no otra cosa significa la denominación de "herejes" y "brujos", por lo que los papas le llevaron la rabiosa inquisición, prueba eficiente de la impotencia del Dios Católico, que ni aún con semejantes furias criminales pudo sentar allí trono estable, como está probado, desde la vergonzosa derrota del papista Carlomagno, hasta el cardenal Segura. El espíritu del Quijote, (que es todos los espíritus intrépidos y de progreso) está ya en su triunfo amplio y total, a despecho de los retrógrados. "Rugió el León" y ahora, nuestra Escuela descubrirá los espíritus del Quijote y se denunciarán ellos mismos los de "Sancho-Panza", como esclavos del error religioso y espiritualista. Como nobles damos el aviso. Recordamos, que Castelar, pidió al Congreso español el estudio del Espiritismo.”

(Escrito por Hércor)

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