Los administradores de este blog son presonas humanas ocupadas que no pueden estar todo el día encerrados en una habitación delante de su ordenador, iluminados por una lucecita, vigilando lo que aquí se dice. Si se produce una redada como consecuencia de alguna de las opiniones que se depongan gritaremos como el inspector Renault “¡qué escándalo!, ¡qué escándalo!, hemos descubierto que aquí se insulta”, y haremos responsable directamente a su autor.
Cuando se lee sobre Johann Christian Friedrich Hölderlin, inevitablemente llama la atención la profusión de grandes nombres: Hegel, Schelling, Schiller, Goethe. No es algo extraño, porque la época lo daba de una forma casi natural: nació el mismo año que Beethoven, uno después que Napoleón, dos antes que el propio Novalis.
Las ansias de libertad impregnaban a la vieja Europa y los jóvenes poetas ávidos de alcanzarla surgían de manera imparable. Pero al mismo tiempo, su época no fue demasiado justa con ellos, la mayoría de los cuales, por otra parte, fallecieron en su plenitud creadora.
Stefan Zweig narra con precisión la debacle que para las letras europeas supuso el nuevo siglo XIX, el número ingente de jóvenes escritores que desaparecieron prematuramente: Keats, Shelley, Byron, Novalis, Bellini, Pushkin.
Hölderlin sobrevivió a todos ellos, a costa de su salud. El hombre al que Heidegger consideró la esencia de la esencia de la poesía, reivindicando su obra y poniéndolo a la altura que merecía, dio desde joven muestras de su extrema sensibilidad. Incapaz de centrarse en ningún tipo de ocupación mundana, considerado por el gran maestro Goethe como un espíritu demasiado confuso, anduvo dando tumbos por Europa, las más de las veces como instructor de adolescentes de familias adineradas, gracias a sus amigos y conocidos, preocupados por el poeta.
Así es como fue contratado por Carlota Von Kalb, amante de las artes y, según se dice, de Jean Paul, para instruir a su hijo Fritz, pero lamentablemente su labor fue imposible. Cuentan las crónicas que el muchacho era un onanista compulsivo, algo que según como se mire puede no parecer tan extraño, pero que a Hölderlin le causaba gran disgusto.
Con el banquero Henri Gontard la cosa no fue mejor: locamente enamorado de su esposa, Susette, aquello no podía acabar bien. Romántico hasta la médula, Hölderlin decía de su amante que parecía griega, lo que debe ser considerado el mayor de los elogios, pues para Hölderlin la Grecia clásica era la utopía.
Fue echado de la casa por el marido, lo que le obligó a buscar nuevas ocupaciones, siempre por poco tiempo y con poco éxito.
Cada vez más atormentado por su existencia, fue a parar a Burdeos, también como instructor, creo que de los hijos de un diplomático. En un episodio que muestra con toda crudeza su estado mental, el hombre abandonó su trabajo y volvió ¡andando! hasta Alemania, donde conoció la noticia a la que tradicionalmente se achaca su definitiva crisis, la muerte de Susette.
Estuvo algún tiempo en un manicomio y finalmente, abandonado incluso por quienes se habían preocupado por él, fue a parar a la casa de Ernst Zimmer, una torre en Tubinga.
Este hombre, por contraposición a las grandes figuras que el escritor había tratado, era un modesto carpintero, del que no ha quedado un triste retrato que yo haya podido encontrar. Un ebanista admirador de sus obras, del Hiperion, fundamentalmente, que tomó como un deber moral acogerlo en su hogar.
Hölderlin, olvidado por sus ilustres contemporáneos, influidos seguramente por la opinión de Goethe, quien le aconsejó “componer pequeños poemas”, lo que no se me ocurre calificar sino como una mezquindad a la altura del autor de Fausto, va a parar a una torre junto al Neckar.
Allí, un hombre humilde, que no tiene ninguna relación con él, le cuidará hasta que fallezca, más de treinta años después. La segunda mitad de la vida de Hölderlin es monótona. Da paseos, acompañado por los estudiantes, habla sólo, sin aparente conexión entre sus palabras y toca el piano, siempre en el mismo tono. Eventualmente, sigue escribiendo, pero firma como Scardanelli y niega ser Hölderlin, fechando algunas de sus últimas obras en años incluso anteriores a su nacimiento.
A modo de pequeña venganza, sólo reacciona con ira cuando oye nombrar a Goethe.
El poeta Gustav Kehne pudo hablar con el carpintero Zimmer sobre Hölderlin.
Esto cuenta que le dijo:
“Está en mi casa desde el momento en que lo soltaron de la clínica. Lo tuvieron allí dos años, lo medicaron, lo revolvieron de arriba a abajo sin encontrar que era lo que tenía. No pudo decir a nadie qué le faltaba. Lo que tiene de más, eso es lo que le ha vuelto loco.”
No lo que le faltaba, sino lo que tenía de más. Creo sinceramente que estas palabras de Zimmer demuestran que muchas veces el hombre más modesto es el que más naturalmente comprende al auténtico genio.
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Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 22:15:00 CEST
[170]
No me ha quedado claro si ha leído usted o el reportaje del que habla o si, por el contrario, el hecho de verlo publicado le ha parecido tan mal que se ha abstenido de hacerlo.
Si lo ha leído, habrá comprobado que se trata de un reportaje riguroso y exhaustivo, plagado de datos, cifras y entrevistas que avalan las críticas a la puesta en marcha y el funcionamiento de esos ocho nuevos hospitales. Es decir, se trata de un trabajo correcto, se podría haber dicho hace unos años; bastante bueno para los tiempos que corren. Páginas dedicadas a "criticar y desacreditar", dice usted, pero supongo que está de acuerdo en que esas dos palabras no son ni mucho menos sinónimos.
Qué busca Cebrián con estas informaciones, se pregunta usted (y de paso se autoresponde). Uno no sabe si detrás de estas simplificaciones (criticar igual a desacreditar, El País igual a Cebrián, nuevos hospitales madrileños igual a Esperanza Aguirre) hay inocencia o todo lo contrario. Supongo que la posibilidad de que se trate precisamente de eso, de informar acerca de un tema realmente sensible para millones de personas, ni se le ha pasado a usted por la cabeza. Conozco de primera mano el caso de uno de esos ocho hospitales, y tengo la impresión de que las críticas de esas páginas se quedan cortas.
Supongo que usted no sugiere que El País debería abstenerse de hacer este tipo de reportajes. Otra cosa, claro, es que a la línea editorial y a los intereses de ese periódico en concreto le venga a huevo semejante desastre en la gestión para zurrarle a quien no le cae bien. Esto a usted y a mí, claro, nos parece mal, tan mal por lo menos como el hecho innegable de que la Cope, por ejemplo, jamás haría un reportaje parecido en relación a la gestión de una administración presidida por Aguirre, por mucho que la realidad lo reclame.
Escrito por: temarios - 12 de octubre de 2008, 22:15:00 CEST
Yo estoy convencido de que, dentro de tres décadas, García Márquez tendrá tantos lectores y será tan apreciado como Anatole France, pero no puedo demostrarlo ahora. Esperen treinta años y verán.
Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008, 22:16:00 CEST
[189] En realidad, están en frases (y fases) distintas. La perspectiva, sin duda, nos ayuda a olvidar que 'Homero' compuso también la Batracomiomaquia y el Margites, y Milton el Paraíso recuperado.
Escrito por: temarios - 12 de octubre de 2008, 22:16:00 CEST
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Escrito por: temarios - 12 de octubre de 2008, 22:19:00 CEST
"Hay muchos autores injustamente olvidados; ninguno injustamente recordado" (W.H. Auden)
Escrito por: temarios - 12 de octubre de 2008, 22:19:00 CEST
Hasta otra.
Escrito por: Perroantonio - 12 de octubre de 2008, 22:20:00 CEST
[202] Escrito por: temarios - 12 de octubre de 2008 22:15:00 CEST
Yo estoy convencido de que, dentro de tres décadas, García Márquez tendrá tantos lectores y será tan apreciado como Anatole France, pero no puedo demostrarlo ahora. Esperen treinta años y verán. ******* Ah, la Posteridad, esa jueza...
Seguro que le da entonces por leer a Umbral, a Benet y tantos otros preteridos.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:20:00 CEST
[200] ↑Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008 22:11:00 CEST [198] El error ahí está en pensar que me pirran las canciones de Víctor Manuel (o las de Ismael Serrano). (Y no será que no se lo he explicado alguna vez que otra.) ________________________
Cierto, amigo, pero no se ponga así. Me he permitido ser un pelín sinecdóquico. Es que para mí, como usted sabe, el Cantautor es uno, grande y adocenado. O sea, que en habiendo un Ismael Serrano, *todos* son Ismael Serrano.
Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008, 22:20:00 CEST
[202] Treinta años no es nada. Con los evos extraños, hasta Anatole France podría salir a flote, con pingüinos y todo. Mi apuesta es menos ambiciosa: estoy convencido de que en 30 y en 100 años a Azorín y a Guillén seguirá sin leerlos nadie (salvo la traducción de El cementerio marino).
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:22:00 CEST
Yo creo que Anatole France sí será recordado. Aunque sólo como el autor que provocó aquel delicioso panfleto de los surrealistas: "Un cadáver".
Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008, 22:23:00 CEST
Por otro lado, le pongo peros a un clásico más cercano. A mí los dos artículos de Espada que ha traído me parecen bien escritos, pero antipáticos, estériles y nada convincentes. Salgo pensando que Rajoy dijo la verdad (la suya, que en este caso coincide con la verdad a secas), que el pintor debería estar en libertad y que el juez ha usado mal su posición privilegiada.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:24:00 CEST
Por cierto, pregunta a los madrileños: ¿mañana es fiesta en Madrid, por el traspaso del 12?
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:25:00 CEST
[211] Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008 22:23:00 CEST A mí los dos artículos de Espada que ha traído me parecen bien escritos, pero antipáticos, estériles y nada convincentes. ___________________________
A mí, en cambio, me parecen bien escritos, antipáticos, fecundos y muy convincentes.
Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008, 22:26:00 CEST
[208] ¿Ve? Yo en cambio pienso que un cantautor debería ser Nick Drake. (Y sí, muy pocos dan la talla.)
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 22:26:00 CEST
No, Montano, no es fiesta.
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 22:28:00 CEST
Oigan, creo que ese "No" de arriba me ha quedado antipático, pero creo que bien escrito, y espero que fecundo y convincente.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:29:00 CEST
[200] ↓↑Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008 22:11:00 CEST [198] El error ahí está en pensar que me pirran las canciones de Víctor Manuel (o las de Ismael Serrano). __________________________
Volviendo a eso, amigo Al, he de decirle que no me parece de recibo su declaración. Uno no puede defender y comulgar con un género (en este caso la, así llamada, Canción de Autor) y a continuación prescindir de sus más egregias (y por ello estólidas) figuras. O se apuesta por la Canción de Autor o no, pero lo que no es de recibo es nadar y guardar la ropa.
Para ponerle un ejemplo: no es de recibo decir que le gusta el Nazismo, para luego añadir que no le gustan Hitler y Goebbels.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 22:29:00 CEST
Hace muchos años que no leo a García Márquez. También es verdad que hace muchos años que casi no leo novelas. Pero Cien años de soledad me gustó mucho, muchísimo. Tenía trece años cuando la leí. En septiembre de 1979. Luego (como me ha pasado otras muchas veces) la leí dos o tres veces más (ese mismo año). Tiempo después, siguiendo algún consejo, leí El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca y libros de cuentos (Los funerales de la mamá grande, La hojarasca. Ninguno me gustó tanto como el primero, aunque solía decir que el mejor era El otoño del patriarca, supongo que porque lo leí en algún sitio. La última novela que consumí de García Márquez fue Crónica de una muerte anunciada. Debía andar por los quince o dieciséis años y me aburrió soberanamente. Y como me ha pasado tantas veces me olvidé del autor. Veinte años más tardes, un verano, en casa de mis suegros, a la hora de la siesta y sin nada que hacer, me encontré con la novela y empecé a leerla. La dejé a las veinte o treinta hojas. Me pareció banal. Pero eso no cambia la impresión que me produjo. Quizás simplemente cambiamos de opinión y confundimos el paso del tiempo con el mejoramiento del gusto. Que conste que creo que no, pero no por eso no dejan de parecerme llamativas esas hogueras y cánones que hacen los *expertos* en literatura.
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 22:31:00 CEST
Un cantautor también es Marilyn Manson.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:31:00 CEST
[215] Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008 22:26:00 CEST No, Montano, no es fiesta. ________________________
Gracias! Pero y eso por qué? En Andalucía sí: y "é por isso que Andalucia não vai pra frente!".
Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008, 22:34:00 CEST
[213] Discutámoslo. A mí me parece que Espada hace un uso torcitero de la idea de privilegio. El pintor del que habla tuvo, alternativamente, una suerte llamativamente peor y mejor que otros, pero ningún privilegio. El juez, en cambio, en virtud de su cargo, sí se sitúa en una situación privilegiada: la de poder interpretar la ley y decidir sobre vidas ajenas. Condenar a una persona por su actividad como traficante de cocaína en otro tiempo, cuando no hay evidencia de que haya seguido ejerciéndola, y sí de que ha orientado su vida por otros pagos, podrá ser legal, pero es un error.
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 22:35:00 CEST
220]
Ni idea, pero quizá tenga que ver con que ya se cambió el día de la Almudena (el próximo 9 de noviembre) por el de Santa María de la Cabeza (el pasado 9 de septiembre). O quizá no.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 22:35:00 CEST
Para que sirva de ejemplo a creyentes y descreídos, puedo hablarles de Borges. Fue uno de mis autores favoritos. Más o menos cuando estaba en la universidad. Luego, durante bastante tiempo, casi llegué a aborrecerlo (pensaba que detrás de su artificio había enormes dosis de pedantería hueca). Cuando volví a leerlo, hace pocos años, sin embargo, algunas (bastantes) de sus obras volvieron a gustarme mucho (El Sur, por ejemplo, me parece extraordinario). Otras me resultaron algo acartonadas.
Escrito por: Perroantonio - 12 de octubre de 2008, 22:35:00 CEST
[218] Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:29:00 CEST
Es que no se trata tanto de valorar a García Márquez como de saber que Jamontano y Adrede lo han suspendido.
Lo importante es saber a quien suspenden Jamontano y Adrede, lo demás es baladí (plural baladíes).
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:36:00 CEST
[218] Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:29:00 CEST _______________________
Hombre, yo también me leí "Cien años de soledad" dos veces en la adolescencia, con pasión y disfrute. Pero en aquella época también me flipaban los "Chiripitifláuticos". Yo creo que las obras tienen que pasar la prueba de la edad adulta: de aquella época me siguen gustando "La guerra del fin del mundo" de Vargas Llosa (que me leí justo antes de "Cien años de soledad") y las películas de los hermanos Marx; pero no "Cien años de soledad" ni los "Chiripitifláuticos".
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 22:37:00 CEST
[225] ↑ Escrito por: Blogger J. A. Montano - 12 de octubre de 2008 22:36:00 CEST
¿Los chiripitifláuticos?
En eso somos distintos. A mí nunca me gustaron.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:37:00 CEST
[224] ↑Escrito por: Perroantonio - 12 de octubre de 2008 22:35:00 CEST _______________________
Es lo que tiene ser árbitros del gusto.
Escrito por: Dragut - 12 de octubre de 2008, 22:37:00 CEST
[0] Interesante y bien relatado. Enternecedor incluso, el final. Felicitaciones, Schultz.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:39:00 CEST
[226] ↑Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:37:00 CEST
[225] ↑ Escrito por: Blogger J. A. Montano - 12 de octubre de 2008 22:36:00 CEST ¿Los chiripitifláuticos? En eso somos distintos. A mí nunca me gustaron. __________________________
Me deja usted helado. ¿Y qué hizo usted en todo aquel periodo?
Escrito por: Dragut - 12 de octubre de 2008, 22:40:00 CEST
[226] ↑Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:37:00 CEST
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¿Se ha leído casi todo García Márquez y no le gustan los Chiripitifláuticos...? Degenerado...
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 22:42:00 CEST
Lo admito. Soy bastante veleta en la cosa literaria.
En realidad creo que nunca he tenido una opinión muy clara acerca de qué debe gustarme o no. La única diferencia (y en eso creo que sí he avanzado) es que antes me dejaba llevar más por opiniones ajenas y me esforzaba en encontrar satisfacción en cosas que realmente me aburrían.
Que conste que son muy divertidas esas guerras sobre éste o aquél y la enormidad de los juicios sumarísimos. Pero, como producto literario (microrelatos críticos) que son, no suelo darles demasiado crédito.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:43:00 CEST
[230] ↑Escrito por: Dragut - 12 de octubre de 2008 22:40:00 CEST _________________________
He ahí un ejemplo de juicio crítico ultraatinado! Ni Eliot lo hubiera hecho mejor!
Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008, 22:44:00 CEST
[217] De egregias, nada. Si se examina a estos caballeros en el sector 'canción protesta', habría que medirlos con los clásicos del género: Dylan, Ochs; si se prefiere tomar como muestra sus canciones de amor, con Cohen; si sus delirios más o menos imaginativos, con Bergia (que a Serrano le cae cerca) o Bowie, etc. Para el caso, es como si medimos la música brasileña por los hits del pesado ese de los tambores, cuyo nombre he olvidado (y que quizá, ya sé, hiciera otras cosas mejores antes, pero).
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 22:45:00 CEST
Yo leí "Cien años de soledad" también de jovencito, y me gustó mucho. No he vuelto a leerla, pero sí lo demás de García Márquez, y ha seguido gustándome mucho, especialmente "El amor en los tiempos del cólera". Estaría bien, Montano, y lo digo sin sombre de ironía, que hiciese por lo menos un esbozo de esa tesina que no hizo en su momento. Algunos hallamos placer en descubrir razones para darles patadas en el culo a los mitos, inclusos a los propios. Pero encontramos más placer todavía, para qué negarlo, en darle esas mismas patadas a quien nos proporciona esas razones si no las consideramos válidas.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 22:45:00 CEST
[229] ↑ Escrito por: Blogger J. A. Montano - 12 de octubre de 2008 22:39:00 CEST
[226] ↑Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:37:00 CEST
[225] ↑ Escrito por: Blogger J. A. Montano - 12 de octubre de 2008 22:36:00 CEST ¿Los chiripitifláuticos? En eso somos distintos. A mí nunca me gustaron. __________________________
Me deja usted helado. ¿Y qué hizo usted en todo aquel periodo?
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Me preparaba para la edad adulta.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 22:46:00 CEST
[230] ↑ Escrito por: Blogger Dragut - 12 de octubre de 2008 22:40:00 CEST
[226] ↑Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:37:00 CEST
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¿Se ha leído casi todo García Márquez y no le gustan los Chiripitifláuticos...? Degenerado...
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¿Casi todo? Le copio:
* Ojos de perro azul, 1950 (Sólo el cuento con este nombre). * La hojarasca, 1955. * Relato de un náufrago (edición en formato de serie periódica), 1955. * El caníbal , 1955. * Un día después del sábado, 1955. * La mala hora, 1961. * El coronel no tiene quien le escriba, 1961. * Los funerales de la Mamá Grande, 1962. * Un señor muy viejo con unas alas enormes, 1966 * Cien años de soledad, 1967. * Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo, 1968. * Relato de un náufrago (edición en formato libro), 1970. * La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada, 1972. * Cuando era feliz e indocumentado, 1973. * Ojos de perro azul, 1973 (libro recopilatorio de cuentos; aparece por primera vez ese año, pero no será hasta la edición de 1974 de Plaza & Janés cuando se publicará la versión definitiva con todos los cuentos que lo componen). * Chile, el golpe y los gringos, 1974. * El otoño del patriarca, 1975. * Todos los cuentos (1947-1972), 1976. * Crónica de una muerte anunciada, 1981. * Textos costeños, 1981. * Viva Sandino, 1982. * El olor de la guayaba, 1982. * El secuestro, 1982. * El asalto: el operativo con el que el FSLN se lanzó al mundo, 1983. * Eréndira, 1983. * El amor en los tiempos del cólera, 1985. * Las aventuras de Miguel Littín clandestino en Chile, 1986. * El general en su laberinto, 1989. * Doce cuentos peregrinos, 1992. * Diatriba de amor contra un hombre sentado, 1994. * Del amor y otros demonios, 1994. * Noticia de un secuestro, 1996. * Obra periodística 1: Textos costeños (1948-1952). * Obra periodística 2: Entre cachacos (1954-1955). * Obra periodística 3: De Europa y América (1955-1960). * Obra periodística 4: Por la libre (1974-1995). * Obra periodística 5: Notas de prensa (1980-1984). * Vivir para contarla, 2002. * Memoria de mis putas tristes, 2004. * El rastro de tu sangre en la nieve.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:46:00 CEST
[231] Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:42:00 CEST Que conste que son muy divertidas esas guerras sobre éste o aquél y la enormidad de los juicios sumarísimos. ___________________________
Usted lo ha dicho: juicios sumarísimos! Ese es uno de nuestros grandes placeres! Y si algo echamos de menos, es no disponer de un pelotón de fusilamiento (tal el que ajustició a Aureliano Buendía: tardando demasiado tiempo en disparar, por cierto, con lo que se le *coló* la estólida novela) que ejecutaran inmediatamente la sentencia.
Escrito por: Dragut - 12 de octubre de 2008, 22:47:00 CEST
[231] Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:42:00 CEST
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Sí, sí, lo que quiera, pero lo de los Chiripitifláuticos es de no perdonar jamás. ¡Habráse visto!
Escrito por: Adrede - 12 de octubre de 2008, 22:48:00 CEST
Amigo Al59, ahí se equivoca: en este mismo lugar escribí hace tiempo un elogio de García Márquez -con denuesto a Borges incluido- que gustó mucho a mi buen amigo Perroantonio. Lo que no sé es si he escrito un elogio de Borges con denuesto a García Márquez incluido. Me pondré en ello.
En cuanto al maestro Azorín, decir que dentro de cien años tendrá los mismos lectores que hoy: unos cuantos adelantados a su tiempo.
:)
Escrito por: Dragut - 12 de octubre de 2008, 22:48:00 CEST
[232] ↑Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008 22:43:00 CEST
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¿Recuerda el teléfono de Locomotoro, eh?
Escrito por: Josepepe - 12 de octubre de 2008, 22:49:00 CEST
Le Clézio es tal vez el menos parisino de los escritores franceses, lo que es de agradecer. Aquí puede vérsele, 'no obstante', retratado por Cartier-Bresson, en París, en 1965, junto a su primera mujer, Marie-Rosalie.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:49:00 CEST
[233] ↑Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008 22:44:00 CEST _______________________
Carlinhos Brown es el menda. Pero no se puede comparar... Una golondrina no hace verano: en cambio, en el mundo cantautoril, lo raro es encontrar pájaros que no sean golondrinas.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 22:50:00 CEST
[238] ↑ Escrito por: Blogger Dragut - 12 de octubre de 2008 22:47:00 CEST
[231] Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:42:00 CEST
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Sí, sí, lo que quiera, pero lo de los Chiripitifláuticos es de no perdonar jamás. ¡Habráse visto!
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Si pienso en series o programas que me gustaban en los setenta, lo tengo difícil.
Había unos dibujos animados con tres superhéroes (uno se convertía en un montón de simismos)y me chiflaba "Espacio 1999". Si hago memoria a lo mejor recuerdo algo más.
Escrito por: Dragut - 12 de octubre de 2008, 22:52:00 CEST
[236] ↑Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:46:00 CEST
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Pues eso, un degenerado. Yo leí mucho de García Márquez en la adolescencia y primera juventud, sin demasisada pasión. Me llegaba a aburrir tanta ensoñación, pero me gustaba. Releí "Cien años..." algo después y me pareció banal y cursi. El gachó se me ha quedado, aparte de caerme como el culo por su ridícula impostura, como un escritor de cara a la galería, sin sustancia: adolescente, en una palabra.
Escrito por: Adrede - 12 de octubre de 2008, 22:52:00 CEST
Nadie tiene una idea clara sobre qué es bueno y qué es malo, amigo Tsevan. Ayer empecé la relectura de La hoguera de las vanidades. Cuando la leí, hace años, me pareció buena; no excesivamente buena, pero buena, resultona, entretenida. Ahora la decepción está siendo total: personajes acartonados, escenas de teatralidad vergonzosa, recursos estilísticos de baratillo...
En fin, la vida.
(Sigo viendo la tele)
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:55:00 CEST
Me ha entrado, Tse, una especie de vértido retrospectivo por todo el tiempo que perdí viendo los Chiripitifláuticos. No sé si hubiera podido adriestarme en ese tiempo para la, para mí retráctil, edad adulta; pero sí que hubiera podido aprender sánscrito o chino mandarín, por lo menos.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 22:56:00 CEST
[245] Escrito por: Blogger Adrede - 12 de octubre de 2008 22:52:00 CEST
Coincido en lo de La Hoguera. A mí me sucedió con ¿cómo se llama? (¡joder he olvidado el título!) la única novela de un autor que se suicidó y que trata de un gordo repugnante que se porta como Mr. Bean. Cuando la leí me reí mucho. La releí hace unos años y me pareció un coñazo.
Escrito por: Dragut - 12 de octubre de 2008, 22:57:00 CEST
[243] ↑Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:50:00 CEST
[238] ↑ Escrito por: Blogger Dragut - 12 de octubre de 2008 22:47:00 CEST
[231] Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:42:00 CEST
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Sí, sí, lo que quiera, pero lo de los Chiripitifláuticos es de no perdonar jamás. ¡Habráse visto!
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Si pienso en series o programas que me gustaban en los setenta, lo tengo difícil.
Había unos dibujos animados con tres superhéroes (uno se convertía en un montón de simismos)y me chiflaba "Espacio 1999". Si hago memoria a lo mejor recuerdo algo más.
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No es que a mí me chiflaran los Chiripollas esos, sino que se me quedaron grabados como la referencia de llegar a casa después del colegio. He de reconocer que si los recuerdo es más por el hábito que por el gusto. Y porque me acuerdo de la gilipollez del número de teléfono de Locomotoro: "Ocho, ocho, ocho, ochenta, ochenta y ocho". Una gilipollez, efectivamente. Con todo, es de más provecho el colombiano impostor, sin duda.
Yo tampoco recuerdo series o programas de los setenta que me gustasen gran cosa. A lo mejor es sólo cosa de la senectud anticipada. Quién sabe.
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 22:57:00 CEST
Yo conocí a Locomotoro. Era amigo de unos amigos de mis padres. Con tres o cuatro años, se acercó a darme un beso y unos golpecitos en la cabeza, en plena calle. No todo el mundo puede presumir de esto.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 22:58:00 CEST
[246] Escrito por: Blogger J. A. Montano - 12 de octubre de 2008 22:55:00 CEST
Me ha entrado, Tse, una especie de vértido retrospectivo por todo el tiempo que perdí viendo los Chiripitifláuticos. No sé si hubiera podido adriestarme en ese tiempo para la, para mí retráctil, edad adulta; pero sí que hubiera podido aprender sánscrito o chino mandarín, por lo menos.
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Jajajaja
La verdad es que no recuerdo mi infancia con la claridad que me gustaría. Trozos aquí y allá. Si hubiera una película secreta, a lo mejor me vería en el salón de mi casa, retozando con Locomotoro o con Fofito.
(ahora que lo pienso quizás lo haya enterrado inconscientemente)
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 22:59:00 CEST
Hombre, y qué fue de él? Sigue vivo? La tragedia de Valentina ya la conocen, ¿no? Lo del metro. Qué cosa!
Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008, 23:01:00 CEST
Algo, por cierto, que nunca he leído por ahí, pero me parece obvio, es que Cien años de soledad es una parábola sobre el fracaso de la revolución, la cubana especialmente. Leyendo lo que le sucede a Gerineldo Márquez, se entiende que la actitud crítica de éste es la que GM entiende que debería haber tenido con Castro (y que tuvieron, y pagaron, otros). La longevidad de Buendía anuncia la del Comandante.
Iba a seguir, pero el coronel Aureliano Buendía lo interrumpió con una señal. «No pierda el tiempo, doctor -dijo-. Lo importante es que desde este momento sólo luchamos por el poder.» Sin dejar de sonreír, tomó los pliegos que le entregaron los delegados y se dispuso a firmar. -Puesto que es así -concluyó-, no tenemos ningún inconveniente en aceptar. Sus hombres se miraron consternados. -Me perdona, coronel -dijo suavemente el coronel Gerineldo Márquez-, pero esto es una traición. El coronel Aureliano Buendía detuvo en el aire la pluma entintada, y descargó sobre él todo el peso de su autoridad. -Entrégueme sus armas -ordenó. El coronel Gerineldo Márquez se levantó y puso las armas en la mesa. -Preséntese en el cuartel -le ordenó el coronel Aureliano Buendía-. Queda usted a disposición de los tribunales revolucionarios. Luego firmó la declaración y entregó las pliegas a las emisarias, diciéndoles: -Señores, ahí tienen sus papeles. Que les aprovechen. Dos días después, el coronel Gerineldo Márquez, acusado de alta traición, fue condenado a muerte. Derrumbado en su hamaca, el coronel Aureliano Buendía fue insensible a las súplicas de clemencia. La víspera de la ejecución, desobedeciendo la arden de no molestarlo, Úrsula lo visitó en el dormitorio. Cerrada de negro, investida de una rara solemnidad, permaneció de pie los tres minutos de la entrevista. «Sé que fusilarás a Gerineldo -dijo serenamente-, y no puedo hacer nada por impedirlo. Pero una cosa te advierto: tan pronto como vea el cadáver, te lo juro por los huesos de mi padre y mi madre, por la memoria de José Arcadio Buendía, te lo juro ante Dios, que te he de sacar de donde te metas y te mataré con mis propias manos.» Antes de abandonar el cuarto, sin esperar ninguna réplica, concluyó: -Es lo mismo que habría hecho si hubieras nacido con cola de puerco. Aquella noche interminable, mientras el coronel Gerineldo Márquez evocaba sus tardes muertas en el costurero de Amaranta, el coronel Aureliano Buendía rasguñó durante muchas horas, tratando de romperla, la dura cáscara de su soledad. Sus únicos instantes felices, desde la tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo, habían transcurrido en el taller de platería, donde se le iba el tiempo armando pescaditos de oro. Había tenido que promover 32 guerras, y había tenido que violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad. Al amanecer, estragado por la tormentosa vigilia, apareció en el cuarto del cepo una hora antes de la ejecución. «Terminó la farsa, compadre -le dijo al coronel Gerineldo Márquez-. Vámonos de aquí, antes de que acaben de fusilarte los mosquitos.» El coronel Gerineldo Márquez no pudo reprimir el desprecio que le inspiraba aquella actitud. -No, Aureliano -replicó-. Vale más estar muerto que verte convertido en un chafarote. -No me verás -dijo el coronel Aureliano Buendía-. Ponto los zapatos y ayúdame a terminar con esta guerra de mierda. Al decirlo, no imaginaba que era más fácil empezar una guerra que terminarla. Necesitó casi un año de rigor sanguinario para forzar al gobierno a proponer condiciones de paz favorables a los rebeldes, y otro año para persuadir a sus partidarios de la conveniencia de aceptarlas. Llegó a inconcebibles extremos de crueldad para sofocar las rebeliones de sus propios ofíciales, que se resistían a feriar la victoria y terminó apoyándose en fuerzas enemigas para acabar de someterlos. Nunca fue mejor guerrero que entonces. La certidumbre de que por fin peleaba por su propia liberación, y no por ideales abstractos, por consignas que los políticos podían voltear al derecho y al revés según las circunstancias, le infundió un entusiasmo enardecido. El coronel Gerineldo Márquez, que luchó por el fracaso con tanta convicción y tanta lealtad como antes había luchado por el triunfo, le reprochaba su temeridad inútil. «No te preocupes -sonreía él-. Morirse es mucho más difícil de lo que uno cree.» En su caso era verdad. La seguridad de que su día estaba señalado lo invistió de una inmunidad misteriosa, una inmortalidad a término fijo que lo hizo invulnerable a los riesgos de la guerra, y le permitió finalmente conquistar una derrota que era mucho más difícil, mucho más sangrienta y costosa que la victoria.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 23:01:00 CEST
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 23:02:00 CEST
251]
Pues la verdad es que no lo sé, tengo que preguntar. No me asuste...qué le ha pasado a Valentina?
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:05:00 CEST
[254] ↑Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008 23:02:00 CEST No me asuste...qué le ha pasado a Valentina? _______________________
Pero no sabe lo que de Valentina en el metro? Pensaba que era conocido... Es algo horrible, no sé si conviene decirlo una noche de domingo...
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:06:00 CEST
Pero en fin, ahí va: ella es la voz femenina de la locución del metro: "Próxima estación, Delicias. Correspondencias con línea 5 y 6".
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 23:06:00 CEST
253]
¿Ein? ¿Murió en los setenta? Me lo han ocultado todos estos años. Voy a llamar ahora mismo a mi padre, tengo que aclarar esto.
Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008, 23:08:00 CEST
En definitiva, lo que tiene Cien años de soledad que no tiene El abuelo fue picador es una riqueza de significante que permite múltiples lecturas y trasciende la intención consciente del autor. Obras así no son frecuentes. Sin irnos a Víctor Manuel, no hay más que leer a Isabel Allende para apreciar la diferencia.
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 23:08:00 CEST
Valentina, funcionaria del ayuntamiento...Paren ya, por favor.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 23:09:00 CEST
[257] ↑ Escrito por: Blogger gibarian - 12 de octubre de 2008 23:06:00 CEST
253]
¿Ein? ¿Murió en los setenta? Me lo han ocultado todos estos años. Voy a llamar ahora mismo a mi padre, tengo que aclarar esto.
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No, en esa página dicen que está vivo y que es un abuelo feeeeliiiizzzz.
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 23:10:00 CEST
Por Delicias no pasa ni la línea 5 ni la 6. Usted me está engañando.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:10:00 CEST
A mí me sonaba vagamente que Locomotoro se había muerto en los setenta, sí. Aunque también recuerdo vagamente que alguien dijo después que había sido un falso rumor...
En cualquier caso, Locomotoro fue el primer muerto de una generación marcada por la muerte de sus ídolos (ahí sí que nos golpearon bien, jüngermenendezsalmonescamente!): Locomotoro, Nino Bravo, Fofó, Rodríguez de la Fuente, Cecilia, Inma de Santis, Chanquete... sin olvidarnos de Franco, que para nosotros era como si se nos hubiera muerto Papá Noel.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 23:12:00 CEST
[262] Escrito por: Blogger J. A. Montano - 12 de octubre de 2008 23:10:00 CEST
Pero ... ¡¡¿¿Franco ha muerto??!!
Escrito por: Unknown - 12 de octubre de 2008, 23:13:00 CEST
Dios mío, si no le gustaban los Chiripitifláuticos, ¿qué veía en la tele?
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:13:00 CEST
[261] Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008 23:10:00 CEST Por Delicias no pasa ni la línea 5 ni la 6. Usted me está engañando. _______________________
Sí, ya sé, podría haberme documentado mejor para el ejemplo, pero quería abreviar. También estaba la frase siguiente, que una vez anoté porque me fascinaba, pero que ahora no recuerdo con exactitud. Aquello de "atención, estación en curva, etc.".
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:14:00 CEST
[264] Escrito por: schelling - 12 de octubre de 2008 23:13:00 CEST Dios mío, si no le gustaban los Chiripitifláuticos, ¿qué veía en la tele? __________________________
Le ha pasado como a mí: de pronto ha comprendido *por qué* Tse es un hombre de provecho.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 23:14:00 CEST
Ciao cari amici.
Me voy antes de hablarles del Fedón y otras lecturas de adolescencia.
("Canta Oh diosa ...")
Escrito por: Unknown - 12 de octubre de 2008, 23:15:00 CEST
[263] ↑ Escrito por: Blogger Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 23:12:00 CEST
[262] Escrito por: Blogger J. A. Montano - 12 de octubre de 2008 23:10:00 CEST
Pero ... ¡¡¿¿Franco ha muerto??!! ----- No haga caso a los rumores, está aguantando la respiración.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 23:16:00 CEST
[264] ↓ Escrito por: Blogger schelling - 12 de octubre de 2008 23:13:00 CEST
Dios mío, si no le gustaban los Chiripitifláuticos, ¿qué veía en la tele?
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Yo soy como Sánchez Dragó, no veo la tele.
Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008, 23:17:00 CEST
[266] ↑ Escrito por: Blogger J. A. Montano - 12 de octubre de 2008 23:14:00 CEST
[264] Escrito por: schelling - 12 de octubre de 2008 23:13:00 CEST Dios mío, si no le gustaban los Chiripitifláuticos, ¿qué veía en la tele? __________________________
Le ha pasado como a mí: de pronto ha comprendido *por qué* Tse es un hombre de provecho.
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Jeje
Es usted adicto a la adivinación. Venga, ahora sí que me piro.
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 23:18:00 CEST
Los antiguos carteles del Metro, efectivamente, eran pura literatura. Especialmente el que advertía sobre el uso injustificado del mecanismo de parada de emergencia, que tampoco consigo recordar en su literalidad. Creo que ya no existen.
Escrito por: Dragut - 12 de octubre de 2008, 23:20:00 CEST
Les dejo, que tengo que bajarle la cena a Franco, que ya ha terminado la partida de cartas con Locomotoro.
Arrivederli.
Escrito por: Unknown - 12 de octubre de 2008, 23:21:00 CEST
[262] ↓ Escrito por: Blogger J. A. Montano - 12 de octubre de 2008 23:10:00 CEST
A mí me sonaba vagamente que Locomotoro se había muerto en los setenta, sí. Aunque también recuerdo vagamente que alguien dijo después que había sido un falso rumor...
En cualquier caso, Locomotoro fue el primer muerto de una generación marcada por la muerte de sus ídolos (ahí sí que nos golpearon bien, jüngermenendezsalmonescamente!): Locomotoro, Nino Bravo, Fofó, Rodríguez de la Fuente, Cecilia, Inma de Santis, Chanquete... sin olvidarnos de Franco, que para nosotros era como si se nos hubiera muerto Papá Noel. ----- No, si al final va a tener razón Menéndez Salmón.
Pero el asunto Locomotoro hay que aclararlo. A mí me aseguraron que había muerto. ¿Qué edad tenían Aznar y Bush por aquel entonces?
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:22:00 CEST
Lo de Tse me ha dejado chafado, de verdad. Hay tipos que nacen de pie. Era eso, joder, era eso: ¡no ver los Chiripitifláuticos!
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:24:00 CEST
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:27:00 CEST
Yo daría un cojón por poder volver atrás y *no ver* los Chiripitifláuticos...
(Pero ojo, que hay una trampa en mi donación: porque el niño aquel al que vuelvo y que *no ve* los Chiripitifláuticos tiene dos lindos cojoncillos, que luego se irán desarrollando, etc., y que cuando llegue a mi edad deschiripitiflautizada, los mantendrá, en su esplendor cojonil.)
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 23:30:00 CEST
Dentro de 20 años: "daría un cojón por volver atrás y no haber leído nunca el nickjournal". Animo, Montano.
Escrito por: Adrede - 12 de octubre de 2008, 23:34:00 CEST
[247] ↑Escrito por: Tsevanrabtan - 12 de octubre de 2008 22:56:00 CEST
[245] Escrito por: Blogger Adrede - 12 de octubre de 2008 22:52:00 CEST
Coincido en lo de La Hoguera. A mí me sucedió con ¿cómo se llama? (¡joder he olvidado el título!) la única novela de un autor que se suicidó y que trata de un gordo repugnante que se porta como Mr. Bean. Cuando la leí me reí mucho. La releí hace unos años y me pareció un coñazo. ----------------
jaja, sí, "La conjura de los necios". Más o menos lo mismo, sí.
Escrito por: Adrede - 12 de octubre de 2008, 23:36:00 CEST
Al59 dijo... En definitiva, lo que tiene Cien años de soledad que no tiene El abuelo fue picador es una riqueza de significante que permite múltiples lecturas y trasciende la intención consciente del autor. Obras así no son frecuentes. Sin irnos a Víctor Manuel, no hay más que leer a Isabel Allende para apreciar la diferencia.
12 de octubre de 2008 23:08:00 CEST -------------------
Yo creo que Isabel Allende es un epígono de García Márquez. Lo cual no dice mucho en favor de Gabo.
Escrito por: gibarian - 12 de octubre de 2008, 23:38:00 CEST
"Atención, estación en curva. Al salir, tengan cuidado para no introducir el pie entre coche y andén." Buenas noches.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:39:00 CEST
[0] Leo ahora lo de Hölderlin (con negligente retraso, como siempre!): muy bien traído, Schultz. Muy bien traído también el poema de Temarios [178], que es uno de mis favoritos de Gimferrer. Me acordado del novelón aquel sobre Hölderlin, una novelización de su biografía, que salió en la editorial Montesinos a finales de los ochenta. No lo llegué a leer entero, pero sí mucho a trozos. Allí aparecía un curioso personaje, Renz, que tenía su gracia, porque todos esos genios hablaban en sus cartas de que el gran genio entre ellos era el tal Renz... del que nada quedó ni nunca más se supo.
Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008, 23:42:00 CEST
[279] De quien no dice nada bueno es de Allende (que, aun así, resulta mejor cuando imita a GM que cuando 'encuentra su voz' y trina).
Escrito por: Adrede - 12 de octubre de 2008, 23:42:00 CEST
Al59, el problema de Cien años de soledad no es lo que se cuenta -de hecho, lo que se cuenta siempre es un pretexto, en toda novela- sino cómo se cuenta: desde la estructura de la novela, tan gratuita, a la sintaxis repetitiva. Ese mismo párrafo que das, por ejemplo: "Aquella noche interminable, mientras el coronel Gerineldo Márquez evocaba sus tardes muertas en ..." es de tal artificiosidad manida -Gabo escribe sobre plantilla- que muestra lo que digo: puro manierismo -¡en una misma novela!- que hace que nos dé igual quién sea Gerinaldo o qué piensa, de lo aplatanados, algodonados que nos ha dejado la cadencia de la escritura.
Escrito por: Adrede - 12 de octubre de 2008, 23:43:00 CEST
(Sigo viendo la tele. Qué gran actor es Donald Sutherland)
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:47:00 CEST
Desengáñese, queridísimo Al: mientras sus queridos cantautores perpetraban estolideces en la Transición, he aquí a un verdadero artista innovando, un precursor de los Astrud y los Nocillas (casi ná):
http://www.youtube.com/watch?v=obHCouiBreI
Escrito por: Al59 - 12 de octubre de 2008, 23:52:00 CEST
[283] Es difícil que nos entendamos, Adrede, porque a mí lo que me suena huero es eso de que 'lo que se cuenta siempre es un pretexto, en toda novela'. Hasta creo que 'La infancia recuperada' comenzaba así: arremetiendo contra algún avispado que felicitaba a Savater por escribir sobre aquellas historias juveniles, que al fin y al cabo no son sino pretextos.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:55:00 CEST
El único problema de Adrede es saber qué cosas dice con el sombrero puestos, y qué con el sombrero quitado.
(Yo creo que lo de García Márquez lo dice con el sombrero puesto, mientras que lo de Borges lo dice con el sombrero quitado.)
((Y lo de García Montero, con el sombrero chulescamente ladeado.))
Escrito por: Adrede - 12 de octubre de 2008, 23:57:00 CEST
Hombre, claro que es un pretexto. Dime tú cuál es la historia del agrimensor en El castillo.
Escrito por: Adrede - 12 de octubre de 2008, 23:57:00 CEST
Nunca he usado sombrero.
Escrito por: J. A. Montano - 12 de octubre de 2008, 23:59:00 CEST
[289] Escrito por: Adrede - 12 de octubre de 2008 23:57:00 CEST Nunca he usado sombrero. _________________________
Pareces un personaje de Jesús Munárriz.
Escrito por: Adrede - 12 de octubre de 2008, 23:59:00 CEST
Mi ejemplar de "La infancia recuperada" está firmado por Savater. Es una de mis joyas literarias, que diría doña Letizia.
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:00:00 CEST
jajaja, lo he escrito adrede: Nunca he usado sombrero. Buena frase.
Hay un poema de García Montero que empieza así: Nunca he tenido dioses.
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 0:04:00 CEST
Ah, miren, puede quedar simpático que cuente los libros que tengo dedicados por sus autores (cito en orden cronológico de firma):
-"La belleza convulsa" por Umbral.
-"Coto vedado" por Juan Goytisolo.
-"La muerte únicamente" por Luis Antonio de Villena.
-"Diccionario filosófico" por Fernando Savater.
-"El niño de los coroneles" por Fernando Marías.
-"Historia de una novela" por Vargas Llosa.
-"Playa de los Alemanes" por Eduardo Jordá.
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:05:00 CEST
jaja, Umbral y Goytisolo, fatalmente unidos.
Escrito por: Unknown - 13 de octubre de 2008, 0:05:00 CEST
Nunca he tenido dioses.
(Y Almudena tampoco)
((Es que somos laicos))
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 0:06:00 CEST
Ah, y también tengo dedicado, ejem:
-"De la acera de enfrente", por Leopoldo Alas.
Escrito por: Al59 - 13 de octubre de 2008, 0:08:00 CEST
[291] Pues eso. No tengo aquí mi copia, pero creo que el ataque está en el prólogo. Obviamente, hay narraciones en las que la trama es lo de menos. Las que utilizan el teatrillo para trasmitir un mensaje inequívoco son infumables. En otras, se nos invita a un mundo, lo que siempre es de apreciar. En cualquier caso, son refinamientos bastante recientes, con más ensayos que aciertos. (Como el 'verso libre', o la música atonal.)
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:10:00 CEST
Al59, distinto es la novela del XIX, pero incluso ahí surge ya claramente la diferencia entre la novela que cuenta una historia -Rojo y negro, la ascensión de Sorel a cuyo través vemos la Francia posterior a la caída de Napoleón, la Restauración, etc- y la novela en que la historia es ya un pretexto para hacer algo distinto: Madame Bovary.
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 0:11:00 CEST
[294] Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008 0:05:00 CEST jaja, Umbral y Goytisolo, fatalmente unidos. _______________________
Fue mi primer año en Madrid, cuando yo era devorador de conferencias y saraos (otoño de 1985). A Umbral lo admiraba entonces, a Goytisolo nunca lo he admirado.
Fue el año en que Umbral quedó finalista del Planeta. En el Corte Inglés de Princesa firmaban el estólido Vallejo Nájera y Umbral, éste la novela finalista propiamente, la de Pío XI y la escolta mora, etc., más su otra novedad de la temporada, "La belleza convulsa". Le alegró que yo le alargara para firmar esta última y no la del vicepremio.
Lo de Goytisolo fue en el Paraninfo de Letras de la Complutense. Dio una conferencia, al final de la cual le llevé mi libro para que me lo firmara. Le di mi propio bic, porque él no tenía bolígrafo. Inmediatamente después llegaron más demandantes de autógrafos, y él siguió firmándolos con mi bic. Hasta que le dije: "Don Juan, mi bic". Me miró con cierta confusión, como si no entendiera los perjuicios económicos que puede causarle a un estudiante perder un bic, me lo devolvió y me fui.
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:12:00 CEST
De todos modos, todo estas consideraciones tienen mucho de pajas mentales. Como decía aquel: planteamiento, nudo y desenlace.
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:14:00 CEST
Sí, seguro: es novela, Pío XII, etc, es un horror. La belleza convulsa era/es el bueno.
En cuanto al detalle de don Juan, simpático. Seguro que se quejó del poco caso que le hacíamos los españoles, jaja, y luego vas tú y le pides el bic. Escribir en España es llorar, seguro que pensó.
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:17:00 CEST
Yo tengo libros firmados por Savater, Ángel González, Alfonso Guerra.
También tengo un autógrafo de Felipe González, pero no sé exactamente donde lo guardé.
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:17:00 CEST
dónde
Escrito por: Unknown - 13 de octubre de 2008, 0:17:00 CEST
[301] Escrito por: Blogger Adrede - 13 de octubre de 2008 0:14:00 CEST
En cuanto al detalle de don Juan, simpático. Seguro que se quejó del poco caso que le hacíamos los españoles, jaja, y luego vas tú y le pides el bic. Escribir en España es llorar, seguro que pensó. ------ Jajaja. Ni un bic, no me extraña que el hombre ande dolido.
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 0:19:00 CEST
En las entrevistas de aquella época Umbral decía que la editorial le había exigido que, para publicar "La belleza convulsa", que es lo que él quería, debía hacer la concesión de presentarse al Planeta con aquella otra.
Es curioso, pero eso es un ejemplo de por qué admirábamos a Umbral y no a Goytisolo. La otra noche estuve con un escritor que admira mucho a Goytisolo y se lo expliqué. Yo era un adolescente petulante. Si Goytisolo hubiera sido *realmente* heterodoxo, yo lo hubiera admirado. Como admiraba a Baudelaire, a Cernuda, al propio Umbral, a tantos otros. Pero no. Hubo algo que siempre rechinó en Goytisolo. Aquella conferencia, por ejemplo. Era en el Paraninfo de Letras. A un lado y al otro estaban las máximas autoridades académicas (el Decano creo recordar, y no sé si el Rector)... y él empieza soltando la matraca de su marginación en el mundo académico y oficial y tal y pascual.
Sí, Goytisolo nos hubiera tenido fácilmente, como nos tuvo Umbral. Pero rehusó.
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:19:00 CEST
En sus diarios cuenta Trapiello que con frecuencia se encuentra en el Rastro libros firmados por Baroja, Azorín, Galdós, etc.
Yo nunca he estado en el Rastro. Debe ser impactante mirotear unos libros y encontrarse uno dedicado por Baroja.
Escrito por: Al59 - 13 de octubre de 2008, 0:19:00 CEST
Al final resulta que sí la tengo. Página 14:
«Entre los supervivientes de estas sucesivas cribas adivino a un entusiasta equivocado que hará bien en bajarse enseguida. Este fulano concede que los autores aquí tratados pueden tener un interés como síntomas y que admiten lecturas más profundas de lo que los adolescentes arrebatados suelen propiciarles. Pertenece al género de los que van a ver películas de Buster Keaton porque en ellas hay penetrantes sátiras del matriarcado americano o de los que comenzaron a leer comics a los treinta años para completar su estudio sobre la función represiva de los mass-media. Su portaestandarte es un imbécil que en cierta ocasión, como se enterase de que me hallaba escribiendo sobre Stevenson, comentó aprobadoradamente: 'Muy bien hecho, porque La isla del tesoro es sólo un pretexto...»
(Como odio el ruido indeseado, conste, dilecto Adrede, que aprecio sus juicios, coincida o no con ellos. No haría falta, pero.)
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:22:00 CEST
Sí, pero Montano, compréndelo: ¡le pediste un bic, que te devolviera el bic! jajaja, seguro que aún no lo ha olvidado, de susceptible que es don Juan con los españoles!
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:23:00 CEST
Vengo a este país de garbanceros a descubrirles La Celestina y a Blanco White y así me lo pagan: ¡ni un mísero bic! Mañana mismo me vuelvo a mi minarete!
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 0:26:00 CEST
[308] Es curioso, pero esa susceptibilidad de Goytisolo con los españoles es algo que siempre me ha interesado observar: porque, al fin y al cabo, nos permite imaginar aproximadamente cómo era Cernuda. Eso tiene de cernudiano Goytisolo; y por eso Goytisolo es útil para nosotros los cernudistas. También, en esa línea, para hacernos sospechar lo canutas que lo hubiera pasado Cernuda hoy, y los disgustos que le hubiésemos dado. Pero, por fortuna, Cernuda era Cernuda, y escribió la obra de Cernuda.
Escrito por: Unknown - 13 de octubre de 2008, 0:27:00 CEST
Me pregunto si el problema que, a la vista de la crisis financiera internacional, tienen los gobiernos para "generar confianza" no está en el hecho de que ésta ha de verse como un resultado no intencional -un subproducto- de lo que hacemos, pero no algo que pueda crearse intencionalmente. Si fuera así, los intentos por crear confianza no sólo serían baldíos, sino incluso contraproducentes en muchos casos. Algo similar a lo que dicen de la felicidad.
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 0:29:00 CEST
En realidad (¡déjenme que me ponga melancólico!) la gran putada de los escritores es estar vivos. Para ellos es una desgracia vivir, y para sus contemporáneos es una desgracia que vivan. Un escritor debe estar muerto, y sus libros deben estar ahí en las estanterías, sin el escritor atufándolo. ¡Muéranse, pues, todos los escritores! ¡Que se vayan de una vez, y nos dejen sus libros!
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 0:31:00 CEST
¿Sabían ustedes que el Tribunal Supremo (sic) ha estado deliberando sobre Dyango (sic)?
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 0:32:00 CEST
[311] Escrito por: schelling - 13 de octubre de 2008 0:27:00 CEST _______________________
Eso es como los experimentos esos que se hacen con los placebos: en cuanto el paciente sabe que es un placebo, se acabó el experimento. Pues con la confianza igual.
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:35:00 CEST
Sí, el autor siempre se interpone entre la obra y nosotros. Un ejemplo de esto lo cuenta Martínez Sarrión en sus espléndidas memorias, "Jazz y días de lluvia", hablando de Octavio Paz y de Cortázar: admirando a ambos literariamente, da M.S. detalles curiosos de Paz, como que siempre hablaba del hotel de cinco estrellas en que se hospedaba, quejándose de una vez en que le alojaron en uno de cuatro; de Cortázar era más chocante su ideología, pues, por lo visto y según cuenta M.S. en las citadas memorias, era una persona sencilla, agradable, humilde.
Escrito por: Unknown - 13 de octubre de 2008, 0:36:00 CEST
[313] Escrito por: Blogger J. A. Montano - 13 de octubre de 2008 0:31:00 CEST
¿Sabían ustedes que el Tribunal Supremo (sic) ha estado deliberando sobre Dyango (sic)?
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/10/12/cultura/1223809966.html?a=3a31d6781a236dee2ac2053db616a0be&t=1223849598 ---- Ya, pero únicamente lo han denunciado por 'Maite'.
Escrito por: Adrede - 13 de octubre de 2008, 0:39:00 CEST
schelling, el problema está en que los mismos que han generado y generan desconfianza -y otras cosas, asco incluido- pretenden ahora generarla. En realidad, lo ideal sería que *todos* los gobernantes del mundo dimitieran. Sería una acción coordinada impactante, pero positiva a medio y largo plazo.
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 0:40:00 CEST
De Octavio Paz y Cortázar existe este curiosísimo vídeo, los dos bailoteando en la época en que Paz era diplomático en la India (justo por aquella época Cortázar escribió un bellísimo artículo sobre "Piedra de sol"):
http://www.youtube.com/watch?v=mXb33aHIFNk
Escrito por: Al59 - 13 de octubre de 2008, 0:48:00 CEST
Un placer. Hasta mañana.
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 0:48:00 CEST
Paz hacía bien pidiendo hoteles de cinco estrellas. En esas esferas del mundo cultural se mueve mucha pasta: si no se la hubieran gastado en el hotel de cinco estrellas de Paz, se la hubieran gastado en las gambas del concejal de cultura correspondiente.
Escrito por: Unknown - 13 de octubre de 2008, 0:51:00 CEST
[315] Escrito por: Blogger Adrede - 13 de octubre de 2008 0:35:00 CEST ----- Algo parecido me contaron de los gustos caros de Amartya Sen, del que dicen que adora los hoteles lujosos cuando se mueve por el mundo dando conferencias sobre el hambre, la igualdad o el desarrollo.
Escrito por: Unknown - 13 de octubre de 2008, 0:53:00 CEST
[320] Escrito por: Blogger J. A. Montano - 13 de octubre de 2008 0:48:00 CEST
Paz hacía bien pidiendo hoteles de cinco estrellas. En esas esferas del mundo cultural se mueve mucha pasta: si no se la hubieran gastado en el hotel de cinco estrellas de Paz, se la hubieran gastado en las gambas del concejal de cultura correspondiente. ----- Visto así, parece la eterna lucha de Robin Hood contra el concejal de cultura de Nottingham.
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 0:55:00 CEST
[321] Eso es un clásico, amigo Schelling, en cierta ciudad del sur que conocemos bien. Una vez estuve en un sarao de la Hermandad de Cofradías, en que, tras una conferencia sobre el hambre en el mundo, y en un salón donde había una exposición de fotos sobre ese tema (niños famélicos, tetas secas con moscas), los cofradieros se afanaban por trincar las lonchas de jamón que, en abundancia, acarreaban camareros en inagotables bandejas... Con que hubiesen llevado el 10% de aquellas bandejas a Etiopía, el hambre hubiese quedado muy aliviada por un lustro.
Escrito por: Juli0 - 13 de octubre de 2008, 0:56:00 CEST
SÉ-QUE-TE-ARREPENTIRÁS Está decidido. Faustine invitará a Bil a merendar en su casa y le echará cianuro en el té. O mejor, a cenar con velas y, seductora, le dará de comer en la boca su propia muerte. Puede que lo invite para todo un fin de semana y se tome su tiempo antes de darle matarile… con una tarta... Faustine se regodea puliendo, punto por punto, todos los detalles de su plan. Ante todo, no hay que dejar cabos sueltos; ni antes, ni después de acabar con él. Habrá que borrar cualquier huella del paso de Bil por su casa; recoger las cosas que traiga (el horrendo regalo fálico que seguramente le hará, sus calzoncillos y demás ropa, las cosas de aseo, la revista inteleztual que se habrá llevado a leer al baño…) y quemarlas en una gran hoguera. La casa deberá estar de punta en blanco, incluso con detalles nuevos que la hagan lucir alegre y acogedora. Quitará las fotos familiares, sí, pero sonará la música de viejos discos. Lo invitará con una carta escrita a máquina, que el correo electrónico deja muchas huellas. Por si el veneno no funciona, tendrá la pistola preparada. Y cuando esté fiambre, lo guardará primero en su enorme nevera antigua y luego lo enterrará junto a la carretera, que le dé vida a las margaritas ese mastuerzo (ah, que no se me olvide taparme el tatuaje del antebrazo donde llevo la contabilidad de mis ex…).
Hasta tres muñecos con otras tantas caras imaginarias de Bil se ha fabricado Faustine para ambientar sus planes. En tanto llega la hora de realizarlos, se entretiene jugando con ellos al monopoly. ¡Y siempre gana uno de los muñecos! Asqueroso hijodeputa, hasta en efigie es un repelente niño Vicente.
(Continuará)
Escrito por: Unknown - 13 de octubre de 2008, 1:00:00 CEST
[323] ↑ Escrito por: Blogger J. A. Montano - 13 de octubre de 2008 0:55:00 CEST
[321] Eso es un clásico, amigo Schelling, en cierta ciudad del sur que conocemos bien. Una vez estuve en un sarao de la Hermandad de Cofradías, en que, tras una conferencia sobre el hambre en el mundo, y en un salón donde había una exposición de fotos sobre ese tema (niños famélicos, tetas secas con moscas), los cofradieros se afanaban por trincar las lonchas de jamón que, en abundancia, acarreaban camareros en inagotables bandejas... Con que hubiesen llevado el 10% de aquellas bandejas a Etiopía, el hambre hubiese quedado muy aliviada por un lustro. ------ Jaja. Supongo que, si se trataba de luchar contra el hambre en el mundo, nada mejor que empezar por los mismos asistentes a la conferencia. Y con jamón del bueno, que cuando se lucha, se lucha de verdad.
Escrito por: Unknown - 13 de octubre de 2008, 1:04:00 CEST
Será que los seres humanos -y no sólo los filósofos- son como las señales de las carreteras, que decía Schopenhauer: con que indiquen el camino por el que hay que ir es suficiente y no hace falta que vayan ellos mismos.
Me imagino que sería su respuesta frente a algún reproche ad hominem.
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 1:06:00 CEST
[326] Escrito por: schelling - 13 de octubre de 2008 1:04:00 CEST ______________________
Jajaja, ¿no ha mirado usted el librito ese de Schopenhauer que salió hace unos años en Alianza, "El arte de tener rázón (en veinte estratagemas)"? El tipo, con un par, decía que cuando los argumentos fallaban, había que pasar a los argumentos ad hominem. Y, en último extremo, a los argumentos ad baculum. Ustedes los filósofos tienen muy descuidado últimamente el argumento ad baculum, y así les va...
Escrito por: Unknown - 13 de octubre de 2008, 1:15:00 CEST
[327] ↑ Escrito por: Blogger J. A. Montano - 13 de octubre de 2008 1:06:00 CEST
[326] Escrito por: schelling - 13 de octubre de 2008 1:04:00 CEST ______________________
Jajaja, ¿no ha mirado usted el librito ese de Schopenhauer que salió hace unos años en Alianza, "El arte de tener rázón (en veinte estratagemas)"? El tipo, con un par, decía que cuando los argumentos fallaban, había que pasar a los argumentos ad hominem. Y, en último extremo, a los argumentos ad baculum. Ustedes los filósofos tienen muy descuidado últimamente el argumento ad baculum, y así les va... ----- Debo tenerlo por alguna parte. El amigo Arthur, además de decirlo, lo practicaba con mucho gusto. Nada más que hay que ver las (divertidas) diatribas que soltaba contra Hegel, Fichte o mi homónimo.
Desde el atizador de Witt no se ha visto nada igual.
Escrito por: Unknown - 13 de octubre de 2008, 1:18:00 CEST
Buenas noches.
(No sé si podré conciliar el sueño después de haber descubierto ese punto ciego en la infancia de Tse)
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 1:19:00 CEST
[328] En la biografía de Safranski, hay un episodio que habla bien del carácter del entrañable pesimista. Era ya al final de su vida, creo que en Francfort. Había una manifestación de obreros justo en la plaza a la que daba la ventana de Schopenhauer. Y éste llamó a los policías y les ofreció sus balcones para que disparasen contra la multitud... ayudándose, incluso, para que afinasen la puntería, de los instrumentos ópticos que tenía en su casa... Eso es un filósofo y lo demás son tonterías.
Escrito por: J. A. Montano - 13 de octubre de 2008, 1:21:00 CEST
Sí, yo también me voy a dormir. Reconcomido por esa ventaja que para siempre tendrá Tse sobre nosotros: ¡no vio los Chiripitifláuticos!
En fin, boa noite! Adeus!
Escrito por: Unknown - 13 de octubre de 2008, 1:25:00 CEST
Como ud. no lo dice, lo diré yo:
Tse debe pedir perdón a todos los españoles por lo que ya sabemos.
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