Últimamente prolifera una especie nueva de individuo que se puede denominar “graciosillo sin gracia”. Suele ser un personaje que sale en cualquier programa de televisión o radio que va de humorista profesional y que crea mucha hilaridad en el respetable. Su humor pasa por ser “inteligente, mordaz y ácido”. Pero en cuanto lo oyes la primera vez identificas un denominador común, sus musas son los de siempre, a saber, el PP, la Iglesia, Aznar, Rajoy, Acebes y Bush. No esperen que en ningún caso que den una mínima imagen divertida o amable de los mencionados, son presentados como intransigentes, malos, inquisidores, pero sobre todo como tontos, que es el elemento que crea la risa. Llegados a este punto, si quieres buscar un poco de humor “español” (y muertos los grandes, y desparecidos los surrealistas “Faemino y Cansado”), sólo te quedan los Morancos de Triana. Denostados por los críticos y sensibles, son hoy por hoy los únicos que hacen reír con lo clásico de este país, meterse con gitanos, maricones, cojos, gangosos y personajillos menores. No tendrán ironía, pero ni puñetera falta les hace. Podrán herir sensibilidades, pero no se meten con nadie que tenga “nombre y apellidos”, primer presupuesto del buen humor.
Como no quiero dispersarme, no insistiré en la nueva plaga de graciosillos, pero sí en uno de sus objetivos más estúpidos y que más han calado en la población, su odio a Bush. Tengo que confesarlo, de tanto meterse con él, ha llegado caerme bien Bush. Se le presenta habitualmente como un “border line” que está en manos de unos fanáticos religiosos, siendo el peor hombre del mundo. Tiene la misma maldad intrínseca que Ben Ladem y debería pasar a los libros al mismo nivel que Hitler. Por la población es más odiado que Reagan.
Yo he descubierto en Bush II una gran persona, y uno de los políticos más necesitados de rehabilitación en Europa. Es un luchador nato, que tuvo que superar alcoholismo y una figura paterna que precediéndole le debe pesar como una losa. No sé porqué desde que se supo que era el candidato de los Republicanos a suceder al Clinton se volvió objeto de Mofa ¿Sería por miedo a que ganara? Desde ese momento la campaña que se lanzó fue terrible, que si era un entusiasta de la pena de muerte, que si era tonto, que si era un cobarde…. Todos los ataques infundados e injustos. Del delicado tema de la pena de muerte, los de aquí sin rubor defienden que se le dé matarile a decena de miles de fetos y enfermos sin juicio ni culpabilidad previa, pero se rasgan las vestiduras si tras un juicio justo y varias apelaciones se envía al otro barrio a asesinos múltiples.
La justa primera victoria electoral, sirvió a los progres para cuestionar la legitimidad, circunstancia que fue aprovechada oportunistamente por los terroristas islámicos para dar el mayor golpe de la historia contra EEUU. Tenían el convencimiento (como pasó en España) que la población dividida sucumbiría al ataque. Pero el efecto fue el contrario, Bush se reveló como un líder de nivel mundial y desde entonces ha conseguido que en EEUU y en el mundo occidental la ofensiva terrorista haya sido prácticamente neutralizada. Como en toda guerra (porque muchos olvidan que estamos en guerra aunque nos tapemos los ojos) hay golpes en contra, pero nunca Bush dijo que fuera una empresa fácil.
Del shock inicial del 11S por parte de los defensores de cualquier causa antiamericana, se pasó sin solución de continuidad a criticar toda acción en la guerra contra el terrorismo. Y todo argumento vale, desde endiosar al pijo que se le enfrentó en las primeras elecciones como gurú del medioambiente (mientras vive en un palacete), en dar una vez y otra que no es querido por los norteamericanos (y en el segundo mandato obtuvo el mayor número de votos populares de la historia de los EEUU), en sobrevalorar los reveses en la guerra contra el terror, los desastres naturales propios de la zona y los electorales (olvidando que el mismísimo Clinton estuvo con Congresos y Senados de color político diferentes).
Recuerdo que cuando nombró a Condolezaza Rice (mujer, negra y soltera) Secretaria de Estado, Maruja Torres decía “No sé porqué, pese a que sea mujer, no estoy contenta”. Esas contradicciones tiene la progresía de visa oro, es incapaz de reconocer que el rival (enemigo según su imaginario) muchas veces les supera. Bush superó el alcoholismo, lo cual es paradigma de la rehabilitación, tiene como número dos una mujer de raza negra y como “Ministro de Justicia” un hispano. Llegar al nivel de integración de colectivos tradicionalmente segregados en España tendrán que pasar dos generaciones (por ejemplo poner gitanos o inmigrantes en puestos de responsabilidad).
Se le acusa de mesiánico, pero no más mesiánico que nuestro Monchito, que también tiene esa vocación redentora que da grima. También se le echa en cara el incidente con unas galletas que se le atragantaron. Pretieren que este peligro lo sufrimos todos los humanos por el hecho de tener una garganta habilitada para hablar, y que nace de otros factores diferentes al mayor o menor cociente intelectual.
La penúltima oportunidad la tuvieron en las elecciones al segundo mandato. Creyeron que el pueblo iba a preferir a un multimillonario de braguetazo, presunto héroe de guerra, que era apoyado por otros multimillonarios de escenario. El batacazo fue monumental. Pero como pasó con Aznar, y pese a que saben que en el 2008 no seguirá, siguen desgastando y explotando la figura. Sobretodo a cuenta de la guerra de Irak, y de los odios que dice que ha creado. Olvidan que sunitas y chiitas se han matado mutuamente desde hace décadas, y que tan extranjeros son los soldados de la coalición (los buenos) como los terroristas (los malos). Guantánamo y Abhu Graib son otros puntos de ataque. El cinismo occidental en estos temas es de órdago. Sobretodo porque en el fondo están de acuerdo con los centros y de las posibilidades que ofrece de obtener información útil para la seguridad colectiva. Negar que estamos en guerra, y que toda guerra exige hacer excesos (sobre todo porque el contrario no será recíproco en las posibilidades que ofrece la realidad) es una hipocresía muy propia de las naciones dónde la obesidad y el colesterol son las plagas más extendidas.
Mi recordado Revel decía que el fascismo siempre sobrevolaba EEUU pero aterrizaba en Europa. Parte del fascismo y de todo totalitarismo es el “negacionismo” y “ridiculización” de los líderes democráticos, sobrevalorando ciertos valores “humanos”, ante todo para hacer un hombre nuevo, a medida de la docrina. Bush nunca habla de un hombre nuevo, habla de valores democráticos y de libertad, algo que no escucho en Europa hace mucho tiempo. El marketing de los contrarios a Bush, empero ha ganado, y es muy normal que desde el patán más patán, al cátedro más laureado tengan prejuicios sobre Bush. En mí no ha calado, y tengo que repetir que Bush es un gran tipo, y que es una pena que no tenga un tercer mandato. Mientras los de aquí pueden ir al campo y elogiar los valores bucólicos, lo mismo acabamos así, y luego ya saben quién vendrá a arreglarlo (dentro vídeo)
Etiquetas: Cateto de Pacifistán
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