Deudor de los planteamientos radicales de Michael Gira, encarrila su música en una línea emparentada con el folk, aunque en su caso este folk se acerque más al rock gótico, sobre todo estos últimos años. Como se ha dicho, Edwards manifiesta creencias católicas (en el mundillo musical se lo califica en ocasiones como ‘integrista’ o ‘talibán’), aunque no a la manera del creyente que se relame en su autocomplacencia. La fe de Edwards es semejante a la de Pascal y Kierkegaard, es decir, a ese cristianismo torturado y obsesionado con lo trágico, que lucha agónicamente contra las debilidades humanas pero sin la completa certeza de que verdaderamente vayan a ser superadas. Sus creencias se representan en su obra en formas cada vez más duras y desesperadas, alcanzando expresiones claramente sacrificiales.
Su primer proyecto fue llamado 16 Horsepower. Creado allá por 1992 (aunque hasta cuatro años después no vio la luz su primer LP), de él formaban parte también los franceses Jean Yves Tola (batería) y Pascal Humbert (bajo). Su repertorio se basaba en el folk (americano o europeo), country, rock, gospel, etc. Las influencias eran múltiples y el resultado, que no se limitaba a ser un cóctel de referencias cruzadas, muy particular.
American Wheeze es una de sus canciones más emblemáticas (sigue tocándolas en directo con Woven Hand). En directo la pieza adquiere unas resonancias mucho más profundas que en estudio (Edwards es, de hecho, un músico de directos intensos y espectaculares).
De su último proyecto bajo estas siglas, Folklore, destaco su impresionante pieza inicial, presidida por la iconografía bíblica: Hutterite Mile.
Se rompió el grupo en 2005 debido a las incompatibilidades religiosas y políticas manifestadas entre Edwards y Tola. Poco antes, en el año 2002, había cobrado vida su proyecto Woven Hand (que significa la postura que adoptan las manos a la hora de rezar), que en principio comienza como algo paralelo a 16 HP, pero que se acaba convirtiendo en su única estructura grupal. Se mantiene de la etapa anterior el citado Humbert, uniéndose al proyecto el poderoso batería Ordy Garrison y el guitarrista Peter van Laerhoven.
Todo comienza para Woven Hand con el mágico Good hand de su primer disco, titulado con el nombre del nuevo grupo: Woven Hand.
Para mi gusto, Woven Hand llega más lejos que 16 HP: musicalmente, como proyecto, por sus ambiciones, etc. La música cada vez se hace más abrupta y crispada, más cercana al rock gótico que a la música country; las letras más descarnadas y terribles; la originalidad más y más manifiesta. Si en un principio Edwards tenía que compartir en cierta forma las labores creativas, aquí parece que su personalidad es la única que dirige los pasos del grupo. Eso implica, por ejemplo, que la temática religiosa (aunque sea en la personal versión de Edwards) se impone casi como la única del repertorio. No hay espacio para la banalidad o la diversión en el universo de D.E. Edwards.
Winter shaker:
Kingdom of ice:
PD: como regalo, la espectacular versión del Corcovado de Jobim, aquí titulada Quiet nights of quiet stars.
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