A mí, la verdad, me parece bien. Aunque poco. No sé por qué se permite la publicidad de cerveza, por ejemplo. ¿Acaso es buena para la salud, la cerveza? ¿Es recomendable el consumo de cerveza? ¿Sugeriría Vd. a su hijo de ocho años ponerse tieso con tres litritos de Mahou el viernes por la tarde, que no hay como nada que hacer? Pues a tomar por culo, hombre; que está el niño viendo la tele y llegan los ácratas estos a meterle malas ideas en la cabeza.
Y los champús, champúes o champuses, ¿se van a ir de rositas? Todos sabemos lo que hacen los fabricantes de cosmética con los monos, los hámster y los conejitos. Fuera los champuses. Fuera la pasta de dientes. Fuera las tangagirls. Y las lentillas desechables, los microenemas y el Hemoal, que las farmacéuticas son el demoño.
¿Qué me dicen de los coches? Hombre, no vamos a prohibirlos. Pero tampoco prohibimos el DyC ni las quinielas. Lo que hacemos es fomentar la disuasión, o disuadir del fomento. O como se diga. A la mierda la publicidad de coches y motos.
Promocionar agencias de viajes, hoteles, resorts y casas rurales ofende a nuestros conciudadanos más desfavorecidos por la crisis y el capitalismo neocon globalizante. Y no me extraña: ofertón, viaje a Cancún por un pastón. Y Vd. ahorrando para comprarse una piscina hinchable que quepa en la salita. Fuera, fuera.
Los productos financieros han demostrado sobradamente, y hace bien poco, su toxicidad. Por si acaso, nada de salir en la tele. Los bancos, cajas y otros amigos de lo ajeno ya tienen las mejores esquinas. ¿Qué más quieren?
La variada oferta de dulces y golosinas tienta a los diabéticos, distrae a los escolares y confunde a los daltónicos; la promoción de carne y embutidos molesta a los vegetarianos, y con razón; anunciar peces lleva a esquilmar los siete mares. La comida, en fin, no da más que trastornos alimentarios. Pronto se vetará tan malsana propaganda.
Ya ven, queridos contertulios, cómo lo políticamente correcto, después de treintaitantos años de jodernos la vida, al final va a servir para que podamos vernos una película del tirón, sin interrupciones. En cuanto a qué películas podremos ver, no se me amontonen; que todavía está el capador encima de la gocha.
Etiquetas: Mercutio
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