Etiquetas: Faustine de Morel
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El debate de la conquista (II)
14 de Junio de 2009 - 07:35:49 - Pío Moa
El mismo año 1542, Las Casas compendió sus denuncias en su vehemente Brevísima relación de la destrucción de las Indias, escrita con datos supuestamente conocidos o presenciados por el autor. El libro, base principal de la llamada leyenda negra, es probablemente el libro más antiespañol que se haya escrito nunca, y su influencia persiste hasta hoy. No extraña que Gombrich y tantos otros lo creyeran, con poco esfuerzo crítico. Las Casas pinta a los españoles de América, con raras excepciones, como demonios sedientos de sangre, faltos de cualquier sentimiento cristiano o meramente humano, y de una estupidez muy difícilmente igualable, pues aniquilaban por los métodos más atroces, a los indígenas de cuyo trabajo pretendían vivir, convirtiendo a Las Indias en desiertos. De ser así, no solo habrían desaparecido los indios sino también los españoles, que habrían quedado sin medios de vida, teniendo, además, nula disposición a trabajar por sí mismos.
De entrada llaman la atención los datos geográficos ofrecidos por Las Casas. En La Española encuentra cinco reinos, uno con una vega de 80 leguas de sur a norte (como una legua castellana del siglo XVI equivalía a algo más de cinco kilómetros, habla de 400 kilómetros largos). La vega estaría recorrida por más de treinta mil ríos, unos veinte o veinticinco mil de ellos riquísimos en oro, y doce tan grandes como el Ebro; otro reino de La Española era él solo más grande que Portugal y “harto más felice y digno de ser poblado”, también lleno de minas de oro y cobre; no detalla la extensión de los otros tres reinos, pero da a entender que eran también muy vastos. Desde “muchas leguas arriba del Darién hasta el reino e provincias de Nicaragua” calcula más de quinientas leguas y, también, grandísimas riquezas de oro. En el antiguo Imperio azteca los españoles se dedicaron a exterminar a la gente “en cuatrocientas y cincuenta leguas en torno cuasi de la ciudad de Méjico e a su alrededor, donde cabían cuatro y cinco grandes reinos, tan grandes e harto más felices que España”. Guatemala tenía “más de cien leguas en cuadra”. En Santa Marta fueron despobladas “más de cuatro cientas leguas”. La isla de Trinidad era “mucho mayor que Sicilia”, y la tierra firme descubierta tendría más de 50.000 kilómetros de litoral. El oro abundaba extraordinariamente en muchos lugares, y solo “de la isla Española se había henchido casi España de oro”.
Pero estos cálculos apenas son nada comparados con los relativos a la población. Las costas de tierra firme estaban “todas llenas como una colmena de gentes (…) que parece que puso Dios en aquellas tierras todo el golpe o la mayor cantidad de todo el linaje humano”; no había región que no estuviera “pobladísima” y con extensas ciudades. En Nicaragua, con sus grandísimas riquezas, “era cosa verdaderamente de admiración ver cuán poblada de pueblos, que cuasi duraban tres y cuatro leguas en luengo”, auténticas urbes mayores que cualesquiera de Europa y de las que la arqueología no ha hallado la menor traza, pese a ser tantas. La Nueva España, futuro México, había disfrutado de muchas ciudades más habitadas que “Toledo y Sevilla y Valladolid y Zaragoza juntamente con Barcelona”, de modo que “para andallas en torno se han de andar más de mil e ochocientas leguas” (casi diez mil kilómetros). En Guatemala, todavía más poblada, no extrañará que los españoles exterminaran a no menos de cuatro o cinco millones de personas. El Yucatán “estaba lleno de infinitas gentes”. También en Florida “había grandes poblaciones”. Las Antillas, antes de la conquista, eran “las tierras más pobladas del mundo”, y solo en las pequeñas islas Lucayas o Bahamas habría vivido más de medio millón de habitantes. En Centroamérica se hallaba “la mayor e más felice e más poblada tierra que se cree haber en el mundo”. Y así sucesivamente.
(Continuación)
Los datos de Las Casas son claramente ficticios, pues la mayor parte de las tierras y costas eran selváticas y agrestes, con agricultura muy escasa –salvo en los imperios inca y azteca— y primitiva. Fuera de dichos imperios no existían ciudades, y la mayor parte de las regiones no podía contar con una población mucho más densa que la actual Amazonia o la Patagonia. Cabría pensar que Las Casas daba oído a leyendas, por desconocer muchos de aquellos lugares, pero exagera igualmente cuando habla de lugares donde sí estuvo, como Cuba, Méjico o La Española. A esta última le atribuye más de tres millones de habitantes, y afirma que solo en una parte de ella podrían haberse construido más de cincuenta ciudades tan grandes como Sevilla.
Los indios de Las Casas son siempre “mansísimas ovejas”, “sin maldades ni dobleces, obedientísimas y fidelísimas”; las gentes “más humildes, más pacientes, más pacíficas y quietas, sin rencillas ni bullicios, no rijosos (…) sin rencores, sin odios, sin desear venganzas que hay en el mundo”; “Carecían de vicios o de pecados”; “Gentes muy bien dispuestas, cuerdas, políticas y bien ordenadas”; “No poseen ni quieren poseer bienes terrenales”. “No soberbias, no ambiciosas, no codiciosas”. “Limpios y desocupados, de vivo entendimiento, muy capaces y dóciles para toda buena doctrina”.
Estas virtudes fabulosas aumentaban si cabe el horror de las atrocidades hispanas: “Y a estas ovejas mansas y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles (…) como lobos y tigres y leones cruelísimos (…) Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte (…) sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas por las extrañas y nuevas y varias y nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad, de las cuales algunas pocas abajo se dirán”. En Nueva España habrían matado “a cuchillo, y a lanzadas y quemándolos vivos, mujeres y niños y mozos y viejos, más de cuatro cuentos [millones] de ánimas (…) Y esto sin los que han muerto y matan cada día en la susodicha tiránica servidumbre”. En Nicaragua, “cincuenta de a caballo alanceaban toda una provincia mayor que el condado de Rosellón, que no dejaban hombre ni mujer, ni viejo, ni niño a vida”. Pero en Santa Marta los desmanes habrían superado lo anterior, nos advierte, aunque es difícil imaginar cómo. El total de indios exterminados lo estima Las Casas en hasta quince millones y más, una población seguramente mayor que el total de la existente antes de la conquista, dadas las mencionadas condiciones naturales y técnicas.
(Y final)
Los españoles de América se sintieron calumniados y protestaron indignados por las acusaciones del fraile. Entre otros el franciscano Toribio de Benavente, Motolinía, describió a Las Casas, como “inquieto, bullicioso, importuno y pleitista”, “injuriador y perjudicial”. Le tacha de “oscurecer y ennegrecer” la obra de Cortés y de que, en general, “No tiene razón en decir lo que dice y escribe e imprime, y en adelante, como será menester, yo diré sus celos y sus obras hasta donde llegan y en qué paran, y si aquí ayudó a los indios o los fatigó”, culpándole de perturbar el orden y desamparar a los que dependían de su predicación. Benavente dirigió a un grupo de misioneros, aprendió náhuatl para evangelizar a los indios e instruirlos en diversos oficios, sorprendiéndole la facilidad con que aprendían: “Tienen el entendimiento vivo, recogido y sosegado”. Fue uno de los predicadores más exitosos por Méjico, Nicaragua y Guatemala, envió misioneros a Yucatán, criticó los abusos contra los indígenas y se enfrentó por ello a las autoridades. Gran parte de lo que sabemos sobre la cultura azteca se lo debemos a sus investigaciones, de alto nivel y apoyadas en su conocimiento del náhuatl.
Aunque los descubridores describen a los indios como fuertes y bien proporcionados, Las Casas los presenta como “las gentes más delicadas, flacas y tiernas en complexión”. Acierta más al señalar que son los “que menos pueden sufrir trabajos y que más fácilmente mueren de cualquier enfermedad”, pues no tenían costumbre de trabajar a la europea, ni defensas contra algunas enfermedades no mortales para los recién llegados. La combinación de ambas cosas llevó a Las Casas a propugnar la traída de esclavos negros. El tráfico negrero ya se estaba convirtiendo en un negocio brutal, pero muy lucrativo, realizado sobre todo por comerciantes portugueses y poco después por ingleses y holandeses, que compraban los esclavos a los jefes africanos o los capturaban, y los transportaban en condiciones terribles. Al final, Las Casas se opuso también a ese comercio de negros. En su opinión, quizá acertada, la encomienda era una mala forma de colonización, y el remedio consistiría en el trasplante de campesinos de España a las Indias, proceso que también se daba, aunque lentamente.
Desde luego, el dominico no manifiesta la menor intención de ser ecuánime, sino la de impresionar al máximo a sus lectores, empezando por el rey; y uno de los principales historiadores españoles del siglo XX, Menéndez Pidal, ha creído a Las Casas próximo a la paranoia. No obstante, su libro fue explotado a fondo por protestantes y franceses, como una verdadera arma de guerra realmente eficaz.
[148] ↑ Escrito por: Al59 - 13 de junio de 2009 22:05:00 CEST
[144] Lo más probable es que, en efecto, del dialecto del latín quede poco (mero sustrato de una lengua tan influida por el castellano que puede considerarse dialecto de éste), y que el asturiano resurrecto no dé gran cosa de sí. En suma: lo más probable es que no suceda nada digno de mención. Pero no siempre sucede lo más probable, o no sólo. Uno de esos fenómenos poco probables que, sin embargo, suceden es la traducción de la Odisea al asturiano. Ese texto, desde luego, no suena a dialecto del castellano. No sé hasta qué punto lo entenderán los hablantes de bables que puedan quedar; pero la misma duda cabe sobre la Odisea misma, escrita en un griego arcaizante que nunca se habló como tal.
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Es la primera vez que le veo rectificar, aunque sea con matices. No digo que sea la primera vez, sino la primera vez que yo lo veo. Me ha sorprendido agradablemente, daba por
perdidas de antemano mis palabras. En fin.
- EL AUGUR OBAMA.
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El presidente Barak Obama pronosticó en su momento que los Lakers ganarían a los Magic la final de los Playoffs de la NBA en seis partidos. En la próxima madrugada nuestra se juega el quinto en Orlando y es muy probable que lo ganen los locales dejando el resultado en 2-3 para ellos. Y tampoco es descabellado pensar que en el sexto, a jugar dos días más tarde en Los Ángeles, Kobe Bryan y sus escuderos, Gasol el primero, se hagan con el anillo; y de paso hagan lo de Obama bueno.
[32] Escrito por: J. A. Montano - 14 de junio de 2009 10:35:00 CEST
Gran artículo hoy de Javier Marías. Grande y hermosísimo (¡sobre su Venecia, Prota!):
http://www.elpais.com/articulo/portada/lleva/consigo/elpepusoceps/20090614elpepspor_13/Tes
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Montano, tras su comentario de ayer acerca de su egotismo, comprendo perfectamente que adore a Marías, otro egótico. Todo sea dicho con aprecio, a usted, que no al baboso de Marías.
[41] ↑Escrito por: J. A. Montano - 14 de junio de 2009 11:26:00 CEST
[39] ↑Escrito por: Dragut - 14 de junio de 2009 11:22:00 CEST
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No es mala genealogía la de los egotistas. Tenemos como padre al Stendhal de "Recuerdos de egotismo".
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Yo acepto que usted esté al lado de Stendhal, pero como me lo compare siquiera con Pichafloja Marías, le retiro la palabra, quede claro. Hay cosas con las que no se juega.
Juaristi también lee a A.T. Conjunciones nickjournalianas
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Fanatismos
JON JUARISTI
Domingo, 14-06-09
EN la España de antes de 1959 -escribió una vez Andrés Trapiello-, todo el mundo, tanto en la ciudad como en el campo, se despertaba con el canto del gallo. No lo recuerdo, pero es posible que así fuera, incluso en Bilbao, o, sobre todo, en Bilbao, donde la estrechez de espacio imponía la contigüidad del caserío y la fábrica. En 1959, según Trapiello, nos volvimos, los españoles, irremediablemente modernos. Pero no nos levantamos convertidos en demócratas con despertador digital.
En 1959, hace cincuenta años, en Bilbao, se fundó ETA, y, en ese mismo año de 1959, también en Bilbao, la policía franquista detuvo a un buen número de militantes de Euzko Gaztedi, la organización juvenil del PNV. Entre los jóvenes nacionalistas que se libraron de la redada y consiguieron escapar a Francia, se hallaba Iker Gallastegi, hijo del que fuera fundador de Euzko Gaztedi en 1904, Elías Gallastegui o Eli Gallastegi, Gudari, que lideró el sector independentista más radical del partido hasta la guerra civil, cuando su actitud contraria a tomar parte en una bronca ajena (entre españoles, o sea, maketos) le enajenó las simpatías de sus propios seguidores.
En 1959, Iker Gallastegi, influido por los planteamientos de los republicanos irlandeses, era partidario de iniciar la «lucha armada» contra el franquismo, concebido como un avatar histórico de la eterna España que había intentado avasallar a los vascos desde el Neolítico superior, poco más o menos. Pero la historia fue por otro camino, y los que iniciaron la escalada violenta fueron sus rivales de ETA, gentes que, en buena parte, venían de familias franquistas, como José Luis Álvarez Emparanza, Txillardegi, o Javier Echevarrieta Ortiz. Los únicos militantes de las juventudes del PNV que se pasaron a ETA fueron los que, entre 1969 y 1972, escaparon del control de un joven e inexperto dirigente que pretendía pastorear la rama juvenil del partido desde Caracas, donde estudiaba Sociología con los jesuitas. Iñaki Anasagasti nunca ha superado el trauma. Esa ETA reconstruida por los alevines díscolos del PNV fue la que engrosarían, ya en los años de la Transición, unos cuantos descendientes directos de Elías Gallastegui, hijos y sobrinos de Iker Gallastegi, como la tristemente célebre Irantzu, señora de Txapote, que tomó parte en el asesinato del concejal de Ermua, Miguel Ángel Blanco.
La Audiencia Nacional acaba de juzgar, esta semana, a Iker Gallastegi (o Manuel Gallastegui), de ochenta y tres años de edad, acusado de un delito de apología del terrorismo por unas declaraciones verdaderamente estúpidas y repugnantes conseguidas por algún audaz reportero de una cadena de televisión y denunciadas al momento por una patriótica plataforma. Tales declaraciones son obviamente punibles, pero los hijos de Eli Gallastegi ya han hecho méritos suficientes para arruinar las vidas de los suyos y, de paso, las propias. Es cierto que su pedagogía familiar del odio ha destruido otras vidas ajenas a su clan, y uso la palabra clan a conciencia, porque Iker Gallastegi no es un líder fascista, sino el patriarca de uno de los últimos clanes montaraces de fanáticos que quedan en Europa, pero me provoca un hondo desprecio la caza del fanático cuando es guiada por la venganza combinada con otro fanatismo, aunque sea el de la ley. Y cuando, además, es tan fácil y barato, porque bastaría con prodigar entrevistas televisivas a padres y abuelas de etarras para llenar las cárceles, si eso es lo que se pretende. En fin, unos cuantos demócratas demasiado nuevos deberían aprender que la libertad no se defiende fusilando a la madre de Cabrera.
Cuando en Andalucía los políticos aprobaron el nuevo Estatuto, y me enteré de su contenido, me quedé algo sorprendido por aquello que dice que el andaluz gozará de protección, y hasta de difusión.
De pequeñito viví unos años en Málaga. Allí yo decía "ambelca" y "mondalina". También decía "s'ajoga". En e colegio, sin embargo, los profesores me decían que esoe staba mal dicho, y que había que decir: "alberca", "mandarina" y "se ahoga".
Antes se enseñaba a los niños que los vulgarismos no eran de recibo, mucho menos en la lengua escrita. Ahora, se nos dice que hay que proteger y difundir los vulgarismos.
Es la distancia que España ha recorrido entre los años 70 y hoy en día.
No se pierdan hoy (ni nunca) a Juaristi. Hoy cita a Trapiello y da una opinión sobre Gallastegui que sorprenderá a más de uno.
(54)
apunta la súcubo que entre tanta foto solo se ven los genitales a dos tipos, estando todos los demás púdicametne tapados por manillares y tal. Que pa lo que enseñan lo mismo les daría haberse puesto pololos. Y que en total no pasan de veinte tipos, que aburrido debe ser Valladolid para que semejante noticia lleve un publirreportaje
Se preguntaba Adorno, con rotundidad alemana y esa tristeza propia de los marxistas, si era posible la poesía después de Auschwitz. Siempre he considerado que la dichosa pregunta era en realidad una fórmula retórica. Porque, ¿qué otra cosa es la poesía sino el territorio de la desolación? La poesía es el paisaje de Auschwitz después de la batalla. Cierto es que también hay una poesía de la celebración y la alegría, antigamonediana, milagrosa a veces, como en algunos poemas de Claudio Rodríguez, o irónica y elegante, como en otros de Luis Alberto de Cuenca, probablemente el único secretario de estado dotado de genio poético en la triste historia de nuestra administración (aunque en ocasiones se le asome la melancolía como el pañuelo de un dandy del bolsillo de la chaqueta, un pañuelo blanco como pidiendo rendirse sin condiciones). Pero la poesía desolada es la que más hondamente necesitamos cuando queremos gritar y nadie nos escucha entre las órdenes angélicas. Claro es también que hay quien confunde la poesía con esa hojarasca yerta y maloliente que gana cuantos premios se convocan en esta España faldicorta o con las inanes cancioncillas de nuestros aporreadores de guitarra, o, peor todavía, con esas pasiones pseudoturcas que tanto arrebolan a las seguidoras maduras de Antonio Gala. Sólo pueden considerarse poesía aquellas palabras que golpean con su hachazo el mar helado de nuestro interior, como quería Kafka, otra de las estrellas de la desesperación que iluminaron la sala de los horrores en que se ha convertido el siglo XX. Cada palabra escrita innecesaria ha de ser arrojada al vertedero no reciclable más próximo. Los ayuntamientos, por su parte, deberían multar a los malos poetas por gastar papel inútilmente y entorpecer el desarrollo sostenible del planeta. Porque si fuera verdad que no tenemos alma habría de ser un poeta quien nos lo explicara con sílabas contadas. Amalia Bautista, por ejemplo, nos descubre la consistencia de la vida:
"Nunca hubo dios, ni vírgenes, ni santos,
ni icono que proteja, ni oración que consuele,
nunca hubo milagros ni prodigios,
ni salvación del alma, ni vida eterna,
ni mágicas palabras, ni bálsamo efectivo
contra el dolor que no remite nunca,
ni luz al otro lado de las sombras,
ni salida del túnel, ni esperanza.
Sólo nos acompaña en esta travesía
un ángel de la guarda perplejo que soporta
la misma vida perra que nosotros."
Circula la savia negra de la desesperación en muchos de los poemas que se nos han convertido en indispensables. Por ello no nos soprende leer en palabras ajenas lo que antes habíamos intuido oscuramente en nuestra casa. "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos", nos susurra inmisericorde Pavese, "esta muerte que nos acompaña / desde el alba a la noche, insomne, / sorda, como un viejo remordimiento / o un absurdo defecto." Puede que leer poemas desesperados sea en realidad un viejo truco para conjurar el miedo a la muerte. Pero qué más da: después de un poema verdadero el silencio es más intenso.
58] ↓Escrito por: Roxana - 14 de junio de 2009 13:49:00 CEST
Se preguntaba Adorno, con rotundidad alemana y esa tristeza propia de los marxistas, si era posible la poesía después de Auschwitz....
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Y nos lo preguntabamos algunos. Esas y otras preguntas.
¡ Qué belleza Roxana! Solo una queja. No era el día propio para hacer tal cosa, vista la entrada. Y sus cariños con Z. Al que esas preguntas además de retóricas, me temo que le parece estériles.
¿ Cuantos eran? Seguro que las fuentes son unilaterales!
Qué llorones son estos reaccionarios.
Aunque hay que reconocer que sus falacias son mucho más hermosas que las de los progres.
Bueno, para superar la impresión pondremos ahora a un rojillo (aunque igual de patriota)
Perdonen la anglofilia, pero es que entre el manoloescobaresco Que Viva España y esto no hay color.
Belaborda
De quienes a Belaborda se enfrentaron en este blog ninguno salió ileso de los adjetivos certeros que agavillan su prosa y rimas beligerantes.
Reconozcámoselo: las primeras salvas lanzadas como apercibimiento tienen siempre la volada gracia de la ironía quevedesca y mejor que en pergamino victorial dan cuenta de su limpia ejecutoria de poeta macho. Que las piezas abatidas lo mereciesen o no tampoco quitaría riesgo ni dificultad a los enfrentamientos pues es notorio que aquí quien no acierta de pleno, y a la primera, acaba cortado por el hierro de la muerte, digo, insultado y vituperado sin miramientos. Es esta, ley muy guardada.
Si ninguno salió ileso, como dije, de duelos con este poeta, a quien tanta veneración guardo, no es menos cierto que siempre buscó las armonías y pacificar estos occidentes airados hasta que, con razón, se le hincharon los huevos. Debo decir, interesadamente, que nunca fui de sus blancos, y yo he de estimar tal gracia como un regalo muy preciado pues señales dejó en prosas y versos que además de mortales para quien las sufriese fueron asimismo flores de elocuencia y galas de belleza en esta paramera de tahúres bizcos. Y cuando puso el poeta Belaborda en cifra como un aire mío me engrandeció y traigo ahora el gesto agradecido de recordarlo, que no es gala ni vanidad, sino lo callaría, por mor de pagar lo que uno debe. Y porque es de justicia que alguien alguna vez recuerde al gran Belaborda, el lobo solitario, y en no hallando explicación a ese silencio me hago humilde y lo proclamo Maestro muy cercano a mi corazón.
Bueno, Pla también hizo interesantísimas reflexiones sobre lo "inglés".
"¡Londres, Londres! Vista de puertas afuera -y me parece que en este país el extranjero se pasa la vida viendo las cosas de puertas afuera sin cruzar jamás la cancela-, esta ciudad resulta, si no una ciudad indiferente, sí una ciudad inexorable. Se abre poco de brazos, todos van a la suya sin decir palabra al vecino, ni hacer confidencias, nadie se ocupa de nuestros vicios y menos de nuestras virtudes. ¡Menudo escollo para un hombre que necesita hacer un gesto cada tarde, para un hombre con un alma de cómico de teatro o de bailarina! Se comprende perfectamente que este país sea considerado con horror por toda la gente que se pasa la vida cantando arias, dando certificados de sabiduría o moral. Pero quizás esta vida de la gente de aquí, que se enternece con una petaca de tabaco y una pipa, un libro y una botella de vino, un poco de silencio y soledad, sea una vida como otra cualquiera, quizá mejor que otra cualquiera".
"A mí me gustan más estos otros rincones, los rincones de calma con la capilla cubierta de hiedras y de viñas silvestres, los árboles fantasmales, los colores de paja enfermizos, la hojarasca húmeda de los squares. El Londres anacrónico, situado un poco al margen con gorriones y gatos y gente gris y vaga y aquella dulzura de lluvia otoñal que forma su alma -no puedo remediarlo- me gusta".
"No sé si Soho puede gustar a las personas de carácter. A mí me encanta. Es un barrio que tiene la fantasía y los peces de colores, la humedad y la tristeza de la vida, la ilusoria maravilla modesta de alas rotas y el agridulce que hace reír y llorar. Muchas, muchas cosas de la literatura inglesa serían inexplicables sin la existencia de este barrio: la parte menos puritana, más humana, menos protestante. Produce una gran ilusión comer en él un gran plato de pasta a la napolitana y un rosbif suntuoso, regado con una botella de borgoña tocada de una voluptuosidad de rubí y después, más tarde, ante un gran vaso de cerveza negra y dorada, ver cómo oscurece a las cuatro de la tarde, el día naufragado en la niebla agrisada, y ver, en la calle estrecha, pasar las piernas de las chicas sobre el barro tocado por las manchas azules de los arcos voltaicos".
Merlín y Don Fernando García de Toledo y Cigarrales
Digo y diré siempre mi amor por mi mirlo Merlín, ornato de mis dolientes, últimas horas, cuya palabra sabia prende sobre la luz incierta de mis dos postreros telediarios. Y saco ahora el recuerdo de Merlín por enlazarlo con el de Don Fernando García de Toledo y Cigarrales, Marqués de Cubas-El Álamo, que al caso viene pues de ambos la palabra estremecida de vibraciones ensoñadas nos enseña los oscuros caminos por los que las mujeres atan a los hombres como el labrador el buey al yugo. Esa forma en la que el destino ata y apareja cosas tan disímiles, sí, la entienden de forma igual Merlín y el Marqués para aclarar las mientes de quienes como yo no hallan explicación ni claridad.
Acaba de irse Frida de mi zulo blasonado de Patos llevando en el hombro izquierdo un tití y en el derecho a mi muy querido Merlín, ay, dejándome así en completa orfandad. Recabo del Marqués explicación puesto que mi genial mirlo no puede ya socorrerme en la duda de este prodigio de enmeigallamiento que es Frida, y Don Fernando me responde que en estos casos acontece que el hombre no debe hacerse preguntas sino mostrarse humilde ante esas cosas de las que dispone El Señor y hacer, como en toda ocasión, señal de la cruz, símbolo de fe y reverencia. Que es lo que más temen las meigas después de la hoguera purificadora.
Y cuando, más tarde, en la playa ya oscura, descienda la estrellada cúpula de la noche galaica, sobre mi cuerpo de lobo piojoso, aún recordaré tanto el trino de Merlín como los claustros de soledad en que me ahogan ya las pisadas de ella en la arena, por donde cruza el perfume de su brisa huidiza…
Circe
Me hubiera gustado decirle en la cara a Circe, sin temor a su embrujo, que a la orilla de un manantial mañanero lo que desean un hombre y su amada es envolverse en la tierna piel del agua, arrullados por el estremecido aire que levantan en el orballo gallego la regalada clave de las notas de Merlín, posado en el hombro izquierdo de Frida. Mientras, sobre el verde tapiz del prado corretea la gracia infantil de un tití que a la postre, saltarín, se arrullará en su hombro derecho. Porque todo milagro nace de la ingenuidad que nos llega con un corto vuelo para caernos en cualquier hombro como un verano quinceañero de un nunca renunciable primer amor. El resto, lo de Milady y sus convenidas flores, es cosa ajada que Merlín desdeña con el dorado fiscornio de su pico.
DEMASIADO TARDE
Con la plebe irredenta nada quiero:
al pueblo mi cariño es infinito...
Me ha molestado tanto el señorito
como el inculto menestral grosero...
Nada he tenido ni tampoco espero:
cada uno me cuelga un sambenito...
Ni justicia ni afecto solicito:
que me dejen en paz en mi agujero.
No procuré sumarme voluntades:
he trabajado siempre por mi daño:
del rey al roque dije las verdades...
...Me desplazó en la lucha el sentimiento:
se me juzga romántico y huraño...
¡y era, tal vez, el hombre del momento!
(Pedro Luis de Gálvez)
¡Acojonante! Sólo el Reial Madrit puede unir tanto a los catalanes.
(Ganas me dan de gritar: ¡viva Florentino, carajo!)
Montano: ¿está usted metido en esta guerra? No tenía ni idea del asunto pero me parece fatal que Unicaja quiera cerrar el Colegio. ¿Para qué coño quiere la pasta que -por obligación- debe de gastar en obra social?
Bueno pues ya ha acabado la serie esa de la chica de ayer. Ya se que alguno de la casa le gustaba pero que no, que los guiones eran malos y los actores pésimos. Solo se salvaba el que hacía de comisario, y ese es un personaje de fondo perverso. Y me explico: obligados a hacer un personaje gracioso en su compìlación de rasgos fachas machistas,, homófobos, rancios... y de hacerlo simpaático, han recurrido a que en los capítulos, al final, hace algo bueno que o bien se salta las normas o pone algo de su parte, pero la cuestión es que hace algo que alivia la presión de un entorno muy, muy duro. O sea, el mensaje era: tranquis, que por muy jodido que pareciera aquello en el papel siempre había un tipo majo que hacía de deus ex machina y así lo pasamos, tan ricamente
El otor día les comenté algo sobre un artículo de Rosa Belmonte que iba sobre 'tetas'. Concretamente, sobre las de una tenista rumana, Simona Halep.
La pobre, ha dedicido reducirse el pecho porqe le resulta incómodo para la práctica del tenis. Cuando leí ése artículo, no habia visto nunca a la susodicha.
Pueden verla aquí y comprenderán porqué "esa deaprensiava quiere deshacerse de sus melones", como dice la Belmonte.
(Me estoy amariconando, porque no puedo dejar de solidarizarme con Simona)
Siempre es ahora. En Campos de Fresa: Versión celeste.
Leo esto en elmundo.es:
"En la zona vip, CR9 y una "misteriosa" morena llamaron la atención de la gente que les rodeaba debido a los constantes susurros y miradas que se profesaban"
Acojonante.
Llamaban la atención por mirarse y hablarse bajito. Si llegan a besarse, ya la rehostia
En fin...
¡Espérame Jamontano, que también me voy a la cama!
El Marqués regresa con un mensaje Volk al pueblo español. Aquí ha sido fácil: la ZDF nos ha dejado estudios, micrófono y secretarias solícitas en el camerino; ahora bien: ¿qué televisión española tendrá el arrojo de retransmitir las verdades del Marqués?
Mercutio me susurra... confiemos en Gabino de Lorenzo.
La portada del SPORT con Ronaldo y Paris Hilton que ha hecho pupa al madridismo