[196] Tiene razón. Uno de los peores problemas que tenemos ahora es ese izquierdismo que se ha extendido y que ve al empresario como un tirano que solo va a explotar al trabajador. Recuperar otra idea de la realción empresario-trabajador va a ser una labor ardua, y que nos va a llevar mucho tiempo. Pero ya sabemos que el Chavismo es muy pegadizo y contagioso.

[192]

[...] Lo del trato no inhumano creo que tiene más que ver con nosotros que con ellos. Sabemos que hay determinadas acciones que provocan dolor, y no queremos que los animales sufran por ellas. Pero claro es un sufrimiento derivado, que imaginamos en nosotros y que no queremos para ellos [...]

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Ese mecanismo psíquico explica nuestra compasión, no la descalifica.

[202] Claro, eso es lo que quería decir. No hablaba de descalificación sino de intentar comprender la razón.

[399]

Que prohíban, si quieren, las corridas; pero ni hablar del rabo de toro.

Qué grande estuvo Rajoy contestando al miserable de ZP.

204

Ojo al rabo de toro, Gengis. Fuentes muy bien informadas me comentaron hace tiempo que se está vendiendo por tal el rabo de canguro. Habrá notado que lo ofrecen por todas partes cuando siempre fue un plato escaso.

¿Rabo de canguro, Crítico? Y seguramente sin torear.

Tengo un pensamiento, como decía el protagonista de "Juegos de la edad tardía, sobre las corridas. Casi todo el mundo confunde la crueldad con la barbarie. Aunque no soy aficionado, no dudo de que las corridas, con su crueldad, sean arte.

atascose o invento...

Si llevamos la cuestión al límite, puede haber empresa sin empresario (las cooperativas), pero no la hay sin trabajadores. Históricamente, la tendencia a maximizar beneficios recortando gastos (comenzando por los salarios de los trabajadores, cotizaciones al Estado, pagas extraordinarias y bajas retribuidas) ha tenido como contrapeso la necesidad de una 'paz social'. Por supuesto, no sólo se trataba de responder a amenazas puntuales de huelga o sabotaje por parte de los sindicatos, sino de una conciencia por parte de los empresarios de la conveniencia (si no necesidad) de tener trabajadores eficientes, que conoceran bien su labor (lo que exige años de experiencia) y estuvieran a gusto en su puesto. En épocas de crisis, los sindicatos tienen que hacer sentir también su fuerza: pueden aceptar medidas duras, pero sólo si se siguen con claridad de ellas mejoras laborales (y en ese contexto, 'mejoras' puede significar un mal menor: menor destrucción de puestos de trabajo, conservación del empleo en peores condiciones vs. quiebra o traslado de la empresa a otro lugar). Puede que este recorte último sea inevitable, pero es un tirón de la cuerda que debe encontrar respuesta (que sepan que, si siguen tirando en esa dirección, lo que les parece una solución puede convertirse en nuevos problemas).

Ya empezamos con los mensajes que se pierden en la sábana. Imagino que ya aparecerán. Paciencia y, en cualquier caso, hasta mañana.

Buenas noches, amigos.

En Campos de Fresa: Allí desde aquí.