Hace ocho meses que asumió Cristina Fernández de Kirchner como “presidenta” de Argentina elegida con un importante porcentaje de votos: el 45% de los votos, muy por delante de la siguiente candidata: Elisa Carrió, con el 23 % o el tercero, Roberto Lavagna, con el 17 %. Tengo que mirar en Internet para recordar los nombres de los partidos que representó cada candidato: La Kirchner por la “Alianza Frente para la Victoria”, la Carrió por la “Confederación Coalición Cívica” y Lavagna por la “Alianza Concertación”. En los nombres ni siquiera aparecen ya los partidos tradicionales, el radical o el peronismo (justicialismo), tal ha sido el estado de disolución en el que cayó la política argentina.
Cristina sucedió a su esposo, Néstor Kirchner, que gobernó cuatro años con una exitosa táctica de absorber aliados: la llamada “cooptación” con la que obtenía que lo apoyaran políticos provenientes de otros partidos políticos, usando el jugoso gancho de los puestos y beneficios estatales. Es evidente que el matrimonio tenía proyectos para el futuro lejano: Seguramente pensaban que en la próxima elección se postularía nuevamente el marido para conseguir así una continuidad de la dupla durante doce años de permanencia en el poder. Sin embargo, muy distinta ha sido la suerte en estos primeros meses del “segundo” mandato del matrimonio: según una encuestadora mexicana la Kirchner está entre los tres presidente menos queridos de toda América. Goza de apenas un 26 % de aprobación actualmente. En pocos meses ha perdido el apoyo de la mitad de quienes la votaron.
¿Qué ha pasado? Se metió con el campo. Y no es poca cosa en Argentina.
Nuestro país ha estado junto con USA a la cabeza de la introducción de tecnologías genéticas en la producción agraria. En pocos años se pasó de una producción anual de 30 millones de toneladas de granos en 1990 a las actuales 90 millones, especialmente soja, que se exporta totalmente. En tres años se espera llegar a los 120 millones de toneladas.
Ocurre que en la década del 90 (tan nefasta en otros sentidos) hubo una proceso muy profundo de tecnificación del agro argentino y ahora se ven los resultados. El gobierno ha querido ser el convidado de privilegio en el reparto de abundancias: aplicó un impuesto del 35 % sobre las cosechas. Ya era mucho, pero en marzo de este año se le ocurrió dictar una nueva norma que elevaba ese impuesto en algunos casos hasta el 47 %. Realmente confiscatorio: superior al impuesto stalinista que generó el Holodomor en Ucrania, el que supuso la muerte por hambre de dos millones de personas. Por supuesto, en Argentina eso hubiera significado la ruina de algunos campesinos por un lado y por otro lado la frustración de la compra de departamentos y automóviles nuevos que eran adquiridos masivamente por los enriquecidos campesinos productores de soja.
Se produjo a partir de marzo de este año una virtual sublevación del campo, en la que participaron tanto los “oligarcas” de la Sociedad Rural como los pequeños productores chacareros de la Federación Agraria, nacida justamente hace ochenta años para defender a los arrendatarios rurales de sus opresores latifundistas. Utilizaron una medida que hasta ese momento había sido patrimonio político del peronismo: los llamados “piquetes”, con los que cortaban rutas y calles para ejercer presión y hacer caer gobiernos, tal como se hace actualmente por toda Hispanoamérica. Los “piqueteros” habían sido también “cooptados” por el kirchnerismo, pero en esta ocasión los Kirchner tuvieron que comer el plato envenenado que antes preparaban con fruición contra sus opositores.
Debido a que los campesinos y quienes los apoyaban habían protagonizado inmensas manifestaciones populares la “presidenta” (como así gusta llamarse) Cristina Fernández de Kirchner resolvió enviar al Parlamento para que se discutiera el pretendido impuesto del 47 % a los productos del campo. Confiaba en los parlamentarios propios y los cooptados. Pero, en el último momento, el vicepresidente de la Nación (un radical “cooptado”), que preside a su vez el Senado, con su voto hizo caer el proyecto, adquiriendo con eso una enorme popularidad entre los opositores, al punto de que un toro premiado este año en la exposición de la Sociedad Rural llevaba, justamente, su segundo nombre: Cleto.
En pocos meses ha caído un ídolo de pies de barro. Ahora todos vuelven a recordar el ignoto destino de los 525 millones de dólares que los Kirchner depositaron en el exterior a su nombre personal, pese a que pertenecían a la provincia de Santa Cruz, o el escándalo de los 800.000 dólares que el venezolano Chávez mandó ilícitamente para apoyar la candidatura de la Kirchner.
En esta crisis los Kirchner han recibido, sin embargo, apoyos importantes. Personalmente me resulta muy amargo ver que las Madres de Plaza de Mayo lo hayan hecho en forma escandalosa: Hebe de Bonafini llegó a regalarle a la “presidenta” su pañuelo en una de las manifestaciones de apoyo que le hicieron. Con ese gesto Hebe de Bonafini agradeció el real impulso que los Kirchner le han dado a las investigaciones relacionadas con los abusos de poder por parte de los militares del Proceso 1976-1982 pero también porque el gobierno les otorgó a las Madres un papel privilegiado en la gestión de la construcción de viviendas, con contratos millonarios. Actualmente la Fundación de la Madres de Plaza de Mayo está siendo administrada por un hombre que fue condenado por haber asesinado a sus padres a fin de apresurar la herencia, Sergio Schoklender. Ha emitido cerca de dos millones de pesos en cheques sin fondos y hay graves déficits en las cuentas. Para controlar esas cuentas el gobierno, que actúa en la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo como si fuera una oficina propia, ha puesto a Felisa Miceli, la que fue Ministro de Economía y que tuvo que renunciar al haberse encontrado en el baño de su despacho un paquete con 80.000 dólares cuyo origen se demostró que era ilícito. Tal como se dice: ha puesto al zorro al cuidado de las gallinas.
Tal vez se exagere, pero he encontrado que en Youtube un viejo tango, “Chorra”, ha sido dedicado ahora a nuestra “presidenta”. Sinceramente digo que eso no me alegra:
He aquí la letra con algunas explicaciones para que se entienda el argot porteño:
CHORRA (“ladrona”)
Por ser bueno
me pusiste en la miseria,
me dejaste en la palmera, (estar en la palmera es estar en la miseria)
me afanaste hasta el color. (afanar es robar)
En seis meses
me fundiste el mercadito,
la casilla de la feria,
la ganchera, el mostrador.
Chorra!
Me robaste hasta el amor...
Ahura
tanto me asusta una mina
que si en la calle me afila (afilar es enamorar)
me pongo al lao del boton. (botón es policía, por el uniforme)
Lo que mas bronca me da
es haber sido tan gil.
Si hace un mes me desayuno
con lo que he sabido ayer,
no era a mi que me cachaban (cachar es seducir con embustes)
tus rebusques de mujer.
Hoy me entero que tu mama,
noble viuda de un guerrero,
es la chorra de mas fama
que piso la treinta y tres. (seccional de policía)
Y he sabido que el guerrero
que murio lleno de honor
ni murio ni fue guerrero,
como me engrupiste vos; (engrupir es engañar con un cuento)
esta en cana pronturiado (estar en cana es estar preso)
como agente e la camorra, (camorra: mafia napolitana)
profesor de cahiporra,
malandrin y estafador.
Entre todos
me pelaron con la cero (cortar a máquina el pelo, metáfora de despojar)
tu silueta fue el anzuelo
donde yo me fui a ensartar.
Se tragaron
vos, la viuda y el guerrero
lo que me costo diez años
de paciencia y de yugar. (yugar es trabajar)
Chorros!
Vos, tu vieja y tu papa.
Guarda!
Cuidense porque anda suelta;
si los cacha, los da vuelta, (cachar es agarrar, coger)
no les da tiempo a rajar. (rajar es escaparse)
Lo que mas bronca me da
es haber sido tan gil.
Cristina sucedió a su esposo, Néstor Kirchner, que gobernó cuatro años con una exitosa táctica de absorber aliados: la llamada “cooptación” con la que obtenía que lo apoyaran políticos provenientes de otros partidos políticos, usando el jugoso gancho de los puestos y beneficios estatales. Es evidente que el matrimonio tenía proyectos para el futuro lejano: Seguramente pensaban que en la próxima elección se postularía nuevamente el marido para conseguir así una continuidad de la dupla durante doce años de permanencia en el poder. Sin embargo, muy distinta ha sido la suerte en estos primeros meses del “segundo” mandato del matrimonio: según una encuestadora mexicana la Kirchner está entre los tres presidente menos queridos de toda América. Goza de apenas un 26 % de aprobación actualmente. En pocos meses ha perdido el apoyo de la mitad de quienes la votaron.
¿Qué ha pasado? Se metió con el campo. Y no es poca cosa en Argentina.
Nuestro país ha estado junto con USA a la cabeza de la introducción de tecnologías genéticas en la producción agraria. En pocos años se pasó de una producción anual de 30 millones de toneladas de granos en 1990 a las actuales 90 millones, especialmente soja, que se exporta totalmente. En tres años se espera llegar a los 120 millones de toneladas.
Ocurre que en la década del 90 (tan nefasta en otros sentidos) hubo una proceso muy profundo de tecnificación del agro argentino y ahora se ven los resultados. El gobierno ha querido ser el convidado de privilegio en el reparto de abundancias: aplicó un impuesto del 35 % sobre las cosechas. Ya era mucho, pero en marzo de este año se le ocurrió dictar una nueva norma que elevaba ese impuesto en algunos casos hasta el 47 %. Realmente confiscatorio: superior al impuesto stalinista que generó el Holodomor en Ucrania, el que supuso la muerte por hambre de dos millones de personas. Por supuesto, en Argentina eso hubiera significado la ruina de algunos campesinos por un lado y por otro lado la frustración de la compra de departamentos y automóviles nuevos que eran adquiridos masivamente por los enriquecidos campesinos productores de soja.
Se produjo a partir de marzo de este año una virtual sublevación del campo, en la que participaron tanto los “oligarcas” de la Sociedad Rural como los pequeños productores chacareros de la Federación Agraria, nacida justamente hace ochenta años para defender a los arrendatarios rurales de sus opresores latifundistas. Utilizaron una medida que hasta ese momento había sido patrimonio político del peronismo: los llamados “piquetes”, con los que cortaban rutas y calles para ejercer presión y hacer caer gobiernos, tal como se hace actualmente por toda Hispanoamérica. Los “piqueteros” habían sido también “cooptados” por el kirchnerismo, pero en esta ocasión los Kirchner tuvieron que comer el plato envenenado que antes preparaban con fruición contra sus opositores.
Debido a que los campesinos y quienes los apoyaban habían protagonizado inmensas manifestaciones populares la “presidenta” (como así gusta llamarse) Cristina Fernández de Kirchner resolvió enviar al Parlamento para que se discutiera el pretendido impuesto del 47 % a los productos del campo. Confiaba en los parlamentarios propios y los cooptados. Pero, en el último momento, el vicepresidente de la Nación (un radical “cooptado”), que preside a su vez el Senado, con su voto hizo caer el proyecto, adquiriendo con eso una enorme popularidad entre los opositores, al punto de que un toro premiado este año en la exposición de la Sociedad Rural llevaba, justamente, su segundo nombre: Cleto.
En pocos meses ha caído un ídolo de pies de barro. Ahora todos vuelven a recordar el ignoto destino de los 525 millones de dólares que los Kirchner depositaron en el exterior a su nombre personal, pese a que pertenecían a la provincia de Santa Cruz, o el escándalo de los 800.000 dólares que el venezolano Chávez mandó ilícitamente para apoyar la candidatura de la Kirchner.
En esta crisis los Kirchner han recibido, sin embargo, apoyos importantes. Personalmente me resulta muy amargo ver que las Madres de Plaza de Mayo lo hayan hecho en forma escandalosa: Hebe de Bonafini llegó a regalarle a la “presidenta” su pañuelo en una de las manifestaciones de apoyo que le hicieron. Con ese gesto Hebe de Bonafini agradeció el real impulso que los Kirchner le han dado a las investigaciones relacionadas con los abusos de poder por parte de los militares del Proceso 1976-1982 pero también porque el gobierno les otorgó a las Madres un papel privilegiado en la gestión de la construcción de viviendas, con contratos millonarios. Actualmente la Fundación de la Madres de Plaza de Mayo está siendo administrada por un hombre que fue condenado por haber asesinado a sus padres a fin de apresurar la herencia, Sergio Schoklender. Ha emitido cerca de dos millones de pesos en cheques sin fondos y hay graves déficits en las cuentas. Para controlar esas cuentas el gobierno, que actúa en la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo como si fuera una oficina propia, ha puesto a Felisa Miceli, la que fue Ministro de Economía y que tuvo que renunciar al haberse encontrado en el baño de su despacho un paquete con 80.000 dólares cuyo origen se demostró que era ilícito. Tal como se dice: ha puesto al zorro al cuidado de las gallinas.
Tal vez se exagere, pero he encontrado que en Youtube un viejo tango, “Chorra”, ha sido dedicado ahora a nuestra “presidenta”. Sinceramente digo que eso no me alegra:
He aquí la letra con algunas explicaciones para que se entienda el argot porteño:
CHORRA (“ladrona”)
Por ser bueno
me pusiste en la miseria,
me dejaste en la palmera, (estar en la palmera es estar en la miseria)
me afanaste hasta el color. (afanar es robar)
En seis meses
me fundiste el mercadito,
la casilla de la feria,
la ganchera, el mostrador.
Chorra!
Me robaste hasta el amor...
Ahura
tanto me asusta una mina
que si en la calle me afila (afilar es enamorar)
me pongo al lao del boton. (botón es policía, por el uniforme)
Lo que mas bronca me da
es haber sido tan gil.
Si hace un mes me desayuno
con lo que he sabido ayer,
no era a mi que me cachaban (cachar es seducir con embustes)
tus rebusques de mujer.
Hoy me entero que tu mama,
noble viuda de un guerrero,
es la chorra de mas fama
que piso la treinta y tres. (seccional de policía)
Y he sabido que el guerrero
que murio lleno de honor
ni murio ni fue guerrero,
como me engrupiste vos; (engrupir es engañar con un cuento)
esta en cana pronturiado (estar en cana es estar preso)
como agente e la camorra, (camorra: mafia napolitana)
profesor de cahiporra,
malandrin y estafador.
Entre todos
me pelaron con la cero (cortar a máquina el pelo, metáfora de despojar)
tu silueta fue el anzuelo
donde yo me fui a ensartar.
Se tragaron
vos, la viuda y el guerrero
lo que me costo diez años
de paciencia y de yugar. (yugar es trabajar)
Chorros!
Vos, tu vieja y tu papa.
Guarda!
Cuidense porque anda suelta;
si los cacha, los da vuelta, (cachar es agarrar, coger)
no les da tiempo a rajar. (rajar es escaparse)
Lo que mas bronca me da
es haber sido tan gil.
(Escrito por Hércor)
Etiquetas: Hércor
amanece...que no es poco
y la soja quien la compra: China o USA?