Como la vida misma, o sea. Porque, vamos a ver, ¿hay alguna similitud, por ejemplo, entre el PP y el Atlético de Madrid? O, para ponérselo más fácil a sus agudísimas mentes, ¿qué tienen en común los dos Aguirre? Me refiero, claro, a Esperanza Aguirre por un lado y a Javier El Vasco Aguirre por otro. Piensen, piensen. Al entrenador lo han echado los futbolistas de la plantilla, negándose a correr, meter la pierna y afinar la puntería durante algo más de un mes. No debían tener buena química con el míster, yo qué sé. O, más probablemente, hartos de no cobrar a su hora decidieron liarla. Y, de paso, cobrarse la cabeza del mejicano al cual ahora, contritos, piden perdón. ¿Y quién va a echar a Aguirre, la otra? Pues, igualmente, los suyos. Todo ese asunto de los espías de la T.I.A., de los Maxwell Smart de la antigua degeese, ahora sede del gobierno regional, es –no me cabe duda– una filtración interesada. Y una filtración desde el partido. Así se hace el periodismo de investigación en España, no lo duden. A base de recibir abultados sobres con fotocopias, cedés y videos clandestinos. Como en los tiempos antiguos de Malesa, Filesa y Time-Export. Lo mismo. ¿A quién aprovecha el asunto? Pues no lo sé, aunque me lo malicie. Sí sé a quién perjudica, claro. No sólo a Esperanza Aguirre.
Otro bonito ejemplo, fácilmente trasladable a la vida cotidiana, es el papelón de la prensa de Madrid ante la insultante superioridad del Barça. Superioridad, además, en todos los terrenos. Pero los Relaño, Ortego, Estrada o Segurola no pierden ocasión de insistir en los tópicos típicos: que si Ronaldo, que si Kaká, que si Raul: selección, que si Calderón, dimisión. Lo de siempre. ¡Con la que está cayendo en la liga, ir a fijarse en semejantes derivadas! Otro gallo cantaría si, en lugar del Barcelona, al arrasalotodo fuese el Madrid. A ello, y no vaya a ser que entre tanta polvareda se les pierda don Beltrán, se ponen también otros medios de comunicación y otros comentaristas supuestamente más serios. ¿Que esta crisis es tan profunda que ha llegado al hueso, a la médula misma de nuestra economía? Bueno: lo importante es la trama de alcaldes, bigotudos y, en general, amigos de Agag-Aznar. Eso es lo crucial, lo noticioso, lo opinable. ¿Tres millones de parados, que serán cuatro antes de que el ministro Corbacho sea capaz de entender los chistes de su hermano? Ça fait rien!. Boadilla, macho, Boadilla: ahí está el jamón. Y, para echar una mano, Garzón. El Garzón Campeador, como lo calificaba hace un par de días, con su puntito de cachondeo, Miguel Angel Aguilar. Porque el asunto ya tiene unos tres años. Tres años dormido (o durmiente). Y ahora, como tenemos a la vista un par de elecciones regionales y parece que el personal no está muy agradado con la forma en la que Alicia está encarando el descalabro, pues a ponerlo en el mercado. Vía sobrón de fotocopias. Y, luego, a matar venaos a Jaen. Con el ministro. Igual, igual que cuando Patascortas, ese fresco general procedente de Galicia, imperaba en España. Mismamente como el Madrid, que lo ganaba todo.
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