Hace unas semanas yo también estaba en Ginebra. Lo digo porque según parece un buen puñado de españoles (incluyendo alguno famosete) ha estado por allí estos días, que vamos, lo que me extraña es que no hayamos coincidido en Plainpalais (o quizás nos hemos cruzado pero no lo he reconocido como destacado o eminente). Y es que si lo moderno hoy es ir a Nueva York y luego poner a caer de un donkey a los demás que han pillado el mismo vuelo, lo clásico es ir a la orilla del lago Leman a ponerse trascendentes y hacerse fotos con la placa de oh, Borges! (porque si intentan hacérsela con la de Servet, hace años se la llevó un camión por delante y no la han repuesto)
Estando pues ya cumplida la parte de alojamiento y localización de la sección del Inner Circle que anda desplazada por esas tierras, a la hora del café preguntamos por el famoso
referéndum de los minaretes .
- Pues veréis, lo cierto es que la gente se lo ha tomado demasiado a pecho. Pero si total es lo que hacen siempre aquí: cada tres meses ponen a votar a la peña cualquier chorradita, y si sale lo que “no toca” sabes que en seis meses les van a echar atrás la reforma o la ley en una instancia superior. Así que muchos votan por tocar las narices, otros al tuntún, y lo que parece un país tan democrático y tan activo en esto de la ciudadanía en realidad es un paseíllo que tiene a todos contentos y en forma.
- ¿Y las razones para votar que no? ¿se ha estudiado realmente qué es lo que les movía?
-
Aunque parezca simplón, parte han votado que no porque les parece que un minarete no pega en su paisaje ¡Como si toda Suiza fuera un decorado de Heidiland!. Algún malévolo opina que los minaretes, tan fálicos ellos, son demasiado procaces para los pudorosos suizos. Pero es evidente que si fuera una cuestión de arquitectura chirriante se podía haber solucionado sin tantos dramas. Para empezar porque acogiéndose a la ordenanza municipal de cada sitio se puede evitar que coloquen un minarete en la panorámica de postal que tan buenos dineritos produce cuando los turistas hacen la foto con la vaca, el chalet, el simpático abuelito ordeñando la cabra y el San Bernardo dando la patita. Claro que entonces se preguntarían porqué han dejado que coloquen la estatua recontramoderna espantosa, el quiosco de periódicos cutre, la columna de anuncios, el neón sicalíptico y la casa de muros con alambre de espino del ricachón londinense que pagó el unto cantonal . Total, los minaretes en Europa se usan no para llamar a la oración (o sea, nada de estruendos piadosos a las cinco de la mañana) sino para señalar la existencia de la mezquita, así que la excusa de los ruidos no cuela .
Los espectadores externos (musulmanes), que recuerdan que
los minaretes no son ni mucho menos obligatorios en las mezquitas y que en muchos casos adaptan rasgos de construcción locales, no entienden cómo es posible que unas construcciones mas o menos exóticas “socaven gravemente la personalidad de un país y su cultura”. ¿Qué cultura suiza? La que emana de Italia, de Francia, de Alemania? ¿La que ha puesto en los restaurantes típicos la “fondue china” como plato tradicional? ¿La que presume de reformista y se deshace en loas a Calvino y su austeridad mientras exhibe su hedonismo más propio de un Heliogábalo o un Creso con
visa diamante ? ¿Acaso son menos suizos los judíos que llevan desde hace 100 años intentando que se les autorice la shejitá (sacrificio ritual), y a los que el día menos pensado se les puede prohibir la importación de carne kosher? -por cierto, se está intentado
llevar a referendum esta ley y se asegura que el 76% de la población apoyará la prohibición; mientras tanto los que protestan reciben cartas amenazadoras y soportan campañas de odio en el mejor estilo neonazi . De paso, les han echado atrás cualquier medida para conseguir alguna restitución por la implicación suiza en el Holocausto. Por lo visto eso también iría contra algo muy característico de Suiza: la complicidad bancaria y comercial con los que gustan de la opacidad -la campaña apenas escondía que se trataba en realidad de un gesto antimusulman (
y atentos al enlace que tiene miga por venir de quien viene el rechazo a la prohibición). Muchos han colocado su voto en la caja del miedo, esa que sacuden con gusto los extremistas del mundo islámico radical y de la extrema derecha occidental (si es que en el fondo no son la misma cosa). Los unos, porque si no fuera por su violencia y sus discursos de puro odio contra todo lo que se menea no iban a convencer ni a Al-Tato de las virtudes teologales de su interpretación del Islam (es sorprendente lo mucho que se relaja la observancia estricta de cualquier religión cuando se deja de tener a un tipo armado vigilando nuestra probidad), y los otros porque sin una amenaza a la cual “combatir” cual guerreros del antifaz quedarían expuestos como simples sociópatas en busca de una excusa para hacer daño (eso si, con las espaldas cubiertas y embistiendo contra los que menos resistencia van a ofrecerles, o sea el pringaíllo del barrio y no el tipo armado de la vigilancia). Pero esos mismos tipos, tan arios y tan suizos, rechazan con horror trabajar como negros (o como chinos, o como moros, o como malayos... o como gallegos) en empleos duros y mal pagados, los que suelen ocupar esos que tanto desprecian. Luego pasearán por las calles bien fregadas (lo de que no tiran un papel al suelo es un mito, lo que pasa es que hay muchos barrenderos), comprarán en tiendas abiertas a deshora, comerán en restaurantes de precios asequibles, volverán loco al camarero... y todos esos trabajos los hace Lin, o Carballeira, o Ahmed, el mismo Ahmed que cobra apenas 600 euros y duerme en el suelo de la cocina, y que no está dispuesto a que encima se le exija hacerse invisible como a los chinos (que ya no rezan y están demasiado ocupados siendo controlados por el Gran Hermano chino) y que son los que cargarán con el desprecio de los justicieros calvinoides. Ya les aseguro a ustedes que a los jeques no les van a rechistar ni hacer ascos a sus petrodólares (y que esos no rezan en la mezquita de los paisanos...)
Las soflamas de unos y otros aterrorizan a los que se ven ya en la primera fila para recibir las pedradas (muchos musulmanes están firmemente convencidos de que Occidente está involucrado en una conspiración para exterminarlos a todos, y que el día menos pensado les van a empezar a caer bombas atómicas en la cabeza, hagan lo que hagan y por muy pacíficos que sean, puesto que sus propios dirigentes los han vendido a los exterminadores, y que con los judíos estuvieron practicando). Quien se va a llevar la ostia de vuelta de los dichosos minaretes? Pues los que menos han pintado en todo estos: los coptos y los cristianos caldeos de Oriente Medio, que se van a llevar los palos por simpatía, con la misma lógica con que se “castiga” a los musulmanes “de aquí” por las burrerías que hacen los musulmanes “de allí”; los musulmanes “pasotas”, los que salieron por piernas de Yugoslavia para evitar que los hicieran picadillos (que constituyen la gran mayoría de los residentes en Suíza, y que son... sufíes!). Como en el chiste de Mingote, los dos bandos se tiran piedras a ambos lados de la calle amurallada y los pedruscos les caen a los transeúntes que intentan seguir su camino
A lago revuelto,
ganancia de saqueadores: los Tarik Ramadán que ramonean por las muy pijas y exclusivas universidades europeas , que jamas han padecido miserias ni indignidades, pero que hacen la pose de intelectualidad sufriente manipulando con desvergüenza la mala conciencia de la clase progre occidental (y actuando como intermediarios en negocios entre los ricos de ambos lados) y alimentando el victimismo de los musulmanes “de alpargata-babucha”, que se sienten arrasados culturalmente por la peor versión de la American Way of Life (Hollywood, Blackwaters, Concursos de belleza infantiles...). Muchos musulmanes están firmemente convencidos de que Occidente está involucrado en una conspiración para exterminarlos a todos, y que el día menos pensado les van a empezar a caer bombas atómicas en la cabeza, hagan lo que hagan y por muy pacíficos que sean, puesto que sus propios dirigentes los han vendido a los exterminadores. ¡Pero si hasta los “científicos rusos” han “demostrado” que la culpa de los terremotos y maremotos de estos años la tiene los americanos con su Rayo de la Muerte, desarrollado sobre
los planos de Tesla que robó el Gobierno americano !
¿Y en Ginebra? La prospección de campo es bastante parcial y sesgada, evidentemente: una ciudad cuya característica mas destacada es la multiculturalidad (véase por ejemplo la estupenda Colección Baur o el Museo Etnográfico), que es sede de organismos como la ONU, la OMS, la Cruz Roja, el Centro de Comercio Internacional, la Oficina Internacional de Educación o el Centro Internacional de Cálculos Electrónicos;que tiene restaurantes de cocina de todo el mundo, por cuyas calles se oyen hablar todos los idiomas...Pues los ginebrinos (los que se animaron a votar, que no fueron muchos) dijeron que no les importaba que en su skyline hubiera mezquitas (total, acostumbrados a las estatuas de Moore, los suburbios de diseño caja-de-zapatos-baratos o los complejos industriales roñosos, que les pongan un minarete por una zona periférica...). Al menos que hagan algo bonito, como la preciosa (y muy eslava) Iglesia Ortodoxa. Y ya puestos, que haga juego con las vistas, que es mas de lo que hacen muchos edificios...
[Rabbi Melchior, el anterior Gran Rabino de Noruega, hizo notar que durante el debate suizo sobre la shejitá (prohibida desde los años 30), un parlamentario indicó que si a los judíos no les gustaba “pueden irse a otro sitio” Adivinen sobre qué tema se empleó el mismo argumento]
(Escrito por Mandarin Goose)
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Debajo de los adoquines está la playa, decíamos cuando entonces.
Hoy volvemos a repetirlo: debajo de la sábana está libertad. No a la censura.