El primero, la violencia sexual. Aquí en España (no sé en otros sitios, y no sé tampoco si me importa) prefieren llamarla violencia de género (modus operandi muy logsiano, por otra parte) a violencia pasional o sencillamente sexual. Debe ser porque esto último es un banderín de enganche progresista y no vaya a ser que...
Pues bien, resulta que, en términos estadísticos, España es uno de los países de la dulce y modernísima Europa en el que las mujeres se hallan más seguras de los arrebatos atávicos de sus respectivos. Hasta un reducto progresista de postín como el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia se ve en la necesidad de hacer públicos unos datos que, oh, Dios mío, contradicen la tesis apriorística de nuestra gauche. Coño, la Europa católica mata menos a su mujer que la protestante-postmoderna-laicista-dawkiniana (no me he podido resistir, me perdonan?). Mientras que en España se mata a una mujer cada cuatro días, en Alemania mueren de forma violenta tres, y no nos triplican sino que nos doblan la población. Pero no sólo en Alemania, sino en la laica y progresista Suecia se matan más mujeres por habitante de forma pasional que en España. Joder, qué susto. ¡No es posible!
¿Pero éste no era el país de los hombres que creen que su honra se esconde en la entrepierna de su señora? ¿No era el modelo catolizante-patriarcal el que instigaba al macho a dominar a la hembra al precio que fuera? Nooo, que luego, como Lenin dixit, los hechos son tozudos. Y tan tozudos. En Suecia, con nueve millones de habitantes, los suecos matan a 25 personas al año. En España, con 43 millones, no llegamos a 100 (no obsta para decir que son cifras abominables). Y saben lo "mejor", que el otro país que lidera tan penoso ránquing es... Finlandia. Ohhhhh, que se nos cae el invento, dicen que se oye en las sedes del Insti de la Mujer. Por Dios, la subvención.
Nada, lo dicho. Parece ser que, de media, en los paises ricos de la UE de mayoría "católica" (esto también inexcusablemente entrecomillado), i.e., Italia, Francia, Irlanda, Portugal y España, la media de asesinatos pasionales cometidos por hombres es un 25 por ciento más baja que en el resto. Según el informe en Suecia casi la mitad de sus mujeres han sufrido episodios violentos por culpa de los celos y las más ¿bajas? pasiones.
Lo mejor lo dejo para el final. Cómo la izquierda siente la necesidad de vestir todo lo que acontece para que no le jodan la película, el director del Centro, un tal Sanmartín, explica queeeeeee "todo se debe a que en los países nórdicos se bebe más, y el alcohol actúa como cruel desinhibidor". Acabáramos, ahora lo entiendo todo.Ya...
Y la segunda apreciación que aquí les hago tiene que ver con el medio ambiente, la naturaleza, lo que los que la sentimos desde pequeños llamamos El Campo. La vida salvaje de la península ibérica es, con mucho, la más variada y con mejor salud de toda la Europa pija. Lo primero, bueno, era previsible (con Francia e Italia, no tanto) por el tema de las variedades climáticas, pero ¿y lo segundo? España es también el país de la UE con más licencias de caza por habitante, y resulta que nuestros campos, en los años buenos (cómo está siendo éste, toco madera), se da una explosión de vida que no tiene parangón en el resto de la Europa rica.
Sí, los ingleses amarán a sus perritos, pero hace ya muchos siglos que no nace ningún lobo silvestre en lobera alguna de la Gran Bretaña. Estuve estas navidades en Medina Sidonia (Cádiz) acompañando a mi padre a una cacería ojeo de perdices. En el coto privado de caza en el que estuvimos (otro gallo si fuera público), de unas mil hectáreas de extensión, se matan al año unas mil doscientas perdices, una cifra muy parecida de conejos y unas cuatrocientas liebres. Cada año, y sin reintroducir espécimen alguno. Imagínense la cantidad de proteína vegetal y animal que hace falta para sostener una población así. Claro que por allí no es raro divisar el vuelo de una milana, de una perdicera, de un aguilucho cenizo, hasta de un gran duque que cruzó majestuoso por nuestro puesto.
Al poco se publicó un informe en la prensa (ABC) donde se hablaba de la demografía cinegética andaluza. Casi cuatro millones de perdices y unos tres y medio de conejos se calculan sólo en la comunidad. Los extranjeros pagan millonadas por venir hasta el sur y su calor para hartarse de abatir caza menor o asistir a un ritual tan único y misterioso como el de la montería a la española, como ellos mismos la llaman. Y en esta Semana Santa he podido, con la ayuda de prismáticos y de la impagable experiencia de un buen guarda de caza, divisar a lo lejos una pequeña jauria de lobos ¡en la misma finca dónde hace tan sólo cuatro meses se pegaron unos cuatrocientos disparos de rifle!
Luego se ve que el viejo macho español de pelo renegrío y las uñas sucias, después de todo, no es tan cabrón, que no todo es Puerto Hurraco. Claro que el hecho de que sea precisamente en las provincias españolas más taurinas donde se den mejores cifras venatorias (herramienta imprescindible para medir la salud de nuestro campo) tampoco es utilizable ni conveniente para nuestra increible izquierda. No, mejor sostener la teoría grinpista. La caza, mala, caca niño. Igual que los toros, afición de neandertales. Repito, váyanse a Europa, a esa misma Europa que vota últimanente a gente tan despreciable como a monsieur Sarkozy, y admiren sus enormes trofeos. Pero hagan un recuento, háganlo. Verán que, por potencia alimenticia, el país con mayor vida natural de toda la UE es...chatatachan, España.
¡Me lo expliquen!"
Etiquetas: Edgardo de Gloucester
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