Casos de pederastia en la Iglesia Católica
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Los casos de pederastia en la Iglesia Católica son una serie de acusaciones de abuso sexual hechas en contra de sacerdotes de la Iglesia Católica en la segunda mitad del siglo XX. A pesar de que tales cargos ya habían sido formulados en años anteriores, el tema ganó notoriedad durante el último lustro de la década de 1990. Este artículo trata de casos denunciados y que han sido llevados a juicio, y del tratamiento que la Iglesia Católica le ha dado a este problema.
En los incidentes de abuso sexual se hallaban involucrados sacerdotes diocesanos (varones todos) y miembros de varias órdenes religiosas católicas (de ambos sexos). Los casos por lo general se dieron en seminarios, escuelas y orfanatos, donde los niños estaban bajo el cuidado del clero. La Iglesia y sus líderes reciberon muchas críticas como consecuencia de estos casos, en especial cuando se descubrió que algunos miembros de jerarquía superior del clero los encubrieron. Por ejemplo, se alega a menudo que en muchos casos, tras conocer por medio de los padres, o profesores, el obispo de la diócesis correspondiente sobre los casos de abusos, estos obispos generalmente se limitaron a trasladar a estas personas a otra diócesis, donde reincidían en sus prácticas sexuales delictivas.
Tabla de contenidos [ocultar]
1 Antecedentes
2 Datos sobre el problema en Estados Unidos
2.1 Estadísticas de la Liga Católica
3 Principales acusaciones
3.1 Ineficacia al combatir los abusos
3.2 No reportar los casos a la policía
3.3 Otras
3.3.1 Política de encubrimiento
3.3.2 Pagos a las víctimas
3.3.3 Difamaciones históricas
4 Respuesta de la Iglesia Católica
4.1 Medidas
4.2 Pagos compensatorios
5 Posibles causas del escándalo
5.1 Relajación de costumbres
5.2 Carencia de sacerdotes
5.3 Celibato
5.3.1 Argumentos en contra del celibato obligatorio
5.3.2 Argumentos en defensa del celibato obligatorio
5.4 Rol de la prensa
6 Referencias
7 Enlaces externos
Antecedentes [editar]Los clérigos, quienes usualmente contaban con la confianza de los laicos, tenían contacto irrestricto con la gente a través de los vínculos parroquiales con las familias, a través de seminarios y otras instituciones manejadas por órdenes religiosas, incluyendo escuelas, orfanatos, hospitales y organizaciones de trabajo social. También estaban involucrados en cada aspecto de la vida de las familias que formaban parte de su comunidad: desde el bautizo de los infantes hasta la celebración semanal de la Misa; desde dar la Primera comunión a los niños hasta celebrar matrimonios y también funerales. Además, muchas familias católicas enviaban a sus hijos a escuelas católicas. En definitiva, la práctica de la fe católica implicaba tener una cercana relación o proximidad con los sacerdotes. Aunque se presume que el 99,8% de los sacerdotes católicos nunca ha estado involucrado en ningún caso de abuso sexual, la minoría que cometió esos crímenes de hecho tuvo acceso fácil a los niños.[1]
Los primeros reportes de los casos se dieron en su mayoría en Estados Unidos e Irlanda. El reporte John Jay encontró acusaciones contra 4.392 sacerdotes estadounidenses, que representaban cerca del 4% del clero de ese país.[2] Los primeros casos de abuso sexual que fueron ampliamente publicitados tenían como víctimas a niños impúberes, siendo la mayoría de ellos varones.[3] Aunque la mayoría de los casos se dieron en la década de 1990, hay reportes de casos de abuso sexual por parte del clero que datan entre 1960 y 1980,[4] e inclusive en siglos pasados, como lo evidencia la constitución apostólica Sacramentum Poenitentiae de 1741. El aumento del número de denuncias que se produjo en la época se dio no solo en países de tradición católica como Irlanda y España, sino también en otros países como El Reino Unido, Canadá y, sobre todo, en Estados Unidos. Los hechos denunciados salieron a la luz, en muchos casos, años después de haberse producido los abusos. Estos casos fueron ampliamente divulgados por la prensa y revistas, recogiendo las declaraciones de las víctimas, tras un largo silencio, tras el cual acusaron además a la Iglesia Católica de haber silenciado el problema y encubierto a los responsables de estos delitos.
Datos sobre el problema en Estados Unidos [editar]Más de 4.300 sacerdotes católicos de EEUU estuvieron implicados en presuntos casos de abuso sexual contra menores desde 1950, según dos informes difundidos.[cita requerida]Los dos estudios, supervisados por el grupo "Junta Nacional de Revisión" ("National Review Board"), señalaron que un total de 4.392 sacerdotes fueron acusados del abuso sexual de 10.667 menores entre 1950 y 2002. De ese total, aproximadamente 6.700 casos presentaron suficientes pruebas, otros 3.300 no fueron investigados porque los sacerdotes ya habían fallecido, y otros 1.000 no presentaron pruebas fiables para justificar una investigación, según un comunicado divulgado por la diócesis de Yakima, en el estado de Washington[5].
Uno de los informes indicó que los costes relacionados con estos problemas superaron los 570 millones de dólares en concepto de gastos legales, indemnizaciones, terapia para las víctimas y tratamiento para los curas. Esa cifra no incluye los 85 millones de dólares que pagó la arquidiócesis de Boston para resolver algunas de las demandas presentadas por las víctimas. La arquidiócesis de Boston (Massachusetts), donde se prendió la mecha que desató el escándalo de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, anunció a finales de mayo de 2005 el cierre de 65 de las 357 parroquias de su jurisdicción, la cuarta más grande de EEUU.
Estadísticas de la Liga Católica [editar]Por su parte, la Liga Católica de los Estados Unidos argumentó que las estadísticas de abuso sexual en la Iglesia son similares a las que existen en otras instituciones: en las escuelas públicas de los Estados Unidos, cerca de un 5% de todos los profesores son culpables de abusar sexualmente de un 15% de todos los estudiantes.[6] Una encuesta realizada en el 2003 reveló que un 6.7% de los estudiantes de Estados Unidos habían padecido una mala conducta sexual por parte de su profesor, que incluso llegaba al punto del contacto físico. [7] Un reporte del Departamento de Educación de los Estados Unidos publicado en el 2004 encontró que entre el 3.5% y 50.3% de los estudiantes son objeto de conducta sexual inapropiada por parte de sus educadores en algún momento durante su carrera estudiantil. Se descubrió que los profesores, entrenadores y profesores substitutos eran los que más incurrían en el delito.[8]
Principales acusaciones [editar]
Ineficacia al combatir los abusos [editar]Algunos obispos fueron muy criticados por desplazar a los sacerdotes criminales de parroquia en parroquia en vez de esforzarse en despojarlos de sus facultades. Muchas diocesis sometieron a los sacerdotes acusados de abuso sexual a tratamientos y evaluaciones psicoterapéuticas, tras las cuales podían resumir sus actividades pastorales si los psicólogos o psiquiatras que los trataban le advertían al obispo que no había peligro de que se les reasigne a su labor.
Quienes defienden el accionar de los obispos sugieren que, al reasignar a los sacerdotes a sus labores tras el tratamiento, estaban actuando de acuerdo con el mejor consejo médico cuando éste estaba disponible. Por su parte, los críticos han cuestionado si los obispos pueden necesariamente llegar a juicios acertados en circunstancias serias sobre la mejora psicológica de un sacerdote, basándose en el consejo de profesionales ampliamente considerados como de opiniones cambiantes. Asimismo, los obispos fueron criticados por actuar como meros "empresarios", quienes veían los casos de abuso como un asunto médico y disciplinario del sacerdote, y que estaban preocupados por mantener el tema en secreto con el objeto de lograr un manejo financiero y administrativo óptimo en vez de preocuparse por los intereses de las víctimas:
La antigua tradición católica codificada en el Derecho canónico de la Iglesia, desde hace mucho tiempo, ha sostenido que ciertos pecados graves, por su naturaleza, descalifican a un hombre para continuar en el ejercicio público del sacerdocio. El punto no es la retribución; el punto es la iconografía. Un sacerdote que abusa sexualmente de niños ha claramente desfigurado su imagen como una representación viva de Cristo, quien pedía que los niños pequeños se le acerquen [Lucas 18:16]. Un sacerdote que abusa sexualmente de menores impúberes de modo habitual es prácticamente culpable del pecado de seducción así como también del pecado específico de sodomía y fornicación. ¿Acaso los pecados habituales de esta especie no dejan a un hombre incapaz de manifestar esa paternidad espiritual que es la esencia del sacerdocio católico? Estas son fundamentalmente cuestiones teológicas, y no sencillamente preguntas sobre la "disciplina en la Iglesia."... Cuando un obispo ha sido negligente en su responsabilidad paterna para con sus sacerdotes, cuando se ha acostumbrado a tratar el abuso sexual de los clérigos como un mero asunto disciplinario, y cuando las presiones de la cultura terapéutica empiezan a oprimirlo, una noble virtud, la compasión, puede transformarse en un vicio - la irresponsabilidad episcopal. El obispo deja de entender que algunos actos hacen que un hombre sea indigno de cualquier ministerio sacerdotal. Y así el obispo recicla dentro de su parroquia (o hacia otras diócesis) hombres quienes son tanto amenazas para sus potenciales víctimas como iconos irreparablemente desfigurados[9]
Un ejemplo de la política de desplazar a los criminales de lugar a lugar es el caso del Padre Al Ramos, quien, como en otros casos, fue reasignado a otra parroquia tras su tratamiento, como lo evidencia este documento. Un oficial desconocido de la Iglesia en 1985 tomó apuntes telefónicos, que indican que los oficiales de la Iglesia estaban al tanto de su reincidencia en el abuso sexual de menores mucho tiempo después de su tratamiento psicológico a finales de la década de 1970. A pesar de esto, se le permitió ejercer el sacerdocio por dos años más y acumuló 25 cargos de abuso sexual en total.
No reportar los casos a la policía [editar]Desde un punto de vista legal, la más seria ofensa, tras el abuso sexual en sí, fue el hecho de que los clérigos de mayor jerarquía, quienes estaban al tanto del problema, no reportaron los crímenes directamente a la policía. Esto ocurrió en muchos casos en muchos países, y ha tenido consecuencias extremadamente negativas. Por ejemplo, los norbertinos sabían no sólo de las tendencias pedofílicas del Padre Brendan Smyth, sino también de alegatos en su contra por abuso sexual que databan inclusive de 1945, y sin embargo sólo a finales de la década de 1980 e inicios de la década de 1990 las autoridades públicas de Irlanda fueron capaces de reunir suficiente información para iniciar su prosecución.
En mayo de 2001, el Cardenal Joseph Ratzinger, prefecto por la Congregación para la Doctrina de la Fe y futuro Papa Benedicto XVI, envió una carta a todos los obispos católicos declarando que las investigaciones internas de la Iglesia sobre los casos de abuso sexual infantil estaban sujetas a secreto pontificio y que no debían ser reportadas a las fuerzas públicas hasta que las investigaciones fueran completadas, bajo pena de excomunión. El secreto era válido sólo para la investigación interna, y la carta en ningún momento tuvo la intención de desalentar a las víctimas a reportar los casos de abuso sexual a la policía.
Como consecuencia de este problema, los legisladores cambiaron la ley para hacer compulsorio el reportar los casos de abuso sexual a la policía. Un ejemplo de esto es el caso de Massachusetts, en Estados Unidos, por medio de esta acta.
Otras [editar]
Política de encubrimiento [editar]Los analistas del caso del Padre Smyth discrepan en cuanto si existió una confabulación deliberada para ocultar la naturaleza de su comportamiento, o si tuvo que ver en lo que pasó la completa incompetencia de sus superiores (de la Abadía Kilnacrott), o si tal vez hubo una mezcla de la incompetencia de sus superiores con su presunción de que lo que ocurría con los miembros de su orden no era de su incumbencia. Al respecto, William McMurry, abogado de Louisville, Kentucky, entabló una demanda en contra del Vaticano en junio de 2004 representando a tres hombres quienes alegaban abuso sexual, acusando a los líderes de la Iglesia de organizar un encubrimiento de los casos de abuso sexual de niños.[10] Los expertos legales predijeron el fracaso de la demanda por la soberanía de la Santa Sede y la falta de evidencia de la complicidad del Vaticano.
Pagos a las víctimas [editar]También se llegó a alegar que los clérigos pagaban a las víctimas de abuso sexual infantil, bien como un arreglo compensatiorio, bien para prevenir que reporten el crimen a la policía. A mediados de la década de 1990, el Arzobispo (y después Cardenal) Connel de Dublín prestó dinero a un sacerdote quien había abusado sexualmente del acólito Adrew Madden; este dinero fue usado para compensar a Madden y para prevenir que reporte el abuso a la policía. Connel después declaró que sencillamente prestó el dinero al sacerdote, sin conocer para qué lo iba a utilizar.
Difamaciones históricas [editar]La Iglesia durante su historia en ocasiones ha sido sujeto de difamaciones; por ejemplo, el gobierno nazi denunció a la Iglesia Católica como "repleta de enemigos sexuales" (el Ministro de Iglesias Nazis aseguró que 7.000 clérigos habían sido apresados por delitos sexuales entre 1933 y 1937, aunque "el dato real parece ser 170, de los cuales muchos habían abandonado la vida religiosa antes de cometer sus crímenes")[11] Estas acusaciones fueron parte de una campaña de los miembros del Partido Nazi, entre ellos Joseph Goebbels, para reducir la influencia de la Iglesia Católica en la Alemania Nazi durante la segunda mitad de la década de 1930. [12]
Respuesta de la Iglesia Católica [editar]La institución católica se defendió de estas acusaciones, informando que la inmensa mayoría de los casos son antiguos y muchos carecen además de suficientes pruebas. Además impulsó una política desde el Vaticano muy estricta sobre este antiguo problema, que ha permitido reducir la incidencia en gran medida, y que persigue su total erradicación. En algunos países, tras la crisis causada por los casos de abuso sexual, la Iglesia empezó a reformar la enseñanza en los seminarios para proveer a los candidatos al sacerdocio con una correcta formación para soportar una vida de celibato y abstención sexual.
Medidas [editar]El Papa Juan Pablo II tomó varias medidas para resolver el problema de la incorrecta formación sacerdotal. El 25 de marzo de 1992, completó la exhortación apostólica Pastores Darbo Vobis ("Les he de dar Pastores"), uno de los documentos papales más largos de la historia.[13] Este documento estudiaba la crisis de la identidad sacerdotal, la renovación de la vida sacerdotal y la reforma de los seminarios en detalle. Asimismo, en el 2002 hubo una reunión en el Vaticano impulsada por el Papa Juan Pablo II con los principales Obispos de Estados Unidos para tratar de el problema del abuso sexual por miembros del clero. La Conferencia Episcopal de Estados Unidos aprobó dos normativas importantes, unas Normas esenciales sobre las acusaciones de abusos sexuales, sobre el procedimiento a seguir en las acusaciones que se presentaran; y unos Estatutos para la protección de niños y jóvenes. Algunos han atribuído la reducción del número de acusaciones de abuso a partir de la década de 1990 a los esfuerzos de reforma de este Papa.
Por último, se comenzó a investigar la homosexualidad dentro del clero, pues en la mayoría de los casos de abuso sexual se hallaban involucrados varones púberes.[14] La Congregación para la educación católica publicó un documento oficial en el 2005, que controversialmente establecía un paralelo entre la homosexualidad y la pedofilia. Declaraba que la Iglesia "no puede admitir en los seminarios o para las sagradas órdenes a aquellos quienes practiquen la homosexualidad, presenten bien marcadas tendencias homosexuales o apoyen a la llamada 'cultura gay'".[15]
Pagos compensatorios [editar]En diciembre de 2006 la Arquidiócesis de Los Ángeles (Cardenal Roger Mahony) acordó pagar 60 millones de dólares para resolver 45 de los más de 500 casos pendientes relacionados al abuso sexual cometido por sacerdotes.[16] Por otro lado, varias arquidiócesis estadounidenses se declararon en quiebra, con la intención de que, si ésta era otorgada, los juicios pendientes y futuros se resolvieran en cortes federales de bancarrota.
La diócesis de Tucson se declaró en quiebra en septiembre de 2004, y así como también la diócesis de Spokane en diciembre del mismo año. La diócesis de Tucson llegó a un acuerdo con sus víctimas, que el juez de bancarrota aprobó el 11 de junio de 2005; la diócesis de Spokane como parte de su bancarrota acordó pagar al menos 48 millones de dólares como compensación a la gente abusada por sacerdotes. Todos los pagos tenían que ser acordados con las víctimas y otro juez antes de ser realizados.[17] También la diócesis de San Diego se declaró en quiebra.[18]
Posibles causas del escándalo [editar]
Relajación de costumbres [editar]Los católicos tradicionalistas sostienen que el Concilio Vaticano II (1962-1965) creo un ambiente que animó a los sacerdotes a cometer abusos sexuales. El concilio esencialmente buscaba adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro tiempo, como un método apropiado para salir adelante y anunciar el Evangelio. Pero los tradicionalistas creen que esto dio lugar a una conversión de los católicos al secularismo y no lo contrario. Por ejemplo, en la edición del 27 de enero de 2003 de la revista Time el actor y católico tradicionalista Mel Gibson dijo que el Concilio Vaticano II corrompió a la Iglesia y sólo trajo consigo pedofilia y menos fieles. Sin embargo, es importante recalcar que los casos de abuso sexual de menores por parte de sacerdotes han ocurrido desde mucho tiempo antes del Concilio Vaticano II y que en muchos de esos casos, estrictamente hablando, no hubo pedofilia de por medio.
Carencia de sacerdotes [editar]Es un hecho que el número de clérigos católicos es bastante reducido en América del Norte, Europa, Australia y Nueva Zelanda, y por lo tanto, es lícito afirmar que en aquellos lugares es extremadamente importante conseguir nuevos sacerdotes o por lo menos mantener los ya existentes. Por eso se ha alegado que la jerarquía católica actuó con el fin de preservar el número del clero y asegurar que estuvieran disponibles para desempeñar sus funciones, en vista de las acusaciones de que los sacerdotes que cometieron los abusos no eran dignos de ejercer el sacerdocio.
Otros, sin embargo, discrepan y creen que el mal manejo de los casos de abuso sexual por parte de la Iglesia simplemente reflejaba la actitud prevaleciente hacia ese tipo de actividades en la época, la cual consistía en suprimir la información, porque podía causar escándalo y una pérdida de confianza hacia la institución. Esa actitud, por ejemplo, era la misma que adoptaban los medios de comunicación y las organizaciones seculares cuando ocultaban o ignoraban la información que podía afectarles, desde la sexualidad promiscua de los políticos hasta la violencia doméstica. Ven a la Iglesia como una institución que cometió errores horrendos pero genuinos, pues sus líderes no estaban al tanto con la creciente demanda de responsabilidad y rendición de cuentas de la sociedad.
Celibato [editar]Se ha sugerido que la disciplina del celibato en el sacerdocio católico ofrece un medio por el cual los sacerdotes con urgencias sexuales hacia niños en vez de adultos pueden ocultar tales tendencias, pues su falta de sentimientos sexuales hacia los adultos no podría notarse al no estar casados. Se cree que las personas con predisposición al abuso sexual infantil pueden ser atraídas por un estilo de vida célibe debido a la confusión que sienten sobre su identidad u orientación sexual. También se ha dicho que aquellos quienes ya abusan sexualmente de niños deliberadamente ingresan en el clero católico para obtener la "pantalla" que provee el celibato, y porque el clero puede tener un frecuente acceso a los niños.
En respuesta, se ha argumentado que no existen estadísticas de un mayor nivel de actividad sexual orientada hacia los niños en el clero célibe católico en comparación con el clero casado de otras denominaciones,[19] o en su defecto de los profesores de los colegios.[20] De ser esto cierto, se pueden dar dos situaciones: (i) aquellos con predisposición a abusar sexualmente de niños no necesariamente van a ingresar al clero católico, y (ii) quienes ya abusan sexualmente de niños, como grupo, tampoco específicamente deciden ingresar al clero católico, aunque parece probable que algunos abusadores de niños sí lograron acceder al sacerdocio católico como lo han hecho en el de otras denominaciones. También se ha señalado que la manera más fácil de tener acceso a los niños es formar una familia, y que el abuso sexual infantil es estadísticamente más notable dentro de las familias. Consecuentemente, el eligir una profesión que requiere de celibato puede considerarse como una desventaja para el posible abusador de niños.
Conviene además añadir que en la formación de los candidatos al sacerdocio la correcta integración de la afectividad y más en concreto el ejercicio de la sexualidad es un tema fundamental para poder acceder al sacerdocio, de forma que cualquier problema relacionado con el ejercicio de la sexualidad ha de ser resuelto necesariamente varios años antes de la Ordenación Sacerdotal.
Argumentos en contra del celibato obligatorio [editar]El Center for the Study of Religious Issues (CSRI), la división investigativa del CITI Ministries (una organización opositora al celibato), publicó un libro sobre estudios cuantitativos entre 1999 y 2004,[21] que asegura que existe una conexión entre el celibato obligatorio y el abuso sexual. Fundamentándose en su investigación, la autora declara:
La evidencia es tan clara que podemos predecir la reincidencia del crimen mientras exista el celibato obligatorio en el sacerdocio [22]
En el Capítulo I del libro, disponible en línea,[23] se concluye:
Un vínculo demostrable existe entre el celibato obligatorio y el abuso sexual por parte del clero. El abuso sexual cometido por el clero Romano Católico es diferente del abuso sexual perpetrado por otras poblaciones en casi todos los aspectos de los perfiles y características de la víctima y el perpetrador, diferencias que sólo pueden ser evidenciadas al segregar los respectivos grupos demográficos y otros específicos en el marco del abuso sexual general en la población.
La autora del reporte, Louise Haggett, ha sido una de las más fervientes activistas por el matrimonio de los sacerdotes por más de una década. En 1992, fundó Celibacy is the Issue (CITI) Ministries, cuyo programa "Rent-a-Priest"[24] promueve las actividades de sacerdotes (o sacerdotes que renunciaron al sacerdocio) que se casaron sin autorización.
Argumentos en defensa del celibato obligatorio [editar]El profesor Philip Jenkins, quien no es católico y enseña Historia y Estudios Religiosos en la Universidad Estatal de Pensilvania, publicó el libro Pedophiles and Priests: Anatomy of a Contemporary Crisis en 1996. En él, calculó que aproximadamente el 0.2% de los sacerdotes católicos son abusadores sexuales de niños.[25] En su artículo "The myth of the 'pedophile priest'",[26] publicado en el 2002, comentó respecto al tema. En contraste con la declaración de Louise Haggett, el profesor Jenkins señala:
Mi investigación de los casos reportados durante los últimos 20 años no revelan evidencias de que el clero católico o cualquier otro clero célibe es más propenso a involucrarse en conductas inapropiadas o abusos que el clero de cualquier otra denominación -- o ciertamente, los laicos. Sin embargo, ciertos medios de noticias ven el asunto como una crisis del celibato, aseveración que sencillamente no tiene fundamentos.
Además, existe el simple hecho de que no es probable que un sacerdote católico, que sufre de tentaciones sexuales, inmediatamente recurra a un muchacho sólo porque la disciplina de la Iglesia no le permite casarse. Quienes apoyan el celibato clerical sugieren, entonces, que existe en ese caso un problema más grave.
Rol de la prensa [editar]Algunos -incluyendo académicos que no son católicos, como Philip Jenkins- han observado que la Iglesia Católica fue injustamente destacada por los medios de comunicación seculares, quienes no publicitaron tanto escándalos similares en otros grupos religiosos, como la Comunión Anglicana, varias iglesias protestantes, y las comunidades judías y musulmanas. Particularmente, la Iglesia Católica podría tener una menor incidencia de sacerdotes pedófilos que las iglesias que permiten al claro contraer matrimonio. Estadísticamente, el abuso sexual de menores suele ocurrir dentro de las familias, pero los sacerdotes católicos, por su celibato, no tienen familias. Del mismo modo, el término "sacerdotes pedófilos", ampliamente usado por los medios, da a entender un número grande de abusadores sexuales dentro del sacerdocio católico, cuando en realidad la incidencia es menor que en otros segmentos de la sociedad.[27]
Referencias [editar]↑ Philip Jenkins, Pedophiles and Priests: Anatomy of a Contemporary Crisis (Oxford University Press, 2001). ISBN 0-19-514597-6
↑ http://www.bishop-accountability.org/reports/2004_02_27_JohnJay/index.html
↑ George Weigel, The Courage To Be Catholic (Basic Books, 2002), ISBN 0-465-09261-6 pp. 47-48
↑ George Weigel, The Courage To Be Catholic, p. 61
↑ "De más de 5.000 sacerdotes que sirvieron en la archidiócesis de Los Ángeles entre 1930 y 2003, 113 fueron acusados de abuso, según el Informe Oficial del Pueblo de Dios de la archidiócesis de Los Ángeles, publicado en febrero de 2004. Del total de sacerdotes acusados 43 ya murieron, 54 ya no son sacerdotes y 16 permanecían en el ministerio. Del último grupo, en 12 casos no se encontraron pruebas suficientes para declarar abuso y sólo cuatro han sido suspendidos y enfrentan juicios" según datos del diario "El Mundo".
↑ http://www.catholicleague.org/research/abuse_in_social_context.htm
↑ http://www.ed.gov/rschstat/research/pubs/misconductreview/report.pdf
↑ Charol Shakeshaft, "Educator Sexual Misconduct: A Synthesis of Existing Literature," U.S. Department of Education, 2004-JUN [1]
↑ George Weigel, The Courage To Be Catholic, pp. 105-106
↑ http://www.courtroomlaw.com/news_vatican.shtml
↑ Michael Burleigh, Sacred Causes (HarperPress, 2006)
↑ Richard J. Evans, "The Third Reich in Power" ISBN 0-713-99649-8 pp. 244-245
↑ George Weigel, The Courage To Be Catholic
↑ George Weigel, The Courage To Be Catholic, p.36
↑ El documento, en inglés
↑ http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/americas/6200882.stm
↑ http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/americas/6232947.stm
↑ La noticia en el sitio SignOnSanDiego.com
↑ Ciertamente un estimado de un 2% a 3% en el clero protestante fue realizado por Lloyd Rediger. Ministry and Sexuality (Minneapolis: Fortress Press, 1990). p55
↑ Philip Jenkins, Pedophiles and Priests: Anatomy of a Contemporary Crisis (Oxford University Press, 2001). p50
↑ The Bingo Report, pub. CSRI Books, 2005, ISBN 0-9770402-0-8
↑ http://www.findarticles.com/p/articles/mi_m0MKY/is_19_29/ai_n15952173#continue
↑ http://www.rentapriest.com/web/docs/NFPC-Ch01.pdf
↑ http://www.rentapriest.com/web/?_p=1001
↑ Philip Jenkins, Pedophiles and Priests: Anatomy of a Contemporary Crisis (Oxford University Press, 2001). p81
↑ http://www.post-gazette.com/forum/comm/20020303edjenk03p6.asp
↑ Philip Jenkins, Pedophiles and Priests: Anatomy of a Contemporary Crisis (Oxford University Press, 2001). ISBN 0-19-514597-6
Sí, bueno, vale, bien, ¿y qué?