-Nacimos para ser comidos y mientras llega la hora nos comemos a los que podemos. Que vida tan trágica.
-Es lo que tiene la cadena alimenticia. Pero dejamos pendiente el análisis o más bien disección de la sociedad musulmana en relación al creciente integrismo, o neopuritanismo como sueles preferir. Mencionaste la pobreza como base, pero creo que faltan ingredientes.
-Si, unos cuantos, estamos en ello. Cada vez que oigo a los buenistas colocando a la pobreza como causa única del problema me entran ganas de fustigarlos como a los mercaderes del templo. Claro que queda muy de Kumbayás reciclados en analistas marxista-burriciegos lo de andar culpando de todos los males que sufren las masas oprimidas, y de acusar al malvado Capital Occidental de pervertir a los exóticos cándidos volterianos, pero eso no pasa de pensamiento mágico disfrazado de sesudo ensayo.
Este del buen salvaje es uno de los mitos occidentales más persistentes y perniciosos que en nuestros tiempos infestan el folk-lore (entendido como conjunto de ideas y conocimientos de un pueblo). Que una sociedad poco evolucionada técnicamente sea más simple y sus componentes mejores ética y moralmente es una fantasía: por el contrario, las sociedades arcaicas o arcaizantes conservan muchas características deleznables, como la represión de la mujer, el patriarcado tiránico, la anulación de la personalidad del individuo, feudalismo, venganzas de sangre… Las circunstancias de pobreza, la supervivencia en entornos durísimos, no es precisamente una motivación para el altruismo. El hambre y la miseria solo enaltece a los ascetas, al resto lo embrutece hasta el bestialismo. Los sheiks que forzaban a jovencitas encantadas de poder así justificar su deseo sexual victorianamente reprimido son el icono con que muchos occidentales siguen asociando a los pueblos nómadas. Pero otro día hablaremos de ellos.
Efectivamente, en la sociedad musulmana hay una fuerte sensación de enfado generalizado, frustración, insatisfacción con la vida, pérdida de autoestima; el entorno se capta como corrupto, degenerado, más violento y degradado que en décadas anteriores, con crímenes antes desconocidos o al menos muy esporádicos, indisciplinado, nihilista y materialista. Pero no es el segmento social inferior el que se siente mas amenazado, ya que el poco desarrollo que han alcanzado (un poco mas de ingresos, un poco mas de educación, un poco mas de cobertura sanitaria…) les ha dado un respiro; los que están estrujando nerviosamente los pañuelos son los pertenecientes a la escasa, reciente y apaleada clase media. Son ellos los que, tras alcanzar ciertos niveles de desarrollo y bienestar, sienten que les han estafado en todos los frentes, y que el suelo bajo sus pies empieza a inclinarse mucho, mucho, mucho. Con grandes inversiones en educación, condicionados por la necesidad de mantener su imagen social, se encuentran cada vez más desplazados hacia abajo, con menos influencia, sin motivos para la esperanza, sin trabajo, sin futuro. Las clases inferiores han podido recolocarse en la industria como obreros no especializados, han tragado sapos y culebras cuando ha hecho falta, han emigrado y dormido con una piedra como almohada hacinados en chabolas temblando de frío, pero han conseguido comprar el frigorífico, el coche de quinta mano, la televisión. A los acomodados de la clase media sin embargo no solo le cerraron la puerta en las narices a las clases altas (porque ricos, asquerosamente ricos, los sigue habiendo, con sus inversiones en Occidente y su mundanidad exhibicionista) sino que encima se desliza hacia abajo. Las nueva clases bajas no solo incluyen a jornaleros, artesanos y vendedores de comercio ínfimo, sino cada vez más a los escalafones inferiores del gobierno y el sector público. Trabaja y estudia y jódete, chaval, que aunque seas maestro, administrativo o enfermero vas a estar pasando calamidades toda tu maldita vida, y encima cuando tengas hijos estos te mearán en la oreja por ser un mindundi, un desgraciado que no consigue poner el pan en la mesa, y menos aun una playstation. La readopción de las rutinas religiosas y la adhesión a pensamientos menos sofisticados y racionales que los habituales hace seiscientos años no es sino una búsqueda de algo con que apuntalar una autoestima en ruinas. Los planes de los gobiernos laicos de imponer modelos de desarrollo únicos y sin tener en cuenta sobre que sustrato debían aplicarse, y cuales eran las necesidades reales y la sostenibilidad a largo plazo de los cambios, han dejado bastantes heridas abiertas. Ni siquiera han conseguido una civilización propiamente musulmana, sino que se apañan con retazos sueltos de aquí y allá, dependiendo de la importación de tecnología por carencias evidentes en las bases científicas, la lengua árabe culta divorciada de la diaria, la literatura y la música clásica reducidas a piezas museísticas. Y no es precisamente un respiro que en la percepción musulmana se mezclen el socialismo de la época prosoviética de Nasser (horror, horror, ateismo furibundo, aúllan los paisanos), las exhibiciones del lado infame de Occidente, las paranoias folletinescas de los alucinados y apocalípticos locales (circulan teorías tan delirantes como que el triángulo de las Bermudas esconde el centro donde conspiran los Sabios de Sión, mejora eso si puedes, Iker), los mitos urbanos tratado como noticias serias, la competencia vital con el hinduismo y el resurgimiento nazi en India, y cien terrores mas como un único frente
La culpa de todo, piensan los musulmanes, la tiene la influencia de los americanos, es evidente, y esta política de puertas abiertas que nos está destruyendo. Y es que antes las cosas estaban bien y llovía lo que tenía que llover y todo estaba clarísimo, y hasta yo tenía matita de pelo.
-¿Y las ascendientes (paso a paso) clases bajas? ¿Conservan la religiosidad del pueblo entre palmerales o van dejando la alfombrilla de rezo en el desván?
-Para algunos, la parte ritualista de sus creencias es un vínculo con sus raíces, sobre todo si estás solo, lejos de casa, perdido. Rezas en la mezquita con tus amigos y vecinos, compartes un espacio y un tiempo igualitarios y creadores de fuertes lazos sociales. Sin embargo, muchos de los que están subiendo los peldaños aplican la parte visible de la religión como una cortina de humo que tapa conductas inmorales y poco respetables. Se exhibe una profesión de fe que disimula comportamientos reprobables, acumulación de poder por mal artes o simplemente el dinero obtenido no por el trabajo, sino por rentas y actividades relativas al aumento de demanda sin verdadero esfuerzo del beneficiario (como el caso de sectores de ocio e inversiones en el extranjero). Como ha desaparecido la “jihad” (esfuerzo personal) que exige el Islam, se delega el problema en otros para esconder la vergonzosa pasividad. Hala, paguemos a cuatro muyaidines estudiantes de las madrasas y armados hasta los dientes, a cual mas endurecido y febril, para que vayan por el mundo defendiéndonos de agresiones, que se desangren en la Casa de la Guerra manteniendo el pabellón del honor colectivo.
Un evidente ejercicio de hipocresía del cual se benefician mas de cuatro canallas, empezando por la autodenominada “banca islámica”, que con la excusa de esquivar la usura y cumplir los preceptos coránicos recibe cantidades ingentes de dinero que se maneja con una opacidad consentida, y que oficialmente se emplea en inversiones “halal”, no prohibidas. Que esto sea verdad o no, que subvencionen muchas acciones del entorno puritano (ya que en gran parte han surgido desde Arabia Saudí, y los wahhabitas van a lo que van) o directamente terrorista (léase Hezbollá), y sobre todo que ofrezcan beneficios jugosísimos con un sistema muy, muy similar al de doña Baldomera no es puesto en cuestión por sus beneficiarios
-Pero eso tiene que estallar en algún momento, y millones de musulmanes cabreados y arruinados no creo que hagan cola en el Viaducto para suicidarse calladamente.
-Para entonces los banqueros de suave verbo ya han previsto vías de salida. Desviarán la responsabilidad al malvado Occidente, la conspiración judeocristiana. Los saudíes ya lo están haciendo: la animadversión que siente el resto del mundo musulmán en general y árabe en particular contra ellos lo manipulan para aparecer como pobres víctimas del imperialismo occidental. Muchos musulmanes, sin embargo, no se dejan engañar, y están esperando sentados a la puerta de su casa ver llegar el fin del petróleo. Saben que si no fuera por los pozos, los ricachones de Arabia seguirían siendo los camelleros palurdos y remotos que encontró Ibn Abdul Wahhab cuando, huyendo del Cairo, apareció por allí y pactó con el jefe un contrato de mutuo apoyo: yo impongo tu escuela de pensamiento y conducta puritanos (tan bien maridada con nuestras costumbres tribales paleozoicas), y tu me confirmas como mandamás al cargo del resto de principillos y chabolas reales. Si no fuera por los dichosos barriles, Arabia Saudí seguiría siendo ese rincón del desierto donde unos pastores de cabras y asnos tienen a su cargo el cuidado de la Kaaba (será un rasgo de humor divino insondable), y no el mausoleo blanqueado en que pululan los naturales del país paseando sus cuidadas manicuras, fastidiando a sus vecinos y contratando a miles de pakistaníes, egipcios , filipinos… para trabajar a lomo caliente y en situaciones miserables. Lo de la esclavitud completa lo dejaremos para los jinetes de camellos de carreras. Por favor, que los egipcios ya andábamos organizando una gran civilización cuando estos piojosos aun andaban a cuatro patas…que aquí en la India estábamos levantando un imperio… Al fin y al cabo Ben Laden es primero un reformista saudí que clama contra la corrupción de la clase dirigente, y solo se dirige a Sudán y Afganistán cuando su gobierno, harto de aguantarlo, le hace las maletas y lo manda al cuerno, momento en el cual cambia el discurso del profeta
-Ya, que si Mahoma levantara la cabeza…
-Pues sospecho que empezaría por preguntar con que derecho destrozaron la mezquita de su tumba con la excusa de la idolatría, algo que había sido edificado con la buena voluntad de mucha gente, y siendo como es la mezquita, ante todo, un lugar de educación, consuelo de necesitados y ágora de discusión sin complejos, o por lo menos así se concibió. Tampoco creo que le hicieran mucha gracia tantas cosas hechas en su nombre. ¿destruir los Budas de Afganistán, cuando el se limitó a sacar los ídolos de la Kaaba y los devolvió a sus propietarios o los enterró sin dañarlos? ¿proclamar la guerra exterminadora, si la única vez que aplicó los usos habituales en la época y la zona (la matanza de los combatientes, y no de toda la tribu incluyendo los animales y sembrando de sal los restos) fue tras la ruptura de un pacto de no agresión , y eso tras someter el caso a un jurado imparcial?¿castigos físicos a la mujer por no obedecer ciegamente a los hombres de la familia, cuando la única bronca familiar que tuvo con sus esposas la resolvió… encerrándose en una habitación y haciendo huelga de hambre? Tampoco creo que le pareciera bien la campaña wahhabita de ayuda a Bosnia, en la cual, con la excusa de auxiliar a los supervivientes, aprovechan para destruir cuanta mezquita, librería y monumento musulmán pillan a mano, acusándolos de heréticos. Lo que no hizo la guerra lo está haciendo la ayuda humanitaria con babuchas. Y todo ello, dándose golpes en el pecho, o chichonazos en los rezos, presumiendo de ser los auténticos y mejores musulmanes. Pues a ver entonces, preguntan algunos, porqué los palestinos andan mendigando la ayuda europea, mientras los jeques gastan fortunas en casinos y juergas, si son sus hermanos que dediquen un poco a socorrerlos.
-Me juego algo que no faltan en la trama los pirómanos de turno. Ni siquiera la más campesinas de las revoluciones pudo prescindir de un tipo con hábitos que se subiera al carro de heno a incendiar a las masas.
-No faltan, y cada uno con su propio bidón de gasolina en la mano. Por un lado, miles de expertos en estudios islámicos (hasta el 40% de los licenciados en Pakistán) están en el paro porque sus conocimientos no interesan, no son productivos. Unos pocos podrán reciclarse como maestros, pero la mayoría no tienen los conocimientos básicos de matemáticas, física, geografía o historia que necesita siquiera un alumno de enseñanza básica en el mundo moderno. Si este es el futuro -gritan- un futuro en el cual no sirve lo que yo puedo enseñar, que se pare el reloj y declaremos la tierra plana e irrelevantes los principios de la termodinámica. No necesitamos a Newton ni a Pasteur. Así les ha ido, claro, como muestra la epidemia de peste negra del Cairo en 1348, que hasta los propios contemporáneos se echaban las manos al turbante por la cerrilidad de sus dirigentes. La variedad modernilla es la de los neointegristas, tan evidentes en la escena política en Irán (aunque visibles por todas partes), los cuales aceptan ciertas innovaciones en tanto que les sirvan para que todo siga como estaba. El gatopardo con chilaba. Les dan un poco de cuerda a sus mujeres para que les hagan los coros y no se dejen arrastrar por las ideas del “Islam feminista” o peor aún , el feminismo ateo que han adoptado tantas mujeres hartas de sus salvajadas. Algunas tienen que defenderse a puñetazos, otras se enganchan a las drogas. Y las demás sobreviven como pueden a los partos en pésimas condiciones, la violencia tribalista y la miseria talibana (ellos que pretendían crear un gobiernos justo en el caos…y han traído un infierno tapado con burkas)
Tampoco las instituciones docentes tradicionales están tranquilas. El fin de la exclusividad de la enseñanza, la aparición de la enseñanza laica en la cual se enseña “lo que sirve de verdad”, les ha puesto de los nervios (de que me sonará esto…). La culpa, claro, del contubernio judeocristiano que ataca a nuestros sacrosantos valores blablabla…También hay que reconocer que los gobiernos laicos, sin encomendarse a nadie, han manejado el asunto con la delicadeza de una apisonadora en una cristalería, imponiendo a ciegas y con muchos trapos sucios por el camino. Como dos brontosaurios disputando la propiedad de la pradera.
Otro ejemplar es la variedad musulmana de los telepredicadores americanos. Pulcros, exquisitos, con empleo novedoso de los medios de comunicación, discursos demagogos y falsa modernidad dentro de un orden, sus apariciones en la televisión local (por lo general aburrida, censurada al máximo y repetitiva) atraen a los que están atrapados entre los mundos de la tradición y el desarrollismo. Muchos de ellos pagados con pólvora del sheik saudí (que cosas, siempre asomando la patita), que se empeña en extender su visión del Islam en casa ajena. Así reorientan el mosqueo de los musulmanes contra sus patronos, señalando como culpables a los malvados extranjeros y la perniciosa colonización, que como excusa parece no gastarse nunca. Si les preguntamos con inocencia porqué otros países colonizados como la India han seguido adelante despegando, quedan en evidencia, pero a ver quien es el valiente que les saca los colores-
También los hay subespecie rústica, tan incultos como su parroquia, salidos de las madrasas pueblerinas y que confunden las costumbres de su tribu (bastante preislámicas) con la pura doctrina. Estos predicadores se dedican a consolar a sus feligreses con el menaje de que ellos no tienen la culpa de nada, que sus penas son la consecuencia de las malas acciones de otros, que el mundo es injusto y ellos pueden ser rebeldes porque el mundo los hizo así. La versión datilera de los delirios de persecución abertzales.
-Todo junto parece una mezcla pendiente de ignición espontánea en cualquier momento.
-Si, y en la forma de suicidio social. Los primeros que serán destruidos en la explosión serán los que tanto dicen pelear por el Islam, y en su particular Apocalipsis arrastrarán al resto de la Umma. Esto lo están pronosticando los propios críticos e intelectuales musulmanes, rechazados por sus correligionarios por “heréticos” (o sea sinceros, y no hay cosa mas ofensiva para un musulmán que la corrección de sus faltas en público) y silenciados en Occidente por la destrucción de la imagen orientalista que los encandilados oyentes desean recibir. Estos prefieren que les coman la oreja los entrenados conferenciantes prosaudíes, con su aura de hombres viriles y compañeros de sanas francachelas, o los melosos mulás iraníes, que defienden el engaño y el disimulo como arma eficaz contra los herejes (e decir, todo aquel que no es exactamente igual que ellos), o tiemblan cual doncellas pitiminís cuando los bravucones de turno exigen a voces y de malos modos que les sirvan esto y aquello estando de invitados en casa ajena (malos creyentes, puesto que la Sunna dicta que el buen musulmán sea discreto y no utilice su profesión religiosa para ofender ni escandalizar, y menos aún para chinchar al vecino)
-Voy a ir colgando parte de la bibliografía, porque si nos han de acusar de algo que no sea de iletrados...
Arab human development report 2005; towards the rise of women in the Arab world.
Ed. by United Nations Development Programme. Arab Fund for Economic and Social Development.
Alms for Jihad: Charity and Terrorism in the Islamic World.
Clinton Bennett
The Mosque: The Heart of Submission
Rusmir Mahmutcehajic
Whatever Happened to the Egyptians? Changes in Egyptian Society from 1950 to the Present
Galal Amin
What Went Wrong? : Western Impact and Middle Eastern Response
Bernard Lewis
Forbidding Wrong in Islam: An Introduction
Michael Cook
El ala radical del Islam. El Islam político: realidad y ficción
SALEH ALKHALIFA, Waleed
Religion and State; The Muslim Approach to Politics
L.Carl Brown
Discovering Islam: Making Sense of Muslim History and Society
Akbar S. Ahmed
Holy War, Holy Peace; How Religion Can Bring Peace to the Middle East
Marc Gopin
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