El fraude (1 de ¿3?)
JUAN CARLOS TONTAUTA
Me ha tocado el mochuelo: desacreditar el trabajo de Luis del Pino (LdP), como si fuera necesario. Mostrar la inconsecuencia de una conspiranoia, como si hiciese falta. Contar las pulgas de un perro flaco, guau, guau. Ya otros han señalado bastantes agujeros negros del conspiranoico titular de LD, entre ellos los blogueros que capitanea Luis F. Areán de desiertoslejanos.com, que en realidad están pagados —o comisionados para ello— por Moraleda (según FJL, claro), de modo que procuraré no repetir ni solapar. Tampoco será tan difícil mostrar inconsistencias inéditas, porque lo de Luis del Pino no hay por dónde cogerlo. O mejor dicho, sí hay por dónde: se trata de un fraude periodístico de proporciones insultantes, de un engaño masivo, de un camelo de cariz político, tanto más indecente y siniestro cuanta más ansiedad adicional e innecesaria provoca en personas de bien afectadas por los atentados del 11M o contrariadas por la victoria del PSOE y la reciente política española. Lo más triste es que, pese a la claridad y documentación con que expondré la infamia, no servirá de nada. Un conspiranoico es inmutable. Impermeable con infinitas capas de infinitos impermeables, en el sentido clásico invocado a menudo por Franco Alemán.
Dedicado a Demosthenes y Luis F. Areán, decentes.
Prefisking
Son varias las personas de dentro y fuera de HL que, estando en alguna medida atribuladas por las dudas respecto del 11M, me han pedido que escriba in extenso sobre el asunto. Que haga un fisking de los que solía hacer en el blog (en varias partes si es preciso, como el que llevé a cabo contra Iñaki Gabilondo en noviembre de 2005). La tarea que me sugieren es de envergadura y tan libre de riesgos como chapotear en un pantano de Florida, no por dificultades intrínsecas de la misma (que no existe ninguna) cuanto porque voy a pinchar muchos globos y muy pocos se lo tomaran a bien. A estas alturas, que algunos se muestren conmigo todo lo mendrugos irredentos que son no me molesta en absoluto, ni me tomo a mal que, por la crudeza de la raya que pinto en el suelo, más de un supuesto liberal razonable quede expuesto como la cosa muy distinta que es. No, eso son gajes del fisking, va en el sueldo; más bien estoy preocupado por quien lea esto de buena fe y que con buena fe haya creído hasta ahora todas las mentiras y mañas de los personajes centrales de este sainete conspiranoico. Yo no quería llegar a esto. Desde que publiqué Uno de los dos fascismos ha de apaciguarte el corazón el 2 de mayo de 2004, no he vuelto a escribir o valorar políticamente el 11M. Silente desde entonces, pero observando con creciente impaciencia las madejas de embustes que otros iban liando, he confiado en la acción de la justicia, y la justicia, esta vez, no me ha defraudado. Importante término este: defraudado. Porque yo no tenía, ni tengo, un culpable predilecto, un favorito. Yo no necesito ni quiero que los asesinos sean del PSOE, de ETA, de Al Qaeda, del GIS, de los servicios secretos franceses y marroquíes, de otros aun por descubrir o de todos ellos en comandita. Me da igual. No he apostado nada por nadie en particular, mi vida no depende de ello, ni mi estabilidad mental o emocional, ni mi ideología, ni mi patria. Yo solo quiero que se atrape a los culpables y que tengan un juicio justo. No es Libertad Digital, ni El Mundo, ni la COPE, ni la blogocosa, ni HispaLibertas, ni yo mismo, quien les atrapará y les procurará un juicio justo. Son los tribunales. Con su rigor, no con exclusivas trucadas. Con sus procedimientos, no con declaraciones desmentidas. Con sus cautelas, no con editoriales circunstanciales. Con sus normas, no con el ojo puesto en la tirada.
Para mi sorpresa (mucha sorpresa), ha habido quien no ha entendido mi posición metodológica, que se resume con el clásico no sé qué cosa es pero sí sé qué cosa no es. Habiéndoles ampliado luego que no es necesario estudiar geometría hasta los 90 años para saber que no hay triángulos de cuatro lados, que basta con advertir la antinomia, una y otra vez han seguido reprochando mi falta de interés por los detalles del 11M. Al parecer, ellos creen en los triángulos de cuatro lados, y no comprenden por qué no me consumo en la investigación geométrica y por qué no desgasto mil reglas y cartabones de tanto probar. En cierta gente, el tamaño de su credulidad es equivalente o mayor que el de su incredulidad, lo cual dista ser saludable. Pero a ver quién es el guapo que se lo dice. O peor, que les convence. Tienen fe incombustible en los agujeros negros, hasta el punto de creer que este caso consiste solo en agujeros negros. Eso, claro, les están repitiendo a diario sus líderes de opinión. Inútil redargüir, pues, que la realidad nunca es reproducible o justificable al 100%, ni la propia vida de uno mismo, para la que uno mismo dispone de todo el material pertinente, pues siempre quedan agujeros irrellenables. Pero es que, además, también es vano contraponer que todo proceso judicial tiene agujeros tras la sentencia (¡no durante la instrucción, tras la sentencia y las apelaciones y recursos!). Todo proceso, sin excepción. Porque no es función judicial reconstruir al milímetro lo sucedido, sino reunir pruebas e indicios suficientes para determinar, más allá de toda duda razonable, la culpabilidad de fulano y mengano. Si con una sola prueba basta, los tribunales no necesitan más, no pierden el tiempo, no llaman a ejércitos de testigos ni expertos, sanseacabó. Nadie se empeña en buscar agujeros negros: ¡esa única prueba convence a todo el mundo! ¿Y por qué aquí no? ¿Por la magnitud de la tragedia? No. Por apriorismo, es decir, por fijar de antemano un culpable y esforzarse en que todo conduzca a ese culpable, alegando en caso de duda agujeros negros cuando la narración judicial presenta anomalías. Pero además se trata de un apriorismo de la peor especie porque está trufado de aposteriorismo, es decir de ocurrencias ex post: el culpable, ya predeterminado, se justifica no en base a pruebas sino como única explicación de acontecimientos posteriores. Una locura lógica, ya digo. Y no busco ahora ningún ejemplo que lo haga más comprensible porque mostraré abundantes casos reales en el fisking que tendrían que hacer recapacitar a quienes se miren en el espejo y se digan que todavía conservan algo de fibra moral y de decencia mental.
Por último, aviso a navegantes distraídos que lleguen aquí desde las tinieblas exteriores: soy liberal, por cierto desde hace más años que FJL y de una escuela ética muy distinta a la suya, o sea que a mí no me ha evangelizado él; no me paga Prisa ni soy amigo de terroristas; estoy contra la negociación con ETA (todos a la cárcel, he escrito hace poco); considero que las víctimas del terrorismo —igual que cualquier sindicato o grupo de afectados— tienen pleno derecho a intervenir en la vida pública del modo que crean más adecuado a sus intereses (no a los míos); no me voy a apuntar a Red Progresista ni borracho de agua mineral; no envidio a Luis del Pino por hacer algo que me parece rastrero; y si una vez, aun con muchas dudas, dije que sí cuando desde LD me pidieron escribir artículos para ellos, ahora diría que no por desacuerdo frontal con la política desbocada de la empresa (naturalmente, tampoco espero que me lo vuelvan a pedir :o).
Lo que sí soy es un tocapelotas. Ahí sí. Un decente tocapelotas decente. Sin embargo, dado que tal tecnicismo dialéctico no está recogido en los catálogos de la Unesco o por ahí, me acojo, en uso de mi libérrima voluntad, a la ley del embudo retórico y declaro aquí y ahora mismo que soy un maricomplejones, o sea un maricomplejín con cojones, feliz neologismo inventado por Emilio Alonso, de Freelance Corner (menos todas las bitácoras mundiales), que, realmente, me describe a la perfección. ¿Que no? Un amigo, hoy, asombrado —«qué empanadas, qué entendederas, qué visión»—, me ha confesado que los comentarios de Sorry We Were Hoaxed le parecían un zoo. Ha sido el primero en conocer mi intención de escribir este fisking: «Lo visto hasta ahora puede haber sido un zoo. Lo que viene va a ser una carnicería».
Er fij-quin, fers par
1. Lo primero sobre lo que conviene discurrir es sobre la necesidad imperiosa de que haya culpables distintos a los señalados por el juez (Auto, p. 1454ss). No puede decirse en absoluto que nazca como remedio, complemento o corrección de una instrucción defectuosa, pues, como es público y notorio, las conspiranoias comenzaron cuando la instrucción apenas si había iniciado y estaba bajo secreto sumarial. Entonces, mediados de abril de 2004, se atacaba no tanto a un juez ciego, torpe y gubernamentalmente manipulado, híbrido de rompetechos y botones sacarino, cuanto a medios rivales y pasivos partidos ya en la poltrona, azuzado todo ello por el preocupante devenir político. Hace tiempo que a nadie importan aquellos primeros agujeros negros que se señalaron, porque además poco aportan al caso y no andan huérfanos de mentiras mondas et lirondas, pero lo que quedó sembrada en media España fue la duda irracional, todavía no conspiranoica pero injustificadamente mosqueada, y a ver quién devuelve el toro al corral. El terreno donde esa duda quedó sembrada se llama «personal cabreado por el triunfo del PSOE» y, como en otras ocasiones similares, FJL estaba entre ellos de pionero y portaestandarte. Sin empacho, dos semanas después de las elecciones, nuestro hombre ya introdujo la inverificable noción de que no habría habido gobierno socialista sin atentado (FJL, 30/03/04). De ello se sigue, pues, que si el 14-M hubiera ganado Rajoy, nada en absoluto de esta conspiranoia habría sucedido, el juez tendría vista de águila y sería un portento de rigor y precisión. En su lugar tendríamos la conspiranoia contraria, la zurda, en la que intervendrían americanos, judíos, neoliberales, ultracatólicos, fachas y a saber quién más, y el juez volvería a ser un patoso. Cae por su peso, sin embargo, que nadie sabe quién habría ganado las elecciones sin atentado —imposible saberlo, y que las aramises fusteres me perdonen—, pero he aquí que FJL, con aplauso de medio anfiteatro, concibe que el futuro determina el pasado, no al revés. Tal es la desmadrada idea de fondo que anima toda esta puñetera campaña de agujeros negros. Con toda propiedad y rigor, estamos ante una conspiranoia debida al resultado electoral, y no a las pretendidas deficiencias de la instrucción de un juez garcho ni a la supuesta pasividad gubernamental o a sus esfuerzos por escamotear elementos de convicción. Por fortuna, las hemereotecas son unas insensibles hijas de puta que ponen a cada cual en su sitio. No son solo PP y PSOE, quienes han comerciado con el dolor de las víctimas so capa de no se sabe cuál «queremos saber». Veámoslo.
2. En las primeras semanas tras el atentado, cuando los datos provisionales (en realidad, una especulación producto de una vindicación que resultó ser falsa) daban por sentado que la autoría de la matanza correspondía a Al Qaeda, el PSOE y la izquierda fueron tildados como el partido político de Al-Qaeda (FJL, 07/04/04). Esto puede que sorprenda a quienes están habituados a escuchar de FJL que el PSOE es el partido de la ETA, pero compréndase que entonces el sospechoso era Al Qaeda, y con él había que coaligar al malo maloso. Contradiciendo ulteriores conspiranoias relativas a la nefasta instrucción, Jiménez Losantos se permitía sentar cátedra (FJL, 09/04/04):
La gran duda con respecto a la verdadera organización del 11-M ha quedado en parte aclarada por la extraordinaria actuación de la policía (nada comparable en ningún otro país occidental) y despeja la incógnita sobre la autoría de los «pelanas» de Leganés y el español de Asturias, que podían ser chusqueros, nunca generales de ese ejército del crimen contra seres indefensos. Ya sabemos que detrás de esa primera línea de mano de obra barata para el crimen había una célula organizada de auténtica envergadura, cuyos lazos internacionales van quedando más perfilados, aunque el suicidio (no inmolación) de los terroristas haya borrado muchas pistas. Fue Al-Qaeda utilizando islamistas marroquíes instalados en España. Pudo contar con la ayuda de los servicios secretos marroquíes, iraquíes o pakistaníes (en la raíz de la estructura de Ben Laden) y el país más beneficiado por los efectos políticos del 11-M es Marruecos, después Francia. Pero eso no significa de momento una implicación necesaria y directa en el 11-M. Indirecta, tal vez … Esto supone el complemento necesario para el triunfo del terrorismo, que por sí mismo no puede doblegar política y militarmente a los estados occidentales. Pero si fuerzas políticas interiores colaboran con los enemigos exteriores de la nación atacada, el éxito del terror está garantizado. De momento, Al-Qaeda no necesitaría más sangre contra España, porque los enemigos de la política antiterrorista española ya han llegado al Poder.
Hasta ese momento, la actuación policial (dirigida aun por el PP) es extraordinaria y permite concluir que «fue Al Qaeda utilizando islamistas marroquíes». Obsérvese que ya se establece la existencia de mercenarios y generales, y se mencionan muchos y variopintos posibles instigadores o autores intelectuales solo en base al apriorístico cui prodest (¿quién se beneficia?). Días después, sin embargo, y de nuevo (y solo) por una cuestión política —la retirada de Irak—, todo elogio se evapora, la extraordinaria actuación policial se degrada y la conspiranoia enciende motores. ¿Cómo explicarse racionalmente la retirada? Jiménez Losantos propone cuatro conjeturas (FJL, 19/04/04):
[La cuarta hipótesis que,] aunque novelesca, explicara la repentina salida de Irak de las fuerzas españolas, podría ser la de tapar con una aparatosa cortina de humo política los tremendos interrogantes sobre la verdadera autoría y la evidente manipulación de la masacre del 11-M a favor de la candidatura de Zapatero y en contra de la de Rajoy, que este domingo ha planteado en una escalofriante investigación el diario El Mundo y que apuntaría directamente a un sector del PSOE incrustado en Interior o de Interior incrustado en el PSOE. Antes de afrontar una comisión de investigación sobre la “trama roja” del 11-M, Zapatero trataría de dignificarla con una decisión que desde el punto de vista informativo la deja en segundo plano. Sin embargo, mientras no se nos explique lo inexplicable tendremos que mirar hacia el 11-M, porque sea por el lado musulmán o por el español, es donde hay más puntos casi tan oscuros como esta primera decisión ejecutiva de ZP.
Este discurso falaz aun se mantiene hoy en día por cierto número de conspiranoicos, pese a que no resista ni el más ligero soplo de viento sin derrumbarse. Para que se vea cuánta es su fragilidad, en aquellas mismas fechas, e incitados por lo que iba apareciendo en prensa, Franco Alemán y yo mismo, con alguna posterior aportación de Golan, todo ello en privado y en unas pocas horas, construimos lo que llamamos un what if en el que constatábamos relación directa entre el 11M, Irak, GAL, Marruecos y Asturias. Así, ciertos «implicados» en las primeras fases de investigación del 11M tenían relación natal o laboral con Asturias, habían estado involucrados en los GAL (ergo PSOE), luego destinados a Irak y por último trabajado en la frontera marroquí, y encima podíamos señalar vínculos en cada fase con fases similares o aun más intrigantes de otros «implicados». Naturalmente, aunque (o porque) competía en consistencia con lo publicado y lo insinuado por ahí, jamás hicimos público nada; se trataba de un juego, de un divertimento intelectual que sabíamos no resistía dos tortas. Ahí también, en la nada, tendría que haber quedado la paranoia política de FJL, pero no fue así. Su hipótesis novelesca (no, si a veces se le escapan sinceridades) fue desarrollada por LdP.
3. Luis del Pino, no especialmente experto en los asuntos a que se iba a entregar en los siguientes meses, pero camaleón de envidiable adaptación al medio, ya tiene guión sobre el que trabajar: tramas superpuestas y Al Qaeda, lo uno para certificarlo porque permite la sospecha indiscriminada, lo otro para ponerlo en duda porque autoriza la indiscriminada sospecha. El segundo enigma publicado por LdP se centra en Al Qaeda, y es ocasión para que el autor introduzca conceptos como ese de versión oficial, que un análisis somero revela como una suma de informaciones de prensa, rumores de la Internet, declaraciones políticas, datos judiciales y todo en este plan sesudo. No quiere decir versión oficial, en realidad; quiere decir la versión de los contrarios, lo que ya revela un trasfondo político. Véase, por ejemplo, que el enigma 16 tiene por objeto reflexionar sobre un artículo de opinión publicado en El País (!), a partir del cual el autor se lanza pendiente abajo sin frenos mostrando en el lance muchas de las congénitas debilidades de los conspiranoicos, principalmente la aceptación del totum revolutum como herramienta deductiva.
Pero ya llegaremos ahí. Ahora estamos en la Al Qaeda del enigma 2, donde, en un despliegue de inusitada incompetencia lógica para alguien cuya función es aclarar hechos y plantear alternativas viables, LdP subraya siete supuestos rasgos del 11M que no coinciden con la, digamos, marca de fábrica de Al Qaeda. No sea necesario entrar en disputa sobre la exactitud de sus afirmaciones. El tiempo ha convertido en internet mojada todo ese enigma y su planteamiento, ya que Al Qaeda no está directamente implicada en el 11M. Pero eso, ¿a quién le va importar? La conspiranoia, ya se ha dicho, es cambiante y se regenera a sí misma sorbiendo energía del pozo de odio del que nace. En este sentido, que no diga nadie que lo siguiente no es despiporrante:
¿Fue Al-Qaeda, como sostiene la versión oficial, quien les reclutó y les encargó el atentado? Curiosamente, ésta es una de las pocas preguntas para la que disponemos de una respuesta plausible, y esa respuesta no corrobora precisamente la versión oficial.
La «versión oficial» ya hace meses que no descarga en Al Qaeda la responsabilidad última del atentado (por cierto que no por la ayuda prestada por LdP en la resolución de misterios), pero como estamos en aguas conspiranoicas todavía abundan quienes desconfían de dicha «versión oficial» precisamente porque los sospechosos han ido cambiando con el tiempo, tal que si se ajustaran al maligno plan de una inteligencia (socialista) superior; es decir, gente que ve continuamente películas en donde el malo parece uno, luego otro y luego otro y al final el asesino resulta ser el artero mayordomo, se indigna de que en la vida real también pasen esas cosas y lo atribuye a la voluntad gubernamental de manipular y ocultar. Ains. Como fuere, hay dos marcas de fábrica de esas que según LdP hacen improbable la intervención de AQ en la matanza que llaman la atención. Una es que «los terroristas de Al-Qaeda, fanáticos integristas, no recurren jamás a una persona no musulmana para organizar un atentado, por la simple razón de que no se fían de quien no comparta sus mismos planteamientos religiosos extremistas, y mucho menos iban a fiarse de un «cristiano». Y eso nos indica, precisamente, que quien atentó en España no tenía los escrúpulos de carácter ideológico y religioso que caracterizan a los terroristas de Al-Qaeda.». Aceptémoslo ad inquirendum. Pero entonces que alguien nos explique tacita a tacita por qué el PSOE, o la izquierda española en general, fue durante un tiempo «el partido de Al Qaeda» y se especuló por lo bajini con una perversa coalición de alqaédicos y socialistas (FJL, 03/05/04); y sobre todo por qué, durante mucho más tiempo, hasta el día de hoy, sigue la cantinela de la posible colaboración de etarras y terroristas islámicos (no necesariamente AQ). ¿Solo yo veo la tomadura de pelo o los etarras creen en Alá?
Pero es una segunda marca de fábrica lo que a largo plazo resulta una calamidad más imperdonable. Equivale a la patita conspiranoica del jefe que asoma por debajo de la puerta:
5) La finalidad electoral de los atentados
Al-Qaeda es una organización para quien poca diferencia existe entre unos partidos políticos occidentales y otros. Todos ellos son, a ojos de Al-Qaeda, representantes de ese poder occidental decadente que pretenden destruir. A Osama Ben Laden le importa poco quién gobierne en un país, y la mejor demostración es la elección de fechas para el atentado de Londres. En lugar de atentar unas semanas antes, en plena campaña electoral británica, Al-Qaeda seleccionó una fecha para el atentado con mucha más repercusión internacional, en plena reunión del G8 en Escocia. Porque Al-Qaeda pretende crear una sensación indiscriminada de terror, no inmiscuirse en unas luchas políticas que, en el fondo, desprecia. Sin embargo, los atentados de Madrid perseguían influir decisivamente en un resultado electoral y estaban dirigidos a provocar la salida del PP del gobierno, lo que nos indica que la motivación de quienes concibieron el 11-M era mucho más «cercana» a la mentalidad occidental, para quien esas luchas políticas sí tienen sentido.
No vale la pena discutir nada del contenido (aunque es discutible). El problema es que se da por hecho que el atentado tuvo por finalidad provocar un cambio de gobierno, que el PP perdió solo por el atentado, que los terroristas son adivinos y los españoles unos gilipollas manipulados por la SER, o sea la idea adelantada por FJL. Se trata de un monumental apriorismo aposteriorista que consiente, por supuesto, introducir la perversión subjetiva: si el PSOE hace tal o cual, por ejemplo retirarse de Irak anticipando el cumplimiento de su promesa electoral, el PSOE está devolviendo el «favor» a quien cometió el atentado. Ahí tienes al partido de AQ. Simple, ¿no? En esa clase de marejadas mentales seguimos, aunque la conspiranoia haya mutado. Ahora a quien parece que el PSOE está devolviendo el favor es a ETA, ergo desde hace tiempo el PSOE es el partido de la ETA, dale de pancartas y márqueting sosteniendo que ETA tiene atrapado por sus santas partes a ZP y bla bla bla, en fin, lo que ya todo el mundo sabe. Simple, ¿no? Una vez le coges el truco es fácil. Muchos dirán, a la vista de los hechos actuales, que la etarra es una especulación coherente. Puede ser. No digo yo que no. En realidad quien dice que no es el propio Jiménez Losantos (FJL, 28/04/04):
Que la operación de agit-prop del PSOE y la SER no fue un simple calentón, fruto o reflejo del susto que pasaron cuando en un primer momento creyeron que el atentado era obra de ETA y que el PP podía arrasar electoralmente a Zapatero y a sus aliados de Barcelona-Perpiñán, lo prueban dos hechos a cual más escalofriante, ambos posteriores a la victoria del PSOE.
Despacito y buena letra: ¿el 11M, de ser responsabilidad de ETA, beneficiaba al PP y por eso la campaña de agitprop del PRISOE? ¿Pero en realidad, según hemos sabido después y es la tesis conspiranoica vigente, el PRISOE era el verdadero beneficiario como demuestra que el PSOE ganara las elecciones y que ETA le someta a chantaje? ¿Trabajó el PRISOE contra sí mismo y a pesar de todo le salió bien?
¿Este soberano embrollo manipulador e insostenible cuyo único fin es involucrar al PSOE es lo que hay que desmentir? ¿Esto es lo que hay que tomarse en serio? ¿Para eso hay que investigar mochilas, kangoos, skodas y perros que no huelen? Menuda suerte tengo. Va y es verdad que hay agujeros negros, pero en algunas cabezas.
Y bien, de todo esto, ¿Luis del Pino qué dice? ¿Pues qué va a decir? Si ya ha sonrojado a Aristóteles con un monumental apriorismo aposteriorista (a saber: el atentado tuvo un fin electoral) no creo que le importe reincidir. El enigma dedicado a la posible participación de ETA es todo un modelo de curvas sinuosas, pero conviene contemplar la poderosa razón final de LdP para no descartar la participación etarra:
De entre todos los posibles sospechosos de haber contratado a los mercenarios que colocaron las bombas en los trenes, ETA es el único que no tenía nada que perder con la operación y sí mucho que ganar. Como los hechos posteriores han demostrado
Como los hechos posteriores han demostrado. El viejo truco. No, si ya digo que es fácil cuando le pillas la cosa. Si mañana, por una de aquellas, el gobierno socialista invirtiera su política antiterrorista y pasara de la negociación a la persecución a muerte de ETA, y simultáneamente flirteara en plan simpático con, qué sé yo, los independentistas canarios, fijo que no tardábamos ni dos días en encontrar plátanos olvidados en la Estación de Atocha.
En serio, vosotros me tenéis manía. ¿Todo esto es lo que tengo que desmontar para que aceptéis que la instrucción judicial es correcta? Estamos ante una soberbia manipulación de arriba abajo, incongruente como ella sola. La única pieza que no cambia es la culpabilidad del PSOE.
Bueeeenooo, seguiremos fiskeando…
1 – 200 de 378 Más reciente› El más reciente»