De Munich-München-Monaco me han sorprendido algunas cosas, no crean ustedes. La primera de ellas, la aún extraordinaria modernidad de la Ciudad Olímpica del 72 ¡treinta y siete! años después. Como el famoso sillón de la Bauhaus, no cumple años. Nunca. Al revés, lo preveo, de lo que le sucederá al vecino museo de BMW, hiperfashion pero condenado al temprano envejecimiento. Como todo lo barroco, por otra parte. Y me ha, más que sorprendido, maravillado el Viktualien-markt, el mercado (de vituallas) al aire libre, tan lleno de diamantes de fruta, espejos de carne y monedas de vino como de bávaros vestidos de bávaro. Hoy, además, era viernes y había banda de música en el biergarten anejo. Todos los músicos, cómodamente sentados en sus sillas metálicas de color verde, reservaban en el suelo, entre sus pies, una litrera jarra de cerveza que, entre pieza y pieza, les ayudaba a mantener los carrillos en perfecto estado de revista. Luego, a la orden del severo director (en macarrónico: biergartenmusischenführer), atacaban trombones, trompetas, clarinetes y tubas con germánica ferocidad. Normalizadamente.
Y allí, en una tienda de la cadena Schlemmermeyer, “Lust auf delikates”, he comprado lo siguiente:
· Bayerische Rauchzipferl, salchichas de unos veinte centímetros de longitud, rojizas, ideales para tomar ligeramente cocidas, casi sólo atemperadas en agua caliente, con puré de patatas.
· Rost-Bratwurst, salchichas igualmente alargadas pero blancas. Llenas de especias que, a modo de eficaz oxidante, eliminan el rosado color de la carne. Perfectas para la plancha.
· Münchner Leberkäs, un bloque tetragonal de carne de salchicha aún sin cocer, al cual hay que curar en el horno y, luego, comer tal cual, incluso frío, o pasar ligeramente por la plancha. Si se acompaña de sauerkraut (el chucrut de toda la vida), ganan el sabor y la digestión.
· Münchner Weisswurst, pequeña y gruesa (como carallo d’ome) salchicha blanca que hay que cocer en agua con menta y, eliminada la recia piel que se desprenderá de élla perfectamente si el punto de cochura es el justo, comer sin mesura. Acompañar, preferentemente, con una mostaza dulzona (lleva miel o, en su defecto, jarabe de maiz) llamada Hausmacher Senf.
He mercado, así mismo, un pan de centeno que lleva en sus entrañas un completo catálogo de horticultura (pimientos vede y rojo, zanahoria, berenjena...) a más de queso tierno. Ignoro cómo se llama tan hospitalario pan en alemán, pero está delicioso. Unas weissbieren de Franziskaner (viviendo en Franziskanerstrasse no puede beberse otra cosa) completarán una cena considero que razonable. Ya les contaré.
Y allí, en una tienda de la cadena Schlemmermeyer, “Lust auf delikates”, he comprado lo siguiente:
· Bayerische Rauchzipferl, salchichas de unos veinte centímetros de longitud, rojizas, ideales para tomar ligeramente cocidas, casi sólo atemperadas en agua caliente, con puré de patatas.
· Rost-Bratwurst, salchichas igualmente alargadas pero blancas. Llenas de especias que, a modo de eficaz oxidante, eliminan el rosado color de la carne. Perfectas para la plancha.
· Münchner Leberkäs, un bloque tetragonal de carne de salchicha aún sin cocer, al cual hay que curar en el horno y, luego, comer tal cual, incluso frío, o pasar ligeramente por la plancha. Si se acompaña de sauerkraut (el chucrut de toda la vida), ganan el sabor y la digestión.
· Münchner Weisswurst, pequeña y gruesa (como carallo d’ome) salchicha blanca que hay que cocer en agua con menta y, eliminada la recia piel que se desprenderá de élla perfectamente si el punto de cochura es el justo, comer sin mesura. Acompañar, preferentemente, con una mostaza dulzona (lleva miel o, en su defecto, jarabe de maiz) llamada Hausmacher Senf.
He mercado, así mismo, un pan de centeno que lleva en sus entrañas un completo catálogo de horticultura (pimientos vede y rojo, zanahoria, berenjena...) a más de queso tierno. Ignoro cómo se llama tan hospitalario pan en alemán, pero está delicioso. Unas weissbieren de Franziskaner (viviendo en Franziskanerstrasse no puede beberse otra cosa) completarán una cena considero que razonable. Ya les contaré.
(Escrito por Protactínio)
Etiquetas: Protactínio
Gutten (Netzer)apetiten, herr Protarrr.