Esto luego vuelve a repetirse, pero esta vez en clave negativa en American Graffiti, cuando el protagonista pasa la noche buscando a una muchacha rubia que ha visto en un extraordinario coche, un Thunderbird, creo recordar. Es la última noche, la suya y la de sus compañeros, en el pueblo donde han vivido hasta ese momento. El futuro comienza mañana, pero ya antes hay un toque de frustración, tan americano: Cuando llegaron a América, cuando establecieron las primeras colonias, cuando empezaron a conquistar el continente, nunca dejaron de volver al pasado mítico que jamás llegaron a poner en pie. La nostalgia y la ausencia son dos características de la cultura norteamericana. Acaso porque de otro modo sería imposible sostener la necesidad de la consecución de un destino.
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