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19 noviembre 2007
Lucha de titanes
A muy pocas personas les ha sido dado formular una teoría para más tarde rebatirla mediante la escritura de su contrario. Lo normal es que vivamos de prestado, sin ideas propias, por más que la opinión del momento insista en lo contrario. Algunos logran, tras arduo trabajo y sinsabores, exponer una débil sistematización de pensamientos dispersos. Otros hay que logran dar forma más o menos decente a sus no tan originales ideas. Pocos, apenas unos elegidos, son capaces de dejarnos algo original. Casi ninguno ha sido capaz de torcer su propio tiempo dos veces, la segunda con una genial refutación de lo que con anterioridad había escrito.

Samuel Taylor Coleridge lo logró, como quien acostumbra a ello todos los días, pues su titanismo intelectual no se encontraba aún corroído por la decadencia, aunque sí por la pereza y la falta de voluntad que lo atormentó toda la vida.

Ya se conocían, él y Wordsworth, cuando en Alfoxden vieron la posibilidad de publicar un libro con poemas de los dos. Ya habían compartido el entusiasmo por los jacobinos franceses y la desilusión por la derrota que había tomado la Revolución. En sus poemas y diarios queda el registro de los años en que según dijo, se despertó la elocuencia, y él se sintió llamado a montar una comuna en Estados Unidos junto con Robert Southey y alguno más, proyecto que como tantos otros suyos, ni siquiera llegó a iniciar. Pero a mediados de 1798 en el oeste de Inglaterra, entre la colinas de Quantock, no muy lejos de Bristol, Wordsworth y él decidieron el destino de la poesía moderna británica (y aquellas dispersas por el mundo cuyas corrientes subterráneas provienen de las Islas) al ponerse a trabajar en las Baladas líricas. Buscaba simplemente costearse el viaje a Alemania, y publicaron un libro con poemas y baladas, como les gustaba diferenciar, y un pequeño prólogo que justificara la aventurilla, sin pensar que estaban revelando el fundamento poético más persistente de los últimos siglos. En el Preludio Wordsworth describe aquellos días como felices y fructíferos. Coleridge no indica lo contrario en sus diarios, aunque sí que deja claro que ambos sabían del riesgo que conllevaba una separación tan radical de los gustos poéticos del siglo XVIII. Es un momento dulce para Coleridge, ya en la cumbre, en la que tan poco duraría, casado con Sara Fricker y enamorado de Sara Hutchinson a partir 1799 -- a quien dedica los poemas a “Asra” --. Como era costumbre en él, el tiempo transcurre y él no acaba ni el prólogo ni los poemas, vagabundea por Inglaterra de Londres a Bristol, pasando por cualquiera de las casas de sus amigos, quizás porque se sabe dueño de una tremenda fuerza poética que dará sus frutos en cuanto se ponga a la tarea, como así fue.


En 1815, Coleridge, que ya se ha peleado con Wordsworth, al igual que con tantos otros, y sorprende la volatilidad e incapacidad para mantener amistades masculinas, inicia su último esfuerzo titánico, la redacción de Biographia Literaria. Una vez más necesita dinero, acaba de dejar atrás una gravísima recaído en el consumo de opio, y duda de su capacidad para esforzarse durante un período prolongado.

Le dicta a John Morgan la Biographia (en sus años felices había dictado a Asra sus artículos para The Friend). Esa escritura en parte oral confiere al libro un ambiente cálido, conversacional, de amigo que acompaña con su verborrea inteligente, errática y nunca pedante. Los estilos se van sucediendo y repitiendo según el humor de Coleridge y cubren desde la apología melancólica hasta el tono jovial de los recuerdos de juventud sin olvidar el crítico y brillante. La biografía es un recuerdo de su vida, con sus claroscuros, sus pasiones y sus caídas. Pero es sobre todo el más amargo desmentido que tuvo que hacer de su temporada con Wordsworth, en cierto sentido su maestro, en otros tantos, su compañero poético. Pero también dos veces el traidor.

Como fue frecuente en la vida de Coleridge, el plan trazado en los inicios, lo fue alterando cuantas veces lo consideró necesario conforme la obra iba creciendo. Lo que iba a ser un mero prólogo para uno de sus libros de poesía, Sibylline Leaves, terminó como el tratado de poética más grandioso de la época no sin antes haber sido una autobiografía. La escritura desorganizada, las presiones por parte del editor, los interminables días dictándolo y corrigiendo apresuradamente los manuscritos, reelaborando lo que poco antes había afirmado para negarlo, matizarlo o complementarlo, dan cuenta del entusiasmo, su último entusiasmo, que lo empujaba a continuar, y que hace del libro algo caótico, no desde luego la exposición detallada y ordenada de sus ideas que esperaríamos, sino sucesivas divagaciones al modo en que habría tenido cuando años antes paseaba solo o en compañía de Wordsworth por los lagos.

Coleridge se sintió traicionado dos veces por su amigo. La primera con ocasión de la segunda edición de las Baladas líricas en 1800. Pasaba por uno de sus frecuentes momentos de apuro económico y vio la posibilidad de un renacimiento a partir de lo que había sido un éxito literario dos años atrás. En Grasmere, residencia por entonces de William y su hermana Dorothy, Wordsworth consigue que el mismo Coleridge renuncie a publicar Christabel, y que las Baladas aparezcan firmadas solo con el nombre suyo.

Lo había utilizado como consejero, primer lector de sus poemas, inspirador de su teoría poética, para desplazarlo en cuanto dejó de servirle y empezó a molestarle. Coleridge tardó en darse cuenta de cómo su amigo lo había manejado. Es difícil hacerse una idea clara si no tenemos en cuenta la necesidad que Coleridge tenía de alguien como Wordsworth, de los paseos que compartieron por la zona de los lagos, de las confesiones poéticas, del cariño que le tomó. Pero un Gran Poeta ha de serlo a pesar de todo, y ese todo incluye quitar de en medio a quienes fueron sus amigos si es necesario. O a traicionarlos dos veces.

La segunda vez fue en Coleorton en 1807. Sara vivía allí de forma casi permanente desde que su hermana Mary había contraído matrimonio con Wordsworth. El 27 de diciembre Coleridge se enfrentó a Sara y Wordsworth. El hecho no quedó nunca bien aclarado, pero por lo que da entender Coleridge en sus diarios, encontró a los dos en la cama de Asra. Esto lo escribe varias veces a lo largo de varios años, algunos bien lejanos de aquel momento, aunque siempre bajo la sombra de la dudosa percepción de la realidad mediatizada por el opio. En esos días, Asra, Coleridge y Wordsworth mantenían unas relaciones joviales en las que el coqueteo no estaba ausente. A Wordsworth, seguro de sí mismo, aquello no le causaba ningún problema. A Coleridge, consciente de que Asra nunca sería suya ni moriría en sus brazos -- como soñó aquel otro -- y cada vez más suspicaz del éxito poético de su amigo, la intimidad y confidencias de Asra y William le debieron causar resquemores por no hablar de celos. Lo cierto es que a Wordsworth no le importó quedar una vez más por encima de su amigo, y ni siquiera se molestó en desmentir las acusaciones de Coleridge (y eso que pensaba dejarle leer el Preludio para que le hiciera las correcciones y anotaciones pertinentes.)

No es de extrañar que así las cosas, Coleridge, intuyendo que el de 1815 iba a ser su último golpe de lucidez, se decidiera a escribir su refutación de Wordsworth. La sensación, sin embargo, que el lector saca cuando acaba el libro es que Coleridge se ha dirigido únicamente a su antiguo amigo, quien tanto había aprendido de él y a quien tanto debía a su vez, y que su presencia revela la potente fuerza que emanó y de la que Coleridge nunca logró zafarse.

Propina:

Aunque no se debe hacer, y menos con una entrada tan extensa como esta, me permito el lujo de relatar otro episodio de la vida de Coleridge, esta vez la de su competencia con William Hazlitt, un mozalbete radical, genial, de pluma afilada y ácida sorna.

Hazlitt había sido amigo y en cierto sentido discípulo de Coleridge, pero terminó separándose de él. En 1810 Morgan invitó a Coleridge a que impartiera unas cuantas conferencias sobre Shakespeare y Milton en la Philosophical Institution, de reciente creación. Entre los asistentes (además de la pandilla: Morgan, Lamb, Crabb Robinson y Godwin) se encontraban Hazlitt, Humphry Davy, George Dyer o Lord Byron. Faltaron, sin embargo, Percy Bysshe Shelley y John Keats. Entre las conferencias a las que Hazlitt asistió está la famosa en que Coleridge habla de Mercutio. Pero, aburrido de tanta cháchara, pues le acusó de vago, impreciso y dubitativo, inició una sesión alternativa en el Russell Institute, muy cerca de donde Coleridge se dejaba todas las noches la piel aun a riesgo de aumentar lo que debía ser una úlcera importante. Tanto Coleridge como Hazlitt tenían informantes que les ponían al tanto de las proezas del rival. Durante una cuantas tardes, a eso de las 7:30 los londinenses fueron testigos de un combate, un duelo dialéctico, entre dos de los talentos literarios más impresionantes de la época y de la historia habría que decir, sin exagerar lo más mínimo. El gran hombre de letras, poeta reconocido alcanzable solo por unos privilegiados, con una erudición tan brutal que le excusaba de llevar escritas las intervenciones en las que se paseaba lo mismo por la poesía griega, que por la filosofía idealista alemana, por la religión y los neoplatónicos de Cambridge que por la poesía de sus contemporáneos, cuando no arremetía contra las teorías políticas de Godwin, que habían sido las suyas en toros tiempos, tuvo como competidor al jovencito imberbe pletórico, atrevido y lenguaraz, ya con pleno dominio de un estilo agresivo, punzante y sutil, de quien iba a ser el futuro sin apenas tardanza.

Incitaciones
:


- Richard Holmes: Coleridge: Early Visions, 1772-1804.

- Coleridge: Darker Reflections, 1804-1834.

- William Hazlitt. The Spirit of the Age.

(Escrito por Garven)

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[0] Editado por Bartleby a las 9:06:00 | Todos los comentarios // Año IV



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Escrito por: Blogger Mel ha desaparecido - 19 de noviembre de 2007, 22:30:00 CET

El enlace de Quiñonero al que hacía referencia Grongen es éste

Particularmente, sigo buscando el libro. Espero tener la suerte de Qtyop y encontrármelo, a montones, entre las novedades para estas fiestas. No me bastará con uno.

((Qtyop: su estilo maquinero puesto en la picota arcadiana, jo,jo))

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 22:32:00 CET

Bueno, es que la peli es bastante floja; no tanto como la novela, que es flojisima, pero es floja. Norman Mailer defendio esa novela de Ellis. Ayer, en los Simpsons, Bart leia la ultima "novela pelicula" de Norman Mailer, un tochaco casi tan grande como el propio Bart. Me rei mucho con esa broma/homenaje a Mailer.

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 19 de noviembre de 2007, 22:34:00 CET

Yo de Norman Mailer no he leído absolutamente nada. Ni un mísero articulito. Y, definitivamente, ya no voy a leer absolutamente nada de él. Me la sudaba Mailer y me la sudaba la idea de Mailer.

 

Escrito por: Blogger Neguev and me - 19 de noviembre de 2007, 22:34:00 CET

[383] Escrito por: Anónimo - 19 de noviembre de 2007 22:03:00 CET

Pues para mí que Tía Concha procede de las mismas dehesas que Zorra/Superzorra, lo cual que seguro que tiene pelos en el bigote y hasta en los pechos arrugaos por la excesiva madurez de los años ya vividos. Fallos garrafales apendoran su carrasposa prosa, como aquel de creer que solo el azúcar de caña es morena, no sabe la pobre virago que morenos son todos los azúcares no refinados. Pero, bueno, ha habido momentos en la saga epistolar con cierto deje de gran literatura estragada, sobre todo en las misivas de CC, pero muy menos en las de Protactinito el niño y en las de Neguiéf la buena moza de otros tiempos. Vamos, que aspiraciones, lo que se dice aspiraciones, pues que muy muchas, pero muy pocas realizaciones, para qué engañarles, oigan.
______
Ese empeño en rebautizarme. Podría, al menos, en consideración a mi género,haberme llamado Neguieva, pero el no hacerlo me indican dos cosa

O bien usted no habla ruso; mal muy requetemal camarada

O duda del sexo de "me".
Lo único seguro es lo de otrora buena moza. Ah querido, quien sabe si terminaré mis dias con mantita escuchando en el lido de Venecia el adagietto de la 5ª sinfonia de Mahler. Pero aún no tengo ganas.

Buenas noches a todos ahora que ha vuelto clonclón, ya tienen distración asegurada

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 22:36:00 CET

Gracias, urólogo, pero era una imagen literaria, nada más. Mi próstata está bien, por ahora; bien jodida, quiero decir, pero no por hipertrofia.


(Por cierto, el mono gramático que ha intentado ponerme en evidencia ha hecho el ridículo: si hubiera atendido a la falta del artículo "una" -una velocidad y una fluidez"- o "unas" -unas velocidad y fluidez- habría acertado; pero no, furioso se abalanzó sobre la furia)

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 19 de noviembre de 2007, 22:39:00 CET

PONGO MI VOTO EN VENTA

Leo que la ministra Álvarez será la cabeza de lista del PSOE por Málaga. Le vendo mi voto a algún barcelonés, para que se dé el gustazo de restarle un voto. Estos son los términos de la negociación:

1) En Marzo votaré a la ministra Álvarez...
2) ...salvo que un barcelonés me ofrezca una pasta gansa.

¡Vendo mi voto!

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 22:40:00 CET

AS, creo que deberías leer -te iba a gustar y a lo mejor te animaba a escribir una crónica épica sobre una carrera ciclista- el reportaje que Mailer escribió sobre el combate entre Alí y Foreman, "El combate del siglo". De ese reportaje puede decirse que es lo más cerca, en ambición y logro artístico, que Mailer estuvo de escribir "la gran novela americana".

(La gran novela americana la escribió un ruso, call me Lolita, ironías de la vida)

 

Escrito por: Blogger Sámuel - 19 de noviembre de 2007, 22:40:00 CET

La última de Ellis, Lunar Park, es un peñazo, aunque tiene algunos detalles interesantes. Lo mejor es su descripción del ritmo de vida del escritor(-pop) de éxito. Si pasó por el 2% de las experiencias que cuenta, no sé cómo sigue vivo.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 22:44:00 CET

¡Qué suerte tenéis los malagueños!

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 22:46:00 CET

Yo voy a votar a Chaves en las andaluzas y a Zapatero en las generales.


(Sé que muchos en este blog me envidian porque ellos también quisieran poder votar a Chaves y a Zapatero *el mismo día*. ¡Ah, se siente, veníos pa la Andalucía sonriente!)

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 22:46:00 CET

No no, hombre, no se acojone ahora, su reacción de negación de la evidencia es normal pero cuanto antes lo asuma mejor para usted. Al fin y al cabo las metáforas nacen de observaciones atentas, y quien mejor que el propio interesado para comprobar que su micción tiene una presión curiosamente notoria. Lo de asemejarla a su escritura es una elaboración sin duda freudiana, pero eso ya no es de mi terreno

De momento lávese los bajos con el hibitane que lo vamos a solucionar en un segundo. Total a su edad tampoco los va a echar tanto de menos y se evita el riesgo de otros cuadros peores como el tumor de testículo

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 19 de noviembre de 2007, 22:50:00 CET

[407] Escrito por: Adrede - 19 de noviembre de 2007 22:40:00 CET
________________________

Esa tiene buena pinta. Le haré caso. Por cierto que, sobre ciclismo, me resultó insospechadamente buena "L'Alpe d'Huez", de ese autor que tanto detesto, Javier García Sánchez, por lo apretado y tan antiirónico que es, pero que en esa novela lo clavó. Era muy buena, e indicaba que el camino en el que hubiera triunfado, y para el que estaba realmente dotado, García Sánchez era el best-seller de calidad. Hoy he visto en la mesa de novedades que han reeditado "El mecanógrafo". Es posible que me la lea. Es otra de asesino nihilista. Cuando se editó por primera vez, en 1989, parecía toda una osadía posmoderna: un novelón en el tiempo en que todas las novelas eran delgaditas. Es posible que me la lea ahora, sí. Puede que García Sánchez sea, después de todo, un gran escritor. Y puede que el ciclista que sube al Alpe d'Huez (¡o al Mont Ventoux!) no está tan alejado, en el fondo, de un mecanógrafo nihilista y asesino. (El ciclista que sube a las cumbres alpinas suele ser, de hecho, un asesino: de sí mismo, al menos.)

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 22:50:00 CET

Y digo yo: si Rubalcaba, que no es gaditano, va ir de cabeza de lista por Cádiz, ¿no podría Cipriá Ciscar, que no es granadino, ir de cabeza de lista por Granada?

¡Los jóvenes socialdemócratas españoles admiramos a Cipriá Ciscar y soñamos con su regreso a la primera línea política!

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 22:51:00 CET

emético, claro

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 19 de noviembre de 2007, 22:54:00 CET

¡Cipriá Ciscar! Probablemente, mi político psocialista favorito de todos los tiempos!

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 19 de noviembre de 2007, 22:56:00 CET

Yo he sentido auténtica atracción física por Cipriá Ciscar, hasta el punto de que, en su día, fui con una foto de Cipriá Ciscar a un fabricante de muñecos de peluche para que me hiciese un muñeco de peluche igualito a Cipriá Ciscar. El artesano de los peluches hizo un gran trabajo, y desde entonces (¡desde hace ya años!) duermo cada noche abrazado a mi peluchito de Cipriá Ciscar.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 22:58:00 CET

Ese reportaje de Mailer, que es genial -a mí el boxeo no me gusta, lo que no me impidió disfrutar como un enano con la lectura-, viene compilado junto a otros de escaso interés en un tomo publicado hace poco por Anagrama, de título "América". Recuerdo de ese libro, junto al relato del combate, un artículo bochornoso lleno de elogios a Castro -con el atenuante del año en que apareció, claro- y otros muy buenos sobre Nixon, Kennedy y Kissinger; el retrato de este último -personaje verdaderamente apasionante- es soberbio.

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 19 de noviembre de 2007, 23:00:00 CET

A mí con Mailer me pasa que, en su polémica con Capote, me *posicioné* con Capote. Pero quizá vaya siendo ya hora de que distancie de mis posicionamientos mariquitas y me pase a posicionamientos más machotes (de Capote a Mailer, por ejemplo, o de Villena a Cela).

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:06:00 CET

¿la izquierda volátil? ... pues lo mismo que yo decía: la voletaria votante, las gallináceas de España

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:07:00 CET

Con Mailer veo que te ha pasado cosa parecida a lo que te ocurrio con Vonnegut, a quien no has leido y no vas a leer pese a su asonancia con Connecticut. De Connecticut solo se lo que cantaba, con maravillosa gracia, el Gran Wyoming hace tiempo: "Connecticut, vamos todos a Connecticut..."

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:22:00 CET

[370] Escrito por: J. A. Montano —— 19 de noviembre de 2007 21:44:00 CET

Niñas, irse abajando las braguitas! Llegué!

***

¿Recuerda aquel corsé que llevaba Carole Bouquet en "Ese oscuro objeto de deseo"? Pues yo lo llevo igual.

 

Escrito por: Blogger Mel ha desaparecido - 19 de noviembre de 2007, 23:25:00 CET

Tramperos de Connecticut, sorda.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:27:00 CET

[398] Escrito por: J. A. Montano —— 19 de noviembre de 2007 22:26:00 CET

DIME CON QUIÉN TE CRUZAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES

Dinos, Roxy, ¿no te cruzas con ese eminente intelectual murciano que es Jarauta?

***

Jajajajaja, sí, también me cruzo con el espectro de Jarauta, que parece ir arrastrando la sombra de una sotana. Visto de cerca, Jarauta parece levemente hidrocefálico. Claro que lo peor es que vayas al cine y esté Jarauta en la fila de atrás analizando la peli, eso sí que es una experiencia atroz que yo he sufrido en mis carnes.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:28:00 CET

PALETO TÉTRICO

Llevo pensando desde hace tiempo que el disfraz perfecto para Halloween no es otro que el de Pío Baroja. Déjense de dráculas, de cuervos, de cualquier tez pálida a la luz de la luna. Una figura negruzca arriba de la calle Jacometrezo con las manos en los bolsillos. Ojillos nerviosos, barba corta y espigada, y cara de eterno avinagramiento. Recoge (im)Pío en sus memorias una verdadera apostilla que pesa como una losa y encaja cual puro en casino con el personaje. Encabeza el texto. El Max Estrella real la pergeñó.

 

Escrito por: Blogger Sámuel - 19 de noviembre de 2007, 23:29:00 CET

[0]: Muy interesante. No tenía más referencias de Coledrige que las dos fantásticas (en ambos sentidos) notas que Borges le dedica en "Otras Inquisiciones". Ahora sé un poco más del personaje (poco). Causa cierto vértigo lo que refleja su texto: cómo las grandes obras de un escritor pueden tener su origen en circunstancias personales bastante específicas (y desgraciadas...¡una doble traición!), sin las cuales probablemente no existirían.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:41:00 CET

[425] Escrito por: jacobiano —— 19 de noviembre de 2007 23:29:00 CET

...Causa cierto vértigo lo que refleja su texto: cómo las grandes obras de un escritor pueden tener su origen en circunstancias personales bastante específicas (y desgraciadas...¡una doble traición!), sin las cuales probablemente no existirían.
____________________________

El circulo del cielo mide mi gloria.
Las bibliotecas del oriente se disputan mis versos.
Los emires me buscan para llenarme de oro la boca.
Los Ángeles ya saben de memoria mi ultimo zèjel.
Mis instrumentos de trabajo son la humillación y la angustia;
Ojalà yo hubiera nacido muerto

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:45:00 CET

El amenazado

Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La
hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición el aprendizaje de las palabras que usó
el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la Biblioteca,
las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre,
la sombra militar de mis muertos, la noche
intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo, es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente,
ya el hombre se levanta a la voz
del ave, ya se han oscurecido los que miran por la ventana,
pero la sombra no ha traído la paz.
Es ya lo sé, el amor:
la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera
y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con su pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos que cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.

Me duele una mujer en todo el cuerpo.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:46:00 CET

347] Escrito por: Bartleby —— 19 de noviembre de 2007 21:02:00 CET

Por otra parte, tiene bastante del viejo corporativismo literario que denuncia otro de los grandes olvidados por el lector español de ahora, W, Somerset Maugham, quien cuenta la opinión dominante que la crítica tenía de William Hazlitt: “Era Hazlitt un hombre bajito, de carácter mezquino, asilvestrado y desagradable, indigno adlátere del círculo en el que Lamb, Keats, Shelley, Coleridge y Wordsworth brillaban con luz propia. No parecía conveniente, pues, perder el tiempo con un escritor de talento tan escaso y carácter tan repelente.” Tuvo que superar esa exclusión del canon y empezó a leerlo un poco por estética y comodidad,
----------------
Gracias por sus comentarios. Hazlitt no fue tenido en cuenta por su acidez juvenil (que conservó en la amdurez. Lo consideraban un periodista no un escritor de verdad. Aún sigue algo relegado, desgraciadamente.
Un joven ácido y muy inteligente, un escritor genial.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:48:00 CET

[425] Escrito por: jacobiano —— 19 de noviembre de 2007 23:29:00 CET

[0]: Muy interesante. No tenía más referencias de Coledrige que las dos fantásticas (en ambos sentidos) notas que Borges le dedica en "Otras Inquisiciones". Ahora sé un poco
más del personaje (poco). Causa cierto vértigo lo que refleja su texto: cómo las grandes obras de un escritor pueden tener su origen en circunstancias personales bastante específicas (y desgraciadas...¡una doble traición!), sin las cuales probablemente no existirían.
----------------
Así son los buenos poetas, de los más nimios o más dolorosos acontecimientos, sacan la materia.
A mí me impresiona que Wordsworth escribiera "El Preludio" con su vida, y que escribiera algo tan hermoso, aunqe a veces prefiero sus sonetos.
Celebro que le haya gustado, a UDs. y a los demás.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:50:00 CET

Todo lo ha escrito antes Borges. Ni siquiera nos deja darnos el gusto de escribir antes esto:

"Si las páginas de este libro consienten algún verso feliz, perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la circunstancia de que tú seas el lector de estos ejercicios, y yo su redactor".

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:54:00 CET

Hazlitt escribió páginas muy buenas sobre El Quijote. Quizá por eso apenas es conocido en España.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:56:00 CET

[431] Escrito por: Nocturno borgiano - 19 de noviembre de 2007 23:54:00 CET

Hazlitt escribió páginas muy buenas sobre El Quijote. Quizá por eso apenas es conocido en España.

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También Coleridge las escribió. ¿Qué se sabe de ello? Apenas nada.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 19 de noviembre de 2007, 23:58:00 CET

Garven dijo...
[431] Escrito por: Nocturno borgiano - 19 de noviembre de 2007 23:54:00 CET

Hazlitt escribió páginas muy buenas sobre El Quijote. Quizá por eso apenas es conocido en España.

--------------------
También Coleridge las escribió. ¿Qué se sabe de ello? Apenas nada.
_______________________

Les está bien empleado, por haber escrito textos legibles y apasionados. Qué se pensaban.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:00:00 CET

[433] Escrito por: Nocturno borgiano - 19 de noviembre de 2007 23:58:00 CET


Les está bien empleado, por haber escrito textos legibles y apasionados. Qué se pensaban.
-----------------
Se debían pensar que eran como ellos, apasionados de la literatura. Como si un Borges surgiera a cada momento. Nace un niño, y zas!!!!!! un niño literato.

 

Escrito por: Blogger cronopiodeley - 20 de noviembre de 2007, 0:00:00 CET

Y un tal Menard escribió no sé qué (Funes el desmemoriado)

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:01:00 CET

[435] Escrito por: cronopiodeley —— 20 de noviembre de 2007 0:00:00 CET

Y un tal Menard escribió no sé qué (Funes el desmemoriado)

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¿Nuestro Funes? Por eso está con nosotros porque no sabe ni quién es ni dónde está.
Funes el dememoriado ajeno a la geografía.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:02:00 CET

"Entonces vi la cara de la voz que toda la noche había hablado"

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:04:00 CET

Y también en Funes, ese adjetivo que mejora el de Góngora:

"la recelosa luz del amanecer".

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:04:00 CET

Últimamente las noches están llenas de Borges: será para compensar los vómitos mañaneros de Fedeguico y sus secuaces (aunque siempre me parece que es él solo el que escribe todas esas mamarrachadas).

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:06:00 CET

438] Escrito por: Nocturno borgiano - 20 de noviembre de 2007 0:04:00 CET

Y también en Funes, ese adjetivo que mejora el de Góngora:

"la recelosa luz del amanecer".

***
A mí me gusta más la luz dudosa.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:06:00 CET

A mí lo que me da vértigo es el solo pensamiento de que si los románticos británicos no escriben, Borges se habría encontrado con un "agujero" que quién sabe cómo habría rellenado.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:07:00 CET

Borges sabía, sin duda alguna, que su "recelosa luz del amanecer" mejoraba "la dudosa luz del día" de Góngora, como sabía que "las efusivas madreselvas" de La Muerte y la Brújula son muy superiores a "las tupidas madreselvas" de Bécquer.

Borges no era ciego, pero sí bizco en ocasiones, de tanto mirar de reojo a los autores que no le gustaban demasiado. "Mira cómo se hace", parece decirles.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:07:00 CET

[440] Escrito por: Roxana - 20 de noviembre de 2007 0:06:00 CET


A mí me gusta más la luz dudosa.
-------------
La luz dudosa de la que surge la infame turba de nocturnas aves.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:10:00 CET

Garven dijo...
A mí lo que me da vértigo es el solo pensamiento de que si los románticos británicos no escriben, Borges se habría encontrado con un "agujero" que quién sabe cómo habría rellenado.
_________________________

Pues con cualquier novelucha policiaca, probablemente.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:10:00 CET

[444] Escrito por: Nocturno borgiano - 20 de noviembre de 2007 0:10:00 CET

Garven dijo...
A mí lo que me da vértigo es el solo pensamiento de que si los románticos británicos no escriben, Borges se habría encontrado con un "agujero" que quién sabe cómo habría rellenado.
_________________________

Pues con cualquier novelucha policiaca, probablemente.
----------------
¿Las protagonizadas por Dupin?

 

Escrito por: Blogger cronopiodeley - 20 de noviembre de 2007, 0:11:00 CET

Me van a hablar de Borges el día en el que acumulo todo el sueño del año. ¡Váyanse ustedes a la mierda!

(Copón, proclamo)

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:13:00 CET

Garven dijo...
[444] Escrito por: Nocturno borgiano - 20 de noviembre de 2007 0:10:00 CET

Garven dijo...
A mí lo que me da vértigo es el solo pensamiento de que si los románticos británicos no escriben, Borges se habría encontrado con un "agujero" que quién sabe cómo habría rellenado.
_________________________

Pues con cualquier novelucha policiaca, probablemente.
----------------
¿Las protagonizadas por Dupin?
_________________________

¡Eso no vale! ¡Creía que hablábamos de influencias directas!

(Ejercido el derecho al pataleo, añado ahora: touché!).

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:16:00 CET

[447] Escrito por: Nocturno borgiano - 20 de noviembre de 2007 0:13:00 CET
¡Eso no vale! ¡Creía que hablábamos de influencias directas!
------------------------
¿Directas? Directísimas.
POe es un escritor a quien, de escribir ahora, todos mirarían de reojo. Empezó escribiendo lo que los lectores querían leer, y terminó metiéndoselos en el bolsillo.
Su crítica literaria revela casi inteligencia como la de Borges.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:19:00 CET

[443] Escrito por: Garven - 20 de noviembre de 2007 0:07:00 CET

[440] Escrito por: Roxana - 20 de noviembre de 2007 0:06:00 CET


A mí me gusta más la luz dudosa.
-------------
La luz dudosa de la que surge la infame turba de nocturnas aves.

***

Sí, esa, la luz dudosa e incierta que apenas acierta a separar la noche del día. Esa incertidumbre de la luz nos hace más frágiles.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:20:00 CET

Garven dijo...
[447] Escrito por: Nocturno borgiano - 20 de noviembre de 2007 0:13:00 CET
¡Eso no vale! ¡Creía que hablábamos de influencias directas!
------------------------
¿Directas? Directísimas.
POe es un escritor a quien, de escribir ahora, todos mirarían de reojo. Empezó escribiendo lo que los lectores querían leer, y terminó metiéndoselos en el bolsillo.
Su crítica literaria revela casi inteligencia como la de Borges.
__________________________

Sí, eso sí. Cuando hablaba de influencias indirectas quería decir que el Poe que tanto influye en Borges no es un romántico británico.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:21:00 CET

No se enfade, Cronopio, si estamos aquí reunidos es porque no tenemos otro plan mejor. Borges es mejor que nada. Borges es todo.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:23:00 CET

Creo que algo va mal en la red (en la que estamos presos).

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:23:00 CET

Lo curioso es que "la dudosa luz del día" es perfecto para el amanecer, pero Góngora pensaba en el atardecer.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:24:00 CET

Entre espinas crepúsculos pisando.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:25:00 CET

[450] Escrito por: Nocturno borgiano - 20 de noviembre de 2007 0:20:00 CET


Sí, eso sí. Cuando hablaba de influencias indirectas quería decir que el Poe que tanto influye en Borges no es un romántico británico.
-------------------
Ciertamente, pero tampoco americano. El problema es situar a Poe. Ni romántico ni simbolista, ni americano ni británico.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:27:00 CET

Qué grande era Góngora cuando le salía bien (iba a escribir "cuando quería", pero Góngora quería siempre):

"La ninfa, pues, la sonorosa plata
bullir sintió del arroyuelo apenas,
cuando a las verdes márgenes ingrata
segur se hizo de sus azucenas;
huyera, mas tan frío se desata
un humor insidioso por sus venas,
que a la precisa fuga, al presto vuelo,
grillos de nieve fue, plumas de hielo".

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:28:00 CET

Buenas noches. Me retiro porque la luz ya no es ni dudosa ni macilenta, que dirían los malos escritores.
Un placer, reitero.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:29:00 CET

Garven dijo...
[450] Escrito por: Nocturno borgiano - 20 de noviembre de 2007 0:20:00 CET


Sí, eso sí. Cuando hablaba de influencias indirectas quería decir que el Poe que tanto influye en Borges no es un romántico británico.
-------------------
Ciertamente, pero tampoco americano. El problema es situar a Poe. Ni romántico ni simbolista, ni americano ni británico.
________________________

Digamos que es compatriota de James y de Eliot.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:32:00 CET

Buenas noches, Garven.


(Y excelente entrada, que se da por hecho pero creo que no se lo había dicho).

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:34:00 CET

Pérez Reverte: «Hay en el mundo unos veintitantos tíos que morirían y matarían por mí»
El novelista asiste al congreso internacional 'Alatriste: la sombra del héroe', que hoy se inaugura en Murcia con expertos de varios países


19.11.07 - ANTONIO ARCO

Hay unas palabras que obsesionan a Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) desde que «de jovencito» traducía a Homero: «Llueve en las orillas de Troya mientras zarpan las naves». El escritor navega libre por el mar del éxito, y rumbo a la soñada Isla del Tesoro recibe periódicas noticias de las hazañas de su personaje más popular: Alatriste. Hoy comienza en Murcia el primer congreso internacional 'Alatriste: la sombra del héroe'.

-¿Cómo lleva la fama de su personaje?

-Al principio con estupor, porque nunca imaginé que trascendería hasta ese punto lo que era un divertimento casi personal, un guiño para unos cuantos lectores del Siglo de Oro y de capa y espada. Un guiño a mi hija y a una generación de chicos jóvenes a los que no se les ha contado, ni bien ni mal, nuestra historia. Yo pensaba en un libro marginal, o de culto, como se dice ahora. Después de seis libros y diez años de vida del personaje, terminas asumiendo las cosas. Hoy los taxistas me preguntan por Alatriste. Es agradable, pero también un poco inquietante, porque te das cuenta de que el personaje ya no te pertenece completamente.

-¿Qué le desea, ahora que ya no lo puede controlar totalmente?

-Deseo haber podido sentar bien las bases para que Alatriste tenga una vida digna y honrada. Es como criar a un hijo, al que educas lo mejor que puedes, pero después se va al mundo sin ti.

-¿Recuerda la primera imagen que tuvo de él?

-Fue en la infancia. A mi padre le gustaba mucho el teatro del Siglo de Oro. Recuerdo que empecé a poner el oído al verso a través de 'El Tenorio' de Zorrilla. Esa imagen del capitán de los tercios que aparecía en escena me subyugó: sus bigote, su capa, su espada, su sombrero, su forma de hablar de honor, de lealtad, de amor A eso hay que añadir la lectura precoz de 'Los tres mosqueteros'.

-¿Cuándo pensó en él como personaje de novela?

-Creo que lo veo por primera vez cuando estoy haciendo un artículo para 'XLSemanal', titulado 'La fiel infantería', en el que hablo sobre 'La rendición de Breda', de Velázquez. A la hora de contar el cuadro uso la voz narrativa de un soldado anónimo, sin rostro, que lleva la tercera lanza por la izquierda. Es la primera vez que genero mi primera visión del personaje.

-¿Se propuso no proyectarse mucho en el personaje?

-Alatriste no soy yo. Lo que pasa es que es inevitable que a personajes fuertes, para hacerlos vivir, uno les preste puntos de vista; no digo rasgos de carácter, ni ideologías, sino formas de mirar. Yo no soy Alatriste, pero es verdad que él vive gracias a algunos puntos de vista que yo le he prestado sobre el mundo y la vida. Más que con mi carácter, Alatriste está hecho con mi mirada. Compartimos plenamente el saber que la batalla está perdida desde hace muchísimos siglos, que no hay nada que hacer.

-Pese a lo cual no hay que resignarse, según defiende usted.

-Claro. Hay dos formas de resignarse: como un cordero o como un cerdo. Todos conocemos tipos de esas dos variantes. Yo detesto las dos, porque hay que pelear aunque sepas que no hay victoria posible. ¿Pelear por qué? Pues porque la misma pelea ya justifica la vida, pelear para que no te confundan con corderos y los cerdos se queden con la nariz sangrando. Para Alatriste, pelear no es un mecanismo de salvación, es un estado de ánimo, de gracia. Es alguien capaz de mantener su palabra y de pagar el precio que sea por ello.

Desnudo frente al espejo

-«Estamos condenados a matarnos los unos a los otros», dice Alatriste. ¿No hay forma humana de salir del laberinto?

-Yo creo que el ser humano es un animal peligroso en un territorio hostil. Ahora bien, vivimos en una sociedad que, afortunadamente, nos ha barnizado, nos ha cortado las uñas, nos ha limado los colmillos y nos ha hecho poder convivir de una manera razonable. Cuando todo ese tinglado confortable que hemos montado los occidentales se va al carajo porque la realidad del mundo -desde un terremoto a los atentados del 11-S- se impone y dice aquí estoy yo, el ser humano se encuentra desorientado porque ya no está preparado para eso. El hombre es una bestia siempre acechante y siempre tenido a raya por la cultura y la civilización.

-¿Qué será de un pueblo que no lee?

-Será inculto y carecerá de los mecanismos defensivos existentes. El único dique frente a la barbarie, el horror y el dolor es la cultura; un dique analgésico que no es que los elimine, pero te permite soportarlos. Sin libros, sin cultura, el hombre no tiene mecanismos adecuados para defenderse. El ser humano que no lee está desnudo en un territorio muy peligroso, y, además, desnudo frente al espejo que le devuelve la imagen terrible de sí mismo.

-¿Qué modas estúpidas soportamos hoy en este país?

-Demagogia en abundancia. El ser humano es una hormiguita bajo la bota de Dios o del azar, pero una hormiguita que en los últimos siglos se ha dado demasiada importancia. Hemos sacralizado, en nuestra arrogancia y nuestra soberbia, un montón de construcciones artificiales que el ser humano ha ido creando para olvidar que no es más que una puta hormiguita en un puto hormiguero. Hemos llegado a un mundo en el que todos mienten, nadie dice la verdad y se vive en una dictadura de lo políticamente correcto a la que la gente se pliega por miedo social.

-¿Qué queda de aquel joven que con 18 años se largó a empaparse del mundo con una mochila?

-Quedan muchas cosas. Yo pensaba que la vida me iba a despojar de todas ellas, y hubo una etapa, no hace mucho, en la que pensaba que llegaría a los 50 años sin tener donde refugiarme. Sin embargo, para mi sorpresa he visto que la vida no es tan puta como parece, que tiene una cierta delicadeza y te permite conservar ciertas cosas. Sé que hay cosas que ya no me va a quitar. Hay una mochililla con media docena de cosas que están ahí y que ya no se van a ir, y eso me hace sentirme bien.

-¿Por ejemplo?

-Me pongo a contar y hay en el mundo unos veintitantos tíos y tías que morirían y matarían por mí. También recuerdos, libros, historias que aún quiero contar, mares que me apetece navegar, islas en las que me apetece fondear frente a ellas al amanecer o al atardecer...; no está mal. Fue duro cuando pasó la etapa de la euforia juvenil y empezaron la guerra y la vida a pegarme dentelladas; hubo cantidad de cosas que se perdieron.

-¿Su relación con el paso del tiempo es de caballeros?

-El tiempo pasa, ya me hago mayor, tengo 56 años, no soy el mismo tío que era ni siquiera hace cinco, pero hace tiempo que esto estaba asumido. Me di cuenta muy pronto de que tenía que prepararme para envejecer con serenidad personal. Hagas lo que hagas, mates o ames, procura estar sereno. Me dediqué a intentar amueblarme de serenidad para afrontar esa etapa en la que ya no eres fuerte, no eres vigoroso, ya no te sonríe una chica, ya no te apetece conocer gente nueva... Y para prepararme ahí están los libros. Creo que todo lo que he vivido, sin libros no habría sido lo mismo. Beirut no habría sido más que una aventura apasionante de no haber tenido Troya en la cabeza.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:36:00 CET

Ahora que estamos solos, Nocturno borgiano, ¿es usted MP?

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:38:00 CET

La gran pregunta: ¿Pérez Reverte es así de verdad o se lo hace?

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:39:00 CET

Roxana dijo...
Ahora que estamos solos, Nocturno borgiano, ¿es usted MP?
______________________

Lo fui.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:40:00 CET

Ah, ya sospechaba yo que usted tantos hombres había sido...

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 20 de noviembre de 2007, 0:41:00 CET

[423] Escrito por: Roxana - 19 de noviembre de 2007 23:27:00 CET
Jajajajaja, sí, también me cruzo con el espectro de Jarauta, que parece ir arrastrando la sombra de una sotana. Visto de cerca, Jarauta parece levemente hidrocefálico. Claro que lo peor es que vayas al cine y esté Jarauta en la fila de atrás analizando la peli, eso sí que es una experiencia atroz que yo he sufrido en mis carnes.
____________________________

Jajaja, sí que hay algo peor: ¡y lo protagonicé yo! Hace unos años, en un vuelo de vuelta de Río de Janeiro a Madrid, iba en mi avión el insigne intelectual Ramón Tamames. Esa noche comprendí lo que era ser un tertuliano de raza. El viaje, de diez horas, es machacante. A eso de las dos de la madrugada nos pusieron la peli aquella de Russell Crown, "El dilema". Llegamos a Madrid a las siete. En el autobús ese que nos lleva del avión a la sala de maletas, caigo al lado de Tamames. Estaba con unos colegas. Discutiendo (¡aún, cinco horas después!) sobre la película. Hablaba como si estuviera en La Clave, el tío. Siempre es así, tenga o no público. Me acojoné al ver *ao vivo* lo que es un tertuliano.

Pero lo peor fue la madrugada que pasé, mientras sobrevolaba el Atlántico negro. Yo miraba de reojo a Tamames, unas cuantas filas por detrás, y, con las turbulencias, me decía: "Me cago en la leche... Como nos hundamos en el océano, el titular de mañana será: "Muere Tamames y doscientos pasajeros más". ¡No me hacía ninguna gracia estar en el pack, bajo su patrocinio!

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:42:00 CET

Pérez Reverte es un caso extraño, se cree realmente su personaje. Si estuviera por aquí Montano le diría que sí, que también me he cruzado con él. Lo menos interesante de la vida es cruzarte con un tipo como Pérez Reverte, disfrazado de intenso.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:43:00 CET

Roxana dijo...
Ah, ya sospechaba yo que usted tantos hombres había sido...
_______________________

Tantos hombres no, Matilde, tantos nicks.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:44:00 CET

Blup, Montano, menos mal que el avión llegó a su destino y el mundo no perdió un artista.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:44:00 CET

¿Es Pérez Reverte un Sancho Panza que ha enloquecido leyendo sus propias novelas?

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:45:00 CET

[467] Escrito por: Nocturno borgiano - 20 de noviembre de 2007 0:43:00 CET

Roxana dijo...
Ah, ya sospechaba yo que usted tantos hombres había sido...
_______________________

Tantos hombres no, Matilde, tantos nicks.

***

Qué más da, en todo caso replicantes averiados.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:47:00 CET

Pérez Reverte no va de intenso, sino de duro. De tío muy curtido, muy de vuelta de todo. De Alatriste, vaya. Por eso es tan ridículo.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:48:00 CET

Roxana dijo...
[467] Escrito por: Nocturno borgiano - 20 de noviembre de 2007 0:43:00 CET

Roxana dijo...
Ah, ya sospechaba yo que usted tantos hombres había sido...
_______________________

Tantos hombres no, Matilde, tantos nicks.

***

Qué más da, en todo caso replicantes averiados.
_________________________

¿Le gusta a usted Blade Runner?

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:48:00 CET

Pérez Reverte se cree Alatriste. Es como esos niñitos encantadores que se ponen un traje de Hombre Araña y SON el Hombre Araña. Pero él nunca ha sido un niñito encantador.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:50:00 CET

"Blade Runner" es el poema supremo de la ciencia ficción. "¿Y quién vive?": ¿hay alguien que supere ese final?

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:52:00 CET

Pérez Reverte es de esos tíos a los que no les da vergüenza decir "yo tengo mucha mili hecha". Por decirlo de algún modo, es el típico gili de la mili.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:53:00 CET

Roxana dijo...
"Blade Runner" es el poema supremo de la ciencia ficción. "¿Y quién vive?": ¿hay alguien que supere ese final?
_______________________

A mí es que sólo me gusta el final, cuando el replicante salva a su perseguidor. Es muy emocionante. Al resto, sin embargo, no acabo de verle el encanto.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:55:00 CET

El pobre Arturito debió perder la cabeza cuando era corresponsal de guerra. Después, en vez de creerse Valdovinos o el marqués de Mantua, se cree Alatriste o el más listo de la clase, o el Rambo de Cartagena, yo qué sé, esto de ser humanos es difícil.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 20 de noviembre de 2007, 0:57:00 CET

Yo el único Reverte que aguanto -y no todo- es Javier. Aunque copia a Kapuzsinky su libro "Vagabundo en Africa" se dejaba leer.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 0:58:00 CET

De "Blade Runner" me gusta todo: el ambiente, el protagonista, los pobres replicantes que se rebelan contra su destino, que haya ventiladores en el techo, que se solucionen problemas teológicos matando al dios tecnológico, la sensación de lluvia ácida que desprende cada escena... Y el caso es que la novela original no me gusta nada. De hecho, sólo me gusta la ciencia ficción de Ray Bradbury.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 20 de noviembre de 2007, 0:59:00 CET

Kapuscinski voglio dire.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 1:02:00 CET

El Crítico Constante dijo...
Yo el único Reverte que aguanto -y no todo- es Javier. Aunque copia a Kapuzsinky su libro "Vagabundo en Africa" se dejaba leer.

***

"Corazón de Ulises" no está mal, por lo menos te crea una necesidad imperiosa de salir corriendo en dirección al Peloponeso.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 1:04:00 CET

Sí, hay algo peor que Jarauta o Tamames te expliquen una película: que Pérez Reverte te cuente anécdotas de su mili.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 20 de noviembre de 2007, 1:05:00 CET

481. No he leído ese libro, sólo los dos de Africa (y el de Alfonso Armada, que también se deja leer).

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 20 de noviembre de 2007, 1:10:00 CET

Me voy a dormir, amigos. Me espera la cama. Pasen buena noche.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 1:16:00 CET

60 muertos en una mina de Ucrania.
Fuera, sigue haciendo frío.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 1:16:00 CET

LEER HARÁ DE TI UN PARIA

A quien me convenció, en un día ya lejano, de que leer era bueno para la vida, deberían colgarlo en un cruce de caminos para que lo picaran los cuervos por haber causado tanto mal. He comprobado con estupor que la demasía lectora no es que seque el "celebro", como escribía Cervantes, sino que te interioriza, te introspecciona, te hace tener más mundo interior que exterior, y cuando te vienes a dar cuenta no encuentras ni la escalerilla de incendios para salir. Según Woody Allen, lo malo de morirse es que luego no hay manera de encontrar el interruptor dela luz. Lo malo de leer cosas que quién te habría mandado a ti, lo pésimo del asunto, es que te llevan por un camino del que luego no sabes volver. Leer hizo de mi el marginado que soy. La marginación es de doble sentido: tú mismo te automarginas de la sociedad, que por supuesto no lee, y, a su vez, la sociedad te aparta por extravagante, por vagar fuera de los valores mayoritarios, que son los que férreamente establece la telebasura. El hecho de leer sirve para un enriquecimiento personal, pero nadie ha dicho que el enriquecimiento personal valga para algo, aparte de para procurarte un bonito devenir desgraciado. Leer te descubre problemas que antes no tenías y
te traslada sin remedio a un estadio nuevo, superior al del común si se quiere, pero aislado, donde permaneces mudo mientras los demás te creen sordo. No me gusta nada dar consejos, pero a los jóvenes que inician la aventura en este valle de lágrimas yo les daría dos: jóvenes, nunca, bajo ninguna circunstancia, queráis ser periodistas, pero, si por una serie de catastróficas desdichas topáis con ese estado, jamás se os ocurra leer nada, como por otra parte hace (es decir, no hace) la inmensidad de los periodistas. Decía alguien que todo lo que merece la pena conocerse desde el principio de los tiempos está metido en apenas cien libros. Haré una apostilla: todo lo que merece la pena conocerse para llevar una vida en paz de espíritu y plena de sensaciones es lo que precisamente no está en ninguno de esos cien libros, sino siempre fuera. Leer hace que se pierda contacto con la vida porque prepara el alma para una existencia ultraterrena, pero el problema es que quizás no exsite, y, entonces, menudo negocio. Conozco a seres cultivados que dicen que leer les hace felices dentro de una desgracia cósmica que muy probablemente no sentirían si fuesen analfabetos funcionales. Lector, nadie te va a agradecer que leas. Ni a mí que escriba. En casi veinte años de profesión, todavía no me ha llegado ni una sola meritoria diciendo que la erotizo con mi prosa.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 1:24:00 CET

Nocturno borgiano dijo...
Roxana dijo...
Ah, ya sospechaba yo que usted tantos hombres había sido...
_______________________

Tantos hombres no, Matilde, tantos nicks.

____________________
lo mismo es.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 20 de noviembre de 2007, 1:29:00 CET

"Es por eso que", "Por eso es que", "Fue entonces que", "Es así que", "Ahí es que", "Fue por ese motivo que", y todas las que empleen el "que" en un contexto semejante

deben ser sustituidas por

"Es por eso por lo que" (mejor: "Por eso"), "Fue entonces cuando" (mejor: "Entonces"), "Es así como" (mejor: "Así"), "Ahí es donde" (mejor: "Ahí"), "Fue por ese motivo por lo que" (mejor: "Por eso").

EJEMPLOS

"Es por eso que me pregunto, / al ver que me olvidaste, / por qué no me enseñaste / cómo se vive sin ti."

Sería correcto:

"Es por eso por lo que me pregunto, al ver que me olvidaste, por qué no me enseñaste cómo se vive sin ti."

Pero lo mejor es:

"Por eso me pregunto, al ver que me olvidaste, por qué no me enseñaste cómo se vive sin ti."

 
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