Había conocido a Geissbergar en la edad de las escaramuzas, en la Barcelona única de llibertat-amnistía-estatut d’autonomía, cuando todo se permitía por primera vez. No consideraron la inercia. Cuando se estrellaron contra el muro y se rompieron los molares, se dispersaron y llegó a olvidarlo completamente. Pero ahora, Geiss trabajaba para el ETH de Zürich en el proyecto Blue Brain y tenía acceso a la quasi ilimitada capacidad informática de IBM. Su reencuentro, buscando a través de los clanes-Inserso de los olvidados marxistas-leninistas (coleccionistas ahora de ediciones antiguas de Lukács y la serie de los trajes de Stalin -Ed. Mondadori-), fue bastante sencillo, sólo tuvo que cruzar los datos con los que adoptaban gatos abandonados, firmaban manifiestos en favor de los indios zapatistas y compraban bicicletas sin cambio de marchas. Una vez el contenido del WhiteKnightTwo pasó a los discos de ETH y de ahí, traspasado al datacenter de CaixaLaietana como un fichero de facturas XML, se volvió a olvidar inmediatamente de él. Las subrutinas de Wintermute, mucho mejores que las de Melò, falsearon los logs, desmenuzaron los ficheros y los enviaron directamente a las contratas de la supply-chain.
El vuelo inaugural con la nave Montserrateta fue un éxito mundial, consiguiendo llenar por fin el Fòrum para la efemérides. El anuncio de Freixenet en la CNN justo antes del despegue nunca llegó a saberse cuánto costó. Todos los que eran algo en el mundo ya estaban en la lista de espera y la reventa permitía a los más ricos ponerse más cerca de su prestigio. Convertir a los pasajeros, aun mareados tras la experiencia, en co-ciudadanos de Barcelona y darles un kit-celebration con Aromas de Montserrat, una faja de casteller y un wii con el Cant dels Ocells era premonitorio.
Fue todo a la perfección y quedó demostrada la capacidad y precisión de la industria y la logística catalana para liderar un proyecto de altísima tecnología así como el depurado arte de agasajar y servir al pasaje por parte de nostrats hereus i pubilles brandnew. Los fondos de inversión pagaban a mansalva diques en el litoral barcelonés a fin de disponer de suelo para la quinta pista del aeropuerto, las oficinas de los clusters tecnológicos y las sociedades financieras que se acumulaban para implantarse en el Llobregat Valley. Todo a punto para que la enorme inversión acumulada, imagen pública y reconocimiento internacional, empezara a rendir dividendos.
Nunca llegaron a saber qué fue exactamente lo que impidió el segundo vuelo. Los de Esquerra proclamaron que la dirección de Sersh, españolista, revendió la tecnología a los chinos a cambio de un contrato de exclusividad para sus hoteles. O el extendido rumor de que la CIA, mosqueada por las falsas pistas de la cassete con rezos en parsi y unas partículas de Ascò en la lata de te de Māzandarān, había susurrado alto y claro entre los clanes y las élites mundiales que el espacio sideral sobre Cabrera era campo de prácticas de sus láser anti-satélites. En Iluro provisionaron pérdidas para quince años y fueron opados por LaCaixa. Las autopistas siguieron siendo de peaje otros veinticinco años más. Que China anunciara sorpresivamente sus vuelos, más caros, pero con derecho a reintegrar full profits a las sociedades extranjeras participantes evidentemente hundió el proyecto catalán, el castell hizo figa, no pudo competir con el yuan en networking.
Héctor creía saber algo más. Trazó la transferencia a su cuenta en el Zürcher Kantonalbank y localizó un mayorista de naranjas en Andorra la Vella. Supo de la ingeniería china que desarrolló el Shenzhou8. Se imaginó la firma de ezh-s en el NonDisclosureAgreement. Xe collons, una débil sonrisa se insinuó en su cara.
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Final de 100 libres
1. Bernard
2. Sullivan
3. Lezak
http://www.rtve.es/deportes/20080814/japones-kitajima-bate-record-olimpico-200-braza/135550.shtml