Aprovechamos las tardes aun cálidas del otoño para instalarnos en el jardín con mantas, cojines, víveres y argumentos. Con los chales y las bufandas a mano, las
tazas de chai bien servidas y mesitas llena de dulces de miel, pistacho, cardamomo, jengibre y ajonjolí, parecemos un tableau vivant de alguna miniatura persa (el homenaje al
dejeuner sur l`herbe manetiano ha sido boicoteado por las damas, Cézanne parece demasiado inquieto para
nuestra pereza y en el ruso
lo del león no terminaba de convencernos). Los avatares egipcios han sido sustituídos por el orientalismo, y la viajera luce túnica, calzones, fajín y sandalias.
-Con ese embadurne de khol en los ojos, más que odalisca o princesa de cuentos mil pareces un oso panda, y no te molestes en tirarme el cuenco del Shirin Polo a la cabeza. No se si habrás visto el comentado programita sobre el Islam en España, y si tienes algun comentario sobre los participantes... -Yo esas cosas no las veo que me pongo muy malita con los berrinches. No sé qué es peor, la constatación de la burricie y manipulación de los políticos o la falta de sustancia de los contertulios. En la trinchera de los “no musulmanes” hay varios tipos de bocazas: los falsos tolerantes, que admiten acríticamente todo lo que venga de fuera y se vuelven rabiosos contra lo de casa, la versión moderna del orientalismo pitiminí; los cruzados anencéfalos, que se oponen a todo pero sus grandes parlamentos y declaraciones son frívolas, desinformadas y estúpidas; los jugadores de billar, que utilizan la cuestión del islam para sus propios turbísimos fines, y que se colocan a favor o en contra por una cuestión de estrategia: apoyo a los musulmanes para fastidiar al obispo o les acuso de quintacolumnistas para ganarme el voto de los devotos de Xirinacs. En el otro lado, tampoco faltan personajes de sainete, elegidos portavoces o representantes por el mecanismo de “el que más chifle, capador”. En muchas películas egipcias (con raíces en cuentos clásicos), el agumento gira alrededor de un simple o bobo que por circunstancias diversas llega a puestos clave, bien porque quienes lo aúpan lo utilizan de hombre de paja, bien porque su entorno confunde su simpleza con una forma rara y extrema de agudeza. El código moral de Nilewood (la industria del cine egipcio) obliga al happyend como sea y al empacho de moralina: los bobos (siempre de buen corazón) se salen con la suya, los malos son castigados y todo acaba con
un bailecito. Lo que no se cuenta es que en la vida real los necios son muchas veces malvados, y producen un daño colateral desproporcionado a su importancia real. Tambien abundan en ambos lados los criadores de odio, que cultivan con mimo sus plantas venenosas en los fértiles suelos de los incultos y los de naturales inclinaciones morbosas. Y es que no es lo mismo que un frikerjimenez cualquiera se ponga a hacer psicofonía en el retrete de Felipe II y nos lo cuente muy serio envuelto en una capa templaria de atrezzo, a que en el mundillo de la magufería de Oriente Medio se escriban panfletos que afirman que el Triángulo de las Bermudas es en realidad la sede oculta del Priorato de Sión, que las tropas inglesas en Iran
entrenan tejones para comerles los pelendengues a los paisanos que llevan aireada la entrepierna con la gayabila y apocalípticos descuajeringantes similares. En estos casos, la incultura, la pobreza y las adaptaciones locales de las leyendas urbanas, junto con algun jeremías suelto, es más poderoso que un
ticket de Hofmann. Otro tipo característico es el bocamelosa, los demagogos cultivados que hechizan a los progres con discursos y actitudes que entran dentro de los juegos de seducción amorosa, y ante la cual una cultura (la nuestra) que ha abandonado la disciplina de la oratoria y se basa casi exclusivamente en la imagen intermitente e impactante sin análisis está indefensa. No somos capaces de distinguir la lechuga fascista que entre col y col de melifluo buenismo nos cuelan en la ensalada, y si la muerde más de un burro modernillo descubre que le encanta el sabor; el totalitarismo es siempre el mismo, venga con el aliño que venga.
-Por ejemplo…-Por ejemplo el egipcio Talal Asad: este intelectual se queja amargamente por las actuaciones del gobierno de su propio país (de acuerdo, Egipto es un régimen muy autoritario con ramalazos de dictadura, fuerte censura, corrupción a raudales, abundantes incumplimientos de los Derechos Humanos…), pero a continuación se indigna por la libertad de expresión de los países occidentales, que encuentra inadmisible. Quizás le gustaría ser el quien decidiera quién puede o no despotricar subido al cajón de los oradores, libertad pero dentro de un orden, que no es cosa de caer en el libertinaje. Y sus oyentes asienten entusiasmados porque tambien les gustaría poder administar la conciencia del comun irreflexivo que no sabe lo que quiere, menos mal que están ellos para decirles lo que tienen que pensar y gustar, y al que se revuelva es un enemigo del pueblo, un agente provocador o un saboteador de los magníficos planes de paz, progreso y diálogo. Ojo, que yo no digo que el señor Asad sea fascista, ni falsario o demagogo (por favor, ni como licencia del discurso), pero si a alguien que en principio está de nuestro lado no somos capaces de pillarle un desliz semejante ¿qué no nos colarán los entrenados, fanatizados y cultivados propagandistas del islamismo radical, con su aura de imaginería entre cheguevara moderno y Sagrado Corazón de Jesús, y que si hace falta se tiñe las canas con coquetería? Si un misionero del wahabismo, con un saneado apoyo económico y muchas clases de dialéctica, nos envuelve en sus sofismas ¿dónde estarán el Doctor Sutil que los despoje de sus artimañas o el Doctor Angélico que les plante cara en su mismo terreno? Nos harán juegos de magia con las palabras y confundiremos la técnica con la verdad y su islam con el Islam, y nos tomarán por tontos y nos tratarán como a idiotas con merecimiento. -(Ya nos hemos dado cuenta que los wahabitas no son precisamente gente de tu gusto)-Ni míos ni de mucha gente, especialmente en el propio entorno musulmán. No sólo porque para la mayoría del Islam son unos herejes, sino porque su prepotencia apoyada en los petrodólares los hace despreciar al resto de los musulmanes e incluso aprovecharse de ellos sin pudor, saqueándoles, mangoneándoles y censurándoles. Unos se lo toman con humor y otros no. Un post copiado de una página turca: I am a Musalman, and have a huge appetite for History, especially Islamic history and I am worried about the future of the Muslim world. Turkey has a part to play in the leadership of the Muslim world, but the danger lies in Wahabism. What can be done about the rise of Wahabism in the Muslim world? The Osmanli Sultans and Caliphs declared many Jihad against the Wahabis - those same folk who now are radicalising young Muslims and causing so much havoc. Will we see a Wahabist Turkey? I hope not! -Limitémonos al islamismo (el movimiento de reformismo social) como un aspecto más de la cultura musulmana actual, que nos perdemos. ¿Todo el movimiento islámico es unitario y homogéneo?
-Si nos fijamos en Turquía como representación a escala, podemos distinguir cuatro movimientos principales en el digamos “islamismo moderado” (es decir, que pueden ser muy creyentes y tradicionalistas pero no aceptan la violencia):
a) los pacifistas, representados en el pensamiento de
Bediuzzaman Said Nursi, un teólogo muy reconocido y fundador de la comunidad Nur, (capaz de escribir este párrafo: “After all, the West has a soft spot for extremism, especially when flavoured with religion. What can be better, more beautiful, more delicious in the eyes of the Western media than the sight of thousands of angry Muslims in some far-off, violent city screaming "Death to America!" and demanding revolution and the re-introduction of the Shari'a? The West no longer has to go to the trouble of misrepresenting Islam: we do it for them, and they simply film it for their own consumption”);
b) El movimiento islámico educacional, representado por el teólogo
Fethullah Gülen. Las diferencias con el anterior están mas en el campo de trabajo que en las ideas básicas, y de vez en cuando se descuelgan con declaraciones que harían feliz a un
creacionista carlistón. Sinceramente, creo que los sarampiones antidarwinistas tienen su origen en el odio africano al comunismo, el cual asimilan al pobre Charles. Craso error, puesto que el comunismo apoyó fervorosamente el
lamarkismo y no admitió la teoría de la evolución hasta la presidencia de Podgorni (1965-1977), y eso a regañadientes;
c) el
Partido Refah, permitido o censurado según los vaivenes de los militares, que son quienes llevan las riendas en Turquía. De perfil conservador, sirve de válvula reguladora de los cabreos de las clases oprimidas, y cada vez que ha tocado poder ha adquirido suavidad burguesa y atenuado sus impulsos islamistas a toda velocidad;
d) el movimiento islámico moderado
Partido del Bienestar que colabora con el sistema kemalista, actualmente en el poder. La duda es si son lo bastante discretos en su islamidad para no erizar los bigotes de los militares.
Además, contamos con la presencia constante de las
cofradías y hermandades sufíes, de corte mas bien conservador y comparables a las cofradías y órdenes seglares del mundo católico, pero con actividades sociales y políticas muy definidas (y a veces muy, muy guerrilleras), que ejercen su influencia para reducir el laicismo feroz de los herederos de Attaturk.
Estas corrientes, aun siendo básicamente respetuosas y pacíficas, corren el riesgo de que o bien sean infiltradas por radicales, o bien sus participantes, cansados de intentar arreglar la cosas por las buenas sin conseguir nada, se acerquen a líneas mas violentas, convencidos de que solo así se arreglarán las cosas.
Y es que el islamismo tiene una faceta importante de movimiento regeneracionista que aparece como réplica a los que algunos autores llaman regímenes predadores, que se identifican por sus altos niveles de corrupción, clientelismo y patronaje, bajos niveles de competencia en la administración y los profesionales liberales y escasas libertades cuviles y polítias. Un regimen predador acaparará el poder y la riqueza, esquilmando las inversiones domésticas y exportando capitales. Los pobres de toda la vida se quedan donde estaban, con su fe y sus constumbres tradionales, y las empobrecidas median class se vuelven hacia la religión bucando un refugio. El fundamentalismo islámico, igual que el fascismo o el comunismo, es una actitud de sociedades “en tránsito” entre las comunidades y organizaciones a pequeña escala y las configuradas alrededor de mercados a gran escala, burocracias complejas y asociaciones extensas. Para Arjomand, el islamismo puritano es la última encarnación del anhelo por comunidades con relaciones personales directas fijadas y normativizadas (pero no es el único que asimila
fascismo y totalitarismo islámico). Como todo totalitarismo, surge de un desencanto: el comunismo, el socialismo, el capitalismo feroz, el liberalismo paternalista, el panarabismo… todos han fracasado. Los musulmanes (islamistas o no) que un día cruzan la línea son personas instruídas, muchas veces con experiencia del mundo occidental, pero absolutamente frustradas. Claro que arrastrarán a su paso a muchos desgraciados de los útimos peldaños de las clases sociales, bien comprando su colaboración, bien apareciéndose como líderes de parlamentos atractivos y apasionados, con un pensamiento repetitivo, distorsionado y esquemático hasta la indigencia, discursos incoherentes, mucha declaración de intenciones sin explicar la dificultad o imposibilidad de conseguir el paraíso terrenal que prometen o con planes nebulosos que disimulan su inaniedad (-curioso, estaba yo pensando en alguien que encaja clavadito en la descripción pero no es musulman-). Utopistas, ahistoricistas, atraen a los jóvenes inexpertos, a los grupos y desagrupados problemáticos y a las víctimas de la modernidad. Sus supuestos elementos puros y originales en realidad reflejan tribalismos y costumbres preislámicas; se centran en detalles y rigores que chocan con la flexibilidad y adecuación que enseñó Mahoma. Su mensaje principal es la yihad contra los infieles internos (es decir, contra los gobiernos musulmanes que abandonan el islam) y la defensa de la supuesta amenaza (para ellos terrible) de un occidente por deficinión secular, ateo y malvado (-Y feo, podrían añadir ya puestos-).
-¿Sólo los poderes políticos son malos musulmanes?-Cuando se habla de poder se engloba todo. El primer enemigo de un musulman es otro musulman, el capitalista salvaje que en vez que colaborar por el progreso de su sociedad (la zakat, el diezmo, igual que la versión cristiana, es un pilar) se dedica a preservar su hegemonía y la expansión de su control. Esta expansión puede pasar por la inversión limitada en instituciones religiosas, lo justo para explotar la ingenuidad del pueblo llano, su sensiblería y credulidad, mientras los capitales se sacan a toda prisa para inversiones en el extranjero. Y al vecino, que le vayan dando. Al menos en épocas anteriores los ricos pagaban hospitales, fuentes públicas, escuelas, comedores… ahora ni eso, o si lo hacen se “olvidan” de dotar las fundaciones, que quedan como puros escaparates. O se dedican a admitir sólo a los devotos de su opinión, convirtiendo el hospital en un centro de lavado de cerebros o chantaje puro y duro pagado con petrodólares, donde reciben a los cooperantes y coordinadores de la Cruz Roja Internacional apuntándoles con un subfusil y a continuación expulsan a patadas. No, el mundo musulman ha fracasado en la creación de su propio capitalismo y se ha quedado solo con lo peor del ajeno, siendo dependiente de lo mismo que abomina. Cruel ironía, puesto que el islam es una religión creada por comerciantes y que algunos autores diagnostican como favorable al capitalismo “sano”, porque combina el apoyo a la creación de riqueza y la libre circulación de bienes con la solidaridad comunitaria.
-No será solo la supuesta rapiña de sus bienes y riquezas lo que nos echan en casa los islamistas a los occidentales, habrá más pecados de los cuales nos acusen, seguro…
-Se dedican a tomar la parte por el todo, y nos echan en cara muchas cosas que tampoco a nosotros nos gustan, o que solo corresponden a un sector muy concreto de nuestra sociedad. A veces sus discursos podrían ser firmados por el mismísimo Papa Benedicto cambiando algunas cosillas: la pérdida de valores, la indiferencia, la soledad del hombre, la creciente inmoralidad, la sexualidad cruda y omipresente, la obsesión por las riquezas, el desprecio de la espiritualidad y sobre todo el ateismo, el relativismo y la indiferencia religiosa. Otras acusaciones son más peregrinas, como la de la conspiración mundial para acabar con los musulmanes (esta es para cuarto milenio versión al-arabiyya). (-La de la ola de erotismo que recorre Occidente ya me gustaría a mi, ya…) Hasta putrefactos nos llaman por el pasotismo y la disgregación comunitaria, y una se pregunta si han oído hablar de un señor muy occidental llamado Boadella. Y es que cuando se han adoptado usos y políticas occidentales, siempre han sido las peores: se cae en la corrupción sin medida, la frivolidad, la anulación del individuo, la pérdida de los valores, el consumismo estupidizante. Los gobiernos pro-occidentales se han empeñado en fabricar coches creyendo que así elevaban el nivel de vida de los gobernados, pero no han construido carreteras, gasolineras ni hospitales para los accidentados: nunca han entendido que lo coches per cápita, como las radios, los frigoríficos o los DVDs son sólo indicadores de fácil estudio en conomía, pero que su valor está no en sí mismos sino en su representatividad de otros valores y servicios mas complejos (salubridad alimentaria, atención sanitaria, seguridad física, bienestar en suma).
-¿Y los regimenes islamistas que hay han conseguido algo mejor que lo que había? Digo yo porque es un sano proverbio árabe que no debes criticar a nadie antes de haber andando todo un día con sus zapatos.
-Para nada: las teocracias de Iran, Sudán y Afaganistán están escapando hacia delante con el pedal hasta el fondo de su propio fracaso en funcionar como gobierno y estado. En vez de demostrar la viabilidad de los fudamentos religiosos en crear un modelo de orden social y estabilidad, un breve éxito inicial (mayormente, la novedad y el cambio) ha precipitado un desastre generalizado que ha desacreditado las promesas islamistas de nuevas ideas en desarollo social. La primera y más grave decepción ha sido el fracaso del clero chií iraní en proponer un desarrollo económico islamicista. Su modelo ha creado una gran discrepancia entre los bucadores de empleo y los escasos puestos disponibles. Los clérigos chiíes han proporcionado los beneficios del proteccionismo a la antigua y minuscula burguesía de comerciantes de medio pelo y artesanos devotos, y un reparto de prebendas sustanciosas en forma de trabajos políticos y administraticos a los miembros de la generación revolucionaria superviviente de la querra de 1979 contra Irak. Y aunque Iran no es precisamente escasa en recursos naturales, la pésima administración y gestión ha agotado la capacidad de tener a tanta gnte viviendo de la sopa boba y mangoneando para su mezquino beneficio. De Afaganistán se ha dicho “… Afghanistan was the [Islamic renewal] movement’s greatest triumph of modern times before it turned into its supreme catastrophe”. La situación de la mujer es un desatre que debería poner a todos los seres humanos en estado de furia permanente, y sacarlos a la calle a gritar “Ni Un Crimen Más” (-debe ser que las afganas no son tan importantes para los justicieros de las mujeres como las gaviotas gallegas), el cultivo de opio para la obtención de droga está tutelado por los señores de la guerra y el gobierno les suelta o recoge la soga según su estrategia de equilibrio político entre facciones, mientras los adictos allí y en el resto del mundo revientan de asco. Sudan es un campo en el cual la tierra no consigue empapar la sangre de las matanzas contra cristianos y musulmanes moderados, la esclavitud es un flamante negocio y el gobierno se queja de la interferencia judia, dos millones de personas se pelean por los despojos de los campos de refugiados... Y aun así, este gobierno de asesinos ha mandado a su casa al ideólogo Al-Turabi, ahíto de sus excesos. Hasta sus protectores se han hartado de los islamistas radicales, o han empezado a sufrir en carne propia las consecuencias de haber creído poder usarlos como herramientas. En otoño de 2001, un ulema wahhabi utilió la televisón saudí en máxima audiencia para explicar que matar civiles está prohibido en el islam, y que Bin Laden no puede proclamar una Yihad. Será que ya han comprobado cómo se siente el resto del mundo cuando sus criaturas hacen lo que están programados para hacer: en 2003 y 2004, las ciudades saudíes tuvieron oleadas de bombistas suicidas, asesinatos y batallas a tiros entre cuerpos de seguridad saudíes y militantes. Eso, y que la clase dirigente empieza a sentir la presencia y tutela de sus aliados religiosos wahhabitas como una molestia insufrible, así que empezaron por perseguir policialmente y deshacerse de los terroristas que pillaron y organizaron unos Diálogos Nacionales incluyendo chiítas, sufíes, reformadores liberales y mujeres profesionales (Me encanta el término ¿cómo se hace para ser mujer de forma profesional, hay que sacarse algun carnet que te permita ser XX?) para bajarles los humos a los carpetovetónicos wahhabitas y separarse de las amistades peligrosas que tanto gustaron hasta hace dos minutos (que corra el aire, que corra, no me apriete tanto).
-¿Y como se pasa del terrorismo local al internacional?-Primero, porque muy poco sutilmente los gobiernos afectados les convencen de que es mejor quemar el exceso de furibundia en otro lado. Ese fue el caso de Bin Laden, expulsado de Arabia Saudí y viajero por Sudan despues de haber tocado las pelotas a demasiados jeques. Item más, porque hay un apoyo directo a grupos terroristas por parte de estos gobiernos, que los subvencionan y utilizan para hacer guerra sucia contra otros gobiernos. De su propia cosecha, los terroristas deciden que al seleccionar blancos civiles en democracias capitalistas avanzadas (y sobre todo Estados Unidos), los “salvadores del islam” estan atacando indirtectamente a los regímenes opresivos de Medio Oriente apoyados por las políticas exteriores americanas, y que sin ese apoyo se derrumbarían. No es causalidad que muchos de los terroristas internacionales agrupados en AlQuaida sean egipcios o saudíes y no del Sudeste Asiático, Iran, Turquía o Pakistán. Tambien se ataca a Occidente por su apoyo a Israel, la bestia negra de los islamistas radicales y el objeto de atragantamiento de todo árabe, pero este ya será un tema a tratar otro día.
-Ya es la segunda vez que nos dejas a medias con Afaganistan. Te emplazo a acabar de una vez el tema ASAP, y seguidamente pasaremos a hablar del conflicto árabe-israelí, o mi editor va a sufrir una apoplejía…
(Escrito por Mandarin Goose)
Etiquetas: Mandarin Goose
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