Bien, conozco de primera mano la experiencia de una médica nuestra cuyo devenir profesional pasó una época en Portugal. Tenemos cientos de médicos allí, lo cual contrasta con el volumen de médicos extranjeros incorporados aquí. Retrato de los tiempos, sin duda, pero llama la atención por la vecindad. ¿La razón para irse a ejercer a Lusitania? Habría que consultarla. Mi fuente la resume en que cobraba mejor y trabajaba menos. Allí, afirma, la gente enferma menos. ¿Cómo es posible?, pregunto, alardeando que les "ganamos" en longevidad/esperanza de vida. Por su sistema, una sanidad pública de tasas en las que hay que apoquinar para ser atendido. Eso disminuye la atención; uno va al médico cuando lo necesita realmente. Pero me cuenta a la vez que allí ves a gente tan sana y con la centena de años (que no, replico, que viven menos). Y gente menos atiborrada de fármacos, la paradoja que nos hace enfermar más; o ir con mayor frecuencia al médico. Lo cierto es que uno no recuerda haber visitado al pediatra de pequeño (¡pero cómo olvidar al practicante!) y ello contrasta con la cantidad de atención que requerimos hoy en día a la pediatría pública (que se está quedando sin pediatras; y aparentemente los médicos que no son pediatras tienden a sobremedicar a los niños, cosas de no pillarse los dedos, el mantra de los mosquitos a cañonazos).
Ah, también ganamos en esperanza de vida a la media de la UE y los citados EEUU, si es que esto tiene algo que ver con los funcionamientos de la sanidad gratuita.
A todo esto, hoy tenemos efeméride, la cual me permitirán eludir porque como bien atinaba recientemente un columnista que no era Jorge Javier Vázquez, el recreo de fechas se ha convertido en una enfermedad. Dónde-estabas-tú y todo eso.
En su lugar referiré alguna noticia/novedad cachonda de este escaparate tramontano que parece un circuito inagotable, como rueda de ratón, diseñado para los herederos de John Self.
Así, el caso del hombre que se atragantó con una rana envasada en una lata de Pepsi.
O el gran masturbador que no supo imaginar Dalí,
Y quizás hayan oído algo sobre la campaña emprendida por el National Health Service en Sheffield, con una guía indicadora de alternativas al sexo pre-marital entre las que promociona las pajas. El folleto se titula Pleasure y su eslogan no deja lugar a equívocos: an orgasm a day keeps the doctor away. Literalmente.
Sin dejar Reino Unido, un estudio del Departamento de Psicología la Universidad de Keele ha revelado las bondades del insulto: quien ejerce un lenguaje soez respecto al prójimo tiene mejor capacidad para soportar el dolor que quien se pronuncia con mayor corrección. Así pues, que les jodan.
Y volviendo a las necesidades cotidianas uno destacaría la campaña del grupo ecologista brasileño SOS Mata Atlántica que anima a los ciudadanos a orinar en la ducha para salvar la selva tropical (se ahorran 5000 litros de agua al año si evitamos un uso diario de la cisterna).
Finalmente, a la espera de completar la decepción de nuestra candidatura madrileña cabe destacar que el Comité Olímpico de Singapur dejó desierto este año su premio anual al mejor deportista del país. Simplemente, no encontraron a nadie con los méritos mínimos.
Pero hagan deporte y cuídense, que somos muchos pero poco. Así, el ciudadano yanki que se ahogó este año en Corpus Christi, Texas, tras presumir ante sus amigos de que podía aguantar largo tiempo bajo el agua. Y tanto.
Etiquetas: sickofitall
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