Para empezar, en contra de lo que muchos que frecuentan esta sábana asumen, nuestros administradores son el NJ, o el NJ es (de) nuestros administradores. No solo porque ellos controlan los resortes que permiten mantenerlo vivo, sino porque lo han venido defendiendo de la abundante estupidez que ha caído sin parar sobre él.
En ese conjunto de administradores del NJ incluyo al padre fundador, Arcadi Espada. Todos han manifestado en su quehacer administratorial muchas virtudes, pero la más notable, en mi opinión, ha sido la ausencia de protagonismo. Incluso Arcadi, que por entonces estaba de moda y a cuya sombra gustaban muchos de arrimarse, publicaba su entrada diaria y dejaba que la sábana jugara al juego loco del "diga lo que diga Espada, yo vengo aquí a demostrar que soy más ingenioso o listo que mi oponente, sea éste quien sea, salvo los días que me dedico a provocar o escandalizar, que también". Para Arcadi el blog era un experimento en libertad de expresión. Y aquello funcionó. Aunque había muchísimos sapos croando desde muchísimas charcas, también había mucha gente interesante que se esforzaba por escribir cosas que les valieran la pena a los demás.
Llegó un momento en que Arcadi, y hay que comprenderlo, no aguantó más el croar desaforado que salía de los pantanos y se fue sin despedirse, por la puerta trasera, casi puede decirse que huyó, quizá enloquecido temporalmente por el insoportable estruendo batracial.
Entonces se produjo la primera, y hasta ahora única, refundación del NJ. Un conjunto de animosos Nickjournalarcadianos se hizo cargo del gobierno del buque, intentando mantener su espíritu fundacional: libertad de expresión, libertad de elección, podías escoger entre centrarte en las entradas, en los comentarios de la sábana, muchos tan sabrosos o más que la entrada del día, o en el puro y puto chateo, lo que quisieras. Y escribir lo que te pareciera o pareciese. Esta labor, que nuestros administradores han venido desarrollando durante cuatro años, ha sido un rotundo éxito, porque el blog, pese a las aspiraciones, no solo irracionales, sino poiquilotérmicas, de algunos sapos mayores, no se ha hundido y se ha mantenido fiel a sus principios. Para esto ha hecho falta, por parte de los administradores, mucha generosidad y mucho aguante. Quiero expresar con el mayor ruido posible mi agradecimiento por todo esto.
Por las mesas y rincones del NJ pulula todavía el espíritu fundacional de Arcadi, lo que dice mucho en favor de los dos. En el fondo de nuestras conciencias blogueras, la mayoría de los veteranos del NJ nunca hemos dejado de echar de menos a nuestro gran Espada. Y es una pregunta interesante, que quizá haya llegado el momento de plantearse, si el NJ sería viable sin la presencia de lo que ya no puede ser sino un fantasma. Yo me atrevo a animar a los dueños del NJ, que considero son todos los que en algún período han actuado como administradores del mismo, a que se planteen una segunda refundación.
Reúnanse en concilio de amigos. Griten “El Arcadi del NJ ha muerto, viva Arcadi”. Emprendan una crítica profunda del pasado, no busquen las glorias, sino las debilidades. La idea central del NJ, el único motivo detectable que justificaba su existencia, era la libertad de expresión, noble y bellísimo concepto, sí, pero que en muchos participantes de nuestro NJ se ha reducido a libertad de rebuznar o dar coces, formas legítimas de expresarse solo si eres un irracional, y a los irracionales no debemos admitirlos en nuestra taberna. Y quien dice rebuznar o cocear dice ladrar, gruñir, mugir, kikirikear, qué sé yo. Hay múltiples formas de dar por saco. Nuestros administradores han tenido que empeñarse en una lucha incómoda, porque la han peleado como caballeros, y sin fin por mantener a los animales en sus corrales, sin que molesten demasiado. Creo que han ganado y siguen ganando esta guerra, pero a un precio muy alto, sobre todo para ellos mismos.
Hecha la crítica, ¿por qué no pasan ustedes a pensar en una manera nueva de hacer las cosas? ¿Por qué no, si tienen todo el derecho a refundar? Una refundación implica una nueva carta de principios e intenciones, en la que todo lo importante quede explícito, esa es la que tendrían ustedes que discutir y publicar. Tienen ustedes todo el derecho a reservar la admisión en el NJ solo a animales racionales que demuestren además buena salud mental y aptitud para el juego limpio. A definir los requisitos que van a exigir a los entrantes, entre los que puede figurar la manifestación de su identidad real. A delimitar los ámbitos temáticos en los que se va a mover el III NJ, y cómo va a hacerlo. A muchas restricciones más, todas compatibles con la humana libertad de expresión. Una refundación implica borrar la pizarra y empezar a escribir en ella algo nuevo.
Es por otra parte, un hecho absolutamente natural, cargado de sentido darwiniano. Sólo las organizaciones capaces de refundarse sobreviven. Anímense pues, y si lo hacen, cuenten conmigo. Si no lo hacen, también. No abandonaré este querido barco en tanto no vea a sus capitanes a punto de tirarse al agua.
En cuanto a mi amigo Bart, mi editor en el NJ, muchas gracias por su apoyo y que tenga unas felices y merecidas vacaciones. Pero eso, vacaciones. Lo seguiremos esperando aquí.
Etiquetas: olo
Hoy, a las 19:30 horas, en la Residencia de Estudiantes.