Se han acabado las betas. Ya está en el mercado la versión definitiva de "La Conspiración". A Selma le va a encantar.
De un anónimo y perspicaz peón negro.
De la Morena, con la UCII de la Comisaría General de Información (CGI), prepara un falso atentado etarra para poco antes de las elecciones. Podemos suponer que incruento. No sabemos si con conocimiento de Aznar, Acebes y Astarloa, o ignorándolo estos. En este último caso, De la Morena podría tener la finalidad de hacerse el hombre fuerte del nuevo gobierno del PP, el que acabó con ETA. Él y sus cloacas serían los héroes incontestables. La operación supondría la práctica desaparición de ETA, con numerosas detenciones poco después del atentado. La UCII era la parte de la CGI encargada del terrorismo etarra. Si durante los dos o tres días siguientes al atentado la pista etarra era la oficialmente seguida, bien como prioritaria bien como segunda línea de investigación, tuvo que haber forzosamente actuaciones de esta unidad. Extrañamente no consta ninguna, como si a la UCII se la hubiera tragado la tierra. Tiene que haber alguna explicación de ello. Pudiera ser que consolidada la versión islamista oficial se borraran las inconvenientes huellas de sus actuaciones. Pero es asombroso que no halla trascendido ninguna, siendo la más poderosa unidad policial, que forzosamente tuvo que moverse en esos días. La otra alternativa es que la UCII quedara anonadada y pasiva, por un suceso inesperado que le perjudicara. Dice Fernando Múgica, en su primer agujero negro, que para la noche del 12 estaba preparada la total desarticulación de ETA, la cúpula y los comandos. Lógicamente era una operación de la UCII. Supongamos que es cierto, algunos datos aportados por peones lo confirman. Sobre esta hipótesis se monta esta teoría.
Esa operación, tan sospechosamente electoralista, necesitaba de una justificación, un detonante que hiciera olvidar su interés electoral y explicara tantas súbitas detenciones. Nada mejor que un atentado etarra. La impresión que causara evitaría que nacieran las suspicacias. El ambiente de peligro que contribuía a dar verosimilitud al atentado se fue preparando con la frustrada operación de Navidades en la estación de Chamartín y con la conocida caravana de Cañaveras. Luis del Pino ha reiterado que estas operaciones eran señuelos previos para que el gobierno se lanzara a acusar a ETA. En el mismo sentido, también pudieron ser señuelos para preparar un falso atentado etarra. Se pudieron activar infiltrados en ETA que mandaran kaleborrocos a realizar estas operaciones fantasma. Seguro que ETA lo llegaría a saber, pero en la UCII pensarían que no tendría consecuencias una vez desarticulada la banda terrorista.
Otras cloacas se dan cuenta de la operación de De la Morena. Podría ser definitivo para ellas y acabar con su parcela de poder, vinculado además a grupos del PSOE. Se acabaría el negocio de ETA. García Castaño – jefe de la UCAO, el puente entre la UCII y la UCIE- pudo ser el delator y conocedor de los detalles. Es lógico que informara a su antiguo jefe, Gabriel Fuentes. Este era director del gabinete de Díaz de Mera y estaba en disposición de manejar todos los hilos policiales, el virtual número tres de la policía como le llama El País. Fuentes estaba vinculado de antiguo a Belloch y Garzón, y presumiblemente al CNI, dado su cargo anterior de Comisario General de Información con el PSOE. Además era un especialista en “dossieres” y sus consiguientes chantajes.
Este grupo de las cloacas adivina el peligro de su propia extinción por la pujanza de los otros. El deseo de vengarse de Aznar hace el resto. Deciden jugársela, sabiendo que en el peor de los casos podrán atribuir el atentado a la UCII de De la Morena, o a ETA. Es lógico suponer que contactaran con algún alto dirigente del PSOE para asegurarse la cobertura política, y con los grupos de nacionalistas empeñados en destruir España usando a ETA. La interdependencia entre las cloacas y los políticos está acrisolada a lo largo de muchos años. Es conocido que Felipe González defendía a las cloacas. A través de algún traidor a De la Morena conocen todos los detalles del falso atentado. Su fuente pudo ser García Castaño –hombre de las cloacas de toda la vida, ligadas desde hace años a Vera- quien como jefe de la UCAO controla el apoyo operativo de las acciones de la CGI.
Saben que explotará una bomba en la estación de Atocha - la que no recogieron las cámaras e hizo a los vigilantes dirigirlas hacía el andén- y que aparecerán mochilas-bombas fallidas en Atocha y El Pozo. Las bombas sin explotar conducirán rápidamente a ETA y seguirán las detenciones. Esas bombas contienen Tytadin, el explosivo anaranjado que vio el municipal Jacobo Barredo en el Pozo, la dinamita de la que habló Cuadro Jaén en las primeras horas, y, como ahora sabemos, en los análisis se ha detectado en una muestra de El Pozo, la de el polvo de extintor. Es la marca de ETA.
Tienen también teléfonos móviles, utilizados en otras ocasiones por ETA. Es posible que hubiera dos coches con bombas trampa en Atocha y El Pozo, también marca de ETA. Tendrán que hacerlos desaparecer por completo, que nadie hable de ellos, pues no saben como revertirlos en islamistas. No sucede esto con la Kangoo. La furgoneta estaba también preparada para señalar a ETA. Así lo indica la tarjeta de la Corporación Mondragón en el salpicadero, que varios policías le revelaron a Múgica, y que no han querido que declararan en el juico. Quizás no sólo para señalar a ETA, sino directamente a la dirección económica de ETA, una vía para justificar rápidas detenciones y consecuentes delaciones en ese escondido entramado. Los que estaban alrededor de la furgoneta y llamaron la atención del portero Garrudo tenían aspecto de europeos; el que habló con la taquillera, haciéndose notar, lo hizo en español con acento español. Como la Kangoo no tiene bomba trampa y las pistas hacía ETA son débiles es fácil revestirla de islamista. Bastará con añadirle una cassete árabe y buscar a un moro –Mohamed Haddad- al que atribuirle ser uno de los merodeadores. Para darle consistencia como furgoneta vinculada al atentado tendrán que añadirle detonadores y explosivo.
Es posible que en el falso atentado de ETA preparado por De la Morena hubiera etarras en Madrid movidos por la policía, que tenía muy infiltrada a la banda terrorista. De ahí los reconocimientos de Josune Oña y otros etarras, los de las fotos que había distribuido la UCII antes del atentado. Serían las primeras detenciones que conducirían a otras. Pocos meses después del 11-M fueron cayendo casi todos, seguramente para asegurarse su silencio. Quizás también estuviera Antonio Toro controlando parte de la operación. Se sabe que estaba en Madrid el 11-M, la excusa que ha dado es falsa, y su extraña aparición en la farsa islamista puede ser debida a la necesidad de atar este cabo.
Estas cloacas organizan el atentado real, superpuesto al falso atentado organizado por la UCII. Como saben los detalles no les resulta difícil solaparlo. Tienen cogido a De la Morena, pues pueden atribuirle todo el atentado. Filtrando datos del preparado por De la Morena aparecerá este como autor de todo. Cuando se produzca la masacre, De la Morena sorprendido no sabrá que ha pasado, pero le harán ver que se lo pueden atribuir a él, y aceptará encantado la salida del atentado islamista, será “la mejor decisión de su vida”. El atentado real posiblemente se cometió con explosivo militar, como creyó el jefe provincial de los Tedax al analizar los trenes. Un tipo de explosivo que también tenía ETA y, en caso de peligro de ser descubiertos, se le podría atribuir. El explosivo militar pudo estar mezclado con Tytadine. El DNT, que se encuentra entre los componentes de este, apareció en los análisis de los restos de los focos de los trenes. Posiblemente fue ejecutado por mercenarios. Incluso es posible que contratados través de los presos veteranos de ETA, ansiosos por salir de la cárcel, con los que las cloacas siempre habían mantenido el contacto, para tomarles la temperatura como decía Vera. Es muy posible que los ideólogos del atentado hicieran acudir a los trenes a algún magrebí controlado para suicidarlo. Con un supuesto suicida sería fácil convencer a la opinión pública de que el atentado era islamista. Y hallado un suicida se podría multiplicar a conveniencia, con otros restos humanos desconocidos. La insistencia de ZetaP y el grupo Prisa de Polanco en la búsqueda del suicida durante la tarde-noche del 11 y primeras horas del día 12 se debería a ello. El tunecino y su joven seguidor Rifaat Anouar pudieron ser los elegidos. Quizás se dieron cuenta y escaparon de los trenes. Los huidizos movimientos de Rifaat la noche del 11-M podrían ser debido a esto.
Una vez que se produzca el atentado los primeros policías en intervenir pertenecerán a la Comisaría General de Seguridad Ciudadana. Se hace preciso contar con la complicidad de su jefe, Santiago Cuadro Jaén, y de los Tedax que de él dependen, al mando de Sánchez Manzano, un clan de policías vinculados al PP. Es una cuestión decisiva para el triunfo del golpe. No es descartable que lo acordaran antes del atentado, aunque muy inverosímil por el riesgo que suponía si no aceptaban. En cambio, sabemos que pocas horas después del atentado se reúne Gabriel Fuentes con Juan Cotino, anterior director general de la policía, durante seis años, quien había traído desde Valencia a Cuadro Jaén y, con él, a Sánchez Manzano. Se les pudo poner sobre la mesa los datos del falso atentado preparado por De la Morena, haciéndoles creer que era responsable de la masacre, que los chantajistas estaban dispuestos a denunciarlo y que arrastraría a estos policías del PP en la caída, como miembros de la misma cúpula policial. Añadiendo razones de interés general para tapar algo tan grave, y promesas de reparto de poder, o algún chantaje bien documentado. Lo cierto es que Cuadro Jaén y Sánchez Manzano actuaron en la misma dirección que los golpistas desde las primeras horas, destruyendo las pruebas de los explosivos. La mención del Tytadine, que hizo en la mañana del día once Cuadro Jaén, pudo ser deliberada para engañar, o todavía no estaba incorporado y se aprovechó para el inicial engaño al gobierno el explosivo realmente encontrado, cambiándolo por la tarde.
Los golpistas contaban además con la segura colaboración de policías de dura obediencia socialista, a los que sólo se necesitaba activarles. Un núcleo duro de socialistas en la Comisaría General de Policía Científica, que fácilmente sortearían al jefe Corrales, con su querencia a estar sobre el terreno, desconectado de lo que pasaba fuera de sus narices. Y comisarios de estricta obediencia socialista desperdigados: Santano en la Policía Científica de Madrid, Rodolfo Ruiz en la Comisaría de Puente de Vallecas, Telesforo Rubio, y otros que desconocemos. Fernandez Rancaño, ligado a Vera, como jefe superior de policía de Madrid, puede controlar la investigación que recaería en la Brigada Provincial de Información de Madrid. Los grandes jefes, Díaz Pintado y Díaz de Mera es factible que fueran tontos útiles a quienes no costaba incorporar al golpe, y si era preciso se les chantajeaba implacablemente. También era necesaria la pasividad y el silencio de la Guardia Civil. La actitud contrastada de su Director General, Santiago López Valdivieso, da fe de que lo consiguieron. La difusión de rumores de que el atentado estaba preparado por el gobierno Aznar con fines electorales, crearía el clima propicio entre las fuerzas de seguridad para obtener el apoyo de muchos o, al menos, su pasividad.
Si el gobierno Aznar sospechaba o sabía algo, aparte del posible chantaje de acusarle de haber preparado el atentado, no tendría policías de confianza a quien recurrir, quedando aislado. Y sabemos que no tuvo la determinación ni el coraje de buscarlos. Tampoco podía acudir al CNI, cuyo jefe Dezcallar, reunido con Federico Trillo a primeras horas del día 11, primero le dice que es ETA y luego difunde que son islamistas.
Evidentemente el atentado estaba preparado con finalidad electoral. Atribuir sin más la masacre a Al Qaeda no se sabía que efectos podría producir en los votantes. Era preciso culpabilizar a Aznar sin el peligro de que la población instintivamente respaldara a su gobierno atacado. Introduciendo la cuña de que el gobierno mentía se conseguía neutralizar este peligro, a la vez que indirectamente se responsabilizaba al gobierno del atentado, que sería una respuesta islamista a la guerra de Irak. Para ello era imprescindible el apoyo de poderosos medios de comunicación. El grupo Prisa cumplió a la perfección su trabajo, difundió noticias falsas, se adelantó a las que la policía proporcionaba al gobierno, dejando a éste como un mentiroso que retenía la información. Y con su liderazgo habitual arrastró a otros medios. El PSOE junto con IU y los nacionalistas, y personalmente Rodríguez Zapatero con sus suicidas, trabajaron activamente en la misma dirección. Todo está publicado.
También era necesario haber creado un clima previo contra el gobierno, predisponiendo a amplios sectores de la opinión pública a acusarle de cualquier cosa. Durante los tres años anteriores se hizo a conciencia. La guerra de Irak, el Prestige, las acusaciones de mentir. Todo esto es bien conocido. Es posible que éstas campañas orquestadas contuvieran la previsión de un golpe electoral. Es posible que se hubiera producido de uno u otro modo. Y que la hipótesis desde la cual se parte en esta teoría –la preparación de un falso atentado etarra- les facilitara las cosas, aprovechándolo, cambiando y ajustando a él sus planes.
Una vez que estallan las bombas sucede lo que todos sabemos. Se destruyen las dos mochilas señuelos por los Tedax de Sánchez Manzano y Cuadro Jaén. Estos mismos secuestran los restos de los explosivos y los informes sobre ellos, con la colaboración de la jefe del laboratorio de los Tedax. Se rellena e islamiza la Kangoo con una cinta en árabe, que todavía no compromete. Aparece un comunicado reivindicativo de un grupo islamista fantasma, algo fácil de conseguir. ZetaP y la SER se lanzan con sus suicidas. Quizás pura invención o quizás dentro del grupo controlado de el Tunecino estaba previsto uno que falló. En la madrugada del 12, con Gabriel Fuentes controlando telefónicamente los distintos grupos policiales, Cuadro y Manzano hacen aparecer en la comisaría de Rodolfo Ruiz la mochila de Vallecas. La mochila en sí no es ni etarra ni islamista. Todo está abierto. Nadie se cuestiona su autenticidad. Es el teléfono que contiene quien decidirá. En este teléfono hay un episodio todavía inexplicado. En el sumario figuran dos imeis correspondientes a dos terminales, y tres tarjetas. Una tarjeta llevará al locutorio de Zougham. Un imei –el luego oficial- conduce por mediación de otra tarjeta, atribuida a una señora gitana, a una tienda de unos hindúes, donde se vendió a unos búlgaros. La otra tarjeta no se sabe donde acababa. Quizás fue una chapuza, o quizás un imei y una tarjeta provenían del falso atentado que llevaba a ETA. De este modo quedaría constancia del mismo, si se necesitaba reactivarlo para el chantaje, o se podría reconducir todo a los etarras en caso de peligro de ser denunciados.
Ganadas las elecciones, aturdido el gobierno del PP y controlados los elementos clave de las fuerzas de seguridad, les resultó fácil la colaboración, el silencio, o la aquiescencia por miedo del resto de la policía. Fallidos los suicidas, si estaban preparados, necesitaban montar una trama islamista. Este trabajo lo realizó la UCIE, mandada por Rayón, especializada en terrorismo islamista, con los comisarios Gil González, Gómez Menor y ¿Moreno Lete?……. Con la ayuda del ex comisario Rodriguez Simons, jefe de seguridad en Renfe, controlan que no aparezcan las pruebas de los trenes. Y con la del ex comisario Domingo Río, en seguridad de Amena, pueden montar una falsa trama telefónica. Recurrieron a algunos moros controlados por las fuerzas de seguridad.
Sorprendentemente el inicio y epicentro de toda la trama islamista posterior fueron unos asturianos, colaboradores de la policía para infiltrarse en ETA. Con la burda excusa de seguir el rastro de los detonadores hallados en la Kangoo –por investigaciones privadas y misteriosas de Sánchez Manzano- acudió a Avilés un comisario de la UCII, Gamonal, y un miembro del CNI, acompañados por Parrilla, un policía de la UCIE, de comparsa. Allí detuvieron sin justificación a Trashorras, ante la presencia de su controlador Manolón, un policía vinculado a la UCII. Trashorras era cuñado y cómplice de Antonio Toro, al que también detuvieron días después, ambos colaboradores de la policía.
Resulta significativo que la inicial investigación posterior al atentado la lleve la UCII –con el CNI siempre imbricado en la Comisaría General de Información-. Parece como si se quisiera reproducir en la investigación a los intervinientes en esta teoría, primero debía quedar implicada la UCII que montó el falso atentado, y luego se le dió el revestimiento islamista por la UCIE. Poco después hacen aparecer a Rafa Zouhier, colaborador de la UCO de la Guardia Civil, mandada por Hernando, un antiguo hombre de Vera y el Gal. Zouhier había sido infiltrado años atrás por la UCO en la banda asturiana, no se sabe para qué, quizás para controlar lo que hacían con ellos otros policías. No se sabe por qué implican en la farsa a éste descarado colaborador de la UCO, pero le hacen servir de nexo de unión entre los asturianos proveedores de explosivos y un grupo de delincuentes comunes marroquíes, supuestamente liderados por Jamal Ahmidan, el Chino, perfectamente controlado por la policía. Alrededor de Jamal Ahmidan montan una trama de marroquíes que luego suicidarían en Leganés como autores principales del atentado. Entre los suicidados estaban los hermanos Oulad Ackha, deteniendo días antes a dos hermanos suyos, así como a familiares y amigos de El Chino, para asegurarse su forzada colaboración. Lo mismo sucedió con el hermano de otro suicidado, Kounjaa. Entremedias detuvieron a los moros vinculados al local de Virgen del Coro, propiedad de Almallah, controlados desde hace tiempo por la Brigada Provincial de Información, la que llevó oficialmente la investigación durante los primeros días. A este local había acudido la noche del 11-M Rifaat Anouar, y con sus moradores tenía contacto el Tunecino, controlado por la UCIE, ambos suicidados oportunamente en Leganés. También suicidaron en este piso a Lamari, un argelino controlado por el CNI. Marruecos les ayuda aportando moros y controlando a sus familias para que callen.
Hasta les ayuda en el teatro de las falsas llamadas de Leganés con el comisario Enrique de Federico, conocido cloaquero, haciendo de enlace. Con estos suicidados, no sabemos si físicamente o sólo sus identidades, ni cuantos de ellos en las dos posibilidades, pretendieron que la opinión pública diera el asunto por resuelto.
De este modo, todos los grupos policiales están implicados en la patraña, que sellan en Leganés, a donde acuden unidos y donde se cerrará el caso con la muerte de los islamistas. Piso del CNI, Gamonal y el policía vecino de la UCII, la UCIE y la UCAO que lo descubren, los Tedax y la CGSC que son llamados, la Policía Científica del Prisoe también, hasta el coronel Hernando de la UCO, que nada tenía que hacer en el caso, aparece por allí a retratarse. Y con la bendición de los altos mandos de la Policía, ya plenamente implicados: Díaz de Mera y Díaz Pintado. Los lazos entre ellos fuertemente anudados. Si se descubre a unos, los otros van en cadena. Es lo fundamental, que nadie pueda hablar. Lo burdo del montaje islamista es lo de menos, incluso que cualquier profesional se de rápidamente cuenta que el suceso de Leganés es una farsa ayuda a difundir el miedo, pues todos los mandos estaban allí respaldándolo. Si todos los golpistas están unidos, la estúpida opinión pública se lo tragará, se lo harán tragar las terminales mediáticas: Prisa y las televisiones, ayudados por el supuesto periódico de la derecha, el ABC, con el silencio cómplice de la mayoría de los no controlados directamente. A El Mundo habrá que intentar torearlo, y ya se verá la manera de confundirlo o callarlo.
Tres meses después del atentado el gobierno ZetaP hizo el alarde y trágala golpista de colocar a vista de todos una prueba descaradamente falsa: el Skoda que apareció cerca de la Kangoo atravesando el tunel del tiempo. La oposición calló cobardemente. La opinión pública también. El gobierno ZetaP creyó que el terror que provocó el 11-M había triunfado y que podría administrar el silencio atemorizado de la gente.
Eta sabe del falso golpe preparado por De la Morena, pues en su preparación utilizaron a infiltrados. Quizás dejo hacer, incluso pudo revelar que se cocía algo a las otras cloacas, y pactar con ellas. Eta puede revelar la farsa islamista del 11-M, cayendo la cúpula policial del PP y el gobierno de ZetaP. Eta tiene cogido al PSOE, Eta tiene cogido al PP. Eta tiene cogida a las cloacas. Eta manda. Desde el 11-M se sigue el plan de ETA para la destrucción de España y la sumisión al terror. Hasta que los españoles nos rebelemos contra este maldito gobierno y contra la oposición colaboracionista de Rajoy.
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