(Lisa Nowak ante el tribunal)
Cuando descendió del bus en la parada del aparcamiento en que tenía su coche, alguien bajó con ella, aunque tomó la dirección opuesta. Pero al cruzar la calle, Colleen Shipman, 30 años, capitán de las Fuerzas Aéreas, se dio cuenta de que esa persona había vuelto sobre sus pasos y parecía seguirla desde lejos. Avivó el andar, sin atreverse a mirar atrás. Ya junto a su coche sintió miedo. ¡Estaba todo tan oscuro! Abrió la puerta y cuando iba a entrar vio una sombra que se acercaba a ella. Cerró con fuerza, arrancó el coche, y la sombra se desplazó ágilmente hacia la ventanilla derecha, que empezó a golpear a la vez que se quitaba una capucha. Era una mujer, con una espesa melena negra. Colleen detuvo el coche, la mujer le gritaba que no podía oírla, que abriera una rendija del cristal. Como era una buena persona lo hizo, y escuchó que le decía algo acerca de que no encontraba a su novio, que si podía llevarla hasta la entrada del parking. Colleen dudó, había algo sospechoso en todo aquello. Antes de que pudiera reaccionar, la extraña mujer levantó la mano derecha, se oyó el chiflido de un spray y Colleen notó un dolor agudísimo en los ojos. Pensó que la habían regado con ácido. Aceleró hacia atrás hasta que topó con otro de los coches. Entreabrió los ojos y comprobó que podía ver algo. Mal que bien fue capaz de conducir hasta el control de entrada, donde estaba el vigilante nocturno. Y le gritó que no la dejara, pero que pidiera ayuda.
Dos patrulleros de la policía de Orlando acuden inmediatamente a la llamada. Uno atiende a Colleen en la entrada del parking. El otro rastrea los alrededores y ve alguien sospechoso en una parada de autobús, arrojando algo a un contenedor de basura. Es una mujer, parece muy agitada, habla con incoherencia. Esposada, el agente la lleva hasta la entrada del parking, donde Colleen la reconoce como la persona que la acaba de atacar. Conducida a los calabozos de la oficina de policía, se la identifica como Lisa Nowak, 43 años, casada y con tres hijos, capitán de
Con Lisa Nowak entre rejas y el escándalo empezando a calentar todos los circuitos de comunicación, la policía de Orlando reconstruye los hechos. En la bolsa que tiró a la basura, Lisa tenía un conjunto de objetos difícil de justificar: una pistola de balines y aire comprimido casi igual que las de balas, un spray de pimienta para defensa personal, el que usó contra los ojos de Colleen, un mazo de acero inoxidable, un cuchillo de monte, además de la peluca negra y una trenca con amplia capucha. En el coche aparecen detalles de la planificación de un viaje desde Houston, y una bolsa de basura con dos pañales de adulto usados, que Lisa reconoce ser suyos. La astronauta declara que mantiene una relación sentimental con el comandante de
La policía de Orlando la pone ante el juez bajo el cargo de intento de asesinato.
La reacción de la sociedad americana ante estos hechos está a tono con su gran dinamismo científico, tecnológico y económico. Se hace dos preguntas: por qué ha sucedido esto y para qué sirve.
En cuanto al por qué, los medios lo analizan con entusiasmo, siguiendo las dos metodologías posibles, inductiva y deductiva.
El método inductivo lo aplica, por ejemplo, Dennis Overbye en el New York Times del 13 de Febrero. Afirma que la gente de las élites científicas no es un dechado de razón y lógica, sino más bien lo contrario, ya que han tenido que echarle muchas agallas, voluntad y cabezonería a sus vidas para llegar hasta donde lo han hecho. Y hace un repaso de la vida sentimental de grandes eminencias científicas, que no deja de resultar divertido. Así, Erwin Schrodinger, uno de los padres fundadores de la mecánica cuántica, vivió durante años en un harén formado por su esposa y su secretaria, de la que incluso tuvo una hija. Einstein engañó a su mujer Mileva con su prima Elsa durante años, y cuando finalmente se separó de la primera cansándose con la segunda, simultaneó a ésta como amante con su secretaria, con el consentimiento de Elsa, por supuesto, que no podía ahora negar a otra lo que a ella se le consintió. Maria Curie, a la que siempre consideré un dechado de espiritualidad científica, resulta que engañó durante años a su marido Pierre con un alumno de éste, Paul Langevin, quien terminó siendo un ilustre científico que, una vez muerto Pierre y casado Paul, compartió con Marie un apartamento secreto junto a
El método deductivo se muestra en multitud de artículos donde se recaba la opinión de psiquiatras o psicólogos, ejemplo de los cuales podría ser el de John Schwartz en el New York Times del 9 de Febrero. Muchos expertos opinan que la vida de los astronautas está sometida a enormes tensiones, no solo por la arriesgada naturaleza de sus misiones, sino por el hecho de tener que simultanear su vida familiar con largos períodos de entrenamiento en reclusión. Todo esto, sin duda, bastante más penoso para una madre de familia, con tres hijos, un dieciochoañero y dos gemelas de cinco años, como es el caso de Lisa Nowak.
Otro artículo interesante de índole deductiva es el de David Buss, un profesor de psicología en
En cuanto al para qué sirve, es decir, la utilidad que puede sacarse de este episodio de Lisa Nowak, la sociedad americana, siempre pragmática, se pone en marcha enseguida. El beneficio más inmediato es para la prensa del corazón, y el semanario People se dedica con entusiasmo a entrevistar a la familia de Lisa, a la ex-suegra de Oefenlein, en fin, a todo el que se le ponga por delante siquiera con briznas de información sobre el tema. Granada América, una importante productora de televisión, dice haber obtenido ya los derechos para hacer una película sobre el caso. Y en Ebay se subastan multitud de cosas relacionadas con Lisa Williams, no en balde el fetichismo es tan objeto de nuestro subconsciente sexual como los celos. Una de ellas es un lote de pañales para adultos fabricados por
En cualquier caso, está claro que después del incidente que estamos comentando, Lisa Nowak no se quedará en la miseria. Surgirá pronto alguna editorial que la animará a escribir sus memorias y, si se decide, el libro tiene muchas posibilidades de ser un best-seller que llegue a hacerla muy rica.
Mundo loco. ¿O no? Yo, qué quieren que les diga, me resisto a juzgar a Lisa Nowak, o a analizarla siguiendo un método inductivo o deductivo. Lo que he querido escribir aquí no es sino un acta apresurada de unos hechos que me parecen interesantes, entre otras razones para interiorizármelos. Luego les he aplicado, a ratos y durante varios días, un método contemplativo. He intentado sentirme Lisa Nowak, como si estuviera jugando a las muñecas dentro de mi casa interior, dentro de mi dentro. Y he llegado, pobre de mí, a un final, que no conclusión, inevitable. Me cae bien Lisa Nowak, me gusta, comprendo lo que ha hecho. La veo conduciendo veloz por
Estaré con Lisa hasta el final de todo esto. Como muchísima más gente. Y si algunos no lo creen así, que hagan una encuesta o se lo pregunten al People. Quizá nuestra postura no sea razonable, ¿qué le vamos a hacer?
(Escrito por Olo)
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