Fernando Márquez Chinchilla (Madrid, 18 de diciembre de 1957), más conocido como Fernando Márquez “El Zurdo”, cantante, compositor, escritor, faneditor y pensador alternativo, visionario e intuitivo. Aunque su popular seudónimo bautizó al principio su faceta como dibujante de mano izquierda y humorista gráfico anómalo, “El Zurdo” se ha convertido a la postre en un nombre mítico de la (contra)cultura española.
La huella del punk [editar]Tras una infancia/adolescencia autodidacta, solitaria, aderezada con cómics Marvel y tebeos Bruguera y, en cierto modo, lovecraftiana (o, como dice él, “más cerca de Norman Bates que de Guillermo Brown”), El Zurdo expulsó su primer escupitajo en 1977, año punk: el fanzine seminal “La liviandad del imperdible”, en el seno del colectivo multidisciplinar homónimo, consagrado a teorizar sobre punk, futurismo y otros inventos.
Con menos pretensiones y más fundamento, Fernando creó Kaka de Luxe (fanzine y grupo punk) junto a Carlos Berlanga, Olvido Gara “Alaska”, Nacho Canut, Manolo Campoamor, Pablo Martínez y Enrique Sierra. El grupo, más que por canciones como “Pero qué público más tonto tengo” o “La pluma eléctrica”, es hoy leyenda por haber sentado las bases no sólo del punk español, sino de toda una forma de entender el pop art cuya sombra se alarga hasta nuestro siglo, extendiéndose sobre el Nuevo Underground Madrileño.
Bajo la influencia de los Modern Lovers, Sparks, Vainica Doble, Brian de Palma, Blondie, Patti Smith, la Incredible String Band, el Realismo Fantástico, Sisa, Juan Perucho o Woody Allen, Fernando se escapa de su Kaka y forma Paraíso, otro grupo que crearía escuela... y sería leyenda: su “Para ti” fue un clásico instantáneo y, para la posteridad, se convirtió en himno oficioso de la Movida madrileña.
Electrodomésticos y cajas de ritmos [editar]En 1980, Paraíso se disuelven y, un año después, El Zurdo funda, con Antonio Zancajo (guitarra) y Mario Gil (teclados), La Mode, un trío de pop de vanguardia de ascendencia neoromántica que, tan cerca de Roxy Music como de Vainica Doble, registraría dos discos esenciales: uno más trendy (“El eterno femenino”) y otro más hondo (“1984”), dotado de un brillo visionario insólito en el pop nacional y concentrado en grandes canciones como el ensayo autobiográfico “La cólera”, el melancólico himno “En cualquier fiesta” o la expansionista “Imperios” que, con una guitarra mágica y un texto magistral, condensa en una canción lo que late entre las líneas de libros como “Metafísica de la guerra” de Julius Evola.
En 1983, El Zurdo compone la que, para una selecta minoría, es su absoluta obra maestra: un precioso mini L.P. interpretado por su musa Kiki D'akí (ex cantante de Las Chinas, el primer grupo femenino de la Nueva Ola española) que incluye joyas como “El futuro”, “Accidente”, “La ciudad y tú” o “Unidad de destino”, cuya impronta se perpetúa hoy en reediciones, nuevos discos y artistas-fans como Las Escarlatinas, Eternamatic, Single, C de Constancia o Bel Divioleta.
En 1984, El Zurdo abandona La Mode debido a problemas bronquíticos y se aparta de los escenarios, para regresar dos años después, junto a Teo Cardalda, en la resurrección de Pop Decó que, esta vez sí, se plasma en “La exposición universal de los 80”, un interesante disco temático sobre la Movida. Otro de los grupos más logrados y silenciados (por cuestiones extramusicales) de Márquez, fue, sin duda, el cirlotiano Proyecto Bronwyn, que entre 1986 y 1989 creó canciones como “El hombre que sabía demasiado” o “La mueca”.
"Mary Ann" y otros textos [editar]Durante todos estos años, El Zurdo compagina su faceta musical con colaboraciones en prensa (“Guía del Ocio, “Mandrágora”, “ABC”), radio (Nacional de España 1, 3 y 5) y la escritura de libros de culto como “Todos los chicos y chicas” (1980), “Música moderna” (1981), “Vainica Doble” (1983), “Fe Jones” (1985), “Mary Ann” (1985) o “Relato secreto” (1986). También cabe destacar su fértil amistad con el poeta y personaje de la movida literaria Eduardo Haro Ibars.
La soledad del emboscado [editar]Su etapa en solitario se inicia, tras un largo veto mediático por motivos políticos (Fernando había estado vinculado, sin militar, a partidos como Falange Auténtica, Alianza Popular, Partido Demócrata Liberal, FE-JONS y también fue secretario juvenil de cultura del CDS, buscando en vano un entorno ideal para proyectar sus pulsiones nacional-bolcheviques, que también le llevarían a pasar lo que él califica de "sarampión abertzale") con un disco publicado en 1995, en el que El Zurdo interpreta algunas de sus viejas canciones. El resultado final se resiente de una tosca producción y de un título (“Para ti”) que camina entre escombros de un tiempo anterior. No obstante, hay alguna joya, como el emocionante himno pedófilo “A por todas”, que vale por muchos LP’s enteros de otros supervivientes de la Movida. Pero, en cualquier caso, lo más interesante del Zurdo de los 90 se plasmó en papel impreso: tanto en su propia revista (la jüngeriana “El corazón del bosque”) como en las ajenas (“Mondo Brutto”, “Próximo milenio”, “Discobarsa”) o en su novela “La canción del amor”, en la que rescata a uno de sus personajes favoritos: Norman Bates.
Visiones para un nuevo milenio [editar]En el siglo XXI, cabe hablar de una resurrección zen de El Zurdo, de un nuevo despertar que se materializó en un mini-CD junto a Antonio Galvañ (Parade) bajo el pseudónimo Los Fantasmas del Paraíso para reinterpretar tres temas ajenos (de las Vainica, de Rodrigo García y de Paul Williams) y uno propio (“La bella durmiente”, hermosa canción de amor para Carmen Santonja); y en un nuevo CD, “Sangre sabia”, que nos devuelve a un Zurdo que canta mejor que nunca (con un ceceo muy “seventies”) y nos ofrece poderosas lecturas de temas nuevos y otros rescatados de la época Bronwyn. Ni siquiera la producción de Joe Borsani consiguió que “Línea de sombra”, “Drama”, “Sunset Boulevard” o “La Mueca” sonaran como lo que son: inspiradísimos popemas (Sic).
Más allá de la cúpula del trueno político, Fernando pasa por otra época fértil en cuanto a creación de canciones, como compositor a sueldo para el prestigioso sello de “pop ligero” Siesta o bien grabando sus propios temas, con la ayuda de sus fieles escuderos Charlie Mysterio y Antonio Pazos. Además, desde hace varios años ya, El Zurdo orquesta Línea de Sombra ([1]), una página web que acoge no sólo sus últimos textos, sino los de firmas afines (como The Elderly Passenger, Charlie Mysterio o Dildo de Congost), las fotos de Casilda D. Mente, el foro Cafexpan o el reflejo virtual de sus últimos proyectos musicales.
Como árbitro de la elegancia y modelo de conducta, el anarca Hannibal Lecter. Como mentor en la sombra, Rafa C., un enigmático monje zen de pasado legionario y mirada felina.
- ¿Acaso Cristo ha muerto pues lo entierran?
*
¡Y nos preguntan...!
*
¡Y nos preguntan si es que Cristo ha muerto!
¡Y se inquiere si está muerto de veras!
Bien muerto está, que yo lo he visto yerto
en un madero, entre oros y entre ceras;
un morir no fingido, que era cierto
tan triste fenecer sobre quimeras.
[Aunque esos que lo matan cada día,
proclamen que está vivo todavía.]