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13 octubre 2008
Viaje a Buddha Bar
De una idea original de Diego Crespo

Manolo, el encargado de La Carpa, convocó a todos los clientes que coincidían durante el año en el desayuno y les citó el sábado por la noche en el parque infantil frente al teatro Apolo, para que el pequeño Chini se entretuviera en los columpios mientras llegaran los rezagados. Les exigió que vistieran sus mejores galas, y les anunció una sorpresa en agradecimiento a la fidelidad perruna de tantas mañanas plomizas. Bajo las luces de neón les recibió uno a uno, vestido con impecable camisa blanca, los sempiternos tirantes azules y el caliqueño en la boca y un sombrero de copa en la cabeza. Los camareros Leo y Simón le flanqueaban vestidos de frac, repartiendo solícitos besos y abrazos y acompañando a los invitados al minibús aparcado delante del bar. Detrás de ellos la banda de música de Alcorcón tocaba pasodobles ante la mirada curiosa de un grupo de turistas daneses, que no dejaban de darle monedas al abanderado. Como vivimos al lado, Diego Crespo y yo fuimos los primeros en llegar. Vestíamos traje, siguiendo las indicaciones de Manolo, y Crespo se protegía del frescor otoñal con una larguísima gabardina de color verde. Leo nos saludó muy efusivo (qué tal chavales, como cada mañana), y cuando nos hizo entrar en el minibús puso en el caset una cinta de Proyecto Uno. Las jóvenes dependientas de la tienda de ropa fueron las siguientes en llegar. Llevaban dos trajes largos oscuros muy elegantes, y la misma cara de perro de todas las mañanas. Se dejaron besar la mano por Manolo y se sentaron en las primeras filas, indiferentes como cada día a las llamadas de Crespo desde el otro extremo. La cajera del Día, elegante y discreta, llegó del brazo de Hans Topo, que para la ocasión había cambiado el bastón de ciego por un gayato con la efigie del Caudillo en la empuñadura y se había puesto su mejor chándal. Esta noche te voy a invitar a lo que tú quieras, y sin que tengas que ir a fotocopiarme el menú, le dijo Manolo mientras le daba golpecitos amistosos en el hombro. De la calle de Lavapiés apareció el Chini con traje de marinero. Manolo besó en las mejillas a su madre, lo sacó del carro, lo levantó al cielo y empezó a hacerle cosquillas con la boca al grito de ay mi Chini, ay mi Chini, que provocó las risas de los negros en el otro lado de la plaza. Simón se ofreció a llevarles hasta el minibús, pero la madre prefirió quedarse jugando con el niño en el tobogán hasta que llegaran todos. El cartero estudioso del Marca se presentó a la cita con su habitual apatía. Llevaba la camisa amarilla de Correos de todos los días, y traía el periódico para entretenerse durante el trayecto, porque aquella mañana había tenido mucho trabajo y había dejado sin leer las páginas de atletismo, la programación y la cartelera, según le contó a Leo al entrar al minibús. Sólo faltaba un invitado, y Manolo comenzaba a impacientarse. Pasaban tres cuartos sobre la hora convenida cuando un destello dorado procedente de la calle de la Magdalena deslumbró a todos. Era ella, la ciega de ébano. Enfundada en un impactante vestido dorado de espalda descubierta y pronunciado escote se acercaba a la plaza tanteando el suelo con un bastón de cabaretera del Berlín de entreguerras. Manolo se arrodilló ante ella y le gritó reina, y de nuevo los negros se rieron. Morena, guapa, le dijo descubriéndose y haciendo una reverencia. Las luces del teatro y con ellas todo el esplendor de la noche se reflejaron en las gafas oscuras de la mujer. Leo y Simón la tomaron del brazo camino del minibús. Detrás, junto al Chini y su madre, Manolo saludaba a los transeúntes con el sombrero en la mano, y la banda interpretaba Amparito Roca completando una escena mágica. Todos desde las ventanas aplaudimos a la lucida comitiva. La negra se sentó junto al conductor, custodiada por Simón y Leo. Manolo pagó al representantes de los músicos, que se fueron tocando camino de la estación de Atocha para coger el cercanías de regreso al pueblo. Entró en el autobús y mandó al chófer cerrar la puerta. Unos golpes en la ventana del conductor detuvieron el coche cuando ya estaba arrancando. Era Cati, la cocinera. Ao final he pudido fenir, Manuolo, le dijo al encargado con su ininteligible acento portugués. Llevaba un vestido hippie de sus años jóvenes y felices en Salvador de Bahía, que a Manolo le pareció demasiado viejo y deslustrado para acudir a la cita. Ya te habrías podido mudar un poco más, mujer, le dijo con gesto indulgente sin severidad. Qué quireis, queridou, eis o meu estilo, zanjó ella la conversación. Cati se acomodó en el minibús, que era ya una fiesta de fraternidad y alegría. El conductor se puso en marcha y Manolo, de pie delante del cristal con el sombrero en la cabeza, anunció por el micrófono el destino de la expedición: ¡nos vamos todos al Buddha Bar, que paga La Carpa! Aplausos y vítores respondieron al anuncio. La cinta de Proyecto Uno volvió a sonar por unos instantes, pero Manolo pidió de nuevo el micro y en un inglés perfecto que sorprendió a todos se puso a cantar (magistralmente, por cierto) el My way de Sinatra.
(Escrito por Happel)

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Escrito por: Blogger Al59 - 13 de octubre de 2008, 22:58:00 CEST

Hoy tienen ustedes el día clásico. Temarios con su poema (excelente) posa de Epicuro y Gengis Kant de Marco Aurelio.

 

Escrito por: Blogger Mandarin Goose - 13 de octubre de 2008, 23:08:00 CEST

frikadas varias

la pequeña Hillary Hulk

http://www.youtube.com/watch?v=v2fJtG8VI3A

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 23:19:00 CEST

Para tono clásico (y elevado), amigo Al, estos dos memorables pasajes de Jünger sobre la muerte:

* * *
“A un hombre podrán fallarle todas las citas que tenga previstas a lo largo de su vida -menos una: la cita con la muerte”.

“En el ser humano reposan también cualidades que sólo la muerte desplegará. Entonces la metamorfosis no ocurrirá ya en determinados estratos, sino en la plenitud. Oh vosotros, los grandes aventureros -ésa será vuestra última y máxima aventura”.

 

Escrito por: Blogger olo - 13 de octubre de 2008, 23:24:00 CEST

[198] ↑ Escrito por: temarios - 13 de octubre de 2008 22:32:00 CEST
(…)Yo nunca probaré la muerte. Mi cadáver sí, pero yo no. Yo me quedaré al borde, indudablemente vivo.
--------------------------------------------------------------

Se nota que es usted joven, amigo Temarios. La muerte es un proceso, de hecho es la otra cara de la vida. Se empieza a morir desde que se nace, se empieza a sentir que se muere desde que se enferma y se muere uno desde que empieza a agonizar. Los hay que tienen suerte con un buen infarto o una trombosis fulminante, pero nada garantiza que ese vaya a ser su caso.
Otra cosa es la poesía.

 

Escrito por: Blogger temarios - 13 de octubre de 2008, 23:24:00 CEST

Qué buena la última cita, Montano. Una mezcla perfecta de la "elegante metamorfosis" de que hablaba Nabokov y la "traducción a un idioma mejor" de Donne.

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 23:27:00 CEST

[205] Eugenio Trías tenía también alguna buena frase de ese estilo, pero no recuerdo dónde. Para Trías la muerte era el "salto" a lo que él llama "espacio-luz".

 

Escrito por: Blogger temarios - 13 de octubre de 2008, 23:27:00 CEST

La poesía también es esa otra cosa, Olo. Quotidie morimur.

"¡Ah de la vida!"... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido
y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue y un será y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 13 de octubre de 2008, 23:34:00 CEST

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 13 de octubre de 2008, 23:36:00 CEST

Tiene razón Al59: se trata de poses, de literatura. Mi "condición de condenado" no me quitó el apetito con el que me fui a cenar. Temarios, no menos literario, ha expresado de un modo magistral el consuelo epicúreo basado en la idea de que la muerte no tiene nada que ver con nosotros. Esa inmortalidad a la que nos invita Temarios me parece un hallazgo particularmente hermoso. No obstante, no creo que los argumentos de corte epicúreo contra el miedo a la muerte, a pesar de su limpieza conceptual, hayan convencido a nadie. Ni siquiera a Temarios.

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 23:36:00 CEST

ADRIANA CALCANHOTTO EN ESPAÑA

Minigira en noviembre de la gran Adriana Calcanhotto. Copio sitios y fechas:

NOVEMBRO

04 ter Madrid (Espanha)
MARÉ show: Teatro Lope de Vega C/Gran Via, 57 21:00

05 qua Tenerife (Espanha)
MARÉ show: Teatro Guimerá Plaza Isla De La Madera s/n Santa Cruz de Tenerife 21:00

06 qui Girona (Espanha)
MARÉ show: Auditorio de Girona - Sala Sinfónica Passeig de la Devesa, 35 Girona 21:00

07 sex Barcelona (Espanha)
MARÉ show: Palau de la Musica C/ Palau de la Música, 4-6 21:00

 

Escrito por: Blogger temarios - 13 de octubre de 2008, 23:38:00 CEST

Por lo demás, toda refutación poética de la muerte debe ser leída como un ejercicio de ironía trágica.

"Murieron otros, pero ello aconteció en el pasado,
que es la estación (nadie lo ignora) más propicia a la muerte.
¿Es posible que yo, súbdito de Yaqub Almansur,
muera como tuvieron que morir las rosas y Aristóteles?"

 

Escrito por: Blogger temarios - 13 de octubre de 2008, 23:41:00 CEST

En efecto, Gengis, ni a mí ni a nadie.

De la muerte decía Epicuro que es algo que no debemos temer, porque “mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos”. Con este razonamiento, verdaderamente aplastante —decía Mairena—, pensamos saltarnos la muerte a la torera, con helénica agilidad de pensamiento. Sin embargo —el “sin embargo” de Mairena era siempre la nota del bordón de la guitarra de sus reflexiones—, eso de saltarse la muerte a la torera no es tan fácil como parece, ni aun con la ayuda de Epicuro, porque en todo salto propiamente dicho, la muerte salta con nosotros. Y esto lo saben los toreros mejor que nadie.

(Del Juan de Mairena)

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 13 de octubre de 2008, 23:41:00 CEST

"Se empieza a morir desde que se nace, se empieza a sentir que se muere desde que se enferma y se muere uno desde que empieza a agonizar."

Qué hermoso es esto también.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 13 de octubre de 2008, 23:44:00 CEST

¿La muerte o las muertes?

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 23:45:00 CEST

Y está el poema ya clásico de José Emilio Pacheco (mi poeta mexicano favorito después de Octavio Paz). Se lo dedicó a José Carlos Becerra, un joven poeta de su generación que se mató en accidente de tráfico.

RAMÓN LÓPEZ VELARDE CAMINA POR CHAPULTEPEC

El otoño era la unica deidad.
Renacia
preparando la muerte,
sol poniente
que doraba las hojas secas.

Y como las generaciones de las hojas
son las humanas.


Ahora nos vamos,
pero no importa
porque otras hojas
verdecerán en la misma rama.

Contra este triunfo
de la vida perpetua
no vale nada
nuestra mísera muerte.
Aquí estuvimos,
reemplazando a los muertos,
y seguiremos
en la carne y en la sangre
de los que lleguen.

 

Escrito por: Blogger temarios - 13 de octubre de 2008, 23:46:00 CEST

[214] Escrito por: Tsevanrabtan - 13 de octubre de 2008 23:44:00 CEST

¿La muerte o las muertes?
________________________

¡¡¡Plagiario!!! ¡¡¡Eso lo preguntó Clonclón (o Nocturno Borgiano) hace tiempo aquí!!! Y si no lo preguntó, debió preguntarlo, porque es su pregunta desde siempre. (Desde que leyó la Cuarteta de Borges, como poco).

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 13 de octubre de 2008, 23:48:00 CEST

[216] ↑ Escrito por: temarios - 13 de octubre de 2008 23:46:00 CEST

[214] Escrito por: Tsevanrabtan - 13 de octubre de 2008 23:44:00 CEST

¿La muerte o las muertes?
________________________

¡¡¡Plagiario!!! ¡¡¡Eso lo preguntó Clonclón (o Nocturno Borgiano) hace tiempo aquí!!! Y si no lo preguntó, debió preguntarlo, porque es su pregunta desde siempre. (Desde que leyó la Cuarteta de Borges, como poco).

-----

Perdone. No quise hacerlo.

 

Escrito por: Blogger temarios - 13 de octubre de 2008, 23:48:00 CEST

Es más, tenía pensado un soneto cuyos dos versos finales iban a ser...

"...si yo supiera si esta muerte es mía,
yo sabría si fue mía la vida".

(La indudable calidad de los versos explica por qué jamás llegó a escribirse).

 

Escrito por: Blogger Garven - 13 de octubre de 2008, 23:49:00 CEST

No es mala la muerte; sí, las muertes.
La muerte me conforma como mortal. Siempre me fascinó el cuento de Borges "El inmortal". Siempre di gracias por no sufrir tal condena.
Las muertes son las cesiones que vamos haciendo a lo largo de la vida.
Pero eso es la vida, y el saberse en la pendiente nos hace la vida más intensa.

 

Escrito por: Blogger Garven - 13 de octubre de 2008, 23:50:00 CEST

[0] Aunque sea algo tarde, sepa Happel que lo leo siempre aunque solo lo diga a veces, y siempre me gustan sus historias.

 

Escrito por: Blogger temarios - 13 de octubre de 2008, 23:50:00 CEST

Confiese que a usted también se le ocurrió al ver juntos a Aristóteles y las rosas. ¿Mueren de la misma muerte?

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 13 de octubre de 2008, 23:50:00 CEST

Mientras les leo, estoy escribiendo un diálogo entre la muerte y un joven poeta. Empecé serio, pero se me está yendo por el lado fácil de la farsa.

 

Escrito por: Blogger Garven - 13 de octubre de 2008, 23:51:00 CEST

Y aun a sabiendas de que es tardísimo, Schultz, su entrada también me gustó.
Sabía de Zimmer y de la habitación que Hölderlin ocupaba en su casa, pero siempre me quedó la duda de si Zimmer era consciente de la grandeza deel inquilino a quien alojaba o si lo hizo sin darse cuenta.

 

Escrito por: Blogger temarios - 13 de octubre de 2008, 23:53:00 CEST

Y Browning también me plagió:

Beautiful Evelyn Hope is dead.
Sit and watch by her side an hour.
This is her book-self, this her bed,
she plucked that piece of geranium-flower,
beginning to die too, in the glass...

 

Escrito por: Blogger temarios - 13 de octubre de 2008, 23:58:00 CEST

¿Todas las muertes, la muerte?

 

Escrito por: Blogger J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 23:59:00 CEST

A propósito de la ineludible cita con la muerte, está también este memorable poemita de Antonio Machado(que por cierto, Al, citaba y recitaba mucho su García Calvo):

* * *
Al borde del sendero un día nos sentamos.
Ya nuestra vida es tiempo, y nuestra sola cuita
son las desesperantes posturas que tomamos
para aguardar... Mas Ella no faltará a la cita.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 0:07:00 CEST

Siempre que tengo noticia de la muerte de un poeta, me ocurre pensar: ¡Cuántas veces, por razón de su oficio, habrá este hombre mentado a la muerte, sin creer en ella! ¿Y qué habrá pensado ahora, al verla salir como figura final de su propia caja de sorpresas?

(Del Juan de Mairena)

 

Escrito por: Blogger Juli0 - 14 de octubre de 2008, 0:08:00 CEST

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

Escrito por: Blogger Juli0 - 14 de octubre de 2008, 0:16:00 CEST

BYE BYE BlackBIL
¡Lo ha hecho! Faustine ha matado a Bil. Lo invitó a su casa el fin de semana [ver UHF domingo 0:56] y lo ha envenenado. Después, en lugar de enterrarlo en la cuneta como planeó, ha decidido tirarlo al mar, no sea que lo encuentren los de la memoria histórica. El cadáver, liado en una sábana y atado con sogas, lo ha llevado a la costa, cerca de Gandía, en el dos caballos de Roxana, que se lo dejó cuando pasó por aquí con Lumpen y Faustine les prestó su Altea XL. El coche lo deja en un camino no muy alejado del embarcadero donde alquila un bote. Ahora que tiene el cadáver en sus brazos se da cuenta de que Bil no pesa casi nada. ¡Con todo lo que parecía! En fin… Faustine se adentra un poco en el mar y arroja al agua el paquete que, a pesar de todo, no tarda en hundirse.

Bil había venido en su bultaco lobito y había adelantado a Faustine en la carretera sin saberlo. Estuvieron juntos dos días, bastante bien, pero sin hablar demasiado. Él parecía más interesado en leer. Comer sí que comía con apetito, pero la tarta… La tarta con el veneno ni la probó, porque a él no le gusta el dulce. Pero para quedar bien hizo como que la tomaba.

Entonces, ¿de quién es ese cuerpo que sacan del mar los submarinistas de la Guardia Civil? Es una mujer, de eso no hay duda, pero ¿quién puede ser? ¿Roxana que volvió a por su coche? ¿Lumpen que olvidó su portátil? ¿Quién se comió ese pastel?

(Continuará)

 

Escrito por: Blogger Circe - 14 de octubre de 2008, 0:17:00 CEST

Sostiene la Ajmátova que a veces la muerte forma parte de la fantasmagoría de toda una vida:

"Mi vida ha transcurrido en algún sitio
del que yo estaba ausente.
¡Cuántas veces se levantó el telón
y la escena vacía
en vano ha esperado por mí!
¡Cuántas veces
tendió el amor los brazos
hacia mi cuerpo trémulo
y abrazó solo arena,
una mujer sin nombre,
mientras yo sonreía en otra parte!
A mis mejores amigos
los perdí en algún recodo del camino
antes de haberlos encontrado.
Conozco palmo a palmo una ciudad
y nunca he estado en ella.
Me han conmovido hasta las lágrimas
mares que nunca he visto,
versos que nunca he escrito,
un rostro en el espejo,
que era el rostro de mi madre
y el de la hija que no tuve
y el de una desconocida
que me miraba con extraño amor,
pero nunca era el mío.
Alguien que se llevó mis risas,
me ha dejado sus lágrimas.
¿De quién son estas lágrimas,
de quién este dolor
que me traspasa un pecho que no es mío?
Me han robado mi vida,
no lloréis en mi tumba. En ella yace,
bajo mi nombre, una desconocida."

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 0:17:00 CEST

Decía Borges que ...las pruebas de la muerte son estadísticas
y nadie hay que no corra el albur
de ser el primer inmortal
. Savater, por su parte, recordaba que los romanos solían decir de quien ha muerto que se "ha ido con la mayoría", para a continuación hacer notar que el actual crecimiento demográfico podría dejar obsoleta esa frase: muy pronto, el número de los vivos podría ser superior al de todos los muertos.

No se me alcanza si son ciertas esas cifras (Bil podría confirmarlo), pero si lo fueran o llegaran a serlo, también se quedarían obsoletos los versos borgianos: entonces, por primera vez en la historia, la inmortalidad podría ser estadísticamente más probable que la muerte.

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 0:18:00 CEST

Epicuro sólo demostró que a los muertos no debe preocuparles la muerte.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 14 de octubre de 2008, 0:18:00 CEST

De momento gana el poeta.

 

Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 14 de octubre de 2008, 0:20:00 CEST

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 0:20:00 CEST

"Sólo seis mil millones de personas han muerto hasta la fecha, frente a doce mil millones que no han muerto jamás desde su nacimiento". Entonces, entonces quisiera ver yo a las aseguradoras, y a sus sofisticados profetas informáticos.

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 0:24:00 CEST

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 0:24:00 CEST

[232] Escrito por: Gengis Kant - 14 de octubre de 2008 0:18:00 CEST


De lo mejor que se ha escrito aquí.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 0:26:00 CEST

Epicuro demostró que los vivos no deben tener miedo a la muerte, pero no dijo nada sobre el miedo a que se acabe la vida.

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 0:26:00 CEST

¿Cómo no voy a tener miedo a morir si vivir consiste también, o sobre todo, en pensar en otras cosas?

 

Escrito por: Blogger Josepepe - 14 de octubre de 2008, 0:30:00 CEST

Leo el reportaje de le revista checa 'Respekt' que ha colgado Tsevanrabtan, en el que se acusa a Kundera de delatar a un joven desertor a la policìa comunista en 1950.

Sea o no cierta la acusación, o sea cierta sólo en parte, es probable que en adelante leamos o releamos a Kundera, en particular los libros que se refieren a ese periodo, como 'La Broma', a la luz de la historia ésta. Incluso lo haremos con los libros que vengan, si aún escribe otros. Es lo que tiene la información.

Desde París, Kundera desmiente: 'Es una atentado contra el autor' dice en Le Monde, que titula así: 'Milan Kundera habría colaborado con la policìa secreta comunista'.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 0:31:00 CEST

Tsevanrabtan dijo...
De momento gana el poeta.

14 de octubre de 2008 0:18:00 CEST
____________________________

No sabría qué decirle, porque el poeta está a punto de morir de risa.

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 0:31:00 CEST

[238] Escrito por: temarios - 14 de octubre de 2008 0:26:00 CEST

Epicuro demostró que los vivos no deben tener miedo a la muerte, pero no dijo nada sobre el miedo a que se acabe la vida.

--

Me parece que acaba de refutar usted el argumento de Epicuro. De la muerte puede que los vivos no sepamos nada, pero de la vida y sus percances claro que sí.

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 0:42:00 CEST

Temarios, ya no me parece que lo haya refutado. Sólo podemos temer que la vida se acabe si nos situamos más allá de ella.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 0:43:00 CEST

Epicuro sólo demostró que el hecho de morir, en sí mismo, no tiene nada de aterrador. Pero es que lo que acojona son las consecuencias; entre ellas, y muy señaladamente, la de no vivir más, la de que un día vaya a ser el último.


(Aunque no sé si Epicuro pensaba en esa muerte instantánea: quizá el miedo que quería desterrar era el miedo a lo desconocido, a un posible infierno. La muerte como "vida más allá de la muerte en alguna región poco recomendable).

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 0:47:00 CEST

Vivir serenamente, sin miedo ni esperanza, que dijo el otro.

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 0:55:00 CEST

Siempre he pensado, Temarios, que Epicuro no atacó el miedo a morir sino a estar muerto. Lo que yo tampoco sé es si su objetivo fue erradicar el miedo a una vida eterna infernal o a estar muertos del todo. Naturalmente, la segunda posibilidad es a la que nos interesa a los descreídos.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 0:57:00 CEST

Gengis Kant dijo...
Temarios, ya no me parece que lo haya refutado. Sólo podemos temer que la vida se acabe si nos situamos más allá de ella.

14 de octubre de 2008 0:42:00 CEST
_____________________________

Sí, en ese miedo hay algo de ilógico.

La idea de Pessoa: "No tengo preferencias para cuando ya no pueda tener preferencias".

Y sin embargo... Supongamos que realmente no tememos que la vida acabe (que, en efecto, nos obliga a situarnos más allá de esa vida), sino que lo que ocurre es que deseamos que siga indefinidamente. Yo creo que no es lo mismo, aunque no estoy seguro.

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 0:57:00 CEST

Dicho de otro modo, nos consuela poco saber que no iremos al infierno porque estaremos muertos.

 

Escrito por: Blogger Lumpen enamorada de Cronopio - 14 de octubre de 2008, 1:02:00 CEST

[85] Tu estupidez no tiene fronteras.

Noticia publicada el 13-10-2008

(Libertad Digital) En la demanda de divorcio que ha presentado el abogado se acusa a Carmelo González de estar "obsesionado" contra todo lo que tenga que ver con el catalán lo cual, dicen, podría provocarle problemas a la hora de cuidar a sus dos hijos, por los que hace poco más de dos años luchó para que se les permitiera estudiar en castellano.

Según señala este lunes el diario El Mundo, la mujer y su defensa intentan aprovechar cualquier reivindicación política y los correos electrónicos personales de González para impulsar la demanda. Entre sus estrategias, le acusan de utilizar a su hija, a la que mencionan en varios párrafos del escrito, un extremo que rechaza porque en ningún momento la ha mostrado en público ni en foto y tampoco ha dado su nombre. También apuntan que el demandado "no permite a sus propios hijos relacionarse con ninguna persona o amigo que hable en catalán" y le acusan de "haberse enemistado con la dirección del centro escolar" al que acude su hija, un extremo que él niega.

En la demanda se incluyen correos electrónicos personales entre la pareja. El Mundo refleja que en uno de ellos, Carmelo González le reprocha a su mujer que organizara la fiesta de cumpleaños en un centro "que sólo se anuncia en catalán". También se refiere a sus palabras cuando se presentó como candidato por Ciutadans en Sitges. La acusación dice que González "entiende que hoy en día nuestro país lo rige un sistema fascista" porque aquel día dijo que "nosotros defendemos el cumplimiento de la Ley en Cataluña y el respeto a sus órganos soberanos de gobierno. ¿Ellos qué defienden? ¿Quiénes son los fascistas".

La mujer de González también presenta entre los documentos la demanda que ambos presentaron ante el Departamento de Educación de la Generalidad. Lo curioso de todo esto es que en dicho documento –que usan para probar el extremismo al que ha llegado el padre– también está la firma de la mujer de Carmelo González.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 1:04:00 CEST

Gengis Kant dijo...
Siempre he pensado, Temarios, que Epicuro no atacó el miedo a morir sino a estar muerto. Lo que yo tampoco sé es si su objetivo fue erradicar el miedo a una vida eterna infernal o a estar muertos del todo. Naturalmente, la segunda posibilidad es a la que nos interesa a los descreídos.

14 de octubre de 2008 0:55:00 CEST
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Me ha recordado el día en que descubrí el argumento de Epicuro y se lo comenté a mi madre. Estaba entusiasmado.

- "Cuando nosotros estamos, ella no está, y cuando ella está, nosotros no estamos. ¿Entiendes?".

- No, si ya, pero a la gente lo que le preocupa es ese momentín en que a lo mejor nos cruzamos, para saludarnos.

"Miedo a morir" frente a "miedo a estar muerto".

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 1:04:00 CEST

- Gengis Kant: Temarios, ya no me parece que lo haya refutado. Sólo podemos temer que la vida se acabe si nos situamos más allá de ella.

- Temarios: Sí, en ese miedo hay algo de ilógico.

- GK: (Que hay algo ilógico ahí es lo que dice Epicuro.)

- T: Y sin embargo... Supongamos que realmente no tememos que la vida acabe (que, en efecto, nos obliga a situarnos más allá de esa vida), sino que lo que ocurre es que deseamos que siga indefinidamente. Yo creo que no es lo mismo, aunque no estoy seguro.

- GK: ¿Qué le hace pensar que no es lo mismo?

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 1:10:00 CEST

Al preguntarle por qué no le parece lo mismo no quiero apretarlo donde usted mismo admite tener dudas. Simplemente le invito a que explore esa diferencia que apunta usted. Pero sin prisas ni agobios.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 1:14:00 CEST

...No, ese deseo de seguir viviendo, de aspecto razonable, es lo mismo que el miedo irracional a que la vida acabe. Somos así de absurdos. No podemos imaginarnos muertos, inexistentes. El suicida de Borges no ha existido jamás:


El suicida

No quedará en la noche una estrella.
No quedará la noche.
Moriré y conmigo la suma
del intolerable universo.
Borraré las pirámides, las medallas,
los continentes y las caras.
Borraré la acumulación del pasado.
Haré polvo la historia, polvo el polvo.
Estoy mirando el último pájaro.
Lego la nada a nadie.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 1:17:00 CEST

Se me ocurre que quizá la diferencia entre desear seguir viviendo y temer que la vida acabe es la misma que hay entre desear tener una vida distinta y desear ser otra persona. Lo primero parece racional y posible, pero quizá no lo sea más que lo segundo: yo, con otra vida, sería "otro".

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 1:19:00 CEST

- Es ilógico que temas llegar a encontrarte en un estado en el que no podrás sentir temor.

- Primero, no es ilógico porque el temor lo tengo ahora; segundo, esa futura falta de temor es precisamente lo que temo.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 1:26:00 CEST

Para acabar de complicar las cosas, lo cierto es que a mí miedo no me da morirme. Lo que me da, a veces, es como rabia.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 1:28:00 CEST

Me arde la cabeza y se acaba el tabaco, pero ha sido un placer, como siempre.

Ojalá mañana vea más claro.

 

Escrito por: Blogger temarios - 14 de octubre de 2008, 1:28:00 CEST

Buenas noches.

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 1:31:00 CEST

[254] Escrito por: temarios - 14 de octubre de 2008 1:17:00 CEST

Se me ocurre que quizá la diferencia entre desear seguir viviendo y temer que la vida acabe es la misma que hay entre desear tener una vida distinta y desear ser otra persona. Lo primero parece racional y posible, pero quizá no lo sea más que lo segundo: yo, con otra vida, sería "otro".

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No estoy de acuerdo en que desear seguir viviendo es lo mismo que desear tener una vida distinta; sí lo estoy en que desear tener una vida (completamente) distinta es lo mismo que desear ser otro (aunque disiento en el caso de que vea alguna irracionalidad en esto).

 

Escrito por: Blogger Gengis Kant - 14 de octubre de 2008, 1:35:00 CEST

El placer ha sido mío también. Buenas noches.

 
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