A título de inventario:
* Casi todos los días, los primeros posts de respuesta tras la apodíctica portada deberían seguir esta pauta:
‘Le agradezco esta cuestión ya que es realmente importante y merecía ser planteada. Creo, además, que Ud. la ha planteado de la manera más pertinente’.
* O, en post más vespertinos:
‘Con el fin de reavivar las discusiones que se van a producir, me gustaría plantearle a Ud. solamente otra cuestión’
* Y siempre, la más lisonjera de las contestaciones a una suprema portada:
‘Plantear cuestiones a Ud. me parece una empresa poco fácil y no, precisamente, a causa de mi ignorancia ni de mi timidez. La dificultad radica en la claridad misma de su exposición: ha tomado la precaución de responder de antemano a todas las cuestiones e, incluso, de anular casi todas las objeciones que se le podrían formular. Por lo tanto, no tengo prácticamente nada que apostillarle’.
* Claro que también se justificaría el ‘portero’ cuando fuese menester:
‘Había pensado que esta mañana tendríamos la ocasión de discutir así, unos pocos alrededor de un blog, que se llamará entonces, como una mesa, redondo –incluso cuando sea cuadrado- y que permitirá las relaciones de intercambios en igualdad.
El gran número de participantes –de lo cual, por supuesto, me alegro- tiene el inconveniente de obligarme a adoptar una posición distanciada y también me obliga a expresarme de una forma suficiente, aunque intente evitar el posible dogmatismo’.
* En otro orden de cosas, cuando hayamos sido objeto de alabanza sincera, nuestra respuesta podría corresponder con este tenor literal:
‘Nunca me gustó mi aspecto físico, ni sentí placer en mirar mis fotografías y, menos aún, los espejos encontrados por azar… Espero que esta especie de introito no asuste a ustedes; no es una introducción a mi autocrítica, pues no tengo intención de hacerla y, por otra parte, nadie me la ha pedido. Pero acaba de exhibirse aquí, con extrema indulgencia y gentileza, una imagen de mí mismo tan lisonjera que me llena de confusión y me obliga a corregirla un poco –aunque convendría sin duda hablar aquí de otros y no de mí’.
* Y cuando, en fin, nos encarguen los administradores escribir una portada sobre otro egregio nick, tendríamos que empezar de esta manera:
‘Estoy muy contento de haber recibido esta invitación, que me ha proporcionado la honrosa ocasión de expresar mi agradecimiento personal por lo que he aprendido de este nick a lo largo de estos años de NJ. Pero, ¿cómo ha de elogiarse a una persona sumamente elogiada, cómo honrar de nuevo a una persona tantas veces honrada, cómo volver a apreciar sus posts tan frecuentemente apreciados?’.
* Por ello no desaprovecho la ocasión para decirles, desde la humildad que me caracteriza, que en este caso:
‘La cortesía me obliga a intentar que me comprendan; por lo tanto, si hay problemas o dificultades, si no comprenden o, simplemente, si les surge alguna pregunta, por favor, interrúmpanme, planteen su duda, estamos aquí, esencialmente, para fomentar el contacto, para discutir y para intentar romper, en la medida de lo posible, las formalidades habituales de comunicación’.
Nota bene: Agradecimientos a las editoriales Martínez Roca (r.i.p.), Paidós y Trotta, respectivamente, por publicar los textos de L. Aragon, M. Foucault y J. Habermas que hemos (mal) utilizado.
“Pero donde está el peligro / Crece también la salvación.”
(Alambicado por el Sr. Verle)
Etiquetas: Sr Verle
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