-Empezaremos por referirnos a los supuestos peligros de consumir plantas transgénicas. Si hacemos caso a los ecologistas, consumir un producto de este tipo puede convertirnos en la Cosa del Pantano en cualquier momento.
-Los grupos ecologistas suelen organizar bastante ruido mediático, mezclan impúdicamente los conceptos (amparándose en la ignorancia en temas de ciencia de la gente común) y manejan con soltura las técnicas de teatro en la calle, además de jugar con los terrores más básicos del ser humano: comida envenenada, seres inofensivos que se vuelven malignos, el miedo a lo desconocido... Quizás por ello algunos individuos, cuya única habilidad para la supervivencia es la capacidad de distraer a los paisanos y evitar que recapaciten en lo superfluo de mantenerlos a su costa, se han apuntado a la movida y hacen de Signifer Regis (portador del pendón) de la abominación de los transgénicos. Muchas alegaciones caen en la histeria, el infantilismo, la pazguatez y la franca difamación, tanto que a veces parecen pantallas de humo o maniobras de diversión pagadas por las propias empresas implicadas para desacreditar a sus críticos.
-Pero eso no quiere decir que los transgénicos sean inocuos, sólo que sus opositores más mediáticos son unos impresentables (vaya paradoja).
-Con referencia a la toxicidad per se de los mismos, citaré las palabras del doctor Árpád Pusztai (Rowett Institute, Aberdeen, Escocia), que por sus investigaciones ha sufrido el ostracismo científico y las presiones de las grandes empresas: "el problema no son los transgénicos, sino las tecnologías implicadas y las características seleccionadas". Si se selecciona un organismo (por este o cualquier otro medio) que contenga un alto porcentaje de una sustancia (deseada o no), nos podemos encontrar que ese organismo acabe siendo incomestible o tóxico. La sustancia puede ser incluso un protector antiplagas que el organismo ya producía en circunstancias normales (taninos, saponinas...). Esta circunstancia se ha producido con algunas patatas GM (Genéticamente Modificadas), que han presentado elevadas proporciones de ciertas proteínas lectinas, protectoras de los vegetales frente a ataques de bacterias, hongos y virus patógenos. Otro riesgo es que el virus transportador del gen a incluir (virus vector) puede estar sólo parcialmente vaciado o conservar el fragmento con la capacidad infectiva. (Se espera en un futuro evitar este punto utilizando nanotubos de carbono).
-Sin menospreciar los peligros de la técnica en sí, podemos pensar que el mayor problema son los factores socioeconómicos que conlleva el asunto de los organismos GM y que el principesco tonto ignoró por completo.
-El mas evidente e inmediato es el derivado de la técnica agrícola de "suelo lunar", para la cual se diseñan muchas plantas GM; se aplica un herbicida determinado (por ejemplo RoundUp) en dosis masivas hasta dejar el suelo de labranza casi estéril, y se siembra con plantas modificadas genéticamente para sobrevivir al herbicida concreto (no vale otro). Si la semilla no está bien modificada o se intenta sembrar otra cosa nada brota en el erial, y desde luego lindes y terrenos de alrededor quedan yermos de vida. O soja RoundUp o nada. Desde el punto de vista de la propiedad de las cosechas, las plantas y sus semillas nunca son del todo del agricultor sino de la empresa que ha patentado los genes añadidos, produciéndose una apropiación del todo por la parte. Los granjeros firman contratos con las empresas de semillas por las cuales se comprometen a no guardar semillas y resembrar. Si usaran los antiguos híbridos estériles o con tecnología V-GURT (no germinan si no les aplicamos el producto profertilidad) simplemente perderían el dinero. Pero ahora las empresas tienen una política más sibilina: las semillas son fértiles, y sólo despliegan sus "extras" si se le aplica el producto adecuado. Las empresas dejan que el agricultor resiembre (quizás ya no necesite el “extra” para esa siembra) o sólo lo acusan de ello, lo denuncian (Monsanto tiene hasta su propia Policía Genética, que actúa en los márgenes de la ley) y lo arruinan. Y esto pasa en un ámbito occidental, con usuarios disfrutando de un estado de derecho y agrupados en asociaciones, lobbies y sindicatos, recibiendo subvenciones y siendo mimados por los políticos pendientes de sus votos. No digamos ya en países con mucha menor protección legal de los ciudadanos, elevados índices de corrupción, parodias de sistemas democráticos y abundantes conflictos de clase: la propia estructura económica permite la tiranía de las grandes empresas, ya que:
-a) no existe competencia real, ya que unas pocas macroempresas se han repartido las zonas geográficas y controlan la oferta a golpe de talonario o chanchullo. El agricultor no puede elegir, y el precio es determinado por las estimaciones del vendedor de cuanto puede extorsionar a sus compradores;
-b) al ser la misma y única empresa la que controla cada zona mediante subcontratas y filiales (puesto que no solo vende al campesino las semillas, sino también los fertilizantes, los fitosanitarios, las maquinarias...y si hace falta le ofrece créditos-trampa, compra las cosechas sin competidores y le acepta la hija como pago de la deuda ), les basta manipular los precios en algunos cuellos de botella precisos (por ejemplo el precio del tratamiento activador una vez realizada la compra y siembra) para exprimir a los campesinos, que acaban siendo menos que siervos de la gleba, trabajando para un señor feudal de traje y corbata. Y no es que los paisanos tengan apetencia por ser esclavizados: los agricultores necesitan superar los obstáculos (plagas, sequías, heladas…), y si los organismos GM les dan una aparente ventaja se empeñarán hasta las orejas para conseguirlos.
(-Prueba de ello es el enorme mercado negro que existe, y que puede ser el verdadero responsable de muchos supuestos casos de "cruzamiento": en realidad no ha habido intercambio genético con variedades no modificadas, sino que Juan Valdés ha conseguido unos puñados de maíz "gringo" y los ha añadido a sus semillas de siempre al sembrar.)
-Desgraciadamente, con frecuencia se encontrarán atrapados por las deudas adquiridas con la propia compañía (o con los traficantes que las introducen en zonas donde no han sido autorizadas, y que funcionan como agentes bajo mano de las compañías), ya que en muchas ocasiones las prometidas abundantes cosechas apenas pagan las inversiones realizadas, y el monocultivo de un producto (una variedad) obliga a comprar lo que antes se producía en la casa. Actualmente, miles de agricultores indios se están suicidando al caer en la miseria y perder hasta la ropa que llevan puesta en una epidemia silenciosa que a nadie interesa pregonar. Para los pequeños agricultores, a los cuales Monsanto o DuPont pregonan querer ayudar, es un pacto con el diablo sin rescate en el último momento. En realidad a los burócratas de moqueta les importan un carajo la famélica legión, los africanos de permanente hambruna o los indiecitos de a pie, como puede comprobarse a poco que analicemos el tinglado de los planes de los organismos internacionales y aun de sus propios paisanos con poder y cuentas crecidas: así vemos, por ejemplo, que el diseño de la FAO para la India se basa en la dedicación de millones de hectáreas de cultivos transgénicos, fundamentalmente de algodón y soja en monocultivos. Existen dos productos que están horadando los cimientos de la Revolución Verde en la India. El algodón Bt, presentado como el gran logro de Monsanto, es resistente a dos plagas en concreto (el gusano rosado y el gusano bellotero), pero está indefenso si la plaga que ataca es otra especie. Y la soja cultivada no es para el autoconsumo: la cultura y cocina india poco puede aprovechar de una semilla de la cual desconoce como cocinarla, aborrece su sabor y encima asocia a un país permanentemente enfrentado a ella como es China. Los intentos de crear demanda social en la India para productos derivados de la soja, como por ejemplo el aceite, han incluido técnicas homicidas como la contaminación deliberada de partidas de aceite de mostaza, básico en la economía hindú, especialmente en su obtención y procesado en pequeños molinos locales. En Sudamérica la soja transgénica está produciendo graves consecuencias de endeudamiento de los campesinos, refuerzo de la oligarquía propietaria de grandes extensiones y graves problemas de resistencias a herbicidas por parte de otras malas hierbas, además de empobrecimiento de los ecosistemas, como se comenta en este estudio. El destino final de tanta soja (casi toda para la exportación) es la producción de piensos para la alimentación animal de rumiantes y aves con que llenar las estanterías de las tiendas y supermercados norteamericanos y europeos, los verdaderos destinatarios de las proteínas producidas, y a cambio los hindúes recibirían divisas con que comprar despojos y alimentos de peor calidad (los excedentes alimentarios europeos y americanos son vendidos como alimentos al Tercer Mundo incapaz de autosustentarse). No sólo eso: mucha producción agrícola de transgénicos (sobre todo soja) sembrada en el Tercer Mundo son biocombustibles que se exportan al Primer Mundo. Las variaciones del mercado de Materias Primas, las mordidas de los intermediarios, los altibajos de la producción... dejan siempre en desventaja a los más pobres. Por si fuera poco, la pérdida de variabilidad genética reduce las posibilidades de que las macroplantaciones monotemáticas superen una crisis (no quedarán ejemplares resistentes), así que en caso de perder la materia prima para intercambiar por alimentos el Tercer Mundo se hundiría en un agujero negro. Parece que no hemos aprendido nada de la Gran Hambruna Irlandesa, que tantos factores de riesgo comunes presenta con la situación actual.
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Bibliografía:
Vandana Shiva. Cosecha robada. El secuestro del suministro mundial de alimentos. Piados, Barcelona 2003
Vv.aa. Sistema 179-180. Opinión pública y biotecnología. Marzo 2004
http://www.desenredando.org/public/libros/1996/vesped-cap04_HYDN_sep-09-2002.pdf
http://www.colostate.edu/programs/lifesciences/CultivosTransgenicos
http://USinfo.state.gov/español/infousa/facts/files/oah/oahspa.htm
http://www.navdanya.org/biofuelreport1.htm
http://www.cropchoice.com/leadstry9690.html?recid=598
http://www.gmfoodnews.com/tp230501.txt
http://www.lainsignia.org/2004/febrero/ecol_011.htm
The World According to Monsanto (documental). Dirigido por Marie-Monique Robin (http://nfb.ca/webextension/monsanto/ )
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