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A mí me gustaría saber si lo que dijo Cronopio de los pezones de Faustine (que eran como lonchas de mortadela) es una intuición o una constatación empírica. Y también me gustaría saber qué opina Clonclón de todo esto.
Faustine, ya que todos somos iguales bájate las bragas y deja que te empitone el ojete, muuuuuuuuuuuuuu
Nada hay más repugnante, repulsivo y estólido en política que un mitin. En consecuencia, es lo que más le gusta a ZP. Del publireportaje:
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El mitin es... otro baño de oxígeno. Pérez Rubalcaba -candidato por Cádiz- se dedica a repartir estopa a Rajoy para delirio de los presentes. Chaves juega en casa. El objetivo es que el presidente del Gobierno suba al estrado a las nueve menos diez de la noche. Si lo hace después no entrará en todos los telediarios. Pero los teloneros se demoran más de la cuenta y el presidente del Gobierno sólo puede empezar a hablar cuando faltan tres minutos para las nueve-. Pero si con algo disfruta Zapatero es con los mítines. Se los prepara sobre el terreno y sube al estrado sin un solo papel.
-Me gustan mucho los mítines. Percibes enseguida cómo está el ambiente, los temas que tocan el corazón, los temas que la gente está más convencida, los temas en que la gente puede tener más dudas. Sí, disfruto mucho con los mítines.
-Pero a un mitin sólo van los convencidos.
-Sí, pero cuanto más convencidos están los convencidos, más convencen a otros. La gente necesita ver que somos muchos, que compartimos los ideales. Un mitin bueno, bueno de ambiente, de fuerza, bueno de discurso, tiene su importancia. En un mitin, más importante que los discursos, son los aplausos.
[346] De los que cita, Garven, sólo he leído a Rodríguez Tobal, que me parece, como traductor de los clásicos y poeta él mismo, de lo mejor que haya por esos mundos.
¿Y la manía que le ha entrado ahora a los burriquines y macdonald´s de preparar hamburguesas con pan, cada vez más "casero"? Vamos a ver. El encanto de comerte una marranada consiste básicamente en ser consciente de que te estás comiendo una marranada. Y las marranadas no están en casa, están en burriquines y en macdonald´s, y uno va allí (o no va allí) a que le sirvan unas marranada de pan, seboso, grasiento, lleno de carnaza, cargadísimo de todo tipo de complementos que en definitiva, convierten el bocado en algo claramente "no casero". Pero claro, si mañana voy al burriquín o al macdonald´s, y me van a preparar una hamburguesa con pan como el de casa, al final no iré. Y gente que busca sus marranadas en el burriquín y en el macdonald´s como yo, tampoco irá.
Qué manías más tontas.
[427] Escrito por: Blogger Faustine de Morel; 18 de febrero de 2008 0:56:00 CET
Me voy a la cama a leer a ver si acabo alguno de los libros que tengo empezados.
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- Cómo dejar de fumar.
- 365 posturas sexuales (y en los años bisiestos el 29F te haces un dedo)
- El Código Da Vinci
- El hombre que compró su propio libro
- Cómo hacer amigos
- 1000 trucos para ganar la bonoloto
- Grandes misterios de la humanidad
- ¿Existen los OVNIS?
- Electroacústica para iniciados
- La Enciclopedia de los Jóvenes Castores
Hombre, Aldeans, usted hablando de “salir” de prejuicios y acercar posiciones. ¿Entre el PSC y ER? ¿Entre el PSC y, fíjese lo que digo, Ciudadanos? ¿Entre el PSC, ER y Ciudadanos? Seamos serios: veinte años efectivos de adoctrinamiento subvencionado desde todos los lugares. ¿Cómo es posible que pueda existir una ley que obligue a rotular negocios, como siempre el tío jodido del negocio pequeño porque para El Corte Inglés, Kentucky, Mmcdonald’s, Fnac y similares, en catalán? ¿Cómo es posible que desde una Institución Pública se obligue a un particular a rotular su negocio en un determinado idioma? Mire, uno rotula su negocio en lo que le salga de las narices. ¿Usted quiere rotularlo en chino? Cojonudo. Igual no vende una leche más que nada porque el que mire un rótulo buscando una panadería no lo entenderá. Allá él. ¿Quiere usted legitimar el Estatut con una participación que no llegó ni al 50%? ¿Quiere usted dar algún tipo de “realidad ontológica”, como profusamente hace el nacionalismo y el PSC, con cuestiones que poco o nada importan al sufrido ciudadano? El problema, que viene siendo demasiado tarde, que ya hay muchos que se han creído la mentira y la han hecho suya. Patética la actuación de unos maulets, no más de 26 años pero dirigidos en la sombra por uno que pasaba de los 45, en una manifestación en Barcelona junto al Foro de Ermua, leyendo un pseudo-manifiesto en el que soltaba perlas tales como “la Constitución es un texto muy aburrido, un coñazo” o “llevamos 30 años de resistencia”. Ellos. Los de las subvenciones, la educación pública para todos los ciudadanos y la Constitución del ’78. El victimismo. Siempre trabajando las peores “pasiones” del ser humano.
Y luego las estúpidas pancartas de la Derecha y su hedor a ultracatólica aunque esto ya es siempre una constante en las críticas a la Derecha y la Iglesia. Siempre tienen la culpa de todas las catástrofes de España y casi del mundo entero. Siempre. Está por ver que un mulá, sirviéndose de la explotación del atroz fanatismo, sea capaz de convivir con sociedades en las que su fundamento se establece en una Constitución y no en un libro sagrado. Está por ver. La Iglesia puede decir lo que le venga en gana. Tanto pedir el voto al PP, como a la Unión Católica Progresista, como decir que en España no hay crisis económica. Como organización privada allá ellos, no necesito que venga un Estado a decirme que la Iglesia está o no equivocada, a decidiré yo. Y a todo esto, ¿a qué un Gobierno a pronunciarse sobre las opiniones de una organización como la Iglesia? ¿Acaso se pronuncia sobre lo que dice o deja de decir Médicos sin Fronteras?
No obstante, en todo este asunto religioso lo que más me alucina es el espectáculo de las féminas de la izquierda española: su tolerancia y sus leches en vinagres, mientras echan pestes de occidente. Ya me gustaría ver a todas estas de mochileras, sin escolta ni leches, de garbeo por el Yemen, Irán y similares, como si fueran a Inglaterra. Igual que hasta acojonaba un poco. Ese talante con aquéllas del burka, las que no pueden terminar su educación, si la tienen, las que casan, en fin, con “esas...” Que aprendan a tolerar su religión, su cultura, sus sociedades y tal. Que tengan talante, hostias. No sé estas señoras, pero a mí me viene un mulá dictando el uso del burka, o lo que sea, como si es el bikini, la diferenciación ante la Ley de hombres y mujeres (ojo, que ya pasa en España), el toque de queda, mi tutela reservada a los hombres de mi familia o mi marido o el castigo físico, y no tengo unas instituciones públicas que hagan su cometido, es decir, hacer cumplir y defender la Constitución, que acoge la declaración de derechos humanos, y probablemente en mi cabeza sólo tenga un pensamiento: o ellos o yo. La verdad es que una asienta cada vez más la tesis de que gran parte de la misoginia empieza en las propias mujeres. Uno de los grandes problemas de España. Putas.
[364] Escrito por: Melò Cucurbitaciet: 17 de febrero de 2008 23:45:00 CET
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Vaya por delante que Savater tiene parte de mi apoyo por cuestiones que no quiero relatar aquí, Melò. Cierto que como filósofo español del siglo XX sigo convencida, siendo optimistas, que será Marzoa. Por cuestiones que tampoco es pertinente entrar. Pero de Savater hay cosas que no entiendo y me cuesta mucho entender (no digo que dentro de un tiempo no entienda de seguir las cosas así). No hablo ya del tono de sus artículos de hace unos años y los de ahora, quizá "Casa Tomada" fue el último grito, no sé, pero me sorprendió sobremanera en una charla, antes de Navidades, sobre la "Educación para la Ciudadanía". No tenía ni pies ni cabeza. Primero, que no había que enseñar valores, segundo que sí. Que si que había que enseñar tolerancia, que si no, que si la paz, que si la guerra... En todos los casos, ¿para qué está la asignatura de ética?
Ah!, ya recuerdo. El argumento era que en aquellas clases algunos profes eran los de Filosofía. Algunos hacían leer textos de filósofos en clase, el manejo de conceptos y tal, y en un aparente guirigai de ocurrencias, ya ve usted desde los Presocráticos hasta Heidegger, pasando por textos sagrados, uno se obligaba a hacerse criterio. Creo que escuché, entre los argumentos, que "no todo el mundo tiene que estudiar o entender a Aristóteles". Como siempre en la enseñanza pública dando lo mejor.
Ciertamente, la Derecha y sus triquiñuelas. Dando apoyo a las fascistas víctimas de ETA, que somos todos, a aquellos que son pegados e insultados (María San o A. Aguirre). Gente que dicen algo muy sencillo: "Viva la libertad y viva España". Pero, ya saben, ese Artículo 14 de nuestra Constitución, tan de derecha extrema, cuando se perfila de manera negativa, como sólo es posible en el concepto de "sujeto de derechos", le es molesto a los que viven de la faulación y la subvención.
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¿Qué fue de G. Kant?
ASÍ SE PACTÓ LA TREGUA A TRAVÉS DE TRES CARTAS DE LA BANDA
ETA pidió por escrito una 'negociación política' y el Gobierno accedió a ello
Actualizado lunes 18/02/2008 05:45 (CET)
ÁNGELES ESCRIVÁ
MADRID.- ETA envió tres cartas al Gobierno antes de anunciar la tregua en marzo de 2006 en las que comunicó que su pretensión era emprender una 'negociación política' para resolver el 'conflicto entre España y Euskal Herria'. El Ejecutivo respondió a todas ellas aceptando los términos sin hacer matizaciones. Probablemente con la intención de aprovechar la oportunidad, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no precisó que no cabía diálogo sobre cuestiones políticas.
Las respuestas del Ejecutivo a veces se produjeron por escrito y en otras ocasiones simplemente mediante un mensaje verbal que siempre llegó al comité ejecutivo de la banda terrorista, que era el firmante de las misivas.
PRIMERA CARTA: La apertura de una vía de comunicación
Llegó al presidente del Gobierno en las Navidades de 2004-2005. En ella, la banda terrorista mostraba su disposición a abrir un diálogo que pudiera prosperar sin verse afectada ni condicionada por la vida política diaria.
El portavoz de la ilegalizada Batasuna participo en las reuniones con líderes del PSE en el caserío de Txillarre
El documento llegó al caserío de Txillarre, próximo a la localidad de Elgoibar, durante la celebración de una de las reuniones que desde hace años mantenían los dirigentes de Batasuna y representantes del PSE. Entre los presentes se encontraban el portavoz de la formación ilegalizada, Arnaldo Otegi, el dirigente Pernando Barrena, el presidente del PSE, Jesús Eguiguren y el ex consejero socialista del Gobierno vasco, Paco Egea.
En aquel momento, las conversaciones preliminares para el proceso estaban muy avanzadas. En el mes de octubre anterior se detuvo al número uno de ETA, Mikel Antza, si bien cuando fue arrestado ya había dado el visto bueno un un plan de negociación. En noviembre de ese mismo año, Arnaldo Otegi había propuesto la creación de dos mesas para acabar con los atentados, una política entre partidos y otra técnica para hablar de presos, huidos y armas.
En esa línea, Otegi envió al Gobierno, en nombre de Batasuna, una misiva ofreciendo a Zapatero "ser el Tony Blair español" y recomendando que estuviera dispuesto a admitir lo que los vascos decidiesen en esa mesa sobre su futuro.
La respuesta del presidente, en un discurso pronunciado al día siguiente, fue la de reconocer a Otegi como interlocutor y aceptar la propuesta siempre y cuando él y el resto de Batasuna condenasen la violencia. Este término era algo que Zapatero sabía que era innegociable por parte de la izquierda abertzale, pero lo consideró un mal menor en favor de un bien mayor, el posible fin del terrorismo.
SEGUNDA CARTA: Negociación política y oferta de mediación internacional
Llegó en febrero de 2005. La banda recordaba su anterior propuesta al Gobierno y le se ofrece a buscar una organización internacional que asegurara la confidencialidad de la mediación. Asimismo, se afirmaba que pretenden resolver de forma democrática el conflicto vasco mediante una negociación política.
El presidente del PSE se encargaba de trasladar al Gobierno el contenido de estas conversaciones
El Ejecutivo, bien porque daba por cerrado el pacto de las dos mesas, bien porque estaba dispuesto a seguir adelante en cualquier caso, aceptó la propuesta tal cual.
Respuesta del Gobierno: Sí, pero cualquier iniciativa es incompatible con la violencia En marzo de 2005, el Ejecutivo aceptó la propuesta precisando que se llevaría a cabo siempre y cuando se realizara de una manera discreta y dejando claro que toda iniciativa era incompatible con la violencia.
TERCERA CARTA: Las reuniones auspiciadas por la organización Henry Dunant
Data de abril de 2005. La banda terrorista concreta la organización internacional elegida, la Henry Durant. En la comunicación se establecen también dos fechas concretas, el lugar de la reunión y la persona con la que los enviados del Gobierno debían contactar.
CUATRO CORREOS Y GRIFFITHS
Para proteger la llegada de cada una de las misivas, la banda terrorista remitió a los encargados de llevarlas unas instrucciones mínimas de seguridad, como no contactar por teléfono, entregarlas en persona y ser lo más discreto posible en los desplazamientos.
Recibía, de parte de un cura vasco francés, las cartas de ETA. Luego se las hacía llegar a un dirigente del PSE.
Así, las cartas pasaron por varias manos. Primero, por las de un cura vasco francés que se las entregaba a François Maitia, un político socialista galo. Éste contactaba con un intermediario a este lado de la frontera que a su vez se la daba a un destacado socialista vasco. Posteriormente, era depositada en manos de Alfredo Pérez Rubalcaba, que era el 'muro de protección' del presidente del Gobierno.
Las reuniones se celebraron en hoteles de Ginebra, primero y Oslo, después. La intermediación dispuesta por Henry Durant se componía de tres personas y la coordinaba Martin Griffiths, presidente de la organización.
RESOLUCIÓN DEL GOBIERNO
El director de Henry Dunant coordinaba el equipo de intermediación entre el Gobierno y ETA
En julio de 2005 se llega a un acuerdo como punto de partida. Y la Henry Durant deja constancia de que todas las gestiones han sido oficiales ya que sostiene que las cuestiones pactadas lo han sido entre el representante del Gobierno español y la delegación de ETA, siempre en cumplimiento de la resolución del Congreso de los Diputados del 17 de mayo de 2005.
"El Gobierno español respetará las decisiones que sobre su futuro adopten libremente los ciudadanos vascos. Dichas decisiones deben ser adoptadas en ausencia de violencia o coacción, respetando las normas y los procedimientos legales, los métodos democráticos y los derechos y libertades de los ciudadanos", se dice en el primer párrafo del preacuerdo.
En el segundo, el Gobierno español reconoce que han de ser los partidos vascos, así como los denominados "agentes sociales, económicos y sindicales", los que alcancen los acuerdos y establezcan los mecanismos de negociación con el máximo consenso posible. Tras esto, ETA debía realizar su declaración de tregua.
SITUACIÓN AGÓNICA
Las misivas etarras era finalmente depositadas en sus manos, actuando de 'muro de protección' de Zapatero
En embargo, ETA declaró la tregua pero incumplió sus compromisos y se negó a separar los términos de la negociación tal y como había apuntado. Lo hizo en la redacción de sus primeras cartas, de manera no literal pero sí efectiva en su declaración pública de lato el fuego y, del mismo modo, vulnerando el acuerdo de no extorsionar a empresarios y de no perpetrar actos de terrorismo callejero.
Un año después, ETA ordenó a Batasuna que se retirara de las negociaciones preparatorias de la mesa de partidos si PSE y PNV no concedían una autonomía 'a cuatro' constituida por el País Vasco y Navarra.
Luego, tras el atentado de la T-4, el traslado de las dos mesas a Ginebra en reuniones paralelas, a petición de organismos internacionales, fue la confirmación de que ETA había impuesto su criterio.
El Mugabe de León
Hermann Tertsch
No hace falta ser muy amigo del presidente del Gobierno para reconocer que gran parte de los daños que ha causado a las instituciones, a la convivencia y al tejido social, aunque demoledores, no han sido intencionados. A nadie le cabe duda de que Zapatero ha creído sinceramente en que podía llegar a un buen acuerdo con ETA que llevara a la banda a dejar las armas por concluir ésta que, coordinando con éxito su política con el actual Gobierno, dejarían de hacerle falta armas para lograr sus fines. No ha funcionado porque los etarras querían más de lo que Zapatero podía dar. Él no podía dar más porque media España ha desbaratado esos planes.
Tiene mucha razón la secta Z en acusar a la oposición del PP y a los movimientos cívicos de ser responsables del fracaso de sus planes. A mucha honra y en beneficio de la sociedad, incluida la parte dispuesta a tragar carros y carretas y a dejarse llevar por una senda de la indignidad. Está claro ya que se equivocaban él y otros cuando creían que su falta de escrúpulos es ya denominador común en esta sociedad que intentan adocenar con su supremacía mediática, su ejército de guionistas en las series televisivas y la omnipresencia de sus mensajes ideológicos del encanallamiento buenrrollista. No les ha salido la operación y ahora recurren a palabras que les eran ignotas como «España» y «patriotismo» porque su única fuente de sabiduría -los sondeos- les han advertido que los españoles están lejos de haber descendido a su catadura.
Pero tampoco hay que ser muy enemigo de Zapatero para saber que muchos de los daños referidos sí son resultado de una clara intención dolosa. Para ello no es necesario conocer el intercambio cómplice de informaciones e intenciones entre el jefe del Gobierno y los muchos sicarios mediáticos con que cuenta. Entre estos daños que han llevado a un deterioro vertiginoso de la calidad democrática en España bajo Zapatero está la interiorización del miedo a discrepar con la política del matonismo que ha adoptado. Y éste es resultado de una estrategia que se ha aplicado con presión. La mentira masiva, la manipulación estadística y el vaciamiento semántico de la palabra no son suficientes por sí solos para evitar el desmoronamiento del crédito de una gestión de incompetencia. La toxicidad del presidente no ha surtido los efectos deseados sobre la población.
El acoso físico a la oposición
No es nuevo que un Gobierno débil busque el voto del miedo. Pero sí es insólito en la Europa democrática después de 1945 que un Gobierno recurra al acoso físico de la oposición. Cierto es que Zapatero ya lo hizo hace cuatro años al violar la jornada de reflexión. Pero, con magnanimidad, se podía interpretar aun como resultado del nerviosismo general tras las jornadas luctuosas habidas y no a la voluntad de amenaza propia de Mugabe en Zimbabwe. Pero el león Mugabe aquí es el Mugabe de León. Tras la negativa de socialistas y nacionalistas gallegos a condenar la agresión de sus «camisas pardas» a Maria San Gil en Santiago, es evidente que existe una voluntad desde el poder de impedir (como en el País Vasco, Cataluña y Galicia) que la oposición pueda expresarse en igualdad de condiciones con los partidos de ese frente popular de la ensoñación zapaterista que nada tiene que ver con la socialdemocracia. San Gil lo dice con claridad: «La actitud el Gobierno ha dado barra libre para atacarnos».
El Mugabe de León quiere que la oposición democrática en este país tenga miedo. La descalificación y la difamación, la muerte civil con que amenazan, va ya acompañada de la violencia física. La política de acoso de esa alianza de independentistas, fuerzas antisistema y socialistas contra el único partido de la oposición, no ya tolerados sino incentivados por el discurso de Zapatero y su Gobierno, supone un escándalo mayúsculo que merece ser denunciado ante la OSCE y el Consejo de Europa.
Prueba y error
Santiago González
El socialismo felizmente gobernante reaccionó vivamente cuando el diario más afín a la izquierda abertzale dio a conocer una versión de parte de lo que ocurrió en las conversaciones tripartitas de Loyola entre el PSE, Batasuna y el PNV de septiembre a noviembre de 2006. Asistimos entonces a una discusión que ha aflorado en un par de ocasiones más con tintes surrealistas entre los partidarios del Gobierno y sus opositores a ultranza. Sostenían los primeros que a ver a quién vas a creer, a un Gobierno democrático o a una organización terrorista y replicaban los segundos que ETA mata, pero no miente.
Ninguna de las dos vías es apropiada, epistemológicamente hablando. Entre un Gobierno democrático y una banda terrorista, cualquier persona bien nacida sabe a quién elegir, pero para aproximarnos a la verdad no es suficiente. Tanto uno como otra pueden tener excelentes motivos para decir la verdad o para mentir. Por otra parte, a quien está dispuesto a asesinar a sus contrarios, la barrera ética entre decir la verdad y mentir no debe resultarle infranqueable. Es preferible creer a quién nos diga la verdad.
ETA y Batasuna, efectivamente, ofrecían un relato parcial y sesgado. Lo supimos cuando Josu Jon Imaz explicó que los radicales habían llegado a un acuerdo con sus interlocutores sobre el derecho a decidir y que fue ETA quien desautorizó el pacto. Sin embargo, su mentís a Batasuna no respaldaba la versión socialista. Urkullu ratificó la explicación de su antecesor el viernes en el Foro Nueva Economía y añadió algún detalle más. Por ejemplo, que durante la tregua, el PSOE “cruzó una barrera que nunca debió haber cruzado y quiso negociar con ETA directamente cuestiones políticas”. Un poco más adelante, añadía algo que es una novedad radical en la trayectoria del PNV y, en el presente, algo revolucionario en la política vasca y aun en la española, al admitir que tal comportamiento puede serle reprochado al PNV en los últimos 30 años: “puede ser, pero con dos matizaciones. Una, el PNV nunca ha tenido en su mano poder satisfacer las demandas políticas de ETA. Y dos, que de experiencias anteriores era necesario aprender, para no volver siempre a la misma casilla de salida”.
Aprender de los errores sí es un procedimiento. Contrastar nuestras ideas, creencias o prejuicios con los hechos es un método más apropiado para llegar al conocimiento que confiar a ciegas en la palabra de un gobernante o un terrorista. El viejo procedimiento de la prueba y el error. En otro caso, nos condenamos a repetirnos, a volver a la salida en un juego de la oca que nos lleva periódicamente a la casilla de la calavera.
Es evitarse antiguos sofocones. En el otoño de 1986, Herri Batasuna mantuvo conversaciones con el PNV en la Herriko Taberna de Durango. ETA preparó el terreno con el asesinato de cinco personas. Un resignado Xabier Arzalluz explicaba el sentido (no deseado) de las conversaciones en una puesta al día del Santo Job o en la aplicación estricta de la máxima de la otra mejilla: “¿Otra vez para que nos partan la cara? Pues sí, otra vez para que nos partan la cara”.
El primero de los matices que señala Urkullu requiere otro posterior: nadie podría satisfacer las exigencias políticas de ETA. Tampoco el presidente Zapatero. La autodeterminación y la territorialidad, de las cuales no se han apeado los terroristas ni sus valedores desde que en abril de 1995 dieron a conocer la Alternativa Democrática para Euskal Herria, no son concesiones que graciosamente pueda hacer ningún Gobierno. La reforma constitucional que ello requeriría de manera inexorable exige una mayoría parlamentaria muy cualificada y muy lejana a la que hoy podría alcanzarse si no fuera por un improbable acuerdo entre los dos grandes partidos españoles. Lo único que podía cederles Zapatero es tratarles como interlocutores políticos.
El presidente del EBB se ha quejado también de que el PSE haya intentado copiar aquí el modelo Maragall: desalojar al nacionalismo más pragmático del poder mediante una alianza tripartita, con Madrazo en el papel de Joan Saura y Arnaldo Otegi en el de Carod Rovira. Eran los tiempos en que Zapatero decía que el hoy encarcelado exportavoz de Batasuna “es líder de la izquierda abertzale y ha tenido un discurso por la paz”. Patxi López reclamaba «libertad de pactos, libertad de alianzas y posibilidad de alternancia». Entrevistado por ‘Gara’ el 13 de noviembre de 2005 y preguntado si eso suponía «un intento de gobierno con Batasuna», respondió: «que cada uno lo interprete como quiera».
Es verdad que la tregua anterior, la de Lizarra, fue precedida por un pacto político que suscribieron el PNV y EA con ETA durante el verano de 1998 y que en aquel acuerdo se excluía explícitamente de cualquier acuerdo al PSOE y al PP, pero la posibilidad de que Urkullu haya llegado a la conclusión de que todo aquello fue un error es una novedad apreciable. Ahora sólo falta que se lo explique claro a todos sus jelkides. Y a los dirigentes socialistas.
Muchas gracias, por sus amables palabras, a Crítico, Goose, Bartleby, Aldeans. También a Reinhard, Garven, belaborda, goslum, Shelling, Melò, Faustine, barley, Neguev, Montano, bose, etc. Y a Tse!
El enigmático título era un guiño a los lectores de la novelona de Vasili Grossman, donde Sthrum menciona que el gran Tolstoi consideraba un juego fútil su propia obra, por contraste con el alto concepto que tenían él y sus colegas de su trabajo, “dándose ínfulas y pavoneándose”.
Una necesaria mirada de humildad frente a las propias pretensiones artísticas, literarias o científicas. También oportuna si, salvando las distancias, nos la aplicamos los vanidosos que por aquí nos asomamos!
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