Bien, les dejo dos vídeos, o mejor, dos canciones ilustradas como, eso puedo jurarlo, jamás han visto.
Forma parte del impulso de dominar a los demás el deseo de conocerlos mejor, como vemos a diario. Mas en esa tarea olvidamos con frecuencia que un mismo hombre es una multitud de personas diferentes y que lo más que llegamos a atrapar son rasgos con los que, quizás por nosotros mismos, vamos a caracterizarlos o identificarlos.
Vuelvo a encontrar la idea de la multitud de personas diferentes y contradictorias en uno mismo, de muchos yoes, en la lectura del 'nuevo libro' de Alan Sokal, o en las recensiones a libros sobre Unamuno. De éste último se recuerda, no con mucha precisión a la hora de contar los yoes, el prólogo unido a las Tres novelas ejemplares, con su cita de la obra de Oliver Wendell Homes, autor más popular actualmente por su hijo Jr (de idéntico nombre). Allí expondrá de manera castiza y rotunda mucho de lo que hay dentro de un hombre:
'Y es que todo hombre humano lleva dentro de sí las siete virtudes y sus siete opuestos vicios capitales: es orgulloso y humilde, glotón y sobrio, rijoso y casto, envidioso y caritativo, avaro y liberal, perezoso y diligente, iracundo y sufrido. Y saca de sí mismo lo mismo al tirano que al esclavo, al criminal que al santo, a Caín que a Abel.'
En esa multiplicidad tengo para mí que nos reconocemos los hombres, al menos cuando hemos alcanzado la suficiente madurez para distingirnos de lo que son los héroes del tbo. Y reconocerlo debería hacernos más tolerantes con los otros.
Especialmente me gusta como lo expresa Montaigne, aunque algunos en su día observaron gran atractivo cuando lo leyeron en Vargas Llosa.
No sólo me agitan los vientos de los acontecimiento según su inclinación, sino que además me agito y me turbo yo mismo por la inestabilidad de mi naturaleza; y quien se observe atentamente apenas si se verá dos veces en el mismo estado. Préstole a mi alma ya un semblante, ya otro, según la coloque. Si hablo de mí de distinta manera, es porque me veo de distinta manea. Todas las contradicciones se dan en mí alguna vez y de alguna forma. Vergonzoso, insolente; casto, lujurioso; charlatán, taciturno; duro, delicado; ingenioso, atontado; iracundo, bondadoso; mentiroso, sincero; sabio, ignorante; y liberal, y avaro y pródigo; todo ello véolo en mí a veces, según qué giro tome. Y cualquiera que se estudie bien atentamente hallará en sí mismo, e incluso en su propio entendimiento, igual volubilidad y discordancia. Nada puedo decir de mí, de forma total, entera y sólida, sin confusión ni mezcla, ni en una palabra. Distingo es el término más universal de mi lógica.
De la inconstacia de nuestros actos. Libro II, Capítulo I.
Ensayos, de Montaigne
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Coincido sólo en parte con el dirigente del PP Nacho Uriarte, cuando afirma que un puñado de chorizos de medio pelo han conseguido poner en duda a una parte de la clase política". ¡Me parece mucho conceder el afirmar que el chorizo alopécico Carlos Dávila, director de LA MOFETA de Interconomía...es de MEDIO pelo! ¡Más quisiera él!