Benjamín Franklin
Superando mi aislamiento de los fastos sociales, lugar donde los mortales nos aburrimos juntos, fui hace poco a una excursión del AMPA, hilo de personas engarzadas por la común pertenencia de nuestros hijos al primer curso de Bachillerato del Instituto. Excursión suave para no poner de manifiesto la precariedad de nuestra condición física, por los alrededores de Santa Fe, en el Montseny, Parque Nacional agradecido por la belleza cambiante de sus paisajes y la mezcla de los contrastados ambientes mediterráneos, subalpinos y centroeuropeos de sus montañas. Lugar ya de postal para la desintoxicación del paciente rebaño humano del área metropolitana de Barcelona y de donde Guerau de Liost escribió La muntanya d’amatistes o Carles Aribau se inspiró para su obra poética antes de ser en 1850 Director General del Tesoro de España y luego iniciador de la Renaixença. Murió en la absoluta pobreza (nada que ver con el Montseny, parece).
A mitad de camino, en el empedrado de Morou, abierto al valle, paramos para comer y descansar. Un padre con una ashanka desubicada se cachondeaba de lo divino y lo humano mientras iba tirando del reconfortante vino. Los hayedos, abetos, pinares y robles lo llenaban todo de colores ocres, rojizos, terrosos, dominantes sobre los verdes. La presa estaba medio vacía, no como en las fotos que reflejan la exuberancia de tiempos mejores: la escasez de lluvia se marcaba en la línea de rocas dejadas al descubierto, blancas, y grupos de gente tomaban el sol situados en el no-agua, disfrutando de una perspectiva inédita con la seguridad de que no habría un maelstrom que los engullese en esa tarde otoñal. Como era previsible, el estómago agradecido propició que arregláramos el mundo en amable charla, especialmente relativa a nuestros hijos y su futuro, su educación, donde por méritos propios España y Catalunya estamos en el grupo de cabeza (lástima que upside down) de Europa en bajo rendimiento escolar y nivel académico, fracaso compartido de toda nuestra sociedad. Hablamos del poco margen de maniobra para tomar decisiones acertadas y la conversación fue derivando suavemente de los profesores al precio de la gasolina, del poco dinero en liderazgo técnico o científico a los viajes al extranjero y la mente abierta que les dará, del Barça, la próxima excursión, del lindo arbolito lindo que explicaba la ecologista del grupo y a lo bueno que estaba el bocadillo de tortilla (sin calabacines, Crítico… en la próxima usaré su receta).
Por curiosidad y para contrastar las percepciones con la realidad al hilo de lo hablado, me entretuve en buscar unos cuantos datos en el INE, que aún sin tener publicada ninguna balanza fiscal -no fuera ser nos diera un pasmo a unos cuantos-, sí dispone de suficiente información Autorizada Para Todos los Públicos.
¿Cuál es el esfuerzo en I+D, base de nuestra competitividad económica y por ende de nuestra capacidad de influencia como octava economía mundial? ¿Nuestro futuro será sólo ampliar el servicio de las 3 eses (sand-sex-sun) y cervezas frías en touristic-resorts a los nuevos líderes sino-indios? La renuncia o imposibilidad, tanto da, a un acuerdo social que nos dote de una educación crítica, real, rigurosa, indica la escasa visión de nuestra sociedad y el desafortunado balance respecto a mérito/esfuerzo/estudio, lo poco valorados que son maestros, profesores o científicos en este país de saetas y corre-bous, salsa rosa y pasodobles. El esfuerzo en I+D español lo podemos ver reflejado en los datos acumulados desde 1994, que nos han llevado de un 0,79% a un 1,07% del PIB en el 2004, en 10 años.
Las últimas administraciones del PP o del PSOE han mantenido históricamente unas tasas medias parecidas en los incrementos anuales (un 62% aproximado en importes corrientes cada 5 años), lo que quita hierro a diferencias estratégico-políticas: todos hacen muy poco, aunque la tendencia de los últimos ejercicios del PSOE es claramente al alza.
Si analizamos la inversión en I+D en el mismo período por CCAA, se lo lleva Madrid (Comunidad de), con un 28%, Catalunya con un 22%. Andalucía un 10%, País Vasco un 8,1% y se acabó. Si nos comparamos con Europa y vamos al Eurostat, podemos decir que el crecimiento de la inversión española en I+D ha crecido un 35% desde el 1995 al 2004, mientras que la media de la UE25 ha sido de un escaso 2,8%, de Alemania un 14,8%, o Dinamarca un 41,8%, siempre respecto a los datos de partida, que evidentemente no son los mismos y que mantienen nuestro retraso secular: invertimos hoy menos de la mitad que la media comunitaria y menos de un tercio de lo que invierten los países líderes.
Un hecho curioso es que comparando la procedencia del personal total dedicado a I+D en la UE 15, que son más de un millón y medio de personas, 670 mil están en la empresa privada, 160 mil en la administración pública y 740 mil en la enseñanza superior. En España, con casi 170 mil personas asignadas a I+D, 40 mil están en la empresa, 24 mil en la administración y casi 106 mil en la enseñanza superior. Este déficit español de personal investigador en la empresa privada comparado con la universidad y sumado a la tradicional impermeabilización de ambos entornos es una desventaja adicional de nuestro país.
Cierro, con los datos de audiencia de TV de un viernes 30. Los Simpson en quinto lugar. Aún hay esperanza.
(1) Escenas de matrimonio 4.612.000 29,0%
(2) El comisario 3.400.000 21,1%
(3) Yo soy Bea 3.243.000 31,8%
(4) Aquí hay tomate 2.590.000 21,6%
(5) Los Simpson 2 2.468.000 23,7%
Antaño la ignorancia se ocultaba; hogaño se exhibe sin rebozo.
Baltasar Gracián
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