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No es infrecuente ver a Mingus al lado de Thelonius Monk (de quien ya han hablado aquí). Los dos tienen puntos en común: solían tocar sus propias composiciones y apenas incluían clásicos de otros (que casi siempre eran de Duke Ellington o de Louis Armstrong). Los dos aprendieron mucho de la música gospel y de Ellington, y los dos tenían un modo de tocar su instrumento que no era el común en la época. Para complicar las cosas más, los dos se sentían incómodos con los otros músicos de sus respectivas bandas. Claro que también compartían un desarrollado sentido del humor, y las ganas por hacer algo distinto. Les diferenciaba la mayor extroversión de Mingus, rasgo que se nota en su música (como se nota la introversión de Monk en la suya).
Los desarrollos melódicos y rítmicos de los años 50 y 60 del pasado siglo influyeron a los dos (aunque, innecesario es decirlo, a cada uno de distinta manera).
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En 1955 fallece el gran intérprete de bebop, Charlie Parker, y quizás no sea casualidad que al año siguiente Mingus graba “Pithecanthropus Erectus”, una canción que rompe las barreras de ese estilo. Algunos pasajes están basados en un único modo, hay cambios de volumen y de ritmo, improvisaciones colectivas que no estaban previstas o un momento en que la sección de viento canta de una manera un tanto primitiva.
Los acompañantes solían tocar sin tener la partitura a la vista (pues Mingus había comprobado que eran más personales cuando se aprendían la música tras haberla escuchado varias veces en vez de leerla), solían improvisar de manera colectiva, o mantener el tema mientras interpretaban su parte de solo. Al final, con lo que el oyente se queda es con la sensación de libertad y riqueza de matices unidas por la fuerza de las melodías. No es de extrañar que roce la atonalidad en varias de sus composiciones, o que a veces sienta que los músicos han perdido el norte, pues ninguna de las canciones de Mingus era una obra cerrada y perfectamente concebida por el compositor. La improvisación, la libertad y el trabajo en equipo importaban casi tanto o más que el concepto de canción.
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La música de Mingus surge como respuesta ante la insatisfacción que sentía por el Movimiento de las Derechos Civiles. Le parecían algo pusilánimes esos que lo dirigían. Canciones como “Haitian Fight Song” o “Solo Dancer -- Stop! Look! and Listen, Sinner Jim Whitney (The Black Saint and the Sinner Lady)” reivindican una ética y estética africana que iba más allá de lo que estaban dispuestos a arriesgar los líderes del movimiento. Eso sí, no se piensen que para disfrutar de esta música hay que estar en sintonía con las reivindicaciones del ala radical del Movimiento. Mingus era por encima de todo un músico, no un curilla. Y la sensación de libertad no desaparece nunca. No en vano llamó a su inestable grupo Mingus Jazz Workshop.
Y más para escuchar:
Goodbye Pork Pie Hat
Fables Of Faubus
El Blogmaster anuncia la próxima inauguración de un servicio de encuentros digitales en este nuestro nickjournal. Los detalles se irán publicando poco a poco. De momento, fecha, hora e invitado para la solemne inauguración:
Invitado: Arcadi Espada.
Día: lunes 10 de marzo del 2008
Hora: 20h30m CET
(se ruega netiqueta)
Etiquetas: Garven
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