En honor de Rafael Casanova
11 de Septiembre de 2007 - 12:00:10 - Pío Moa
Aunque Villarroel era de origen gallego, según cuentan, pero no nacido en la Galicia.
Escribe el señor Bofarull i Bofarull, de la Pompeu Fabra:
"No quisiera yo entrometerme en los asuntos internos de la oprimida hermana nación gallega, pero me ha suscitado indignación el artículo del señor Carballeira O'Flanaghan, de la universidad de Princeton, que quizá por estar en esa universidad, de cuyo prestigio nadie duda, y yo quien menos, cae en cierta arrogancia y se siente autorizado a inmiscuirse en los asuntos catalanes. También aquí tenemos universidades, señor Carballeira, acaso no tan rimbombantes como la suya, pero en las que también realizamos un trabajo callado, serio, científico y me atrevería a decir que ejemplar en más de una faceta.
Usted, señor Carballeira, se ha permitido aludir a un hecho histórico cierto, indiscutible, comprobado, como es la derrota de los barceloneses en 1714, luchando por la libertad nacional, y equipararlo a la supuesta y nebulosa derrota de los gallegos el 16 de junio de 576. Eso, señor Carballeira, me recuerda las tiradas del orate Sabino Arana sobre la fecha de la imaginaria batalla de Padura en defensa de las libertades vizcaínas. El mismo orate que, cuando los catalanes de bien le solicitaron unidad de acción contra la opresión española, osó escribir, ni más ni menos: "Cataluña es española por su origen, por su naturaleza política, por su raza, por su lengua, por su carácter y por sus costumbres. Ustedes, los catalanes, saben perfectamente que Cataluña ha sido y es una región de España. Maketania comprende a Cataluña, y maketo es el mote con que aquí se conoce a todo español, sea catalán, castellano, gallego o andaluz". Palabras injustas, hirientes, imperdonablemente ofensivas y ajenas a cualquier realidad científica. No digo que Arana no acertase en otros muchos temas, los catalanes no somos fanáticos, somos carolingios y sabemos distinguir y reconocer los méritos ajenos. Pero en estos dos asuntos es indiscutible que patinó ridículamente. ¡Españoles los catalanes! ¡La batalla de Padura! A otro perro con esos huesos.
Y usted, señor Carballeira O'Flanaghan –por cierto, ni sus apellidos ni su universidad nos impresionan aquí lo más mínimo– está patinando igual que Arana, mezclando el mito y la ciencia, la historia y la leyenda. Además, buen hombre, ¿qué personaje encarnaría la derrota de las libertades gallegas? ¿El rey Miro, que fue quien las traicionó? ¿Hubo alguien que las defendiera heroicamente, como aquí Rafael Casanova, nuestro héroe nacional por excelencia? No confunda ni compare, señor Carballeira, no invente mitos, que aquí en Cataluña estamos de vuelta de todo eso y asentamos nuestras reivindicaciones en hechos sólidos, científicamente constatables e indiscutibles, y por eso nos permitimos exhortarles a seguir nuestro ejemplo.
Doy por sentado, no hace falta decirlo, que usted es persona racional y dialogante, y entiende muy bien que le estoy haciendo una crítica con ánimo fraterno, pues a los catalanes, los vascos y los gallegos nos une nuestra lucha común contra la siniestra España. Y ese sentimiento es el que debe prevalecer, si bien, como dice el dicho, "juntos, pero no revueltos". Y lamentando profundamente tener que escribirle en el despreciable idioma que nos han impuesto a todos por la fuerza de las armas, le saludo cordialmente en el espíritu de la unión y el esfuerzo liberador".
---------
Comentario de Xan o Brétemas:
"¡Diosss! ... si lo hay. ¡Cuesta horrores contenerse! ¡Princeton, Pompeu Fabra, fábricas de ignaros y bergantes, la evidencia misma! El tal Carballeira ni menciona mi iniciativa de reconstruir científicamente y oficializar el idioma suevo, como si fuera una insignificancia, una idea que a cualquiera se le ocurre... ¡Y en cambio se ensaña calumniosamente con nuestro llorado rey Miro! ¡sí, llorado y recordado, por mucho que le pese, don Carballeira! ¡Le acusa usted, canalla, de crímenes que no cometió! ¿O es un crimen, señor cantamañanas, perder en buena lid frente a enemigos superiores en número como los godos, mandados por un tipejo tan mediocre, cruel y marrullero como Leovigildo? Miro intervino en las disputas entre Leovigildo y Hermenegildo porque cuando eres débil has de cultivar el "divide y vencerás". Esto lo sabe un barrendero, pero lo ignora un señor de Princeton ¡Tócache o nabo!
Miro explotó las querellas internas de los godos con el evidente propósito de aniquilarlos, de erradicar aquella plaga. ¡Usted mismo reconoce que tal era su deber! Y lo hizo derrochando inteligencia, cien veces más que la de un lambón como usted. Le salió mal a Miro, aceptémoslo, a veces pasa, ¿qué le ocurrió a Napoleón en Waterloo, a Aníbal en Zama, a Al-Násir en las Navas de Tolosa, o a Rojo en el Ebro? ¿Desdicen esas derrotas –causadas por la mala fortuna o las malas artes del contrario– de sus nobles aspiraciones o de su genio militar? Que Miro era un genio lo demuestra su amplia y aguda visión en defensa de los legítimos intereses del pueblo gallego. Con un poco más de suerte, habría extendido Galicia quien sabe si por toda la península, alumbrando una era de progreso y prosperidad. ¡Y hoy, entiéndalo bien, la historia nos depara una nueva oportunidad! ¡Y no podemos dejar que se esfume, sería una inmensa responsabilidad ante nuestro pueblo! Sí, don Carballeira, soy mirista, y a mucha honra, como buen gallego nacionalista y antiespañol, esto es, enemigo de los opresores.
Pero sospecho que, pese a sus extravíos, usted mantiene viva en su corazón la llama nacionalista, y a ella apelo ahora: dígame, Carballeira, ¿no le hace a usted maldecir y desesperarse el espectáculo de mil quinientos años de esclavitud y genocidio sufridos por los gallegos? ¿O es usted de esos miserables que, encima, se ríen? Usted ha hecho una propuesta con mal argumento, pero en el fondo correcta: el Día de la Patria Gallega debe trasladarse al aniversario de la derrota de Miro. La miopía de algunos galleguistas de antaño –tienen otros méritos, ya lo sé– les llevó a proclamar como tal día el de Santiago... ¡Carallo, el apóstol de la unidad española, el matamoros, el del "cierra España"! ¡Jódete y baila, con la ideílla!
¡Y para una cosa sensata que usted expone, viene una donicela catalana a soltar basura y comparar a nuestro Miro con su Casanova! ¡El héroe catalán por excelencia, dice el tío, y presume además de científico! Sépalo usted, señor (?) Bofarull: ¡no hay comparación posible! Su Casanova, hoy lo sabemos todos, ¡fue un flojo o algo peor! Durante el sitio de Barcelona sólo pensó en rendirse, traicionando al valeroso pueblo barcelonés, y luego de un corto exilio volvió y prosperó en aquella Cataluña masacrada y arruinada por el feroz Estado español. ¡Un botifler, como ustedes los llaman, señor Bofarull! ¡Un botifler, el héroe catalán por excelencia! ¡Sigan ustedes, sigan, como una recua de asnos, llevando flores a su estatua año tras año! ¡Lo primero que tenían ustedes que hacer, si les quedara un poco de decencia, es volar esa estatua y estar dos años seguidos dándose de tortas a ustedes mismos, por idiotas!
¿Y sabe usted quién mandaba a los barceloneses en aquella gloriosa ocasión? ¡Pues claro que lo sabe, pero disimula! Los mandaba Antonio de Villarroel, un gallego, ¡un descendiente del mismo Miro a quien maltrata usted desaforadamente! ¿Qué le parece? Ustedes, por un torpe chovinismo –que es una exageración insana y anticientífica del sano nacionalismo antiespañol–, han borrado al verdadero héroe que mandó a los valientes catalanes, cuando podrían haberlo convertido en símbolo de la hermandad galaico-catalana frente al Estado español. ¡Una estatua tendrían que erigirle a Villarroel, y peregrinar en desagravio a ella cada año! ¡Qué digo, cada año! ¡Cada mes, y aun, si me apuran, cada semana! Así demostrarían sensatez y verdadera fraternidad entre los pueblos catalán y gallego. Pero con estos tiquismiquis y falsificaciones de la historia, ¿adónde vamos a llegar? Usted lo ha dicho, señor Bofarull: ¡Juntos, pero no revueltos! ¡Y menos cuentos infantiles, por favor, que ya somos mayorcitos!"
---------
Réplica de Bofarull:
"He hecho polvo, materialmente, los argumentos del pretencioso pedante señor Carballeira O'Flanaghan, de la Universidad de Princeton –eso dice él, habría que ver qué hace en esa universidad–, el cual ni ha osado a replicarme. Aclarada la cuestión, me dedicaba yo, tan tranquilo, a mis tareas investigadoras, docentes y creativas, cuando unos alumnos me han mostrado las memeces vertidas por algunos individuos contra mí y, lo que es más grave, contra Cataluña. ¿Qué hacer? Pensé no gastar un minuto con gentes tan ineducadas e intolerantes, pero no podría callar sin hacerme cómplice de los desvaríos de unos personajillos grotescos, anticatalanes y anticientíficos, que siembran la confusión, dividen nuestras fuerzas y obran de hecho como agentes provocadores del nacionalismo español. Y me da igual si lo hacen pagados o gratis, y hasta con buena intención. Todo tiene un límite, y las buenas intenciones no pueden justificar la estupidez, la falsedad y la ignorancia.
Ha destacado por su falta absoluta de seny el señor Eguaraz Hernandorena, quien con inenarrable desvergüenza me exige reconozca, con el corazón en la mano, que los vascos bla-bla-blá, y los catalanes están muy por debajo de ellos en diferencias nacionales. Muy bien, pues con el corazón en la mano dígame usted, lenguaraz Eguaraz: ¿Son los vascos tan europeos y civilizados como los catalanes, ein? ¿Tienen algo de carolingios, ein? Lea y medite, buen hombre, si se lo permiten sus cortas entendederas, estas frases simplemente iluminadoras del Molt Honorable Jordi Pujol, pronunciadas en una visita internacional a Aquisgrán, sede del gran Carlomagno: "Cataluña nació como pueblo y como nación hace mil doscientos años, como una marca fronteriza del Imperio de Carlomagno. Cataluña es el único pueblo del Estado español que nace ligado a Europa, y no, como los demás, como una reacción autóctona del legitimismo visigótico contra los musulmanes". ¿Se entera usted, buen hombre?
Si el orate Sabino Arana –sí, orate, aunque duela–, nos insultaba a los catalanes tratándonos de españoles, lo cual precisa una falta de pudor, de espíritu académico y de actitud dialogante difícilmente superable, si aquel orate, insisto, y si le pica se rasca, suelta tales dislates, nosotros, catalanes auténticos, esto es, nacionalistas, podemos afirmar sin faltar en lo más mínimo a la verdad histórica que ustedes, como los demás pueblos de la península, gústeles o no, a duras penas pueden llamarse europeos, y de carolingios, desde luego... ¡venga, hombre! A nosotros nos enorgullece nuestro carácter tolerante, nuestro seny, nuestro ese no sé qué tan difícil de definir, pero evidente para cualquier observador imparcial, que nos sitúa a otro nivel, ¿comprende usted? Y le dejo, pobre señor Eguaraz, por compasión no quiero pulverizarlo a usted, que tanta envidia demuestra ante la formación universitaria de otros. ¡Firma usted "Sin otro título que el de Buen Vasco"! Mire, muchacho, no quiero hacer sangre, pero créame que le vendría bien algún curso en la Pompeu Fabra, para quitarse algo del pelo de la dehesa.
En cuanto a las chillonas, indoctas e ignaras tiradas del señor Brétemas sobre nuestro héroe y mártir nacional, el inolvidable Rafael Casanova, a quien homenajeamos fervorosamente los auténticos catalanes cada 11 de septiembre, y su torpe intento de sustituirle por Villarroel, las pasaré por alto: él mismo se califica con tales sandeces.
Más lamentable me ha parecido que la oficiosa doña Aixa Modrejón Cogolludo dé a entender que Casanova pudiera ser un botifler, pero que lo que cuenta es que el pueblo crea otra cosa: mire usted, doña Aixa, eso podría valer para Andalucía, pero no para aquí. Aquí la gente no se deja engañar, porque el espíritu científico y racional está tan arraigado en la mente catalana, que no acepta cualquier bobada simplemente porque halague su fantasía. Si Casanova es nuestro héroe nacional se debe a que su heroísmo está perfectamente contrastado por las más rigurosas investigaciones históricas. No hay ahí mito, no hay capricho, créame. En la Pompeu Fabra lo tenemos muy claro.
Usted, doña Aixa, es andaluza o andalusí, y como tal árabe-africana, como muy bien indicaba su buen líder Blas Infante. Pueden ustedes creerse, si quieren, el cuento ese de los "baños estupendos" andalusíes mientras los catalanes no nos lavábamos, y no voy a poner en cuestión las excelsas cualidades de la civilización andalusí ni su derecho a mandar a paseo a la maldita España. Pero es indudable que ustedes, como africanos, cultivan más la fantasía que la razón, y no me llame racista por señalar esta evidencia. Cada pueblo tiene sus peculiaridades, para qué, si no, querríamos separarnos de la infame España. Sin que ello entrañe ninguna superioridad o racismo. Bien al contrario, nosotros partimos de la tolerancia y la aceptación del "otro", ¿entendido? Por eso no vemos inconveniente en aceptar que a ustedes les distingue la fantasía como a nosotros el espíritu científico, a ustedes la cultura africana como a nosotros la europea; a ustedes el toque arábigo como a nosotros el carolingio. A cada cual lo suyo, y todos tan contentos y bien avenidos, ¿no le parece?
¡Ah!, y eso de que Modrejón Cogolludo significa en árabe "la doncella dorada bajo la fuente", mejor cuénteselo a sus compatriotas andaluces, porque si lo dice en Cataluña puede que nos dé un ataque de risa, y no es por ofender, ¿eh? Y, señor Brétemas, no se haga ilusiones: jamás su Villarroel sustituirá a Casanova en el corazón de los auténticos catalanes, ya puede usted subirse por las paredes o cantarlo en flamenco. Siga usted con sus fantochadas sobre el rey Miro y déjenos en paz a los catalanes, ¿vale? Y, volviendo al lenguaraz Eguaraz, es verdad que conmemoramos una derrota, pero una derrota digna y heroica, no una derrota vergonzosa y traicionera como alguna no tan antigua y de la que ustedes saben mucho, ¿eh? En pro del buen entendimiento entre los nacionalismos catalán y vasco me abstendré de entrar en detalles, pero quizá la palabra Santoña le indique a usted algo.
Con la esperanza de que hayan entrado ustedes en razón y no tenga yo que perder más tiempo en clarificar algunas cosas elementales, les saluda con el más tolerante espíritu carolingio
Francesc Bofarull i Bofarull, de la Universidad Pompeu Fabra.
---------
Réplica del señor Carballeira O'Flanaghan
Un señor Bofarull i Bofarull de una llamada universidad Pompeu Fabra, que, por lo visto, quiere competir con la de Princeton (por favor, no sean ustedes crueles y no se rían) se ha dedicado, por lo que veo, a difamarnos a los gallegos, con el pretexto de que yo, afirma él, ataco no sólo a él, sino a Cataluña. Nada menos Señor Bofarull, ex detective y, supongo, recogedor de la basura en algún tugurio de esa llamada universidad Pompeu Fabra: usted no tiene ni puñetera idea de lo que habla. Galicia, desde luego, recobrará sus derechos históricos pese a quien pese, se extenderá por toda la amplitud del reino suevo, de Ortegal al Duero, del Atlántico hasta Ávila, o más, si las investigaciones pertinentes atestiguan así la extensión de aquel reino. No ignoro, los patriotas gallegos no ignoramos, que tendremos problemas serios con leoneses y castellanos, y para ellos nos preparamos; como también problemas fácilmente solucionables, mediante la diplomacia, con nuestro hermano y razonable pueblo luso; pero el recobro de los legítimos derechos gallegos es sólo cuestión de tiempo...
Como usted observará, en nuestras reivindicaciones no entra ni un centímetro cuadrado de los Països Catalans, y por lo tanto no tenemos con ustedes el más mínimo roce. ¿A qué vienen entonces esas arrogancias y esas presunciones, carolingio de pandereta? ¿Quieren buscarse ustedes problemas donde no los hay? Y mire usted, don Francesc, presuma menos de científico y demás, sobre todo delante de mí, y, cuando sus labores en los tugurios le dejen un rato libre, estudie un poco de historia, por favor, eleve usted su cultura y entérese de quién fue realmente Rafael Casanova, su flamante héroe nacional. Y cuando se entere, nos lo cuenta, ¿eh? Con seriedad y sin ínfulas "carolingias". Porque ahí, yo estoy de acuerdo con Brétemas, de las pocas cosas en que estoy de acuerdo con él: el verdadero héroe fue el gallego Antonio de Villarroel, que les defendió a ustedes contra los Borbones, sin conseguirlo porque el material humano, qué quiere usted que le diga, no era de primera calidad, y además le estaba saboteando de continuo el Gran Botifler Casanova, ese individuo a quien van ustedes rinden irrisorio homenaje año tras año. Vamos, que.... Entérese bien, buen Bofarull, y luego nos lo cuenta. ¿De acuerdo?
Sólo coincido en parte con usted en relación con doña Aixa Etc. y Etc., una fantasiosa africana que con el cuento de la concordia y la amistad contra el enemigo común nos las quiere meter dobladas. Doña Aixa Etc. y Etc., mire usted, podemos actuar juntos contra el enemigo español, si se da el caso, que no creo, porque nosotros ya nos las apañaremos solos. Pero en todo caso se agradece la intención. Ahora bien, fantasías no, ¿eh?
Un cortés saludo a todos,
Camilo Carballeira O'Flanaghan, de la Universidad de Princeton
---------
Bofarull golpea de nuevo:
Siento verdadera repugnancia en escribir en la blogia de un españolista desvergonzado y abiertamente fascista y terrorista o ex terrorista, que me da igual, como el del señor Pío Moa. Siento verdadera repugnancia, insisto, pero como, con la mayor desvergüenza, doña Aixa y el tipejo ese de Princeton o que dice ser de Princeton, insisten en lanzar desde ahí sus insidiosas, calumniosas y anticientíficas tiradas contra Cataluña y mi modesta persona, que sería lo de menos, pero sobre todo contra Cataluña, no tengo más remedio que introducirme en el cubil de la fiera para medirme con esa canalla. San Jorge me asista.
Mi universidad Pompeu Fabra no quiere, señor (¿?) Carballeira, competir con la de Princeton. Yo sólo he dicho que en nuestra universidad se realiza un trabajo científico, progresista y erudito de primera línea, como está reconocido hoy día en toda Europa. ¿Que en Princeton lo hacen todavía mejor? Lo ignoro, y no me preocupa lo más mínimo, porque yo soy partidario de la cooperación, la colaboración y la comprensión, no de esa machista, neoliberal y obsesiva competencia de que hacen gala en Estados Unidos. Y en cuanto a que soy un limpiador de tugurios, mire, señor (¿?) Carballeira, me parece evidente que usted me atribuye su oficio en Princeton, porque no puedo ni imaginar que una persona como usted pueda desempeñar una tarea mejor en esa universidad de la que usted presume tanto y que, le insisto, aquí no nos impresiona lo más mínimo.
Ya le he dicho en otras ocasiones que no quiero inmiscuirme en los asuntos internos de un pueblo hermano y oprimido por el imperialismo estatalo-español. Pero ustedes, con sus pretensiones completamente fuera de lugar en el mundo académico, desprestigian, no sé si se dan cuenta, su propia causa. ¡Rey Miro por aquí, rey Miro por allá! ¡Resucitar el idioma suevo, el "auténtico"! ¿Pero se dan cuenta de las barbaridades anticientíficas, antiacadémicas y en el fondo reaccionarias que están soltando?
No puedo extenderme ahora, pero me permitiré decirle que tiene mucha gracia que nos vengan hablando del "botifler" Casanova y riéndose de la Diada unos tíos que no han tenido mejor idea que la de declarar el día de Santiago, el patrón del Estado español, el matamoros, el de "cierra España", como alguno de ustedes mismos ha reconocido, declararlo, digo "Día da Patria Galega". Son ustedes una panda de locos, y no se lo digo por insultar, sino por describirlos.
En cuando a doña Aixa... Bueno, es doña Aixa. Qué le vamos a hacer.
---------
Interviene otro, de apellido Quiroga:
"Quisiera intervenir en la polémica entre Aixa, Bofarull y Carballeira, en la medida de mis modestas posibilidades:
Intuyo que buena parte de los malentendidos viene de que utilizamos un idioma que nos es ajeno, el español. Un idioma que nos ha sido impuesto, un idioma brusco, brutal, que tiende naturalmente a la expresión insultante y vejatoria, un idioma imperialista, en suma. Aquí se reía un sinvergüenza de que no habláramos cada uno en nuestro idioma vernáculo. Pues no podemos hacerlo, por desgracia, porque no nos entenderíamos.
Para mí, que hay que volver al Tripartito de 1923, firmado en Barcelona por representantes de los pueblos vasco, catalán y gallego. Entonces, en el convite de honor a los gallegos y vascos, el representante vasco Eguileor habló, como decía el periódico Aberri, con "tonos tan vehementemente patrióticos y tan valientes que produjo un entusiasmo delirante. Pronunció la primera parte de su discurso en lengua vasca, y sólo a instancias del público catalán, que quería entenderle, tuvo que seguir hablando en castellano".
Porque, claro, así son las cosas por desgracia. Esto se lo digo a ustedes, Aixa y demás, porque también aclaraba "Aberri": "No es cierto, como un papelucho local dice insidiosamente, que el señor Eguileor hablase en castellano porque no sabe euzkera. Él tiene el altísimo honor de conocer perfectamente el euzkera, por haberlo estudiado muy a conciencia de mayor, como sucede también al señor Gallastegui". Bueno, todos sabemos que Gallastegui y Eguileor nunca llegaron a hablar bien el euskera, probablemente porque todavía no estaba debidamente normalizado como ahora, pero para el caso es lo mismo.
Ya lo hacía notar por entonces el prócer nacionalista catalán Sot i Delclós también en "Aberri": "Quisiera escribir en cualquiera de los idiomas de estas dos patrias que gimen bajo el yugo de la más injusta de las opresiones. Mas, a pesar de mis fuertes deseos, yo, esclavo, véome forzado a emplear la lengua de mi opresor para comunicarme con mis hermanos de esclavitud ¡Oh ignominia! Quisiera escribir vasco, mas no lo sé, quisiera escribir catalán, mas no lo sabéis vosotros, y de ahí que para comunicarnos nuestros dolores y nuestras tristezas, nos veamos obligados a emplear el idioma español, que nos ha sido impuesto por la fuerza bruta".
Así escribió entonces aquel noble prócer, y tenía razón. Pero el hecho de tener que entenderse en tal idioma no les impidió ponerse de acuerdo en el común esfuerzo.
Por eso yo os exhorto ardientemente, Aixa, Bofarull, Eguaraz, etc. a que, comprendiendo dónde está la causa de esa tendencia a romper el acuerdo entre nosotros, sepamos neutralizar las malas influencias de un idioma desdichado, sobreponernos a ellas.
Quiero recordaros que el Tripartito, que tan fecundos frutos pudo haber rendido, se realizó en una época de crisis del Estado español, y en acuerdo abierto o implícito con el gran liberador del Rif, Abd El Krim. Y ahora mismo vienen en nuestro auxilio, nuevamente, nuestros también oprimidos hermanos musulmanes. Que esta vez la ocasión histórica no se malogre.
---------
La cosa sigue, pero doña Aixa deja las cosas en claro:
"Un tanto alterada por la polémica con el señor Bofarull i Bofarull, he estado bastantes días sin leer el blog del ex terrorista que el diablo confunda, y por ello se me ha pasado su inteligentísimo comentario que, leído hace unos días, puede creerme que me ha emocionado. Lo he fotocopiado y repartido entre bastantes profesores y alumnos de mi universidad de Granada, y, créame, todos lo han recibido como quien ve la luz después de andar mucho tiempo tanteando entre sombras.
Yo estaba bastante desconcertada por la forma como catalanes, gallegos, andaluces, vascos y otros estábamos, como quien no quiere la cosa, enfadándonos y echándonos cosas en cara, en lugar de unir nuestras fuerzas contra el común opresor. ¿Por qué, por qué tenían que ser así las cosas, por qué no podríamos disimular nuestras faltas y dejar de lado querellas y desprecios, en aras del bien común? ¡Parecía cosa del demonio, o del destino!
Y usted, con auténtica genialidad, perdone si ofendo su sentido de la modestia que adivino tras sus inspiradas palabras, ha encontrado la raíz del mal en un par de frases, como quien dice, en fin, lo propio de una mente fuera de serie. Créame que le envidio.
Ha dicho usted: "Intuyo que buena parte de los malentendidos viene de que utilizamos un idioma que nos es ajeno, el español. Un idioma que nos ha sido impuesto, un idioma brusco, brutal, que tiende naturalmente a la expresión insultante y vejatoria, un idioma imperialista, en suma."
¡Pues ahí está, efectivamente, la raíz del mal! No puedo apoyarle a usted del todo cuando asegura que si cada uno hablase su idioma propio y natural no nos entenderíamos. ¿Por qué no? ¿Por qué no podríamos estar los vascos, los catalanes, los gallegos y los andaluces hablando cada uno su propio idioma y entendiéndonos perfectamente? Eso podríamos lograrlo con la mayor facilidad porque lo que cuenta, lo que realmente tiene valor es que las palabras salgan del corazón, que sean sentidas y sinceras. Ese es el lenguaje universal, el lenguaje del corazón, en el que todos nos podemos entender perfectamente.
Tenemos la enorme suerte de poseer esta riqueza idiomática, que nos aparta del tosco y feroz idioma castellano o español, y ¡somos tan tontos, incluso, perdóneseme que lo indique, tan acomplejados, que no la aprovechamos a fondo!
Aixa Modrejón Cogolludo (La Doncella Dorada Bajo la Fuente, en idioma árabe-andalusí)
1 – 200 de 620 Más reciente› El más reciente»