You're So Vain

Tú, en cambio, ni una palabra,
¡tán creído lo tienes, cronopio!
Gestos, muecas, visajes,
mohines, poses, fingimientos...
todo tu repertorio de mimo,
morceau de Marceau, mío.

Y que sea yo, la Lumpen,
la que hable.

Como siempre, ya lo dijo antes. Y por supuesto, mejor.
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[91] Escrito por: SPQR - 7 de diciembre de 2008 23:54:00 CET

Sí, pero no. Condiciona malamente la política y la vida nacional de España, porque el resto de españoles permitimos a los dos grandes partidos nacionales que pacten con el nacionalismo; para asegurarse sus puestitos, en contra de los intereses de “todos”. Y eso es lo que nos convierte en gilipollas (al resto de los españoles, no a los vascos). Podemos exigir muchas cosas a la sociedad vasca, morales sobre todo. Ahora, pedirles que se vuelvan tontos y voten en contra de sus intereses…

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Arcadi Espada.

Entre las consecuencias más perversas de la influencia nacionalista sobre la política española están los pactos que acuerda un partido de ámbito estatal con otro de ámbito comunitario. En muchas ocasiones el partido estatal necesita los votos de los partidos comunitarios para ejecutar diversas decisiones políticas. Éstos se los darán o no: pero su criterio dominante no será (o en el mejor de los casos: no sólo será) si la decisión empeñada era racional, justa, oportuna, técnicamente solvente. Lo que dominarán serán las contrapartidas, naturalmente territoriales. Un partido nacionalista podrá votar cualquier cosa, siempre y cuando lo que le ofreczcan sea beneficioso para el Territorio, en su particular concepción de lo beneficioso y el Territorio. Es de este modo como Convergència y el Pnv han podido cogobernar por igual con socialistas o populares. Sus acuerdos siempre han estado muy lejos del pacto político convencional. Es decir, del pacto entre partidos que tienen las mismas responsabilidades ante los mismos electores y que liman sus aristas ideológicas para conseguir objetivos que consideran buenos, y que responden de sus decisiones ante los mismos electores. Obviamente no es el caso de los partidos nacionalistas cuando prestan su apoyo a una ley planteada por el Partido Socialista que regula –pongamos—los depósitos automovilísticos de la provincia de Albacete. Mientras los electores de Albacete pedirán cuentas al Partido Socialista no podrán hacer lo mismo con el partido nacionalista corresponsable de la decisión. A éste sólo le pedirán cuentas –en Cataluña— por lo que ha conseguido llevarse a casa a cambio de los depósitos albaceteños. Las cuentas siempre serán celebradas, como es natural, y su beneficio alcanzará antes al que ha exigido y conseguido el fruto que a aquel –remoto—que lo ha concedido. Este evidente desequilibrio de la política española lo ha vuelto a poner de manifiesto, obscenamente, según costumbre, el dirigente de Esquerra Republicana, Carod Rovira. Dice que ya no va a dar su apoyo global al gobierno. ¿Por qué? Bien: hasta ahora votaba con el gobierno sobre el grave problema de los depósitos automovilísticos albaceteños, fiado en que el gobierno transigiría con la palabra nación. Depósitos por nación. Esta maravillosa asimetría ontológica del chantaje. Ya puede Albacete alzarse en armas: el elemento decisorio de la parálisis que afecta al desguace de los depósitos albaceteños se encuentra huido.

[61] Hubo un tiempo, lo confieso, en que creí que Gil Calvo era un hombre suyos escritos merecían la pena. En fin, de sabios es rectificar (y con Gil Calvo, llevo ya muchos años de rectificación).
Al pobre hombre le ocurre lo mismo que a IU, que a la gran mayoría de la izquierda internacional. Que el mundo ha cambiado y ellos aún no se han dado cuenta. Si en EEUU, votan a los republicanos, en Madrid al PP o en PArís a LE Pen, no es porque esa gente sea idiota, ni vote contra antura, se debe a que la izquierda no les soluciona los problemas.
El problema más serio que tien la izqueirda ahora es darse cuenta de esto, bajarse de la cátedra-púlpito desde donde lnzan sermones, y ponerse a currar para encontrar soluciones que convenzan a los ciudadanos, y no emdiante la "ingeniería verbal" de D. José Blanco, ni el desparpajo metiroso de los reescribidores de la gloriosa historia del pueblo en su lucha contra el fascismo, o los borborigmos del tenor Tardà.
Cuandos e enteren de esto, puede que vayan recuperando votos, meitnras tanto los seguirán perdiendo.

200.
En el once de la última debacle solo hubo cuatro dignos de llevar la blanca zamarra: Guti, Gago, Robben y el Pipita. Seis la arrastraron de forma vergonzante y, ay, dos de ellos la llevaban cual traje de mortaja: el 7 y el 2.

[71] Gracias, Crítico.

[204] Sí: contra su naturaleza y desafiando a la estadística, Guti no insultó al árbitro, no escupió ni entró por detrás a un contrario sin que viniera a cuento.

Pero a Drenthe, ni reñirlo. De ahí saldrá un futbolista -aunque sea a hostias. Al tiempo.

[0] ¡Y tanto! Es que la cosa da para llenar un estadio de fútbol. Pero es una minucia, sólo una pequeña parte de la inmensa mentira que se ha instalado.

Drenthe corre como si saliese de un Carrefour con un radiocasette robado debajo del brazo.