Las aventuras de los Soprano se han acabado. Seguramente para siempre, aunque se habla de una supuesta versión cinematográfica de la serie creada por David Chase. Una vez finiquitadas las siete temporadas (en realidad seis y la segunda parte de la sexta), con sus 86 episodios totales, quedan muchas cosas para el recuerdo. Habrá tiempo para echar mano de todo aquello que nos ha dejado para la memoria. Hoy, de momento, me quedaré con uno de esos múltiples elementos: las mujeres de los Soprano. Las ctónicas inolvidables que han aparecido en este serie televisiva.
La mayor parte de las ctónicas de los Soprano tienen un perfil muy parecido: una irreprimible tendencia a emparejarse con lo peorcito del género masculino, en este caso con los gangsters más implacables de Nueva Jersey y Nueva York. Es igual el origen de ellas, pero la imagen de dureza y brutalidad de estos hombres de la mafia italiana es lo que, a ojos de las ctónicas sopranescas, los hace más irresistibles. Como a la Lorraine Bracco de Uno de los nuestros (la película de Scorsese es una confesada referencia para Chase & co.; además, la Bracco es una de las protagonistas de los Soprano), parece que las pistolas las ponen cachondas. Como dice un amigo mío: “¡Sólo un mafioso puede corregir a una ctónica!”.
MarguliesPero hay ctónicas y ctónicas. En cuanto a las femmes fatales, las que poseen una mayor carga sexual, mi favorita de esta serie es Julianna Margulies, que sólo aparece en la sexta temporada (es Julianna Skiff, una mujer de negocios). No conocía hasta a hora a esta mujer (luego me enteré que es algo famosilla por su papel en la serie Urgencias), y reconozco que su mirada, su pelo, su rostro, ¡toda ella!, me ha dejado impresionado. La Margulies es de esas mujeres de las que deseas, realmente, que te destroce la vida y todos y cada uno de los huesos de tu cuerpo.
Hay otras ctónicas con más presencia en la serie, como son los casos de Edie Falco (Carmela, la mujer de Tony) o Aida Turturro (Janice, la hermana), pero que carecen del aire de femme fatale de la Margulies. Aunque, desde luego, son unas ctónicas de campeonato. El personaje de la hija de Tony, Jamie-Lynn Sigler (Meadow), es en sí algo blando, pero hay que reconocer que está monísima en la tercera temporada, cuando mantiene una relación con Jackie Aprile Jr.; allí aparece con algún quilillo de más que le queda de fábula (luego, en temporadas posteriores, adelgaza y pierde parte de su encanto). Drea de Matteo (Adriana la Cerva), la novia de Chris Moltisanti, es otra habitual de la serie; con aspecto físico de mantis religiosa enfundada en cuero, es una de las ctónicas más evidentes, y quizá por eso menos interesante. Kathrine Narducci (Charmaine Bucco), mujer del cocinero Artie, tiene algunas cosas interesantes, pero se queda algo por debajo de su potencial desarrollo como personaje.
AngelaOtra de mis femmes sopranescas favoritas es Sharon Angela, que interpreta a Rosalie, la viuda de Jackie Aprile (aunque en los primeros episodios de la serie todavía no ha enviudado). Amiga íntima de la esposa de Tony, es para mí una de las mujeres con más morbo, y por tanto más apetecibles, de toda la serie. Desde luego, lleva su edad con una dignidad envidiable.
Sciorra
Annabella Sciorra es otra de mis chicas Soprano favoritas. Ella interpreta a Gloria Trillo, una paciente de la doctora Delfi (y vendedora de coches), que mantiene una relación muy fogosa con Tony. El personaje me resulta muy atractivo, entre otras cosas porque el síndrome maníaco-depresivo que padece me recuerda a algunas ctónicas con las que me he topado en alguna ocasión. La Sciorra, de todas maneras, aparece bellísima en todas sus películas. ¡Qué hembra!
BraccoLorraine Bracco (psiquiatra Jennifer Melfi) ocupa un lugar especial en esta lista, en parte por lo que he dicho de ella antes. Su personaje manifiesta su ctonicidad de una manera menos evidente que otras, pero eso se percibe poco a poco, a medida que la serie avanza. Tras su pétrea apariencia, lentamente se muestra su más que evidente ctonicidad, muy interesante.
BegaEn las temporadas 4 y 5 apareció una ctónica de nota, de una sensualidad que casi puede olerse: Leslie Bega, que interpreta a Valentina La Paz, una galerista de arte que es primero novia de Ralph Cifaretto y después amante del propio Tony. Sus apariciones son pura sensualidad tórrida; en estos casos el dvd se hace esencial para congelar la imagen en momentos decisivos. Mando a distancia y pañuelo.
BuonoCara Buono es Kelli, la mujer de Chris. Aparece sólo en la última temporada, y apenas tiene presencia dramática. Sin embargo, es guapísima y sólo por ello merece entrar en esta lista.
Shahi
Sarah Shahi pone rostro a otro personaje con poca presencia pero que es difícil de olvidar por su gran belleza. Ella es Sonya Aragon, prostituta-universitaria, que había conocido a Chris y que en la última temporada le demuestra a Tony que es una auténtica máquina de follar. Junto a Leslie Bega, la ctónica más tórrida de la serie.
Sinatra
También hay algún que otro cameo ctónico en los Soprano. Por ejemplo, el de Nancy Sinatra, que se interpreta a sí misma, en una escena de la última temporada en la que canta una canción al nuevo boss de Nueva York, el terrible Phil Leotardo (Frank Vincent).
MarchandPero la ctónica más ctónica de los Soprano, sin duda alguna y con mucha diferencia, la más terrible en su ctonicidad, la que utiliza sin escrúpulos toda la maldad que atesora, es Nancy Marchand, Livia Soprano, la madre de Tony, una bruja implacable que sólo busca el desastre de los que la rodean. Una auténtica madre castradora, cuya poder destructivo no se limita a su hijo. El caso es que el personaje de Livia Soprano me recuerda, poderosamente, a mi difunta abuela paterna, Jacoba, la Gran Madre de todas las ctónicas que he conocido en mi vida. Se trata de mujeres que no descansan ni después de su muerte; su legado de destrucción pervive implacablemente en la memoria de sus víctimas.
(Escrito por Horrach)
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