O al más famoso vaquero predecesor del defecto del anterior actor español. Los actores son como los compañeros de trabajo: aunque no te gusten están ahí y son los que vas a ver durante el rodaje laboral, así que vete acostumbrando a sus caras. Además, ¿cómo sabemos que las expresiones que adoptan no obedecen a las características que reclaman sus personajes en ese preciso momento? Por ejemplo, Matt Damon caracterizado con aspecto de nazi enceguecido en las pelis de “Bourne”. Aunque en “El indomable Will Hunting” también parecía poseído por el III Reich. Luego tenemos a Jodie Foster con ese apretar suyo de labios tan característico, que parece que se estuviera comiendo un pellejillo interior del labio. Y no me olvido del primo hermano de Damon con esa cara angelical que parece incapaz ni de una mala acción ni de una palabra ofensiva.
Aunque el que para mí se lleva la palma es el hombre de las mil caras... siempre iguales. Un dechado de estilismo actoral. ¡Sonríe!... ¡No, joder, que sonrías!... ¡Vale, es igual, es buena!
Podría hablar de los actores que me gustan como Kevin Kline pero no me parece relevante.
Como muchos de los que me lean, también yo he soñado con dirigir películas. Una de las peculiaridades de mi trabajo sería no repetir jamás con actores. En todas mis películas los actores serían siempre distintos y sobre todo noveles. De esta manera los espectadores prestarían más atención a la historia que a los conocidos rostros de sus personajes. Hay tantos y tan buenos actores que no me costaría trabajo encontrarlos. Ya lo dijo Hitchcock: los actores son como ganado. Aunque exageraba, porque huelen muchísimo mejor.
Etiquetas: goslum
Joder, acabo de enviar al limbo la entrada anterior... y los comentarios que ya habían hecho los más madrugadores.
Disculpen Vds., pero Goslum SÍ me había enviado su entrada en tiempo y forma. Pueden apedrearme cuanto gusten; como Michel, me lo merezco.