Primero de Mayo, querido lector, y entre usted y yo una misma herramienta incalculada por MacLuhan: el teclado y la pantalla. Una de las síntesis más significativas de nuestro tiempo es, precisamente, que trabajo y ocio pueden compartir y comparten espacio físico. Tener una samba en youtube mientras se contabilizan los deprimidos activos del trimestre. Esto es una particularidad del tiempo y ahora voy a acercar la lupa a una particularidad del hoy, inexistente por ejemplo hace dos años, porque de un tiempo a esta parte el trabajo, la actividad, enfiló la depresión y en la ecuación más simple se habla hoy de que nuestra caída de PIB obedece al descenso en el consumo, consecuencia a su vez del frenazo de capacidad adquisitiva por la escasez laboral. He leído a un político que se precisa fomentar el consumo y el ahorro, simultáneamente. Le propongo entonces que se agencien una herramienta que ahorra.
Se trata del FMV-BIBLO LOOX U/C50N Eco, el primer ordenador portátil que funciona con viento. Salió a la venta en Japón hace una semana -es un Fujitsu, por si no lo he mencionado- y la compañía ha prometido que por cada venta adquirirá "energía verde" suficiente como para compensar las emisiones que se derivarán del consumo eléctrico que abusará el cacharro durante su vida útil.
El cálculo es el siguiente: cada portátil estará operativo una media de nueve horas diarias, la mitad cargando, la mitad en autonomía. Y cada portátil durará 960 días repartidos entre cuatro años. Esto generará un consumo de 46kw por ordenador. La generación de esa energía por los "procedimientos convencionales" produciría la emisión de 18 kilogramos de emisiones de dióxido de carbono.
Fujitsu afirma que compensará esas emisiones con "certificados de energía ecológica" emitidos por una compañía denominada Japan Natural Energy, que a cambio invierte en cinco centrales eólicas y 12 centrales energéticas de biomasa. Compromiso medioambiental, ahorro y energías renovables.
El problema, según lo ha contado el articulista Fred Pearce en The Guardian, se suscita con el precio. Cuenta el periodista que aunque la empresa refiere que estos portátiles cuestan lo mismo que los convencionales, el hecho es que han salido al mercado a precios sensiblemente superiores. Es más, el C-50 tiene dos versiones, la que hemos descrito y una "convencional". La segunda cuesta 928 euros (al cambio), la segunda 52 euros más. Una diferencia que, clama la empresa, compensa la causa ecológica que se emprende con la compra.
Pero el fino Pearce ha realizado su propio contra cálculo que consiste en que Fujitsu vende los 18 kilos de depuración de dióxido de carbono incorporados en cada portátil por unos 5.000 yens. Esto consigna un precio de 1.475 euros por tonelada.
El periodista ha consultado a una empresa británica dedicada a esta misma actividad de mitigación de carbono, Climate Care, con sede en Oxford, preguntando cuánto por sus tarifas. Climate Care vende elementos poco contaminantes, mitigadores, para turbinas de aviones y quemadores de biomasa. Precisamente, los exporta a Asia. Por 9,6 euros la tonelada.
227 veces menos de lo que cobra Fujitsu.
Los portátiles se comercializan únicamente en Japón y la misma marca ya lanzó en su día ordenadores de madera.
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