- G. L.: ¿Cómo se explica esta atracción suya hacia los grandes destinos frustrados?
- E. M. C.: Es como una especie de vicio que tengo. Sin embargo, creo realmente que un ser sólo se revela tal como es cuando se enfrenta a su fin, en aquellos momentos en que la decadencia lo muestra tal como es a sus propios ojos, y a los de los demás. Sólo con el fracaso, con la grandeza de la catástrofe, es posible llegar a conocer a alguien. Un ser no se muestra como es en sus momentos de expansión y de gloria...
(Los continentes del insomnio, páginas 71 y 72; Gabriel Liiceanu).
2. ENCUENTROS
"...si me pregunto qué me gusta más en la vida, son sin lugar a dudas esos encuentros excepcionales en los que nos lo decimos todo: con gente a la que cuento todo y que me cuenta todo. Para mí, tal vez sean la única justificación de la vida, esos encuentros excepcionales, y tal vez sean también el mayor éxito de la mía, si es que puedo hablar de éxito.
Pero, ¿no compromete a nada ese encuentro excepcional?
No, pero tiene una dimensión transcendente. Es como si sucediese en otro planeta, fuera del tiempo. Carece de historia: ni antes ni después. Hay algo eterno en ella."
Fragmento de la entrevista Helga Perz a Cioran, incluida en el libro Conversaciones (página 32).
3. INFANCIA, RUMANIA
"Rumania
¿Fue la suya una infancia feliz?
Esto es muy importante: no conozco caso de una infancia tan feliz como la mía. Vivía junto a los Cárpatos, jugando libremente en el campo y en la montaña, sin obligaciones ni deberes. Fue una infancia inauditamente feliz, después, hablando con la gente, nunca he encontrado nada equivalente. Yo no quería salir nunca de aquel pueblo, no olvidaré jamás el día en que mis padres me hicieron coger un coche para llevarme al liceo en la ciudad. Fue el final de mi sueño, la ruina de mi mundo.
¿Qué recuerda usted ante todo de Rumania?
Lo que ante todo me gustó de Rumania fue su faceta extremadamente primitiva. Había naturalmente gente civilizada, pero lo que yo prefería eran los iletrados, los analfabetos... Hasta los veinte años nada me gustaba tanto como irme de Sibiu a las montañas y hablar con los pastores, con los campesinos completamente iletrados. Pasaba el tiempo charlando y bebiendo con ellos. Creo que un español puede entender esta faceta primitiva, muy primitiva. Hablábamos de cualquier cosa y yo lograba un contacto casi inmediato con ellos.
¿Qué recuerdos guarda de la situación histórica de su país durante su juventud?
Bueno, Europa oriental era entonces el Imperio austrohúngaro. Sibiu estaba enclavada en Transilvania, pertenecía al Imperio: nuestra capital soñada era Viena. Siempre me sentí de algún modo vinculado al Imperio ¡en el que, sin embargo, los rumanos éramos esclavos! Durante la guerra del 14, mis padres fueron deportados por los húngaros... Me siento muy afín, psicológicamente, a los húngaros, a sus gustos y costumbres. La música húngara, gitana, me emociona profunda, muy profundamente. Soy una mezcla de húngaro y rumano. Es curioso, el pueblo rumano es el pueblo más fatalista del mundo. Cuando yo era joven, eso me indignaba, el manejo de conceptos metafísicos dudosos - como destino, fatalidad-... para explicar el mundo. Pues bien: cuanto más avanzo en edad, más cerca voy sintiéndome de mis orígenes. Ahora debería sentirme europeo, occidental, pero no es así en absoluto. Tras una existencia en que he conocido bastantes países y leído muchos libros, he llegado a la conclusión de que era el campesino rumano quien tenía razón. Ese campesino que no cree en nada, que piensa que el hombre está perdido, que no hay nada que hacer, que se siente aplastado por la historia. Esa ideología de víctima es también mi concepción actual, mi filosofía de la historia. Realmente, toda mi formación intelectual no me ha servido de nada".
Fragmento de la entrevista con Fernando Savater contenida en el libro Conversaciones (páginas 18 y 19).
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LA SEMANA DE GOSLUM
Nabokov decía que un escritor se parece a un pintor de brocha gorda que cae desde un andamio y que en su camino hacia el suelo va trazando una marca a lo largo de la pared para dejar al menos testimonio de su paso por la vida, y además, con la esperanza de que la marca sea bella. Joan Fuster opinaba que morir debía ser dejar de escribir. Jopa, cuando los letraheridos se ponen estupendos…◊◊◊ Me temo que ahora, con esto de la crisis, lo que se vaya a poner de moda sean los másters en digestión de empresas ◊◊◊ Mónica López, anterior meteoróloga de TV3, comenzará a trabajar en TV2 después del verano. Seguramente lo hará bien porque es una profesional competente. Espero, eso sí, que no le traicione el subconsciente y cuando hable de las temperaturas en el resto de Europa no se le escapen ciudades como Sevilla, Madrid o Bilbao, que en la información meteorológica catalana formaban grupo con Paris, Ámsterdam, Londres, Roma… ◊◊◊ Es fácil atreverse a decir delante del jefe que uno no desconecta del trabajo cuando está en casa. Pero muy pocos se atreven a proclamar que desconectan del trabajo cuando están en la oficina ◊◊◊ El sábado me enteré de que existe el porno oso. Joder… ◊◊◊ María Sánchez Reyes escribe una carta en El Periódico de Cataluña. Afirma que el gobierno de la Generalitat recauda en Barcelona el 80% de sus impuestos aunque sólo invierte en la capital un 60%. Según eso, los barceloneses pagan a la Generalitat un 20% más de lo que reciben. En términos relativos es mayor el déficit de Barcelona respecto a Cataluña que el de Cataluña respecto a España. Y se pregunta: ¿es excesiva la solidaridad de Barcelona con el resto de Cataluña? ◊◊◊ Javier Rodríguez Zapatero podría haber sido hermano de José Luis Rodríguez Zapatero, pero fue más modesto y se conformó con ser Director General de Google en España ◊◊◊ El vierrnes 12 de octubre 2007 emitieron por TV2 (en el espacio de la Cayetana) “Hormigas en la boca”, de Mariano Barroso. Y el pasado viernes 1 de agosto volvieron a pasarla. Y me cabreé hasta arriba. No, por supuesto, no por su reemisión, todas las cadenas reponen películas. Lo que me fastidió fue comprobar de nuevo lo fácil que sale mentir; porque esta vez ni siquiera me rebajaré a llamarlo “publicidad engañosa”. No, no, mintieron como Rubalcabas en celo. Y es que la promo decía: Este viernes “Hormigas en la boca”, estreno en la 2. Si nos mienten en cosas sin importancia, imagínense qué no harán con las esenciales… ◊◊◊ Tiene mucho talento el serbio Djokovic. La madrugada del sábado ganó a Nadal (por fin número uno del mundo) en las semis de Cincinnati. Si sigue progresando puede que al final le robe el apodo a un famoso entrenador y le llamen “El serbio de Hortaleza”.