Hoy, claro está, todo es diferente. Cualquier supermercado ofrece multitud de formas de pasta en distintas presentaciones, grosores y colores. Al final, da un poco igual. Si dejamos fuera de la generalización a las pastas rellenas de carne, las restantes (macarrones, cintas, espaguetis, lazos, caracoles, conchas… llamadas, claro está, en sus denominaciones originales italianas) saben más o menos lo mismo. Cambia, y no es baladí, la textura en la boca. Pero el sabor es idéntico. Respecto a los colores, sólo soy capaz de detectar una diferencia gustable en la pasta negra y a élla dedicaremos la receta de hoy.
O, por mejor escribir, una de las recetas de hoy. Dada la extremada sencillez del plato de pasta que describiré, convendrá acompañarlo de un entrante. Y como la primavera, aunque algo tarda y bostezante, está empezando a asomarse a nuestras ventanas, no estará de más comenzar la pitanza por un plato frío que serene los ánimos: una ensalada de gulas con canónigos. Los términos gula y canónigo, más o menos sinónimos en el medievo, cuando el saeculum ferricum, han mutado en dos sabrosas adquisiciones gastronómicas: un extruído de abadejo, coloreado cual angula, y una planta –ahora cultivada– de aspecto humilde y delicioso sabor amarguillo. Dejarás atemperar las gulas y prepararás una a modo de vinagreta con ajo muy finamente cortado (unos tres dientes), guindilla, aceite y zumo de limón. Ya sé que es una flagrante contradictio in terminis llamar vinagreta a lo que vinagre no tiene. Pero así son las cosas. No obstante, si te gusta más el neologismo citricota, puedes usarlo, exponiéndote, eso sí, a la befa más que justificada de tus amigos y familiares. Mezcla bien las gulas con la vinagreta: han de quedar todas bien impregnadas y, si me apuras, deberá sobrar un poco del líquido donde luego podrás pringar pan. Haz con las gulas un montecito en el centro de la fuente redonda y rodéalo de canónigos, que emplearás tal cual salen de la bolsa. Este delicioso plato se lo debemos a la Casa Civil del Marqués de Cubaslibres, que nos enseñó a aliñarlo y, sobre todo, nos regaló las guindillas que lo acompañan.
Deja en reposo la ensalada y, en abundante agua con aceite de oliva y sal (toda la que quieras), pon a cocer unos macarrones rizados negros (penne rigate nere) hasta que los notes al dente, es decir, con la dureza necesaria para ser comidos. Escúrrelos y pásalos por agua fría, eliminando así el almidón que hayan soltado, para que no se peguen luego en la sartén. Ya sé que esta práctica no es muy ortodoxa a decir de los italianos; la pasta debe dejarse caliente y añadirle, luego, la salsa correspondiente. Pero aquí vamos a seguir cocinando los macarrones y el resultado será mejor con la pasta lavada. En una sartén amplia, pon aceite de oliva virgen y sofríe unos ajos laminados. Añade perejil a tu gusto y, cuando huela bien, vierte los macarrones cocidos. Dale unas vueltas hasta que se caliente todo y, entonces, pon una generosa cantidad de gambas peladas. Valen perfectamente las que compras congeladas, teniendo la precaución de haberlas, claro está, descongelado previamente. No te pases con el tiempo de sartén para las gambas: deben quedar hechas, pero no secas ni encogidas. Cuatro minutos de fuego, mientras con cuchara de palo remueves la pasta, serán suficientes. Y ya está.
Acompañaría la ensalada con un blanco fresquito (bien podría ser un Verdejo de Rueda, por ejemplo el Cuatro rayas de 2007, que no es caro) y, si te place, la pasta con un tinto del año. Puedes, claro está, seguir con el blanco, pero yo te aconsejaría, si logras encontrarlo, un vino que lleva muy poco tiempo en el mercado aunque es, de verdad, excelente y barato (menos de 4 euros la botella): el Yugo Joven, de bodegas Crisve, una mezcla de Shiraz, Cencibel y Merlot, sin crianza ninguna, que se deshace en la boca y te la llena de paz primaveral.
Etiquetas: Protactínio, recetario
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LAS INQUIETANTES DECLARACIONES DE LA VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO
Nos despertamos sabiendo que en este país los pederastas convictos andan sueltos, no por cuestiones jurisdiccionales (todos son acreditados coleccionistas de condenas), sino por la calamitosa organización de los juzgados y la penuria de sus medios materiales. Providencias y exhortos imposibles de ejecutar; expedientes traspapelados; acumulación de sentencias, sin que existan recursos informáticos para detectar las multi-reincidencias; convictos en busca y captura en el juzgado A que se presentan cada semana en el juzgado B (“que no se entere tu mano derecha de lo que hace la izaquierda”); escandaloso absentismo, real y mental, de los funcionarios… “Pa llorá” .
La señora Vicepresidenta del Gobierno de España, con ese tono impostado y enfático de mala actriz de teatrillo de feria que se le ha puesto en estos años (despachar con Zapatero todos los días tiene sus riesgos), declara solemnemente que “"El Estado y el Gobierno no pueden permitir estos fallos del sistema. Es un terrible y trágico error judicial". Tan irritada está que a continuación remacha diciendo ” espero que el peso de la ley caiga sobre los responsables de que Santiago del Valle, estuviese en libertad”.
Leo en la web del Ministerio de Justicia que ” el Gobierno, según la normativa vigente, es el encargado de preparar, dirigir y ejecutar la política para garantizar … la dotación a los Juzgados, Tribunales y al Ministerio Fiscal de los medios precisos para el desempeño de sus funciones, y el ejercicio de competencias sobre el personal al servicio de la Administración de Justicia”.
Un observador ocioso sacaría la conclusión de la señora Vicepresidenta es una cínica irrecuperable (o que tiene un morro que se lo pisa; o que tiene un rostro pétreo …). Pero como yo no soy ocioso, creo esperanzado en que, si de verdad se esmera en que el peso de la ley caiga a plomo sobre los responsables, ya está sentando en el banquillo al Gobierno en pleno, o al menos a su Ministro de Justicia.
También es posible que intente echar tierra sobre el asunto y lo arregle al final con una “Alianza para el Cumplimiento de la Ley” que satisfaga “las infinitas ansias de Justicia de los pueblos del Estado español”. No hay que decir que Bermejo es el primer candidato a Embajador Plenipotenciario e Itinerante de la nueva Alianza.
Bueno, no sé. A lo mejor es más fácil y hay que leer las declaraciones de De La Vega en clave interna como resultado de una batalla entre distintas facciones del PSOE por descabalgar a señalados miembros del Gabinete en funciones en la carrera hacia el nuevo Gobierno.