Entrada, salida, no me sean tiquismiquis.
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[207] Bien. Con una sola excepción valdría. Por supuesto, no es una sola excepción. Lo raro sería no hallarlas incluso en el comportamiento de quienes sí parecen o creen haberse regido, si no en exclusiva, fundamentalmente, por su propio interés egoísta. Para bien y para mal, no hay personas de una pieza (aunque el plantel de estólidos recalcitrantes del lugar anime a creerlo).
Pensemos, por ejemplo, en 'la crítica independiente'. No es difícil negar que haya tal cosa acumulando ejemplos disuasorios, tanto de los críticos que aceptan su dependencia (de quienes les pagan, de determinados círculos de amigos...) como de aquellos que dicen ser independientes, pero de hecho no lo son, conscientemente o no. Pues bien: nada de eso invalida el hecho de que un crítico *debe* ser independiente -lo consiga o no, o lo consiga en mayor o menor medida, cada uno de los críticos que en el mundo sean. Con la izquierda pasa lo mismo: puede llegar a suceder que nadie la represente cabalmente, pero sigue ahí como postura necesaria: negar que el reparto injusto de recursos y riquezas sea deseable ni inevitable.
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