Ejemplos hay muchos:
- El paradigmático es CASA LUCIO. El famoso mesón de la Cava Baja tiene dos plantas distintas. En la planta baja se sitúa el comedor noble de nobles maderas. Incluso dentro de la planta baja hay mesas reservadas para el Rey y prestigiosos actores y líderes religiosos como Tom Cruise. Parece que hay incluso una mesa Severo Ochoa con historias jugosas. En la planta "alta" se situán los parias de la tierra. Comedor decorado en plan "menú del día" con las mesas apiñadas en formato aula. Sin embargo, el precio de los huevos rotos es el mismo "arriba" y "abajo".
- Otro ejemplo muy claro son los asadores-para-futbolistas. Pasarse por el Asador Donostiarra ó por el De María de Felix Boix es llorar para pagar. Si quiere disfrutar de las verdaderas "viandas" de estos mesones para horteras siga mi consejo. De mayor, hágase fútbolista. O puta.
- El último caso meridiano de que en la restauración todavía hay clases son las marisquerías, versión crustácea de los asadores-para-futbolistas.
Si le puede su vena masoquista, y dado que es lector del nickjournal, es usted un prototipo nato, acuda, por ejemplo, un sábado por la noche a un restaurante del tercer grupo. A una marisquería de las top de Madrid. Elija el restaurante Sanxenxo, antes llamado Combarro, de la calle Ortega Gasset, una rua que una vez fue Lista, y préparese para pagar y no disfrutar.
Antonio Catalán ha montado dos emporios hoteleros (NH y AC) de la nada a base de cuidar los detalles. Los detalles señores. El éxito de un restaurante depende de:
- buena calidad/precio
- servicio
- el local
- LOS DETALLES
- y "la suerte", entre la se incluye la ignorancia del gran público que hace que triunfen garitos como Iroco y Silk&Spice, entre otros.
En COMBARRO-SANXENXO falla todo. Sólo le salva, y apenas en parte, la calidad del producto.
Y "la suerte".
Etiquetas: pangloss
«El más antiguo ‹Más antiguo 401 – 573 de 573