El bombón asesino de Firmat y los dólares bolivarianos
En Firmat ocurren cosas raras. Bailan una cumbia que se refiere a un bombón asesino, ¿desde cuándo un bombón puede matar? Pero vayan ustedes a decirles eso a los firmatenses. Los van a increpar como me pasó a mí cuando cuestioné la gran broma de la hamaca voladora.
Hay explicaciones sencillas: cuando fue filmado el video alguien tiraba con una tanza o el distinto plano de las hamacas en relación con el viento. También porque una de las hamacas tiene más pulido el eslabón que oscila. Hay otras, una corriente magnética subterránea, pero no produciría movimientos caprichosos. O que es un alma que busca su camino al Paraíso, como dijo alguien que hace del charlatanismo su medio de vida y que se endilga un título inexistente, el de parapsicóloga.
Investigue el caso: El 16 de marzo un habitante de Singapur subió en YouTube (internet) un video en el que un columpio se mueve aparentemente solo. . Se difundió por el mundo. Un joven de Firmat, ferviente admirador del videoplay “El padrino”, en el que se deben usar todos los medios para escalar posiciones en la mafia de Nueva York, tuvo la idea de hacer una broma copiando el truco. En el borroso video grabado desde lejos se ve la hamaca balanceándose. El padre del chico dijo que el hecho duró 10 horas pero que “por causas de trabajo” no pudo conseguir quien le saliera de testigo.
La broma superó las expectativas. Hasta Chiche Gelblung envió una cámara pero la hamaca permaneció inmóvil (no sabe-no contesta), indiferente a los importantes personajes porteños llegados. Ante ello el camarógrafo le pegó una reverenda patada para hacer una toma, dicen los firmatenses.
El tema aún sigue robando cámara y prensa ¿y si hablamos de los dólares fantasmas que aparecieron en un avión ocupado por funcionarios argentinos y venezolanos? Nadie reclama esa fortuna. ¿Los dólares están engualichados, como el bombón asesino? Urgente, buscar la explicación de una parapsicóloga.
Héctor Walter Navarro
Abogado, especialista en sectas y pseudociencias.
El abogado y la hamaca
He leído en La Capital del 21 de agosto pasado una nota del doctor Héctor Walter Navarro, abogado, “especialista en sectas y pseudociencias” refiriéndose a la hamaca “movediza” de Firmat, y quisiera hacer algunas consideraciones: 1) yo desconocía que en la Facultad de Derecho existía esa especialización, por lo tanto consulté con varios abogados amigos y me dijeron que no. 2) Despectivamente dice que en Firmat bailan la cumbia “El bombón asesino”, tengo entendido que se baila en todo el país, incluyendo fiestas de importantes personalidades de la política y la farándula, a la que el doctor no ha sido ajeno; sólo basta recordar su activa participación en el programa de Mauro Viale por el caso del famoso jarrón, con Samantha Farjat y Natalia De Negri (esta última le arrojó un vaso de agua en la cara y Navarro quedó ridiculizado ante miles de televidentes). 3) Dice que ha investigado el caso, y eso parece tan poco serio como los estudios de los parapsicólogos que él tanto critica. Si bien es cierto que no existe este título, tampoco el de especialista en sectas y pseudociencias. 4) Dice que el tema de la hamaca sigue “robando prensa y cámaras”, y me pregunto: ¿cómo le llamaría él a lo que hizo en el programa Plan A y a la nota escrita en La Capital? 5) Aclaro que me tiene sin cuidado si la hamaca se mueve o no, y si las “investigaciones” las hace un parapsicólogo o el doctor Navarro; que no vivo ni soy oriundo de Firmat, y que sólo me molestó la crítica descalificadora hacia los habitantes de esa localidad.
Daniel Bodo, DNI 8.412.787
LAS MUEVE EL VIENTO
A los árboles altos los mueve el viento
y a los enamorados el pensamiento…
Tal cual con la hamaca de Firmat. Está en una plaza, ruta por medio con campo abierto. Allí el viento corre libremente. Los asientos de las hamacas son de goma y tienen la forma de alas. Según la dirección del viento se balancea una u otra hamaca ya que tienen distintos amarres y presentan distintos frentes según se puede comprobar en las fotografías publicadas.
Hay que recordar que la hamaca es un péndulo, un objeto que tiene cualidades que pueden parecer extrañas, como la de moverse ampliamente ante un mínimo impulso, caso de las lámparas que oscilan por el simple paso de un vehículo. Las arañas de las iglesias lo hicieron cuando ocurrió el terremoto de Caucete, en San Juan. De hecho, el sismógrafo es un simple péndulo. Otra rara cualidad es la duración constante que tienen sus oscilaciones, sean amplias o mínimas, lo que fue aprovechado en los relojes de péndulo.
En 1851 el científico Foucault instaló un péndulo en el Panteón de París y comprobó que, debido a la rotación de la Tierra, con el paso de las horas cambia el plano de oscilación. Un péndulo en el polo pareciera dar un giro en 24 horas. En realidad, es la Tierra quien gira alrededor de él. En el Ecuador el péndulo no parece girar en sus oscilaciones. Según la latitud el péndulo tarda más o menos tiempo en dar el giro completo.Se trata del “efecto Coriolis”, que se puede observar en el remolino que aparece cuando se retira el tapón de una pileta. En el hemisferio norte el giro es opuesto al que se forma en el hemisferio sur. Es también lo que en parte determina que las hamacas acaben golpeando contra los parantes que las sostienen. Foucault comprobó en esa ocasión que una vez que el péndulo es puesto en movimiento sigue haciéndolo durante muchas horas, sin intervención de fuerza alguna, y que solamente se frena por la resistencia del aire. Con un leve impulso agregado, una brisa por ejemplo o un pequeño imán como en los juguetes que se ven en las vidrieras, el péndulo se mantiene oscilando indefinidamente. Pero al lado del péndulo oscilante puede estar un péndulo inmóvil, porque no tuvo el impulso inicial. Es lo que pasa con las hamacas.
Siempre combatí la superstición y durante el Proceso en muchos casos defendí la libertad de religión por lo que, ya en democracia, fui nombrado por varios jueces como perito en sectas y pseudociencias, como en el famoso caso de Los Niños de Dios, una secta que promovía la prostitución infantil. Son trabajos que hice en forma amateur porque hay dinero para el charlatanismo pero no para la verdad. Por ese motivo fui convocado por los medios. Un lector de este diario llegó a ponerse de parte de las “tilingas” con las que me enfrenté en esa ocasión. Eran las que rodeaban y proveían de droga a Maradona. Hasta ese momento con él teníamos una relación amistosa pero entonces reaccionó defendiendo a su amigo Coppola. Ahora me debe dar la razón.
Por mi parte no puedo renunciar al humor, como cuando me referí al bombón asesino de Firmat. Y más aún ahora, en que se ha presentado allí un “equipo” de pseudocientíficos de Buenos Aires que antes estudiaban a los platos voladores, ese cuento pasado de moda, y que ahora pretende dictar cátedra con los columpios de Firmat. No es raro ver que pseudociencias como la ovnilogía o la parapsicología apoyen la superstición.
Como dice la zarzuela:
“¡Sí señá Rita, tiene razón,
tómalo a risa, es lo mejor!”
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