- De momento hay consenso en esto: la primera parte de la edad media fue una anarquía feudal en la cual el que tenía la maza mas pesada mandaba a los demás.
- Bueno, había sus normas mas o menos explícitas. Por lo menos entre nobles y caballeros se seguían ciertas reglas
-Ya, pero eso era cosa de una élite bastante limitada. Y de todos modos los reyes eran mas respetados cuantas mas salvajadas cometían. Lo de andar ordenando degollinas al por mayor les daba fama y hasta puntuaba para la santidad, y como de ellos se esperaba que fueran garantes e impositores de la paz del Reino de puertas adentro, cuanto mas brutales los castigos y mas dura la mano contra los criminales mejor vistos eran. La prevención de la delincuencia se asociaba a mantener ocupados patíbulos y horcas, desproporcionando el castigo con respecto a la ofensa, aunque esto solo afectaba a los laboratores: muy gorda la tenía que hacer un fraile o un noble para que tuviera que sudar delante de un tribunal o rendir cuentas a un superior.
-Eso cuando no era el propio rey el que andaba metido en gresca. No es que les importara al parecer caer en contradicciones, ya que aunque presumían de piadosos et amantíssimus filius Eclessia, a la que se les calentaban los cascos saqueaban con entusiasmos en abadías, iglesias, conventos y monasterios del vecino para apoderarse de los bienes (imágenes y objetos de culto, pero también víveres, ganado y materiales de uso doméstico) y de paso demostrar que su protector era un débil, incapaz de proteger a los suyos. Si no se detenían ante la Iglesia, imaginaos lo que podían llegar a hacer a los campesinos y burgueses que podían pillar.
Desde el S VIII la sociedad era menos militarizada y los especialistas necesitaban asimismo mayores inversiones en material y preparación. No podían dedicarse a sembrar trigo y al tiempo ejercitarse en las armas, domar sus caballos de guerra... así que se terminan convirtiendo en un sector aparte que es alimentado de grado o de fuerza por los productores de alimentos. Pueden ser aceptados como cómites/comptes/condes, o dedicarse a vagar como salteadores/mercenarios. Lo que está claro es que los tipos armados eran “depredadores violentos” que tienen un concepto mágico y mítico de la violencia heredada de las culturas orientales esteparias, y que consideran a los pauperi como presa legítima
-Un equipaje completo de caballero debía valer un dineral... el caballo de guerra o Great Horse, cuyos mejores ejemplares provenían de castilla, aragón y navarra... o los ágiles Hobbies irlandeses, o enormes caballos frisones, bien entrenados para soportar el ruido y el horror de la batalla, capaces de aguantar su propia armadura y a un jinete cubierto en hierro mandando una carga contra una muralla de lanzas, revolviéndose en un palmo de terreno y moviéndose de forma autónoma ayudando al jinete en la batalla, atacando a su vez a los contrincantes humanos o equinos con coces y mordiscos... ese caballo podía enfermar y morir, o simplemente cumplir años y tener que ser sustituido... además de otros caballos de correo, de tiro de los carros y máquinas de guerra, de cabalgadas, quizás yeguas y un semental para ir reponiendo los ejemplares...-
-Entre treinta y cuarenta ejemplares podía necesitar un rey o un caballero de cierta categoría. Imaginaos lo que comen esos bichos y los cuidados que necesitan. Aparte de los arreos y gastos varios. Añadamos el equipamiento del propio caballero. Armadura, espadas, lanzas, daga, estandartes, escudo, cota de mallas, espuelas, peto... y la tienda de dormir y sus muebles portátiles... eso contando con que el único escudero que pagara durmiera en el suelo delante de la puerta, que era bastante corriente... y que se acogiera a los reales edictos de Monzón, que dejaban que cualquiera pudiera llamarse caballero sin necesidad de justificar una renta (como los equites romanos) si se dedicaba a combatir al enemigo por cuenta del rey. Pero es que un caballero sin caballo en la Edad Media era un caballero muerto. Un caballo proporcionaba no solo categoría social sino capacidad militar en la batalla, ya que aportaba fuerza, velocidad y altura. Temibles, temidos y sin embargo respetadísimos caballos, hasta bien entrado el siglo XIII se consideraba “mala guerra” lesionarlos en el combate, y era mejor visto apuntillar con la daga de misericordia al jinete que desjarretar a su montura. Una de las acusaciones de “salvajes” que se lanzaban contra los almogávares era que estos no tenían melindres en desbarrigarlos o romperles las patas para derribarlos
- Oiga, y la Iglesia que hacía...aparte de echar responsos y mandar penitencias y excomuniones, o poner a los penitentes de camino a Santiago a ver si se les enfriaba la sangre...
- Pues había curas para todo. Obispos y sacerdotes entraban en batalla con ardor guerrero, aunque los eclesiásticos tenían prohibido verter sangre cristiana, así que usaban mazas y clavas. Como si el puré de sesos fuera menos mortal.
- Ya veo que aquí no hay mucho creyente en el espíritu de la caballería. Seréis capaces de negar hasta el rescate de Blondel
Ni amante canoro de castillo en castillo ni fiel servidor de la reina madre. El rescate de Ricardo fue una maniobra política compleja que implicaba luchas de poder dentro de la propia Inglaterra. Ricardo Corazón de León, otro ejemplo de caballero que podía ser terrible y cruel y que vivó con el descuadre mental de comprender y tener mejor relación con su enemigo Saladino que con su propia familia, versión primitiva de la Familia Addams. Reservamos el papel de Fétido para Felipe II de Francia reconvertido en ex despechado, y Enrique II como Gómez, orinando con toda su cachaza en la chimenea donde se esconde el amante de Leonor de Aquitania y dejándolo empapado de real pis (es que estos colegas estaban llenos de amor pero todo muy mal dirigido, cachis...)
De todos modos y contra viento y marea la sociedad estaba saliendo de la autarquía y volvían a abrirse rutas comerciales, así que a finales del siglo X la Iglesia insiste con sus doctrinas de paz. Como mal menor, mentes preclaras deciden encauzar la agresividad de los bellatores y amparan la creación de órdenes de caballería, que imprime sobre la tradición guerrera germánica y pagana de la sociedad feudal un sello místico y sacralizado de fuertes principios cristiano y éticos, embridando a los bravos y llegando a la cima con el libro del orden de caballería de Raimundo Llull. Muchos autores atribuyen el éxito en la maniobra al auge de las clases emergentes sociales urbanas, en las cuales se produce la idealización de un mundo que sin embargo ya está transformado. Los caballeros aprenden en los Espejos y Tratados, y sobre todos en las Novelas de caballerías como el Caballero Zifar o el Amadís de Gaula la manera de comportase, pero su mundo ya no es ese territorio de condes de medio sueldo que viven en torres de vigilancia compartiendo yacija de paja con su esposa, sus mesnadas y un tropel de chinches, y con el caballo preparado en el dormitorio para salir a pelear en cualquier momento que el vigía gritara ¡Al Arma, al Arma!. Estos caballeros que leen (¡en romance y en latín!) los libros son mucho mas sofisticados que sus abuelos, sus horizontes son mas avanzados, y se dejan espiojar con elegancia por sus damas mientras debaten sobre la agudeza de la querella de Christine de Pisan.
- Aun así no todas las órdenes de caballería son vistas con buenos ojos: “El Papa Urbano II en su discurso de Clermont considera reprobables las costumbres de la Caballería y el propio San Bernardo en su apología de los Templarios, a los que trata de asegurar las bondades de su actuación caballeresca en función de la misión reconquistadora de la Tierra Santa y de la lucha contra los no cristianos, distinguió entre la noble militia y la perversa malitia, cuyo único beneficio es la muerte y el crimen, graves pecados que cometen quienes matan y quienes mueren por ello, por lo cual perecerán para la eternidad.”. O sea, si vais a portaros como bestias sanguinarias matad a diestro y siniestro pero matad lejos y matad a los no cristianos, que Dios os lo premiará.
- Pues entre batallas debían intercambiar algo mas que recetas de cocina, remedios sanitarios y tratados de ajedrez durante las cruzadas, porque se trajeron de los musulmanes unos cuantos conceptos que convenientemente camufladas e integradas a la idiosincrasia europea dieron bastante juego
-A saber quien copió a quien. O tal vez hubo conceptos que evolucionaron en cada zona de forma convergente. Como el código Bushido de la caballería nipona, que ya me contaréis si es que algún samurai despistado se había perdido en Jerusalén en aquellos días... porque los códigos de honor se parecen bastante, sobre todo en lo de proteger al débil y tal...
Scriptorium
http://www.heraldaria.com/caballeros.php
The War Horse. 1250-1600. A. Hyland. Sutton Publishing, 1998
A hierro y fuego. Las atrocidades de la guerra de la Edad Media. Sean McGlynn. Ed. Crítica, 2009
Etiquetas: Mandarin Goose
Freddy Rubalcaba: "La gente se piensa que el Guadalquivir es un río".
Don Federico le responde citando a Lope de Vega.
¡¡Aúpa don Federico!!