‘Tres años antes de que yo naciera, tres años casi exactamente, en sus anotaciones convertidas en diarios, J. R. Ribeyro había confesado su fracaso, rodeado de oscuridad, de cenizas, incapaz de todo y con una pereza moral irresistible.
Yo he tenido que cumplir tantos más años para conocer su lucidez y compartir su perspectiva vital de soledad cuando ya uno no puede ni siquiera conversar consigo mismo.
Pudisteis haberme dado temprano aviso y ahorrado así tanta decepción que ha desembocado en este estuario de inutilidad profunda. Como mío sólo siento una incompetencia para todo lo que la vida es. Y es que nunca aprendí a existir (Spectres de Marx). La vida ya no me sienta bien a estas alturas’.
‘El pequeño faro de Crítico Constante’
‘La ancha urdimbre de apegos de Protactínio’
‘El ilustrado soporte de Bartleby’
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“Permanezco con firmeza y en silencio
al ritmo de la hierba creciendo.
Y si dices que envejeciendo estoy,
diré que soy más joven que nunca lo haya sido.
Y si me dices que débil me estoy volviendo,
yo sé que mucho más que antes fuerte soy.
Porque nunca olvidaré la blanca camelia
ni la violeta de la duda.”
(Walt Whitman)
‘Sucedió una mañana de junio. Al hacerse el nudo de la corbata, sintió que sus manos no le respondían. Y en la radio: «…el 68 nos había impuesto el relativismo intelectual y moral».
¿Deberemos - pensó - olvidar un ruido que ahora resulta pionero, esa versión que figuraba en el álbum de aquel año de aquella primera banda de trash metal ò stoner rock? ¡Que sea nuestro Kaddish!
Y musitó: París vs. California. O Berlín o Praga’.
Etiquetas: Sr Verle
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