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12 abril 2009
Viaje al Chaco boliviano
Lo prometido es deuda, y una deuda se paga religiosamente aunque el deudor se haya dado de baja en el fragor diario del NJ por motivos que no vienen al caso. Prometí contar un nuevo viaje a los nickjournalistas de buena voluntad y al hacerlo espero que los demás también se diviertan aunque, claro, a su modo y manera. La libertad es lo que tiene. Bueno, pues allá voy.


El tercer viaje de reconocimiento lo hicimos mi contraparte y yo con el Toyota todoterreno que manejaba el chofer del estudio. Y, a pesar de las penosidades pasadas en el viaje a Los Llanos por falta de herramientas, tampoco en esta ocasión las llevábamos. Las del alba serían cuando abandonamos Chuquiago, nombre que los aymaras dan a La Paz, topónimo que significa El Hoyo, un hoyo que está a tres mil setecientos metros de altitud pero hoyo al fin si se piensa que El Alto, al norte, está a cuatro mil doscientos y Miraflores, al sur, a tres mil doscientos, razón por la cual es el barrio residencial de los más pudientes. En La Paz el oxígeno se paga si se puede pagar. Enfilamos de nuevo a Cochabamba, la ciudad jardín en la que lo que se vende es la clima, la cual, comparada con la de La Paz es ciertamente harto confortable. De Cochabamba nos dirigimos a Sucre, la blanquísima, bellísima, bienconservadísima y colonial capital constitucional de la República de Bolivia, calificativos que debe a la feliz circunstancia de no ser, además, la sede del Gobierno Supremo, que es, como es sabido, La Paz. En Sucre pernoctamos en un hermoso palacio colonial acondicionado como hotel. Hoy diríamos que era un “hotelconencanto” sin que ello suponga seguir las formalidades del moderno marketing porque era sencillamente verdad y punto. Muy de mañana salimos de Sucre hacia la pequeña y pintoresca ciudad de Tarabuco, a la que llegamos a la hora del almuerzo, lo cual quiere decir que recorrimos los sesenta kilómetros que dista Tarabuco de Sucre en casi cinco horas. Tarabuco debe ser hoy lo que se conoce como un destino turístico. La artesanía de los telares estaba ya muy desarrollada y hoy me imagino que estará plagada de tiendas de souvenirs. Por supuesto que aproveché para comprar unos cuantos ponchos típicos para regalar a mi vuelta a España. Después de Tarabuco llegamos a Camiri, la capital de la Bolivia petrolera, en la que pernoctamos. Entonces Camiri era poco más que una aldea pero hoy será con seguridad una ciudad bastante grande ya que la explotación de los pozos de petróleo dispara el crecimiento de cualquier lugar. En Camiri aun era obligatorio para poder dormir en un establecimiento hotelero disponer de un permiso especial de la Comisaría de Policía y a ella nos dirigimos para solicitarlo previa presentación de la documentación en regla. La medida seguía en vigor desde hacía doce años ya que Camiri fue el lugar al que llevaron el cadáver del Che Guevara después de ser ajusticiado en la aldea de La Higuera. Quiere decirse que estábamos viajando por el escenario de la guerrilla, un territorio plagado de quebradas y cubierto de una selva muy tupida. Conviene aprovechar la ocasión para dejar constancia del craso error que cometió el Che eligiendo Bolivia como escenario de su guerrilla. Tan sólo quince años antes había tenido lugar lo que se conoce como Revolución de 1952 liderada por Víctor Paz Estensoro y Siles Suazo, del Movimiento Nacionalista Revolucionario, los cuales fueron presidentes de la República años más tarde, alguno incluso durante dos mandatos. El MNR puso en práctica una reforma agraria que entregó las tierras a los campesinos, pero los campesinos la habían perdido ya cuando el Che llegó a Bolivia cargado de violencia y buenas intenciones. La Rosca boliviana recuperó las tierras confiscadas años atrás amenazando de muerte a los campesinos que no aceptaban vender sus propiedades al precio que se les imponía. Es obvio que ante la negra experiencia vivida los campesinos estaban muy resabiados ya para apoyar una nueva revolución a cambio de que se les diera una vez más las tierras que habían recibido y perdido.



De nuevo nos pusimos en camino muy temprano, ahora hacia Monteagudo. Allí nos pertrechamos de dos o tres kilos de hojas secas de coca pues nos habían informado de que si les dábamos buenos puñados de coca a los campesinos chiriguanos conseguiríamos que nos ayudaran a pasar el río Pilcomayo por el lugar donde hubo un puente pero que fue destruido hacía poco por una de las más grandes avenidas que había sufrido este río. También nos informaron en Monteagudo de que primero teníamos que cruzar el río Parapetí y que teníamos que hacerlo por un vado tomando la precaución de dibujar en el lecho del río una imaginaria Z de la que no deberíamos salir si no queríamos hundirnos en sus aguas. Nos dijeron también en Monteagudo que don Félix y los campesinos que trabajaban en su hacienda llevaban ya una semana de chupa porque celebraban el cumpleaños del patrón, el cual había sido años atrás telegrafista de Monteagudo, puesto que abandonó para casarse con la rica heredera de la hacienda que llamaban de Entrerríos.

Fue una suerte cruzar el vado en Z del Parapetí sin contratiempos y, en efecto, al poco de cruzarlo pudimos ver la gran portalada de la hacienda Entrerríos abarrotada de chiriguanos con sus aderezos de pinturas faciales y vestidos (es un decir) con sus mejores galas festivas a pesar de que no podían participar de los agasajos del cumpleaños. Cruzamos la portalada y llegamos a un edificio rectangular de grandes dimensiones rodeado de galerías por sus cuatro costados en cuyas columnas de madera colgaban las hamacas en las que descansaban los trabajadores. Don Félix nos recibió como agua de mayo. Nuestra presencia fue considerada como un acicate para reanimar la ya decaída fiesta y a no tardar fuimos agasajados con la bebida de honor del lugar, lo que llaman por allí ambrosía. Nos condujeron a un cercano potrero con vasijas de calabaza en la que habían echado una buena dosis de singani, un aguardiente seco de alta graduación, bastante azúcar y canela en rama. Ordeñaron las vacas y la leche tibia cayó sobre esta mezcla. Una vez llenas las tres vasijas nos las ofrecieron gentilmente al tiempo que nos invitaban a participar en el almuerzo que ya estaba servido en una larga mesa para unos cincuenta comensales y para el que habían sacrificado una ternera y la habían asado en varios hornillos. Fue un almuerzo pantagruélico, no hay otro adjetivo para calificarlo correctamente. Se comió carne hasta no poder más, se bebió chicha sin medida y se cantó hasta desgañitarse. Cuando terminó la comilona tanto don Félix como los demás comensales nos dijeron que podíamos seguir participando en la fiesta y que si queríamos podíamos dormir en cualquiera de las muchas hamacas que colgaban de las columnas de la galería. Mi contraparte, con buen criterio, rehusó cortésmente tanta hospitalidad y después de despedirnos de todos, especialmente de don Félix, reanudamos nuestro viaje con intención de inspeccionar las tierras de la margen derecha del Pilcomayo una vez que lo cruzáramos.


Sobre las seis de la tarde llegamos al Pilcomayo. En sus cercanías había una vivienda, la morada de un campesino de Tarija que hacía poco había abandonado a su familia para vivir una nueva vida en el Chaco con una joven tarijeña de la que se había prendado.

La única solución para pernoctar era hacerlo en la cabaña del campesino, el cual se prestó a dejarnos dos catres hechos de palos y correas de piel de vaca. Él y su mujer durmieron el suelo y nosotros en los catres. No es necesario comentar que la noche fue lo que se dice calamocana pero de peores situaciones se sale y nosotros salimos de aquella.

Al ser de día, el campesino logró reunir seis hombres a los que encargamos, previa entrega de sendas bolsas de coca, que construyeran una balsa para cruzar el río con la movilidad. Todos nos pusimos a la obra para recolectar palos de la margen del río en la cantidad necesaria para construir una balsa que fuera sólida y que tuviera unos seis metros cuadrados de superficie. Para unir los troncos el campesino nos facilitó largas correas de piel de vaca a modo de cuerdas. Una vez terminado tan arduo trabajo echamos la balsa a la orilla del río donde había un calado de medio metro. Empujamos la movilidad y logramos ponerla sobre la balsa. Pero, ay amigos, la balsa dejó de flotar y encalló en el lecho del río. Después de maniobrar para hacerla flotar durante una hora o más nos percatamos de que no lo íbamos a conseguir. Había, pues, que sacar la movilidad de la balsa pero antes teníamos que desmontarla, una tarea que se hizo lenta y laboriosa. Cuando ya no había palos debajo de la movilidad tuvimos que empujar entre todos el Toyota pues estaba contraindicado poner el motor en marcha para que el ventilador no moviera el agua que podía entrar en los aparatos eléctricos del motor, una eventualidad que de haber ocurrido nos habría dejado allí no sabíamos por cuanto tiempo, hasta que pudiera comunicarse el problema a La Paz y enviara el correspondiente respuesto. Por fin logramos sacar la movilidad del río sin más contratiempos y después de comer el churrasco que nos ofreció nuestro providencial huésped y después de pagarle sus providenciales servicios nos pusimos en camino para deshacer el que habíamos traído desde Monteagudo. La vuelta a Monteagudo fue una odisea. El camino era una estrecha senda enmarcada por un talud a la derecha y una quebrada a la izquierda pero ahora no estaba seca como a la ida sino mojada por el surichilchi que había estado cayendo durante la noche anterior. La movilidad derrapaba continuamente amenazando con chocar con el talud pero sobre todo con despeñarse barranco abajo. Nunca ponderaré bastante la extraordinaria pericia de nuestro chofer. Manejaba el volante de un modo tan sabio que de momento seguíamos avanzando a pesar de las extremas dificultades. Con el fin de que las ruedas traseras se agarraran mejor al resbaladizo terreno me ofrecí a colocarme sobre la defensa trasera y así hice el viaje hasta Monteagudo después de cruzar de nuevo el vado en Z del río Parapeti y con la misma suerte de la primera vez. Podíamos blasonar de que ya éramos unos consumados expertos en cruzar aquella ancha manga de agua. Cuando llegamos a Monteagudo teníamos la boca llena de tierra, las ropas mojadas y el agotamiento físico y psíquico a flor de piel. Nos lavamos como pudimos en el mismo alojamiento que ya habíamos usado pero decidimos seguir viaje hacia el este para más tarde virar al sur, hacia las ciudades argentinas de Embarcación y Salta, a partir de la cual giraríamos al oeste y más adelante al sur para cruzar el puente internacional, argentinoboliviano, que hay antes de llegar a la ciudad de Tarija, ya de nuevo en Bolivia.


El camino a la salida de Monteagudo estaba embarrizado y a duras penas era transitable. Recuerdo que hubo que parar para estudiar cómo podíamos continuar. Varios camiones estaban aterrados y no eran a moverse. El chofer y mi contraparte bajaron para estudiar la forma de salir de aquel atolladero y yo me quedé en la movilidad. Las penalidades pasadas me vencieron y daba cabezadas de sueño, cansancio y agotamiento pero cuando iba a perder el estado de vigilia volvía a él con la sensación de que la movilidad se resbalaba pendiente abajo: tan indeleble se me quedó grabada la pasada experiencia durante el trayecto de la senda resbaladiza.

Finalmente logramos llegar a la Argentina, cruzamos las ciudades norteñas ya citadas y conseguimos llegar al anochecer a Tarija, ciudad hoy petrolera pero no entonces en la que pernoctamos. Cuando se hizo de día salimos de Tarija en dirección a Potosí, una ciudad negra y siniestra al pie del cerro de su nombre que tuvo una famosa ceca con el privilegio de acuñar moneda española en tiempos del Imperio.

Citar por último que durante tan largo y accidentado viaje mi contraparte nos contó las típicas batallitas de todo excombatiente ya que él fue uno de los 250.000 soldados bolivianos que participaron en la guerra del Chaco en los primeros años treinta contra Paraguay. Una guerra que de nuevo perdió Bolivia aunque en esta ocasión la consecuencia no fue una pérdida de territorio sino no conseguir anexionarse parte del Chaco Boreal de soberanía paraguaya, un territorio que sin ser suyo Brasil le cedió a Bolivia después de la guerra del Acre a principios del siglo XX a cambio de la cesión de Bolivia a Brasil de lo que hoy es el estado brasileño del Acre.

Perdido el departamento Marítimo en 1879 como consecuencia de la guerra del Pacífico perdido el Acre y no conseguido el Chaco en la guerra de su nombre, Bolivia, que recibió en 1825 un territorio de dos millones de kilómetros cuadrados se ha quedado de momento con la mitad sin perspectivas de que algún día pudiera recuperar el territorio perdido al que aspira sin descanso.

(Escrito por Desdeluego)

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[0] Editado por Mercutio a las 9:00:00 | Todos los comentarios // Año IV



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Escrito por: Blogger memoria histérica - 12 de abril de 2009, 10:16:00 CEST

[0]
*
Excelente entrada en la línea de las suyas.

Por cierto, Desdeluego, tengo entre manos estos días, alternando con algún otro, el infolio -que diría cierto bobo- A través de la selva amazónica, la 'increíble aventura del explorador que inspiró el personaje de Indiana Jones' [este añadido al título, como que sobra, pero no el saber que sus viajes y su personalidad también inspiraron obras tan conocidas como El mundo perdido, de Arthur Conan Doyle, o Las Minas del rey Salomón, de H. Rider Haggard, amén de eso primero, que Steven Spielberg se basó en él para crear el personaje citado]', P.H. Fawcett, relato recopilado por su hijo Brian Fawcett en base a cartas y manuscritos dejados por su padre; autor, este hijo, además, de las ilustraciones, y que lleva un mapa por extenso del inmenso territorio que exploró su padre en los primeros años del pasado siglo, de 1906 a 1925 cuando desapareció de forma misteriosa y para siempre en el Matto Grosso brasileño buscando una ciudad perdida, y donde se encuentra junto a parte de Chile, Perú y Brasil, prácticamente toda Bolivia. Algunos de los episodios de esa aventura son tan tremendos que cuesta creerlos aunque de lo narrado se desprende que Percy Harrison Fawcett fue, amén de un explorador asombroso, hombre cabal y digno de crédito en todo lo que afirma.

¿Lo ha leído?

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 11:17:00 CEST

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 11:21:00 CEST

Hace muchos años, cuando la galería Marlborough era una de las tres o cuatro mejores del mundo y no tenía sucursal madrileña, uno de sus cazatalentos fichó a Antonio López. Nada más saberlo, algunos contradictores -esos que nunca faltan- se empeñaron en que el ejecutivo conociese la pintura de cierta pintora sevillana. Como argumento supremo se les ocurrió proponerle un viaje a Sevilla puesto que "si conocía Sevilla comprendería muy bien la pintura de dicha artista". La respuesta del de Marlborough fue magnífica, tanto que no la he olvidado:

-Si tengo que viajar a Sevilla para apreciar su obra estoy completamente seguro de que no me interesa.

La anécdota no hace justicia a dicha pintora que, por lo demás, está muy bien (ya quisiera el sobrevalorado Gaya para los días de fiesta) pero sirve a mis intenciones.

Cuando uno no tiene nada que contar, mata moscas con el rabo. Algo habitual entre escritores. El otro día, ella, a la que no gusta Baroja desde que era joven, intentó releer una novela para ver si su apreciación había cambiado con los años.

-Sus personajes hablan como mi bisabuela -concluyó cerrando el libro.

Las moscas de los escritores suelen ser el lenguaje, el estilo, todo eso que encanta a los profesores de literatura pero aburre soberanamente a los lectores. Los hay que cifran todo su esfuerzo en que escuchemos con ellos la incansable carcoma, el crujir de las maderas o, en otro orden de cosas, que paladeemos la mermelada de la abuelita, que es toda una declaración programática.

Son gente que tiene poco o nada que contar y, como los malos pintores, se entretienen en los detalles cuando todavía el conjunto de la obra no está resuelto.

El formalismo, tan útil que sin él no hay una de las condiciones de toda obra de arte que es la dispositio, ni modo de entenderla, llega hasta un punto y es limitado: por muy interesante y revelador que pueda ser un análisis formal (bien hecho y no esas tonterías que pretenden colar por tal) de un cuadro como, pongamos por caso, La Lechera de Vermeer, no puede olvidarse que el cuadro nos cuenta una historia, eso sí, genialmente inserta en un milagro de triángulos perfectos que le dan orden, sentido y temporalidad. Tan ingenuo termina por ser el que cree que Vermeer plantificó ahí a una robusta moza vertiendo leche y se puso a pintarla como el que concluye que la tal moza es un pretexto para hablarnos de geometría y números.

Uno se queda turulato cuando es joven y descubre que, tras las apariencias que todos vemos en las grandes obras de arte, se esconden misterios geométricos que quieren ser tan antiguos como el mundo. Incluso explicar a Dios mediante cifras. Es una tentación grande, muy grande, quedarse enganchado en ello para el resto de la vida. Al fin y al cabo sabes cosas que otros ni siquiera intuyen y te pueden pagar por ello. Pero no. El milagro se produce cuando la Vida encarna en esa geometría, cuando aquella se difumina en tal modo que el espectador deja de percibirla.

Los autores no pueden ser "locales", es terrible que alguien tenga que visitar una ciudad para comprenderlos o que se conviertan en insípidos al ser traducidos a otras lenguas. Algo falla si eso ocurre, si un autor sólo se dirige a los que hablan su misma lengua y su mundo se pierde en la traducción. Si toda traducción es la búsqueda de equivalencias (y en eso se parece a la pintura figurativa, que es la búsqueda de equivalencias entre la realidad y la obra por medio de signos pictóricos) en una lengua diferente a aquella en la que la obra fue escrita, no es menos cierto que esas equivalencias deben ser capaces de darnos el todo de la obra traducida.

El Inglés, esa lengua tan despectiva con las volutas ornamentales, me dio una dura lección hace muchos años, cuando yo escribía sobre arte. Hice una cosa sobre cierto pintor y éste tenía mucho interés en que fuese traducido a aquella lengua, dada su vinculación con una universidad norteamericana. Se buscó a un buen traductor y el pintor mismo, persona de gusto y capacidad, quiso supervisar la traducción. El resultado fue desolador: aquello -según me dijo- no funcionaba en inglés. Ninguna de las sutilezas que yo había puesto en mi idioma significaban nada ni arrojaban luz sobre la obra del artista. Un fracaso completo y hubo que encargar a otra persona que escribiese el texto en inglés ex novo.

Veritas, Claritas, Simplicitas. Sigue siendo un programa en estos tiempos de confusión, ¿o no? Ante el valor ilimitado que hoy se da al estilo, a la personalidad, a la originalidad del planteamiento, uno se atrevería a decir -sin falsa humildad-: cuenta una historia y cuéntala bien, por orden y con cada cosa en su sitio.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 12:04:00 CEST

Total, que:

[[A Jalloh Boboh Mohamed le gusta La isla del tesoro, de Stevenson. Con un simple bolígrafo y unos folios cuadriculados tiene escritas cientos de páginas.]]

El País, enternecido por el "simple bolígrafo y unos folios cuadriculados". Y enterneciendo:

[[Es Viernes Santo. Apenas 48 horas después de ser nombrado, Blanco recibe a EL PAÍS]]

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 12:08:00 CEST

Es todo una risa, pero es que cuando llegas al final, ya...

P. ¿Qué se siente al ser presidente del consejo de administración de la empresa en la que hace muchos años trabajó su padre en puestos inferiores?

R. Mi padre tuvo varios cometidos en la delegación de Lugo, desde conductor de una pala a una motoniveladora, y luego conductor del delegado provincial o de quien procediera. Siento una profunda emoción. La grandeza de la democracia es eso, que una persona de pueblo pueda llegar a ser ministro del Gobierno de su país.

(...)

((¿No te imaginas, papá, cuántas personas podrían llegar a ser ministros de fomento?))

 

Escrito por: Blogger qtyop - 12 de abril de 2009, 12:17:00 CEST

Y esa foto, Faustine, esa foto del despacho de Blanco que parece la sitroom de la cuarta guerra mundial.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 12:18:00 CEST

http://www.universidaddepadres.es/

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 12:24:00 CEST

[6] ¡Jajajaja, buenísimo!

¿Pero y la pose de él? ¿Es de recogimiento por ser Viernes Santo? ¿Es de preocupación? ¿Es que no se puede sobreponer a su emotividad? ¿Es la conmoción? ¿Es de responsabilidad? ¿Es que de buena mañana, ya está cansado? ¿Es que en la foto no se ve, pero está a punto de entrar la secretaria con un supositorio king size para su dolor de cabeza, y se lo ve venir? ¿Qué coño tiene ese hombre, que tiene que salir así en la foto?

(Ay, qué hartura, joder...)

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 12:29:00 CEST

(Si me pongo a extraer cosas, esto puede ser un no-parar, pero...)

Pregunta. ¿Cuándo supo que iba a ser ministro?

Respuesta. El sábado 14 de marzo. El presidente me llamó a La Moncloa y me propuso ser ministro de Fomento. Tenía muy claro cuándo iba a realizar la crisis y la orientación general que le quería dar al nuevo Gobierno.

Atención, pregunta: ¿el presidente tenía muy claro cuándo iba a realizar la crisis de gobierno?

 

Escrito por: Blogger qtyop - 12 de abril de 2009, 12:41:00 CEST

[9]

Coño, Blanco ya estaba en La Moncloa cuando le llamaron.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 12:45:00 CEST

[3] Los autores no pueden ser “locales”, esto se entiende muy bien cuando se piensa en pintores, en escultores (acabo de ver un documental sobre la impresionante construcción de la red de autovías subterráneas de Boston, que en grandeza no tiene nada que envidiar a la lecherita de Vermeer); parece que se vuelcan en su inspiración y que salga el sol por donde quiera. Pero inevitablemente y aunque tiendan a la universalización de su obra, casi todos los escritores acaban teniendo un “mercado”. Se les acaba calificando para ciertos destinatarios e incluso hay quien escribe con predisposición a ser leído por según qué público, ¿no?

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 12:47:00 CEST

[10] Estaría allí de retén.

 

Escrito por: Blogger qtyop - 12 de abril de 2009, 12:50:00 CEST

eh oigan, ustedes...

vayan resucitando de uno en uno y sin agolparse...

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 12:52:00 CEST

Que le llamó a, significa que le llamó desde, y le hizo ir a.

Vamos, que le hizo ir a la Moncloa para darle el subidón-subidón.

(¿el 14 estaría Zapatero en Moncloa, no?)
(uy, ¿el 14 de marzo, tanto tiempo atrás?)
(si alguno de nosotros fuéramos SG ya habríamos sacado algunas conclusiones al respecto, hubiésemos consultado la hemeroteca personalísima y estaríamos en disposición de hacerle con un seis y un cuatro, la cara de su retrato)

((...pero como no somos...))

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 12:55:00 CEST

Deberíamos fichar a Santiago González para el NJ.

(Jujujurrr...)

 

Escrito por: Blogger qtyop - 12 de abril de 2009, 12:58:00 CEST

[14]

aaaaaah

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 13:01:00 CEST

Exijo a los administradores que se gasten nuestro dinero en fichar a personajes de la talla de Santiago González, en lugar de andarse por ahí dilapilándolo, extendiendo la falaz teoría de que el kilómetro cero no existe. De que sólo es un puto punto, que no kilométrico.

Yo no sé cómo aguantamos esto.

Y sin panchitos.

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 13:03:00 CEST

Y sin altramuces chochos.

 

Escrito por: Blogger qtyop - 12 de abril de 2009, 13:09:00 CEST

[17]

hombre si la clausula de rescisión de SG fuera cero altramuces... tal vez

 

Escrito por: Anonymous Anónimo - 12 de abril de 2009, 13:15:00 CEST

[19] (chochos, se entiende)

Excusas, excusas. ¡No puedo seguir escuchándole, qtyop, robot escurridizo de sus responsabilidades insssssstitucionales! No tiene usted ni un triste mapa del NJ en su despacho, ¡y así cómo vamos a avanzar! ¡Así nos vamos a hundir! ¡Así nos vamos a la porra!

:-)

Vaaaaaaaaale, ya me voy.

Adiós, adiós.

 

Escrito por: Blogger Neguev and me - 12 de abril de 2009, 13:15:00 CEST

...Un ladrillo, la ausencia de Gracían, lo bueno si breve dos veces bueno Pero no tan breve como para multiplicarse exponencialmente en boberias infaústicas sin ningún sentido mas allá del ( jurrr, jajaja)

El Resultado 19 posts. Nos falta la pluma del ánade y ya hemos completado el NJ.

Yo, mientras tanto, seguiré con mi pasión y sin resucitar en el UHF del NJ. No se agolpen para agradecermelo, por fa.

No se merecen.

 

Escrito por: Blogger qtyop - 12 de abril de 2009, 13:17:00 CEST

Faustine, no se imagina la cantidad de gente que podria administrar el NJA.

 

Escrito por: Blogger last churrero - 12 de abril de 2009, 13:29:00 CEST

y esos encuentros del NJA que en realidad son encuentro?

resucitome

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 13:39:00 CEST

Aldeans, ya puedes salir de la mona de pascua, pero recuerda que el hechizo sólo dura hasta las doce de la noche: a esa hora, volverás a ser un pelo del culo de Xirinacs.

 

Escrito por: Blogger Neguev and me - 12 de abril de 2009, 13:41:00 CEST

A Tse Pilatos le debo mi crucifixión y confinamiento en el UHF NJ.
Vaya tomando nota para cuando alguien quiera narrar la historia del NJ.

Tenemos que empezar a repartir papeles.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 13:41:00 CEST

Maruja Torres -¡Terensi, Terensi!- se burla hoy de Rafael García Serrano, novelista de raza a quien los jóvenes barrocos estamos leyendo de nuevo. Manda narices.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 13:43:00 CEST

El peor artículo del semanal de EL PAIS no es, pese a todo, el de Maruja Torres, sino, como siempre, el de Ray Loriga.

 

Escrito por: Blogger Mandarin Goose - 12 de abril de 2009, 13:43:00 CEST

(0)

Pues mire si me ha picado lo suyo por tierras de mosquitos y caimanes que pillé dos libros de viejo, unos sobre la ruta de la Seda y el otro por el Alto Nilo. Prometen , prometen...

No se yo si todos los vacacionantes que están por ahí habrán conseguido disfrutar, porque con el tiempecito borrascoso que hemos tenido (conque calentamiento global jajaj y estamos heladitos...) ni playa, ni procesión ni mona de Pascua.

Lo bueno de los blogs es eso, que estás fuera unos días y a la vuelta relees las entradas y las sábanas, y tan contentos.

Voy a ver si han dejado alguna mona pascualina en la pastelería o nos conformamos con los huevos cocidos con remolacha para merendar

 

Escrito por: Blogger Neguev and me - 12 de abril de 2009, 13:43:00 CEST

Bueno, la verdad es que si ha vuelto Adrede, esto ya es mas soportable. Pese a que solo nos hablamos por el método indirecto.

 

Escrito por: Blogger Garven - 12 de abril de 2009, 13:44:00 CEST

[26] Maruja Torres se ríe de todo porque sospecha, no sin mucho yerro, que todos se ríen de ella: de su belleza flamígera y su prosa perruna.
¿O será al revés?

 

Escrito por: Blogger Dragut - 12 de abril de 2009, 13:47:00 CEST

[0] Conviene aprovechar la ocasión para dejar constancia del craso error que cometió el Che eligiendo Bolivia como escenario de su guerrilla. Tan sólo quince años antes había tenido lugar lo que se conoce como Revolución de 1952 liderada por Víctor Paz Estensoro y Siles Suazo, del Movimiento Nacionalista Revolucionario, los cuales fueron presidentes de la República años más tarde, alguno incluso durante dos mandatos.

_____

¡Coño, lo mismo que quería el Che! Quizá por ello escogió Bolivia, porque pensó que allí se cumplía exactamente lo que quería.

Dicha la imbecilidad de turno, me ha gustado. Muy interesante y muy bien contado, sí señor.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 13:47:00 CEST

No pienso leer lo nuevo de Javier Cercas. Es un escritor sin estilo y biempensante del progresismo que nada piensa. Lo mejor sobre el 23-F lo escribió, hace muchos años, Martín Prieto: Técnica de un Golpe de Estado: el juicio del 23-F.

 

Escrito por: Blogger Dragut - 12 de abril de 2009, 13:50:00 CEST

Cuando la gente se dé cuenta de que la foto de Pepiño cual pensador de Rodin, en un despacho lleno, plagado, desbordante de mapas de España es la del sinvergüenza embanderado... no va a pasar nada. Total, aquí se asume como normal que el jefe de los ladrones sea quien maneja la pasta. ¡Acabáramos!

 

Escrito por: Blogger Dragut - 12 de abril de 2009, 13:52:00 CEST

[32] Escrito por: Adrede - 12 de abril de 2009 13:47:00 CEST

____

Yo sólo leí soldados de Salamina, una buena idea bastante echada a perder. La película, de vomitar. No sé cómo el Fontseré se prestó a semejante papelón.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 13:53:00 CEST

Tras el largo paseo de un par de horas he subido a la plaza. En la cuesta me he encontrado con D. aquel que invitó a cenar una noche al famoso diarista y éste, incomprensiblemente, se vengó de él -por invitarle- diciendo que el asunto no era tan proustiano como se creía (sic). Está muy mayor y se disculpa por no haber llamado. Lo cierto es que cada vez viene menos. Cumplirá ochenta y cinco muy pronto pero sigue tan elegante como siempre, tieso como un esparavel. Nos abrazamos y quedamos en llamarnos.

En la plaza está la murga y menos gente que otros años. Sigue la moda del pañuelito rojo al cuello que impuso un concejal de festejos socialista hace quince o veinte años. No se le ocurrió otra cosa que gastar dinero público y regalar pañuelos rojos -símbolo de la degolladura de San Fermín- que en Pamplona tienen un sentido y aquí ninguno aunque ya lo lleva todo el mundo. También se ven gigantescas txapelas, que deben formar parte del uniforme. Gente mayor, mediana y joven, todos revueltos con el chunda-chunda de la murga.
Unos cuantos fotógrafos digitalizados que no sé lo que harán porque la fiesta en sí carece de interés, el traje típico también y todo es repetitivo: beber, saltar y bailar. De vez en cuando puedes apresar un gesto, una actitud, algo especialmente llamativo o ridículo y poco más. Lo mejor es que te puedes concentrar en los niños y sus expresiones, cómo viven la fiesta de sus padres y mayores. Es lo que hago, intentar atisbar actitudes en los pequeños, a veces entre el bosque de piernas de los bailarines.
Algunas muchachas particularmente floridas y una, espectacular, que debe ser modelo por la altura y el tipo de cuerpo.

Esta mañana el pueblo parecía un campo de batalla: vasos y botellas estrellados, retrovisores y limpiaparabrisas rotos, objetos innombrables. El servicio de limpiezas ha sido eficaz: a las ocho ya estaba el pueblo prácticamente limpio. Tiene su mérito. Lo que no ha desaparecido es el olor a cerveza agria y a vinacho.

Entre los fotógrafos de la plaza hay una chica que juraría que conozco y ella me conoce a mí. Me ha sonreído varias veces al cruzarnos cámaras en mano pero no tengo ni idea de quién es. Que es una profesional no me cabe la menor duda por el equipo que llevaba y la forma de moverse entre la gente.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 13:54:00 CEST

Jajaja, sí, el libro al menos es entretenido, pero la película es un bodrio de cuidado.

 

Escrito por: Blogger last churrero - 12 de abril de 2009, 13:58:00 CEST

esta foto

http://inapcache.boston.com/universal/site_graphics/blogs/bigpicture/holyweek_04_10/h06_18567905.jpg

parece que la ha hecho errabundo

 

Escrito por: Blogger Neguev and me - 12 de abril de 2009, 14:06:00 CEST

Parlamentarios de Egipto piden llevar a juicio a Nasrallah
12/04/09


Egipto Hassan Nasrallah es acusado de querer ''transformar el país en el Líbano''. Tras la detención de unos cincuenta hombres sospechosos de ser del Jizballah y de querer llevar a cabo ataques en Egipto en apoyo a la causa palestina, dijo una autoridad de Egipto a condición que ''Nasrallah está tratando de unir a Egipto y a la región en una base para satisfacer Irán''. Palabras publicadas en el periódico Asharq al-Awsat. (Guysen.International.News)



Egipto: Parlamentarios piden llevar a juicio a Hassan Nasrallah. Le han pedido al Fiscal General de Egipto que agregue el nombre del líder de Jizballah al auto de acusación emitido en relación con la detención de unos cincuenta hombres de la milicia chiíta libanesa sospechosos de tratar de desestabilizar ''la seguridad de Egipto''. En una entrevista con Al Manar TV, Hassan Nasrallah, reconoció que habian chiitas libaneses detenidos que actuaban en nombre de Jizballah aunque negó que quisiesen hacen atentados. (Guysen.International.News)

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Una buena noticia, en su UHF

 

Escrito por: Blogger Dragut - 12 de abril de 2009, 14:08:00 CEST

Lean, lean y alucinen con la Maruja:

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Italia/nostra/elpepiult/20090409elpepiult_1/Tes

Y tomen nota, Sciascia era sardo, a pesar de haber nacido en Sicilia. Debe ser que son como los de Bilbao, que nacen donde les sale de los cojones. Y los poemas friulanos de Pasolini, casi todos escritos entre Bolonia y Roma, pero friulanos, oigan, que es lo mismo que algo sea friulano o que esté escrito en friulano. Esta mujer es un verdadero vertedero intelectual. Sabe de Italia lo que ha visto en los catálogos de Pullmantur y punto. Bueno, también ha leído los artículos de El Viajero en El País. ¡Y pensar que hay gente que se nutre de esta bazofia como si fuera pensamiento refinado...!

 

Escrito por: Blogger Dragut - 12 de abril de 2009, 14:17:00 CEST

[37] Escrito por: last churrero - 12 de abril de 2009 13:58:00 CEST

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Huele a Photoshop que tira p'atrás.

 

Escrito por: Blogger qtyop - 12 de abril de 2009, 14:27:00 CEST

[37]
[40]

Ese tipo de fotos son muy muy recurrentes, aunque no niego que pueda tener algo de recorte.

Este año lo que se ha llevado más es el nazareno en Metro. Por lo visto algún tipo de dogma concepcionista les prohibía viajar en autobús o taxi.

El resto de fotos

http://www.boston.com/bigpicture/2009/04/holy_week.html

 

Escrito por: Blogger qtyop - 12 de abril de 2009, 14:29:00 CEST

de recorte no, retoque

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 15:06:00 CEST

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

Escrito por: Blogger Mandarin Goose - 12 de abril de 2009, 15:10:00 CEST

Misión cumplida, encontré mona, bollo con huevo incrustado y hasta unas almendras para la salsa del asado. Por el camino he husmeado en la librería y veo que cesarvidal S.A. ha sacado libro nuevo (o tal vez yo no lo conocía) de tema "aventuras en ls cruzadas". Ojeo la solapilla y oh sorpresa! el argumentos es fusilado de unas novelas suecas de tipo novela histórica. Yo me enteré por una película bajada de la bahía pirata llamada Arn Templeridden (Arn el caballero templario) y la trama es idéntica: caballero que tiene que salir por patas de su pueblo dejando en casa una novia llorosa verdaderoamordondeloshaya que tienen que sufrir todo tipo de tentaciones y maldades aunque se conserva fiel a su amado. El proscrito parte hacia Tierra Santa, donde se integra en una orden (en su caso la templaria). Por el camino s encuentra con Saladino (coño, que desierto mas transitado, todo quisque se encontró con saladino pasando de incógnito por allí, hasta Legolas de camino al Reino del Cielo) y la habilidad y carisma y quepaesoesesjodioheroe del prota resuelven bastantes conflictos

Pues bien, las peliculitas están basadas en una serie de novelas bastante populares por tierra de renos. Caray, así yo tambien me escribo las novelas como churros, bajándome la peli de la red con subtítulos en ingles y transcribiendo...

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 15:19:00 CEST

[40] ↑ Escrito por: Dragut - 12 de abril de 2009 14:17:00 CEST

[37] Escrito por: last churrero - 12 de abril de 2009 13:58:00 CEST

___

Huele a Photoshop que tira p'atrás.
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Sacto. Hasta puede que sea un recorte. Coincido con los jueces norteamericanos: una foto ya no es prueba de nada. Reivindiquemos lo analógico y el borde negro de HCB que denota a las claras que no hay trampa ni cartón.

 

Escrito por: Blogger Mercutio - 12 de abril de 2009, 15:27:00 CEST

[3] Las artes plásticas no son más que forma. El resto lo ponemos nosotros.

Entre un relato auténtico (hecho de palabras) y el relato que pueden ofrecer la pintura, la escultura o la música, hay una diferencia cualitativa; la misma que entre un teorema y una metáfora. Un cuadro no narra nada.

'Ramón se deslizó a lo largo de la palmera' nos cuenta que Ramón se deslizó a lo largo de la palmera, y quiere decir, qué casualidad, que Ramón se deslizó a lo largo de la palmera. El entierro del Señor de Orgaz ni cuenta nada ni quiere decir nada. Es, que ya es bastante. ¿Alguien, en la historia de la humanidad, ha llorado ante la tragedia que le haya contado una escultura? No. Pues eso.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 15:28:00 CEST

Por primera vez en muchos años no he tomado fotos durante la Semana Santa. He hecho muchas hasta ahora y no me perdía algunas celebraciones concretas. Ya no, no estoy dispuesto a esperar turno para hacer "mi" foto. Hay inflación de todo, también de esto. A la mierda.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 15:35:00 CEST

[46] ↑ Escrito por: Mercutio

Amigo Mercutio: lo dejo pasar y no le contesto. Ayer he ido a misa y comulgado. Prometí al Señor resucitado ser bueno con mis semejantes, al menos durante unos días.

 

Escrito por: Blogger Al59 - 12 de abril de 2009, 17:24:00 CEST

Si esto leyera el caballero Bartleby, ¿podría por favor ponerme unas letras?

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 18:12:00 CEST

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

Escrito por: Blogger gibarian - 12 de abril de 2009, 18:24:00 CEST

[46]

No. Keaton, Chaplin o Murnau sabrán perdonarle esa alusión al "relato auténtico" como el que está "hecho de palabras". Y hay palabras, por supuesto, que no narran nada. Pero la que de verdad importa es su siguiente afirmación; no hay ninguna diferencia cualitativa entre la literatura y la pintura. El relato es sólo un instrumento, una herramienta al mismo nivel que el bolígrafo, el pincel o la partitura.

Usted no habrá expresado nada diciendo que Ramón se subió a la palmera, a no ser que dote de significado a esa acción. Significado, representación, discurso, idea, emoción: esa es la esencia de cualquier expresión artística. Si a base de oficio y talento finalmente consigue que su relato tenga significado y resulte conmovedor, no habrá logrado nada que no pueda conseguir también con la música o la pintura. Ni las esculturas cuentan tragedias ni el relato necesita del mármol, pero con ambas podrá expresar la misma idea. Exactamente la misma. Lo demás son herramientas.

 

Escrito por: Blogger Al59 - 12 de abril de 2009, 18:35:00 CEST

[51] "...con ambas podrá expresar la misma idea." Muy tajante me suena eso. "Con ambas podrá lograr, si las condiciones son propicias, una respuesta similar" me parece menos aventurado. Y ya es decir.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 18:41:00 CEST

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 18:44:00 CEST

[51] ↑ Escrito por: gibarian - 12 de abril de 2009 18:24:00 CEST

[46]

Sin entrar en universalidades, para los que carezco del aparato teórico que precisa el asunto, creo que la cuestión es más bien la inversa. Las emociones que puede esperimentar el ser humano son las que son, y no creo que sean infinitas. Y, por tanto, la reacción ante algo debe limitarse a ese catálogo. Por lo demás, personalmente creo que es muy difícil pensar que hay un relato o una idea en una obra musical. Cuando la hay (en las obras programáticas o en la ópera, por ejemplo), son añadidos que casi nunca tienen importancia real para que la música produzca este o aquel efecto.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 18:48:00 CEST

Mercutio dijo...
[3] Las artes plásticas no son más que forma. El resto lo ponemos nosotros.

Entre un relato auténtico (hecho de palabras) y el relato que pueden ofrecer la pintura, la escultura o la música, hay una diferencia cualitativa; la misma que entre un teorema y una metáfora. Un cuadro no narra nada.

'Ramón se deslizó a lo largo de la palmera' nos cuenta que Ramón se deslizó a lo largo de la palmera, y quiere decir, qué casualidad, que Ramón se deslizó a lo largo de la palmera. El entierro del Señor de Orgaz ni cuenta nada ni quiere decir nada. Es, que ya es bastante. ¿Alguien, en la historia de la humanidad, ha llorado ante la tragedia que le haya contado una escultura? No. Pues eso.

12 de abril de 2009 15:27:00 CEST
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Con mayor hondura *cuenta* la decadencia de España "La familia de Carlos IV" de Goya que todos los Episodios nacionales de Galdós. Es cierto que el cuadro lo hace metafóricamente, no mediante el hilo narrativo de un relato, pero cuando, como es el caso de Goya, hay talento, los límites del arte empleado se salvan satisfactoriamente.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 18:53:00 CEST

[55] Escrito por: Adrede - 12 de abril de 2009 18:48:00 CEST

Con mayor hondura *cuenta* la decadencia de España "La familia de Carlos IV" de Goya que todos los Episodios nacionales de Galdós. Es cierto que el cuadro lo hace metafóricamente, no mediante el hilo narrativo de un relato, pero cuando, como es el caso de Goya, hay talento, los límites del arte empleado se salvan satisfactoriamente.

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Pero ¿no cree usted que lo cuenta porque usted ya conoce el relato previamente? Es curioso que utilice usted la palabra "hondura". Cuando una melodía apoya una letra y el resultado es emocionante, ¿lo es porque la letra habla del amor o la muerte, o porque eso que entendemos recibe un empujón adicional, directamente emotivo?

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 18:55:00 CEST

Yo creo que las analogías en esta materia son "literarias". Cuando quieres explicar qué sientes al escuchar a Mozart o al contemplar un cuadro de Vermeer usamos palabras. Es inevitable, pero es engañoso tomárselo al pie de la letra.

 

Escrito por: Blogger gibarian - 12 de abril de 2009, 19:01:00 CEST

¿Quién es Ramón? ¿Por qué coño se está subiendo a la palmera? ¿Se mata o consigue llegar arriba? Ustedes pueden darle respuesta a esas preguntas a lo largo de dos mil páginas. Al final, quedará la idea: es necesario ser valiente, es mejor no arriesgarse por nadie, el amor lo puede todo, la vida es una mierda; lo que no vale, claro, es que la idea resultante sea que hay que talar todas las palmeras de la vía pública y destituir al alcalde, porque para eso no se construye un relato. Si convenimos en que las emociones no son infinitas, convengamos también en que las ideas que pueden expresarse mediante la creación artística tampoco lo son.

 

Escrito por: Blogger gibarian - 12 de abril de 2009, 19:15:00 CEST

Y es que en el fondo, lo que hay detrás de la decadencia de los Borbones plasmada por Goya son otras ideas: el poder, la pérdida, la melancolía; ese es el terreno del arte. No puede contarse el final del reinado de Carlos IV con una sinfonía, pero desde luego la música sí puede expresar todo eso. De igual modo, si lo que se pretende es narrar los hechos, no se construye un relato, sino que se escribe Historia.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 19:15:00 CEST

[58] Escrito por: gibarian - 12 de abril de 2009 19:01:00 CEST

Ésta es la típica discusión que requiere definiciones previas. Pero, por ser breve. Es fácil escoger obras musicales especialmente "abstractas", en las que su clave es el desarrollo formal. También sería fácil escoger ejemplos de temas que un compositor ha utilizado varias veces (con finalidades diferentes). Esto último ya no se hace mucho porque queda feo, pero los compositores barrocos (que ganaban poco dinero) lo hacían a menudo.

Pero incluso escogiendo un ejemplo en el que la belleza inmediata de la melodía no precisa de ningún desarrollo, sigo sin ver idea alguna. Me refiero al segundo movimiento, que empieza a partir del cuarto minuto. Creo que hay un empeño comprensible por uniformar cosas que sólo son comunes porque nos producen emociones que puede que sean similares. Pero las "ideas musicales", por ejemplo, no tienen nada que ver con esas ideas a las que usted se refiere. Nada en absoluto. Lo que es común en todos esos casos es el ser humano.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 19:19:00 CEST

[56] ↑Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009 18:53:00 CEST

[55] Escrito por: Adrede - 12 de abril de 2009 18:48:00 CEST

Con mayor hondura *cuenta* la decadencia de España "La familia de Carlos IV" de Goya que todos los Episodios nacionales de Galdós. Es cierto que el cuadro lo hace metafóricamente, no mediante el hilo narrativo de un relato, pero cuando, como es el caso de Goya, hay talento, los límites del arte empleado se salvan satisfactoriamente.

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Pero ¿no cree usted que lo cuenta porque usted ya conoce el relato previamente? Es curioso que utilice usted la palabra "hondura". Cuando una melodía apoya una letra y el resultado es emocionante, ¿lo es porque la letra habla del amor o la muerte, o porque eso que entendemos recibe un empujón adicional, directamente emotivo?
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En el caso del cuadro, no, creo que es innecesario conocer la historia de España de ese tiempo para asimilar el relato de decadencia y aislamiento que esa pintura es, y cuenta. En cuanto a la música, a mí personalmente suele emocionarme más la melodía que la letra; de hecho, rara vez me emociona o conmueve una letra sino es precisamente, y en todo caso, como apoyo de una melodía, y no al revés; una melodía de una canción suele sugerirme un relato completamente distinto al de la letra de esa canción, y eso muestra que la relación entre música y palabras es más rica que la sugerida por la mera funcionalidad de una composición. De todos modos, esto no tiene ninguna particularidad: piénsese en las páginas que Proust dedica a la sonata de Vinteuil; o en el soneto "Correspondencias", de Baudelaire, para entender cómo una melodía o un color pueden sugerirnos palabras, *relatos*, y a la viceversa, y concluiremos que los límites del arte son los límites del artista.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 19:25:00 CEST

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 19:33:00 CEST

[61] ↑ Escrito por: Adrede - 12 de abril de 2009 19:19:00 CEST

[56] ↑Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009 18:53:00 CEST

[55] Escrito por: Adrede - 12 de abril de 2009 18:48:00 CEST

Perdone que sea tan plasta, pero ¿usted cree que se puede llamar a eso relato? No sé si me explico con claridad. Es indudable que ese cuadro representa algo, y que tal y como lo hace nos produce una sensación como de embotamiento, pero yo no creo que haya ahí estrictamente hablando más relato que el que pone el que lo ve, que añade, si lo desconoce, lo que falta, imaginando qué posible biografía es la biografía de ese conjunto de personajes.

Esto tiene que ver con lo que usted cuenta a continuación. Si podemos imaginar un relleno diferente para un cuadro o una melodía, es porque pensamos en relatos que podrían producirnos a nosotros una emoción como la que nos produce la melodía o el cuadro. Por eso decía, al principio, que la calve está en el efecto que produce y no en la "idea" o el relato. Sin embargo, en la obra literaria (salvo en la poesía más abstracta) la historia que se cuenta sí la limita de una forma particular. Creo que eso hace a la obra literaria diferente de la pictórica o la musical.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 19:35:00 CEST

[58] Escrito por: gibarian - 12 de abril de 2009 19:01:00 CEST

No lo veo así. Una sinfonía no nos contaría nada de eso. Nos puede producir un sentimiento de pérdida o de melancolía o de alegría o de euforia. Pero eso no son ideas. Eso son emociones. Aunque este no es un asunto que tenga demasiado claro, me inclino, con matices dependiendo de cada caso, a favor de la posición de Mercutio. Solamente añadiría que lo que hace a los relatos emocionantes es la mezcla de lo que se cuenta y de cómo se cuenta. Ése segundo factor formal si es común en todos los casos. Pero ahí no creo que haya ideas, sino un aparato capaz de producir emociones.

 

Escrito por: Blogger Dragut - 12 de abril de 2009, 19:40:00 CEST

Yo -y miren que me jode- estoy de acuerdo con Tse. La interpretación de "La familia de Carlos IV" como condensación de la decadencia de los borbones españoles es el añadido que nosotros le ponemos y que, pudiera ser, está en la intención de Goya al cargar la mano en ciertos rasgos. PEro el cuadro existe por sí mismo y la emoción que produce es ajena hasta a los personajes concretos. El gesto de memez del Príncipe Fernando es por sí mismo, sin necesidad de saber quién es ni qué sucedió. Un pintor mediocre podría hacer lo mismo y hasta, si se quiere, ser más explícito en el "relato", pero jamás transmitiría la emoción de Goya.

No nos equivoquemos, que casi nunca el arte ha pretendido representar, sino ser por sí misma. Lo grandioso en muchos casos es que, como añadido engrandecedor, se busca una obra de arte ligada a un hecho o una persona. Otro ejemplo, el Tiziano de Carlos V a caballo. Ni de suerte refleja al emperador en el sitio y sobre el caballo en que fue la batalla de Mühlberg, sino que se crea una obra que lo recuerda porque se le asigna el nombre. Pero, Carlos V o no y en Mühlberg o en Benidorm, el retrato es por sí mismo y es él el que aporta la emoción.

Para cosas abstractas, como la música o la arquitectura, ni les cuento. Lo que no hay que confundir es que el conocimiento añadido que tenemos acerca de una obra de arte, sobre todo si es historia, intensifique o module nuestras emociones, pero si la obra es una medianía, no habrá añadido que pueda suscitar la emoción.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 19:40:00 CEST

Tsevanrabtan dijo...
Yo creo que las analogías en esta materia son "literarias". Cuando quieres explicar qué sientes al escuchar a Mozart o al contemplar un cuadro de Vermeer usamos palabras. Es inevitable, pero es engañoso tomárselo al pie de la letra.

12 de abril de 2009 18:55:00 CEST
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No. Completemos eso: usamos palabras, pero casi siempre -hay genios que *perciben* las correspondencias entre colores, música y palabras- se revelan insuficientes; lo que pasa es que uno no puede describir la emoción provocada por una melodía o un color componiendo una sonata o pintando un cuadro o imprimiendo una singular cadencia a una prosa: por eso no nos queda otra que recurrir con la menor torpeza posible a las palabras, a nuestras palabras. Es un problema nuestro, son nuestros límites. Yo no puedo describir las Variaciones Goldberg; Thomas Bernhard sí podía narrar con palabras esa música. Esto no quiere decir que mi emoción sea limitada, sino que lo es mi capacidad perceptiva. Yo no puedo saltar las tapias que separan las distintas artes, pero no por ello voy a ser tan zafio como para decir que la música nada cuenta, o que la escultura y la pintura precisan de nuestra predisposición para emocionar porque por sí mismas nada dicen. No voy a achacar mis límites al arte, me limitaré a disfrutarlo. Y a no hacer pedantesca dogmática propia de un lector de prólogos de Borges.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 19:40:00 CEST

[46] ↓↓↑ Escrito por: Mercutio - 12 de abril de 2009 15:27:00 CEST

[[¿Alguien, en la historia de la humanidad, ha llorado ante la tragedia que le haya contado una escultura? No. Pues eso.]]

No tengo costumbre de llorar, pero entendiéndolo en sentido metafórico, yo creo, intentando ser coherente, que quien haya llorado por la muerte de un desconocido y a menudo inexistente personaje de una obra literaria, lloró por cómo le contaron su muerte más que por su muerte. O mejor, lloró porque le hicieron creer que su muerte era trágica. Y eso sólo lo consiguen las palabras bien escogidas. La forma, en suma.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 19:47:00 CEST

Tsevanrabtan dijo...
[61] ↑ Escrito por: Adrede - 12 de abril de 2009 19:19:00 CEST

[56] ↑Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009 18:53:00 CEST

[55] Escrito por: Adrede - 12 de abril de 2009 18:48:00 CEST

Perdone que sea tan plasta, pero ¿usted cree que se puede llamar a eso relato?
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Estábamos hablando de los límites de las distintas artes. Más arriba se ha dicho que la pintura o la música son, pero nada cuentan. Y yo digo que esa opinión es bastante escolar; pedestre. No, el cuadro de Goya no es un *relato*, pero ¿cuenta o no cuenta más que, por ejemplo, el episodio que Galdós dedicó a la España regida por esa familia? Yo creo que sí, y más efizcamente. Imaginemos a una guiri que ve ese cuadro; entra a la sala, lee el nombre de la pintura en la plaquita, y ve el cuadro con detalle. Estoy seguro de que saldrá del museo con una idea más descriptiva de la decadencia española que si hubiera leído el relato de Galdós.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 19:50:00 CEST

No puede reducirse la pintura a mera ilustración.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 19:51:00 CEST

El Bosco narraba pintando.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 19:53:00 CEST

El problema es que Mercutio ha planteado la discusión con tanta contundencia como brutalidad. Si empezámos diciendo que nadie puede llorar ante el drama plasmado en una escultura, no llegaremos a nada.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 19:54:00 CEST

[66] Escrito por: Adrede - 12 de abril de 2009 19:40:00 CEST

Bien. Hemos llegado a algo. Tenemos un desacuerdo fundamental. Yo creo que ni Thomas Bernhard ni nadie pueden explicar con palabras lo que cuenta la Grosse Fugue, por poner un ejemplo de obra de arte absoluta. Seguramente producirá una obra literaria magnífica, que nos emocionará, pero eso es otra cuestión. Y pensar esto no tiene nada que ver con lo límites, creo yo.

No obstante, quizás tenga usted razón y se trate de un problema de incapacidad personal. Yo también disfruto con el arte, cuando me emociona, y creo que esa emoción aumenta cuanto más se conoce el lenguaje que se utiliza. Pero no llego a leer un relato y al leerlo escuchar una sinfonía o ver el retrato de Carlos IV y al verlo leer la decadencia de la España borbónica.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 19:55:00 CEST

jejeje

he caído en la trampa "literaria"

 

Escrito por: Blogger last churrero - 12 de abril de 2009, 19:59:00 CEST

y no hablemos de invadir polonia

 

Escrito por: Blogger gibarian - 12 de abril de 2009, 20:07:00 CEST

¿Obras musicales especialmente abstractas? Toda la música es abstracta, por definición. En este sentido, creo que estarán de acuerdo en que hay más cosas en común entre, qué sé yo, un cuadro de Pollock y una sinfonía de Mozart que entre aquél y Velázquez. Por ejemplo.

 

Escrito por: Blogger Adrede - 12 de abril de 2009, 20:07:00 CEST

Ya digo que es una cuestión puramente personal. Transcribo un pertinente fragmento de una semblanza, titulada "El señor Benet recibe", que Javier Marías escribió hace tiempo: "Benet sabe ver, sobre todo, hasta el punto de que logra ver en la música. Más de una vez, mientras el tocadiscos seguía sonando a todo volumen y la cerveza tardaba en llegar a mis manos, Benet me ha narrado un movimiento de una sinfonía de Sibelius o de un cuarteto de Haydn que ya no he podido volver a oír sin ver lo que él estaba viendo mientras pasaba interminablemente del office al salón y del salón al office, perorando siempre. Lo mismo me ha sucedido con los cuadros (preferentemente del siglo XIX, su gran debilidad) que he visto en su compañía o que me ha descrito al anunciarle yo que iba a viajar a tal o cual ciudad".

 

Escrito por: Blogger Lehningen - 12 de abril de 2009, 20:14:00 CEST

[0]

Gracias por su entrada, señor Desdeluego. Lamento que por el mobbing de algunos haya decidido usted no volver por aquí, pero eso es precisamente lo que hace único al nickjournal, la absoluta libertad. Pero eso, igual que nunca pediría la expulsión de nadie, le pido a usted que se plantee su vuelta. Desde que usted no está, aquí se aprende bastante menos.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de abril de 2009, 20:20:00 CEST

[75] Escrito por: gibarian - 12 de abril de 2009 20:07:00 CEST

Verá usted que puse las comillas. No quería dar una explicación muy abstrusa que no añadiría nada a la discusión. Lo que quería decir es que hay obras musicales que producen inmediatamente una sensación muy poderosa. Normalmente eso se debe a las cualidades de cierta melodía -como en la que le he linkado de Vivaldi- o a algún efecto instrumental, como sucede con los "pizzicatos" de los chelos y contrabajos junto al dibujo del resto de las cuerdas al comienzo del Concierto para violín de Mendelsshon -este es un ejemplo personal- que siempre me producen una sensación muy intensa. Frente a estos supuestos (con todos lo ejemplos intermedios) hay otros en los que el resultado es producto del desarrollo formal. En estos caso a veces no basta con escuchar la obra una sola vez.

Sobre la semejanza entre Pollock y Mozart, tampoco la veo. Puede ser un problema personal, pero creo que el componente temporal de la música hace muy difícil la analogía.

 

Escrito por: Blogger Dragut - 12 de abril de 2009, 20:26:00 CEST

[75] ↓Escrito por: gibarian - 12 de abril de 2009 20:07:00 CEST

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Discrepo totalmente. Lo visual consigue las emociones a través de mecanismos de reconocimiento de la forma (patrones gestálticos) y del color (triestímulos tricolores) que nada tienen que ver con la excitación mediante el sonido. Por tanto, como elaboración posterior sí admitiría -sin entrar en si estoy de acuerdo o no- el maridaje entre Pollock y Mozart, pero desde el punto de vista del reconocimiento de la emoción, Pollock va con Velázquez de todas todas, y Mozart por otro lado.

Insisto en que una cosa es la obra de arte en sí como estimuladora de emociones y otra, no menos desdeñable, es el proceso que nosotros hagamos a partir de lo que entendemos, a caballo de la emoción que se nos suscite.

 

Escrito por: Blogger Neguev and me - 12 de abril de 2009, 20:32:00 CEST

Bueno a Tse Pilatos le pasa como a mi, aunque no simpatice conmigo: No padece sinestesia.

Qué pillín Mercutio

 

Escrito por: Blogger Neguev and me - 12 de abril de 2009, 20:38:00 CEST

Pero con esto si que consigo chorrear adrenalina por las orejas

http://www.guysen.com/articles.php?sid=9345

Para los amigos negacionistas, a pelo.

 

Escrito por: Blogger gibarian - 12 de abril de 2009, 20:43:00 CEST

La semejanza, obviamente, se limita (y no es poco) a que ambos se expresan sin representación directa de la realidad. Como la escultura abstracta, la danza, quizá la arquitectura de la que hablaba Dragut, y alguna poesía a la que aludía Tse.

Dicho todo lo cual, me permito recomendarles dos películas más o menos recientes: María Antonieta, de la pequeña Coppola; salven todas las distancias que les escandalicen y verán que también el cine ha sabido hablar de la decadencia de los Borbones, y que en realidad aquí tampoco los reyes importan, sino la decadencia en sí: la idea. La otra es My blueberry nights, de Wong Kar Wai: una historia mínima, casi inexistente, apenas un relato, cine casi abstracto, y mil ideas y emociones, a cuál más sutil, a cuál más original.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 21:25:00 CEST

Bueno, no he sido demasiado honesto: dije que no iba a contestar a Mercutio pero después lo hice -muy brevemente- y más tarde lo borré. Sabía, más o menos, cómo se iba a posicionar la gente y veo ahora, de regreso de la bacanal alcohólica, que todo ha ido según lo previsto.
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La plaza es, a estas horas, un vertedero. He tomado bastantes fotografías (unas 300). Mayormente de la gente joven, muy colaboradora: chavales y chavalas borrachos como cubas bailando entre montañas de desperdicios. No he tenido problemas con ninguno, es lo que tiene el alcohol en los jóvenes cuando están en grupo, que suele ponerles de buen humor. Muchos me piden fotos con los amigos y una muchacha -muy guapa por cierto- me ha dado su email para que le envíe una que le he tomado. Otra monada me ha preguntado por mi cámara: estudia publicidad y dice, un tanto beoda, que la fotografía es una cosa muy "chunga", queriendo decir difícil. Yo creo que me veía, por el achuchón que me ha dado al marcharme, como su papi ideal. Nada raro teniendo en cuenta que debe ser de la edad de mi hija.
La gente del pueblo protesta. No quieren ver así su plaza. Me he encontrado con un concejal de IU y hemos comentado el asunto. A mi afirmación de que toda fiesta popular es ya un botellón ha salido haciendo fú como el gato, diciendo no sé qué cosas de que los vecinos deberíamos colaborar más.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 21:31:00 CEST

Ya veo que en el blog hay partidarios del arte "ensimismado". Una falacia. De la música de Bach, que es muy proporcionada pero también -¡ay!- muy discursiva (los estudios más modernos sobre su música concluyen que conocía perfectamente las reglas de la Retórica clásica y que fundamentaba sus obras en ella) extrapolan a la pintura o la escultura y concluyen que existe -o puede existir- un arte "en sí".

 

Escrito por: Blogger Mandarin Goose - 12 de abril de 2009, 21:39:00 CEST

No se yo, CC, si todos los festejos populares no han sido en realidad botellones (o anforones). Bacanales, lupercalias, borracheras comunales dedicadas a Hathor, sorgo para todos, chicha a tutiplen... la borrachera como el acto que trasciende lo profano y eleva al hombre a un estado de comunión con la divinidad o los demonios varios. Así que igual andan mas en la línea clásica esos mozos borrachos como cubas que el concejal barrigón que anda abriendo la procesión al lado del obispo

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 21:44:00 CEST

Lo dije y lo borré: Maurice Blanchot explicaba muy clarito en "La risa de los dioses" cómo los ángeles músicos de la catedral de Chartres, aunque para nosotros sean esculturas, eran verdaderas representaciones de los ángeles para los hombres del siglo XIII.
Malraux se empeñó en robar esculturas de los templos camboyanos en una aventura propia de Indiana Jones, sabiendo que ya no eran dioses.
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Hay que hacerse algunas preguntas sobre el papel de las representaciones de la Virgen María durante la Contrarreforma y su valor como objetos cultuales (de culto). Vi llorar ante una Virgen de Murillo, profundamente emocionado, a un gitano allá en Sevilla hacia 1971.
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Las teorías de la Gestalt son interesantes aunque pretenden explicar el caballo obviando la caballeidad. Arnheim, a quien estudié de joven, es un maestro de lo obvio. Como ese neurólogo que acaba de "descubrir" que nuestro concepto de la Divinidad se aloja en una parte del cerebro.
De Seurat para acá no levantamos cabeza: el que no se empeña en reducir lo visible a la yuxtaposición de tres colores básicos está convencido de que el arte es "pulsión" (se ha dicho hasta que la pincelada de Fulanito es "muy pulsional") y si no nos sueltan una boutade al estilo Bauhaus, que el arte es forma y el resto lo ponemos nosotros, que es tanto como no decir absolutamente nada y además fatalmente contradictorio con la idea de un arte que "es", de un arte "ensimismado".

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 21:53:00 CEST

Si hay un cuadro narrativo en la pintura española (en la que, por cierto, abundan) es el "Entierro del conde de Orgaz". He visto muchas veces ese cuadro, en distintas compañías y solo. Tal vez la más interesante fua la visita que le hice con Marcelin Pleynet, que entonces era un destacado crítico francés, con una obra muy influyente. Todo en el cuadro es narración: unos personajes conducen a otros, unos planos a los siguientes, lo sólido a lo etéreo, lo lleno a lo vacío. Hay un hilo conductor que parte del hecho crucial (el cuerpo muerto del conde) y nos va llevando la vista por donde el artista quiere. De hecho vemos lo que él quiere que veamos y en el orden deseado por él. Esa es la dispositio, fenomenal en esta obra maestra.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 21:56:00 CEST

El siglo XIX es especialmente proclive a la pintura narrativa. Comienza por la pintura de Historia, llamada así por motivos obvios, y concluye en el costumbrismo. Un cuadro ejemplar de ese estilo es la obra del Sorolla joven "Y aún dicen que el pescado es caro", aunque la tensión por liberarse del tema obligado y mirar el mundo con ojos limpios ya es perceptible.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 21:58:00 CEST

Se ha dicho también que el arte "nos enseña a ver" la realidad. Es una verdad a medias y, como todas las verdades a medias, termina por no explicar gran cosa o convertirse en una obviedad.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 22:00:00 CEST

Alguien lo ha dicho muy bien en el blog: son instrumentos diferentes. Yo lo concibo de una manera un tanto pastoril pero siempre me ha servido para explicarlo a mis alumnos (cuando los he tenido): todas las artes beben de un mismo manantial, sólo cambia el instrumento con que recogemos el agua.

 

Escrito por: Blogger Crítico Constante - 12 de abril de 2009, 22:41:00 CEST

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

Escrito por: Blogger Al59 - 13 de abril de 2009, 0:02:00 CEST

Escrito por: Blogger Mandarin Goose - 13 de abril de 2009, 0:12:00 CEST

Ha debido vivir mucho, lo muestra como un espejo.
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la cuestión es: habrá merecido la pena o el caviar le sabrá a cenizas...

 

Escrito por: Blogger Mercutio - 13 de abril de 2009, 0:20:00 CEST

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

Escrito por: Blogger Javier L. - 13 de abril de 2009, 0:21:00 CEST

Al leer moles, creí que se trataba de éstos.

 

Escrito por: Blogger Hércor - 13 de abril de 2009, 3:28:00 CEST

Blogger Lehningen dijo...

[0]

Gracias por su entrada, señor Desdeluego. Lamento que por el mobbing de algunos haya decidido usted no volver por aquí, pero eso es precisamente lo que hace único al nickjournal, la absoluta libertad. Pero eso, igual que nunca pediría la expulsión de nadie, le pido a usted que se plantee su vuelta. Desde que usted no está, aquí se aprende bastante menos.

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Recién me entero de que Desdeluego no participa ya del nickjournal. Me sumo a la petición de Lehningen.

 

Escrito por: Blogger qtyop - 13 de abril de 2009, 23:58:00 CEST

en seguida vamos con la historia de Spector...

antes unos minutos de publicidad

 
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