11-M / La acción de la Justicia
'Tedax' del 11-M declaran que recogieron muestras que no debieron destruirse
El jefe de Madrid desmiente la versión de Sánchez Manzano ante la juez
MANUEL MARRACO
Madrid
El máximo responsable de los Tedax de Madrid declaró ayer ante la juez que parte de los restos de los focos del 11-M de los que se deshizo el jefe de la Unidad Central, Juan Jesús Sánchez Manzano, nunca debieron ser destruidos.
Según explicó el inspector jefe del grupo de Desactivación de Explosivos de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, José María Cáceres Vadillo, existe cierto tipo de restos a los que los Tedax otorgan un valor policial «evidente» y que siempre quedan a disposición del juez. Se trata de los algodones con impregnaciones de explosivo recogidos en los focos, así como tierras del cráter formado por las explosiones y cableado que podría pertenecer al artefacto.
Esos restos nunca pasan la criba descrita la víspera por Sánchez Manzano, sino que van directamente al laboratorio y allí se conservan. Por el contrario, explicó que sí hay otro tipo de restos -chapas, clavos, etcétera- que pasan una selección. Aun así, el inspector jefe explicó que él entiende que la normativa de los Tedax exige que también éstos deben quedar a disposición judicial. Afirmó que él nunca ha tenido noticia de que se destruya cualquier tipo de muestra sin autorización del juez.
En su declaración como imputado el pasado martes, Manzano explicó que sólo parte del material recogido se había guardado. Afirmó que, en principio, se trataba de simples «objetos» que, sólo tras una selección en la sede policial, pasaban a considerarse «muestras» que se analizaban y quedaban a disposición del juez. Lo demás se desechaba.
La Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M imputa a Manzano los delitos de encubrimiento por ocultación de pruebas, omisión del deber de perseguir delitos y falso testimonio. La querella se dirige igualmente contra la perito tedax que analizó los restos del 11-M, cuya labor no cuestionaron los cinco artificieros que declararon ayer como testigos.
En cuanto a la cantidad de muestras recogidas, el inspector jefe concretó lo sucedido en Atocha, donde él estuvo presente. Estimó que recogieron en torno a una veintena de muestras de las que tienen interés directo en cada uno de los cuatro focos de ese tren. Es decir, 80 muestras de alta calidad en uno solo de los cuatro escenarios del atentado, a lo que habría que sumar lo recogido en Téllez, Santa Eugenia y El Pozo.
Pese a todo, los peritos del tribunal del 11-M sólo dispusieron de 23 muestras de los focos que no incluían, por ejemplo, ninguno de los algodones. Los expertos hicieron ver al tribunal que la «escasez» de muestras dificultaba la determinación del explosivo.
Cáceres Vadillo no sólo contradijo a Manzano en lo referido a la conservación de muestras. También aseguró que, para su sorpresa, el comisario había asumido el mando operativo de la intervención de los Tedax en la mañana de la masacre, que según la normativa le correspondía a él como jefe del grupo de Madrid. Los procedimientos habituales tampoco se siguieron en tareas como la elaboración de actas, traslado y selección de muestras.
El jefe de Madrid agregó que aquélla fue la primera vez que un responsable de la Unidad Central se hacía cargo del mando operativo en un atentado. También la última, añadió. En el siguiente, el de la T-4, Cáceres Vadillo preguntó al sustituto de Manzano -que ya había sido destituido- si iba a asumir el mando. La respuesta fue un no tajante, porque esa competencia correspondía al jefe de Madrid.
"El gigante virgen"
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