En primer lugar el plebiscito que perdió, con el que pretendía perpetuarse en el poder.
Y hace dos meses atrás el presidente colombiano Uribe lo había desautorizado debido a su intromisión desvergonzada en asuntos internos. Sin embargo, ante la presunta finalidad "humanitaria" permitió que a fines de diciembre pasado se montara la farsa de la liberación de dos mujeres y un niño secuestrado por las FARC. Sorpresivamente la guerrilla canceló la operación Emmanuel, nombre del niño, alegando que el ejército colombiano seguía actuando en la zona. El presidente Uribe por su parte dijo con cautela que, por el contrario, la guerrilla no entregaba a los secuestrados porque el niño no estaba en su poder y que posiblemente fuera uno que estaba registrado con otro nombre en un orfanato del gobierno colombiano desde hacía casi tres años.
Profundizando su ignominia Chávez afirmó que con esas palabras Uribe había "dinamitado" el proceso de liberación, que era un mentiroso y que le creía más a la guerrilla que a él.
Sin embargo los estudios posteriores del ADN del niño, cuestionados en un principio por Chávez debido a que no habían sido controlados por veedores venezolanos (¡como si eso correspondiera!), demostraron la verdad y la misma guerrilla finalmente reconoció que se trataba de Emmanuel.
La liberación hecha el jueves de las dos mujeres no es más que un intento de salvar la ropa del ahogado.
En la farsa previa, además de Chávez, habían participado el embajador cubano y el expresidente argentino Kirchner, todos con la cobertura mediática del cineasta Oliver Stone, que apoya siempre cualquier movida que pueda resultar en contra del gobierno de su propio país.
Pero además de lo consignado hay que saber que Chávez y Kirchner trataron también de tapar con el melodrama otras vergüenzas menos conocidas.
Es algo ocurrido en Argentina pero que involucra también al gobierno venezolano.
El 6 de agosto del año pasado una simple empleada de aduanas, que ese día trabajó por un cambio de último momento, detectó que entre las valijas que traía un avión fletado por el gobierno argentino había una con 700.000 dólares que no habían sido declarados.
El avión estaba ocupado casi exclusivamente por funcionarios argentinos y venezolanos. El único pasajero que no revistaba como funcionario era un ciudadano venezolano, Antonini Wilson, se hizo cargo y dijo ser el dueño de la valija. En un hecho absolutamente irregular no fue detenido y no se le instruyó causa penal mientras estuvo en el país, pudiendo salir sin problemas tres días después.
Pero los 700.000 dólares quemaban. El presidente Kirchner (que aún no había sido reemplazado en el cargo por su esposa) le pidió la renuncia a un funcionario de menor rango que viajaba en el avión y creyó saldada la cuestión.
Mientras tanto en USA se investigaba una denuncia que había efectuado el mismo Antonini Wilson poco después de haber llegado desde Argentina. Decía que enviados del gobierno venezolano lo tenían amenazado y que le habían ofrecido dos millones de dólares a fin de que ocultara que el dinero incautado había sido enviado por Chávez como contribución para la campaña electoral de Cristina de Kirchner. El FBI proveyó a Antonini Wilson de micrófonos ocultos y pudo probar así la tentativa de extorsión y, peor aún, la actuación clandestina de agentes del servicio secreto venezolano en suelo norteamericano.
El fiscal yanqui, sin embargo, procedió con bastante discreción: hizo pública la cuestión con posterioridad a la elección en octubre del año pasado de Cristina de Kirchner como nueva presidenta y a su asunción en diciembre. ¿Cuáles hubieran sido los resultados de haber sabido los argentinos la vergonzosa maniobra? Tal vez iguales, porque hay que reconocer que un gobierno es en gran medida reflejo del estado moral de los ciudadanos. Y ese estado moral no es muy elevado actualmente entre nosotros, los argentinos, lo que me cuesta y duele mucho reconocer.
Entre muchos otros escándalos les cuento uno: No hace un año atrás el personal de limpieza encontró otra valija repleta de dólares en el baño de la ministra de Economía, Felisa Miceli. Por la numeración de los billetes se supo que procedían del dinero con el que se había auxiliado a una entidad financiera en apuros. Un simple "retorno", como se dice en la jerga prostibularia en uso en ese ambiente. La ministra tuvo que renunciar y ahora trabaja como asesora de las Madres de Plaza de Mayo, prestigiando a esa institución.
Hay que saber que muchos de los principales funcionarios argentinos provienen de la cúpula del movimiento guerrillero Montoneros. Ante su absoluta corrupción actual creo que hace treinta años atrás los militares en lugar de combatirlos les habrían propuesto hacer un reparto del botín nacional al 50 %.
¿Dónde quedó el "socialismo" que proclamaban estos atorrantes hace treinta años? En el mismo lugar en el que quedaría el comunismo de las tierras vascas si se diese el mal día en que ETA tuviera poder alguno. Todo se arregla con plata y se edulcora con proclamas encendidas: Los gobiernos argentino y venezolano ante la investigación judicial yanqui han reaccionado mostrando un aparatoso patriotismo unido a encendidas proclamas antiimperialistas.
Un tal Johnson, cuyo cargo y nacionalidad me abstengo de hacer constar, dijo en su momento: "El patriotismo es el último refugio de los canallas".
Tal cual.
(Escrito por Hércor)
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